Manizales- Colombia.
Un mes después.
Gabo y Pau se encontraban decorando el apartamento de ella. Gabriel acomodó un arco de globos rosas y blancos en la terraza, con flores entre ellos. Colocó algunas sillas y una mesa con un mantel beige con un hermoso arreglo floral.
En el interior del lugar, Pau dejó preparada la mesa del comedor para la celebración que tendrían después.
Una hora más tarde, Óscar salió de su habitación, enfundado en un traje negro que le quedaba justo a la medida, acomodó su reluciente camisa blanca y su corbata en tono rojo. Su corazón latía agitado, lleno de emoción.
Después de un momento, el juez que llevaría a cabo la ceremonia acudió al domicilio de ellos, saludó a los presentes.
Samantha salió de la habitación de Pau en donde se arregló alistándose para aquel momento.
Teresita, haciendo de las suyas. Lo bueno que no consiguió su propósito. No olviden las reseñas.
Tlaxcala, México. Angélica había despedido con profundo pesar a su hija; sin embargo, comprendió que era lo mejor para los jóvenes alejarse de Francisco. Les brindó su apoyo, tal como lo prometió. Cuando la pareja llegó a Tlaxcala se dirigieron directo a un hotel, ahí tuvieron una larga conversación con respecto a la relación que Óscar sostuvo con Teresita. Sam acarició la mejilla del joven, lo miró con ternura, colocó su cabeza en el pecho de él. —Yo creo en vos; sin embargo, tengo miedo, parece que tenemos varios enemigos al asecho —mencionó con pensar sintiendo un ligero escalofrío. —Deseo que empecemos de cero, sin la ayuda de nuestros padres, no quiero que tu papá siga pensando que me aprovecho de la buena voluntad de mi familia —expresó y acarició con ternura el rostro de esposa. —¿Estás de acuerdo? —Por supuesto, som
Días después. Samantha finalizaba de limpiar su casa, y se dirigió a la cocina para preparar el almuerzo, justo cuando sacaba algunas verduras del refrigerador, varios golpes en la puerta de su vivienda la sobresaltaron. Antes de abrir miró por la ventana y observó a un joven con un enorme arreglo floral, sus ojos se iluminaron pensando que era un regalo de su esposo, disculpándose por la discusión que tuvieron días antes. Enseguida recibió el obsequio, el enorme arreglo a más de flores, tenía exquisitos chocolates, suspiró profundo y lo colocó en la mesa del comedor, miró la tarjeta y parpadeó. «Esto y más es lo que te mereces; sin embargo, preferiste cambiar el caviar por frijoles. Aunque estoy seguro de que muy pronto te tendré en mis brazos, no resistirás mucho tiempo viviendo en esa pocilga» Sam sintió un escalofrío recorrer por su cuerpo. C
Bogotá- Colombia. Francisco se retiró el saco, y lo colgó en el perchero, en el momento que giró sus ojos se clavaron en uno de los portarretratos que reposaban en el buró de su elegante alcoba. Suspiró profundo y su mirada se cubrió de tristeza, tomó la fotografía entre sus manos y de pronto recordó la promesa que le hizo a su hija cuando ella perdió a su madre. «Siempre estaré con vos, nunca te abandonaré» Esas palabras calaron hasta lo más profundo de su alma, hacía meses que no sabía de su hija, rememoró la forma en la que la abofeteó por casarse con aquel joven a quién no aprobaba. En ese instante la voz de su esposa lo sacó de sus cavilaciones. —¿Recordando? —indagó y se acercó a él, colocó su mano en el hombro de él. —No sé en qué momento me perdí —resopló y observó a su esposa. &
