Un encuentro que no esperé

―No, sabes que no te lo perdonaría. ―Endureció el gesto. ―Amenos de que hoy en la noche me acompañes a un evento. ―Yannick se detuvo y la miró como si hubiera perdido la razón. ―No me mires así, antes por lo menos me acompañabas por lo menos una vez al mes.

―Tengo pacientes en postoperatorio, si llegan a llamarme tendré que marcharme sin mirar atrás.

―Eso no pasará. ―Se encogió de hombros. ―Jack ha dicho que apagues tu localizador y que te tomes por lo menos tres días de descanso. Nick… vamos, puedes descansar y después acompañarme, no me dejes sola. ―Ver la súplica en el precioso rostro de su amiga, la convenció.

―Está bien, pelirroja, voy a descansar, me despiertas cuando sea la hora de marcharnos. ―Candela gritando como loca la abrazó. ―Sí, si no fuera por ti jamás me divertiría. ―Río divertida.

―Y es por eso por lo que haré todo lo que está en mi poder para que puedas salir y divertirte de vez en cuando. ―Tras plantarle un beso en los labios, se marchó feliz, gritando y dando saltitos.

Candela Mason, pelirroja, piel pálida, de buen ver y con pecas en la mayor parte de su cuerpo es la mejor amiga de Nick como ella y todas sus amistades le llaman a Yannick. Es una joven de treinta años que proviene de una familia amorosa de clase media, ella es feliz, alegre y liberal. Es organizadora de eventos y tiene su propio staff, ese había sido su sueño de toda la vida y gracias a sus padres y a su mejor amiga lo logró y ahora ella es una de las mejores organizadoras de Londres por lo que asiste a fiestas de importancia. Su lema es “Ama a los hombres, pero odia las relaciones”.

***

Vikram miró a su madre con seriedad, le dijo que no deseaba una fiesta de cumpleaños y ahora se está viendo obligado a asistir en contra de su voluntad a una de las más grandes fiestas que ha visto nunca antes. Debió quedarse en Colombia y no hacerle caso a su madre de que se sentía mal, ¿Quién hace ese tipo de chantaje?

―Vamos cielo, deberías estar feliz, no todo en la vida es trabajo. ―Acarició con delicadeza las mejillas de su hijo. ―Quizás hasta conozcas a una hermosa chica, sabes que las hijas de mis amigas mueren por tener tu atención. ―El resoplido de su hijo le hizo comprender las cosas como siempre.

―No estoy interesado en tener una relación, mamá, ¿Puedes entender eso? ―Le imploró. ―Asistiré a la fiesta, pero por favor, prométeme que no me harás encerronas para que charle con las hijas de tus amigas. ―Sophie dejó caer los hombros, es justo lo que haría como siempre que tiene la oportunidad.

―Hijo, ven aquí, hay noticias. ―Sophie miró a su esposo con recelo, no le agrada que siempre quiera quitarle tiempo con su hijo para hablar de negocios. ―No me mires así, amor, esto será bueno para nuestro hijo. ―Acercándose a ella, le dio un beso en la frente.

Vikram siguió a su padre, agradece que lo haya salvado de su madre y su mirada de chantaje al decirle cuanto desea un nieto y que sea feliz con alguna mujer. Al entrar al despacho de Charlie, Vikram se sentó frente al escritorio de su padre cuando esté hizo lo propio.

―Gracias por salvarme. ―Sonrió en complicidad con su padre. ―Ya sabes como se pone, que ya está mayor, que quiere una nuera y un nieto… que desea verme feliz antes de que muera… ―Ambos rieron abiertamente, Sophie es una dramática, ambos lo saben.

―Aunque me divierto con las ocurrencias de tu madre, ella tiene razón. ―Vikram alzó las cejas asombrado. ―Hijo, un muy buen amigo mío, me ha enviado una carta. ―Se la tendió. ―Léela. ―Vikram con cejo fruncido inició a leer la carta y conforme avanzaba su gesto de alucine se volvía más expresivo.

―¿Aceptaron mi petición para ministro? ―Miró a su padre sin poder creérselo. ―¿Realmente les gustó mi propuesta?

―Sí, y el monarca está dispuesta a elegirte a ti. —Lo felicitó lleno de alegría. ―Siempre has conseguido lo que deseas y estoy muy orgulloso de ti, pero debes comprender algunas cosas. ―Ambos se pusieron serios. ―Para ser jefe de gobierno debes ser nombrado por el mismo monarca y debes contar con el apoyo de la mayoría de la cámara de los comunes.

―¿Y qué tiene eso? Sé que con mis propuestas y mi buen trabajo podré lograrlo. ―Charlie sonrió con un poco de tristeza, su hijo realmente no piensa casarse.

―Hijo, debes tener una familia, ¿Cómo confiarán todos en un hombre que no tiene una mujer que ama e hijos que mime? Este puesto es para ver por todas las personas, en su mayoría padres de familia. ―Soltó el aire por la boca al ver el gesto contraído de su hijo. ―Debes conseguir a una buena mujer lo antes posible, el primer evento de presentación será en una semana, no lo olvides. ―Se puso en pie. ―Y ve olvidándote de Colombia, debes estar al cien por cien aquí en el Reino Unido. ―Vikram un poco confundido, también se puso en pie, ¿De dónde iba él a sacar una esposa si no tenía una relación?

