Capítulo 1030
Después de dos horas y media de película, Shirley y Kilian se encontraron en una abarrotada fila para subir al elevador. En medio del apretujón, alguien pisó a Shirley, y ella soltó un quejido:

—¡Ay, mi pie!

Kilian la tomó del brazo y la sacó del espacio lleno de gente.

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien.

—Solo aguanta un poco más.

—Entendido.

Shirley se quedó detrás de él, aprovechando el espacio seguro que él le proporcionaba. Mientras sus manos se entrelazaban, la calidez de su tacto contrastaba con la palidez de su piel. Shirley sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho al mirar la figura alta de Kilian frente a ella.

Cuando el elevador finalmente llegó al primer piso, Kilian prácticamente la guio fuera de él, sin soltar su mano. Ya en la entrada del cine, Shirley notó que Kilian fruncía ligeramente el ceño.

Durante la película, lo había visto cerrar los ojos en varias ocasiones, lo que la hizo preguntarse si algo no estaba bien.

—¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?

Kilian, con su
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