Cinco años después. Luego de aquel encuentro inesperado con el padre de su hija: Samantha subió al auto con el rostro empañado de lágrimas y sin dejar de temblar, colocó el cinturón de seguridad a Norita. La niña observaba a su madre con tristeza. —Yo solo quería conseguirte un novio —susurró sollozando—, no deseo que pelees con Óscar, es mi amigo, se llama igual que mi papá —expresó la niña. — ¿No te gusta, te parece feo como Renato? Sam negó con la cabeza, liberó un largo suspiro. —Vamos a casa —solicitó y evitó hablar de él, con las manos trémulas se aferró al volante, intentaba no llorar para mirar con claridad la carretera; sin embargo, aquel encuentro removió en ella muchos sentimientos, en especial miedo y resentimiento. Norita parpadeó y recordó que olvidó algo ahí. <
Una hora antes y al ser domingo, Sam y Norita regresaron del hospital, cuando estaba por entrar al edificio, otra vez percibió un extraño estremecimiento, era como si la estuvieran vigilando, pensó que todo eso se debía a lo ocurrido con Óscar, el día anterior.Una vez en casa, mientras Norita jugaba en la sala, Sam en la cocina sacó del refrigerador las pechugas de pollo, las verduras y demás ingredientes para preparar la comida favorita de su hija: Milanesas con patatas fritas y ensalada. Al ver que la niña se fue a la alcoba, la joven enseguida realizó una videollamada, cuando miró por la pantalla el rostro de su mamá, sus ojos se llenaron de lágrimas.— ¿Qué sucede cariño? —indagó Angélica. — ¿Pasa algo con la niña?Sam negó con la cabeza, y s
El corazón de Óscar se agitó al escuchar el comentario de su hija, entonces sintió que aún había esperanza, solo debía intentar hablar con su aún esposa, en algún momento, dirigió su mirada hacia la cocina al escuchar su quejido. —¿Te encuentras bien? —cuestionó y se encausó hasta donde ella estaba, entonces tomó la mano de Sam, y observó su herida. —¿Te duele mucho? —indagó. Samantha se estremeció cuando lo tuvo parado muy cerca de ella, sus piernas temblaron al momento que la tomó de la mano, entonces retiró su dedo del agarre de él. —No fue nada, con una bandita estaré bien —respondió. Óscar la miró de la misma manera que hacía años atrás, pasó saliva con dificultad al tenerla tan cerca. —Yo puedo finalizar de preparar la comida —sugirió. —Puedo sola —expresó—, a peores cosas me he enfrentado y he salido adelante —aseveró y lo miró
Años antes. Después de aquella dolorosa despedida en la cual Samantha le rompió el corazón al amor de su vida, la chica con las piernas temblorosas subió al auto de aquel criminal. —¡Bravo! —exclamó aplaudiendo—. Excelente interpretación, la tuya, hubiese querido ver la cara de ese muerto de hambre —gruñó, y colocó su mano en la pierna de Samantha. Sam retiró con fuerza los dedos de aquel infeliz de su piel, lo miró con profundo odio, mientras apretaba los dientes de impotencia. —¡Yo no soy igual a mi mamá! —gruñó ella—. Te juro que te vas a arrepentir de llevarme con vos, desearás jamás haber puesto tus ojos en mí —advirtió resoplando agitada. De pronto sintió su mejilla arder cuando Franco le lanzó una bofetada. Sam presionó los ojos, intentó clavar sus uñas en el rostro de aquel infeliz, pero los hombres que lo escoltaban en el auto le apuntaron en la cabeza. —¡Máta
Presente:Después de aquella discusión con Samantha, Óscar regresó exaltado, al haber visto cómo su pequeña salió llorando, diciendo que no quería que fuera novio de su mamá. Su corazón se agitó lleno de tristeza, ya que si ese infeliz, no los hubiera separado, él sería parte de ellas y tendría la familia que siempre soñó.Se dirigió a su habitación, se cambió por ropa deportiva y salió a un gimnasio cercano. Al llegar se colocó unos guantes de box, mientras golpeaba el saco, poco a poco los dolorosos recuerdos comenzaron a emerger desde que Samantha lo dejó por causas mayores y sin saberlo su vida dio un giro que no esperaba:****Hace unos años.Óscar estaba sentado en el piso de la sala, las lágrimas se desbordaron sin parecer tener fin. Su pecho