―Dios. ―Susurró al no tener idea de lo que haría.

―Tranquilo, muchacho. ―Charlie palmeó el hombro de su hijo. ―Tienes una larga lista de donde elegir y estoy segurísimo de que tu madre podría ayudarte. ―Le sonrió. ―El amor vendrá después, créeme. ―Le guiñó antes de salir del despacho. ―Vamos a alistarnos, debemos estar en el hotel en una hora y sabes como se pone tu madre. ―Ambos tomaron su propio camino y cada uno fue a su habitación.

Los pensamientos de Vikram no dejaban de invadir su cabeza, ¿De dónde sacará él a una esposa? ¿Cómo podría vender una relación estable sin amar a alguien? ¿Debería desistir de posicionarse como el jefe de gobierno? Las dudas como casi nunca le invadieron, por primera vez no sabe qué hacer y no tiene un plan B para salirse con la suya. Por supuesto, no aceptará como esposa a esas mujeres que mueren por él, las que no desean su dinero, simplemente lo quieren como un trofeo por su buen parecido y por ser un semental en la cama.

―Hey, Vik. ―Sus amigos de la infancia le hicieron seña para que se uniera al grupo. ―Hombre, cuando me dijeron que estabas en Londres no me lo creí. ―Oliver le dio la mano y después lo abrazó.

―Amigo. ―Kyle le sonrió tras abrazarlo. ―Me han contado las nuevas buenas, felicidades. ―Vik sonrió.

―Gracias, amigo. ―Le guiño.

―Espero un buen trabajo si eso llega a pasar. ―Joe, el más despreocupado de todos, le tendió un trago. ―Estoy harto de escuchar a mi padre que no hago nada por mi vida. ―Bufó. ―¿Desde cuándo no desear ser parte del negocio familiar es no hacer nada por mi vida? ―Los chicos se echaron a reír, es el típico chico problemático que solamente quiere divertirse.

―Deberías madurar de una buena vez. ―Le aconsejó Vik. ―No toda la vida puedes andar por ahí de fiestas y haciendo lo que quieras. ―Joe rodó los ojos.

―Más bien, cuéntanos como harás para tener esposa antes de que llegue el nombramiento. Los otros candidatos son esposos y padres entregados. ―Los tres lo miraron con atención y Vik deseo tirarle el trago en la cara a Joe por sacar esa conversación.

―La verdad no lo sé. ―Se sinceró. ―Ninguna mujer me ha llegado lo suficiente como para pedirle salir. ―Le dio un sorbo a su copa y se encogió de hombros.

Candela miró el lugar y se sintió satisfecha al verlo todo perfecto y en su lugar, las fiestas de la gente adinerada, por lo regular no son divertidas, ahí solamente importa el glamur y las apariencias.

―Esa música clásica me está durmiendo. ―Se quejó Nick. ―Creí que me llevarías a una de esas fiestas donde podríamos quedarnos después de trabajar. ―Bromeó.

―Bueno, siempre y cuándo lo desees podremos irnos tú y yo.

―No me molestes, Rick. ―Nick rodó los ojos. ―No pienso salir con un ligón como tú. ―Candela se partió de la risa.

―Dejen de pelear y a trabajar. ―Ordenó dándole una bandeja con algunas copas a su amiga. ―Estas son para el grupo de cuatro que está allá. ―Señaló con el dedo y Yannick se apresuró a trabajar, aunque se niegua a aceptar el dinero, su amiga siempre le paga y por ello debe hacer bien su trabajo.

A medida que se iba acercando al grupo un rostro se le hizo bastante conocido, sus pasos inconscientemente se volvieron más lentos, pues cada vez que da uno ese hombre parece estar más claro en sus recuerdos. Alto, cabello castaño, ojos azules, un cuerpo de infarto y un físico demasiado atractivo, esa sonrisa perfecta y profunda sabe a quién le pertenece.

―Vikram Loughty. ―Susurró a la vez que el hombre plantó su intensa e intimidante mirada en ella. Yannick rápidamente giró sobre sus talones y se alejó lo más rápido que pudo, su corazón está latiendo como un loco y siente unas ganas terribles de vomitar. Jamás renunció a la empresa y ahora lo ve ahí, si algo sabe de ese hombre es que odia la irresponsabilidad y aunque lo que pasó no fue su culpa, él no sabe eso.

―¿Por qué has traído la bandeja llena? ―Candela miró el grupo. ―¿Te sientes mal? ―Yannick no podía ni siquiera hablar, su reacción era incomprensible para ella, pero ver a alguien que conoció en su pasado parece haberle traído muchos recuerdos desagradables.

―Necesito ir al baño, ¿Puedes entregar esto por mí? ―Le tendió la bandeja a su amiga, quien la mira descolocada.

―¿Estás bien? Ellos tienen cara de orto, pero son buena gente. ―Intentó calmarla, pero Yannick no le hizo caso, siente la necesidad de irse del lugar. ―Pero… ―Mirando la bandeja calló, ya hablará con ella.

―Eh… macho. ―Oliver tronó los dedos frente a la cara de Vik. ―¿Viste un fantasma o qué? Reacciona. ―Bromeó burlándose con los demás.

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