Capítulo 1031
—Allá —Kilian sacó la mano de su bolsillo y señaló una dirección.

—¡Vaya! Sí que tienes suerte, eh. Vivir aquí no es barato. Anda, vamos… la renta por acá cuesta un ojo de la cara.

Mientras caminaban, Shirley seguía conversando con él de forma intermitente. Después de ver una película, casi parecía que eran amigos de toda la vida, aunque Shirley ya se había dado cuenta de que Kilian era una persona reservada que no hablaba mucho.

—No es tanto.

—Qué envidia. Tú, en tu casa, escribiendo novelas, sin tener que lidiar con nadie, ni jefes ni compañeros. No tienes idea, en mi trabajo todos son unos demonios.

Kilian, que iba mirando la calle, giró la cabeza hacia ella.

—Si no te gusta, no trabajes.

Shirley soltó una carcajada y lo miró.

—No soy como tú, que ganas millones con solo mover un dedo. Y además, si dejo de trabajar, ¿quién me mantiene? No quiero seguir molestando a mi tía.

—Yo tengo dinero —Kilian, sin cambiar su tono, dijo—. Yo te mantengo.

Shirley, sorprendida, se atragantó con su
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