Capítulo 1032
El auto arrancó, y Shirley se sentía más nerviosa con cada segundo que pasaba. Apenas se había sentado en el coche, cuando sintió una especie de presión invisible que le dificultaba respirar, haciendo que no pudiera decir ni una palabra. Bajó la cabeza, tratando de calmarse, sintiendo un miedo que la hizo dudar de si seguía siendo empleada del Grupo Prosperidad.

Recordó cómo le había puesto los ojos en blanco a Álvaro esa mañana, y no pudo evitar pensar que nadie en el mundo era más rencoroso que él. Bastaba con decir algo que no le gustara para que te hiciera la vida imposible.

«¿No estará aquí para vengarse?», pensó Shirley.

La tensión en el ambiente era tan densa que Shirley no sabía cómo manejarla. Después de avanzar un poco, percibió un suave aroma a menta en el auto, lo que, al menos por un momento, relajó sus nervios.

Miró hacia el tablero y vio una botella de ambientador. De inmediato, su rostro se iluminó con una sonrisa.

—Oye, Álvaro, ¿también compraste este? ¡Te dije que era
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