Vikram miró con incredulidad a la chica desaparecer más allá, ¿Qué ha visto? Se cuestionó, sin poder creérselo, ¿Acaso esa niña torpe e introvertida estaba ahí? ¿Cómo es posible que después de once años ella esté en Londres? ¿Acaso no huyó nuevamente a Colombia? Las preguntas invadieron su cabeza sin darle descanso.
Él se sintió realmente mal cuando le informaron que la chica había escapado, se sintió hasta molesto por cómo se fue después de ayudarla y por eso decidió seguir con su vida, pero ahora ella está ahí, tan cerca que parece ridículo.―Vik, nos estás asustando. ―Oliver cruzó mirada con sus amigos y después lo miraron a él descolocados. ―¿Puedes dejar de actuar como un loco y responder? ―Gruñó más enojado por su falta de reacción.―Lo siento. ―Vik espabiló al ver a la pelirroja acercarse a ellos. ―Creí ver algo, pero es imposible. ―Sonrió dándole un trago a su copa, es imposible que ella esté ahí, ¿Por qué huir al otro lado del país cuando podía volver a Colombia?―Buenas noches, caballeros. ―Candela los saludó con una escandalosa sonrisa. ―Lamento la tardanza, una de mis trabajadoras se sintió intimidada por tanta guapura. ―Les guiñó con coquetería, a ella jamás se le ha hecho difícil iniciar conversaciones.―Diles que no mordemos. ―Joe inmediatamente le dio frente. ―Nosotros pasamos a devorar. ―Candela río, se ve que el hombre es un tremendo.―Se los diré. ―Le tendió la última copa a Vikram y no pudo pasar desapercibido para ella, ahí está el hombre con el que su amiga trabajaba, ese mismo que hasta le quitaba el habla con una sola mirada. ―Vikram Loughty. ―Le sonrió como si lo conociera de años, se le hace increíble presenciar el temple serio y la imponencia que el hombre desprende. ―Es verdad… ―Susurró para ella dejando de sonreír debido a esa mirada intensa y profunda. ―Yo… he… ―Se aclaró la garganta. ―Debo seguir con mi trabajo, si desean algo más no duden en pedírselo a cualquiera. ―Mirando al resto sonrió y caminó lo más rápido sin quedar en evidencia, ya sabe lo que le pasa a su amiga, así que corrió al baño después de dejar la bandeja en la barra.―¿Por qué las ahuyentas a todas? ―Joe le reclamó. ―Amigo, la chica es fuego y no solo por su cabello. ―Vikram lo miró y se encogió de hombros.―No es mi culpa que se asusten por una insignificante mirada. ―Los hombres negaron, desde joven fue tan serio y frío como lo es ahora.―Oh, no. ―Kyle agrandó la sonrisa. ―Viene la señora Sophie con una chica de la mano. ―Vikram dejó de respirar en el acto.―Dime que no se dirigen hacia acá. ―Todos miraron a la mujer que se acercaba a cada segundo.―De hecho. ―Oliver lo miró. ―Ya están aquí. ―Los tres les sonrieron a las mujeres en cuanto llegaron.―Chicos, ¿Cómo están? ―La mujer feliz de la vida recibió y correspondió cada beso y cada abrazo que ellos le dieron. ―Están todos altos, guapos, hermosos y fantásticos. ―Los halagó. ―Todos parecieron quedarse en los treinta y cinco. ―Los hombres, sintiendo el ego por las nubes, sonrieron abiertamente.―No somos los únicos. ―Joe, quien era el más irrespetuoso, la abrazó. ―Usted se ve de cuarenta, es perfectamente hermosa. ―Vikram le gruñó a su amigo, odia que no respete a su madre como se debe.―Mamá, ¿Qué haces aquí? ―Sophie dejó de reír con los chicos que la llenan de elogios y miró a su hijo dolida.―Es tu fiesta, ¿Qué más estaría haciendo aquí? ―Vik suspiró.―Sabes de lo que hablo. ―Se negó a mirar a la chica.―Oh, Stephanie y yo estábamos caminando por aquí y los vimos, ¿Cierto, cielo? ―La chica de cabello negro, ojos oscuros, alta y de buen ver asintió. ―Él es mi bebé. ―Tiró de ella. ―Cariño, Stephanie es nueva en la ciudad, le haría bien que se hicieran amigos ahora que tú permanecerás aquí.―Señora Sophie, ¿Le gustaría ir por una copa de champagne a la barra? ―Vik deseo matar a sus amigos y más al tonto de Kyle por esa invitación.―Por supuesto, muchachos, vamos. ―Rodeada de esos tres grandullones, se alejaron dejando a Vik con la chica a solas.Candela finalmente encontró a Yannick en la cocina, estaba preocupada por su amiga, pensó que se había marchado sin decirle nada. Nick al verla sonrió, pero Candela pudo notar la tristeza en esa mirada que se oculta tras una sonrisa.―Cariño. ―Abrazó a su amiga y besó su cabeza. ―Me hubieras dicho que lo habías visto aquí, la verdad yo no lo sabía. ―Se separó de ella para mirarla a los ojos. ―Solamente me dijeron que era una fiesta, pero no me dijeron de quién y…―Tranquila. ―Yannick la cortó. ―Sé que no siempre te dan la información tú tranquila. ―Le evitó la culpa. ―No debería haber reaccionado así, pero desde que escapé de los Piti, es la primera persona que veo de mi pasado y la verdad no renuncié a la empresa, así que no quiero ver su mirada de desprecio, eso si llega a recordarme. ―Ambas rieron.―Por supuesto que se va a acordar de ti, ¿Quién olvida esos ojos únicos? ―Le guiñó. ―Y la verdad no te culpo, el hombre con solo una mirada me borró la sonrisa. ―Contrajo la nariz al recordar lo intimidante que fue.―Ahora ya sabes lo que sentía yo cuando trabajaba con él, creo que el miedo a Jean limitaba mis sentidos y por eso podía soportarlo. ―Carcajearon como siempre que tienen problemas y algo las mortifica.―¿Quieres hablarlo aquí? ―Candela no borró del todo su sonrisa. ―El equipo nos respalda, así que tenemos unos minutos. ―Nick negó, lo menos que desea ella es recordar su pasado.―Tú tranquila, estoy bien. ―Le aseguró. ―Quizás estoy exagerando porque es la primera persona que veo después de tantos años. ―Acarició su brazo. ―¿Podría quedarme a ayudar aquí en la cocina? ―Candela no se pudo negar a su petición, jamás pondría en esa posición a su amiga y menos cuando sabe que le afectó ver a ese hombre para el que trabajaba.―No te vayas a cortar ni quemar, ¿De acuerdo? Si llego a necesitar ayuda en la barra vengo por ti. ―Le guiñó con diversión.―Te amo. ―Riendo le dio una nalgada a Candela antes de que se fuera, su amiga es la mejor del mundo mundial.Candela paró en seco al escuchar la discusión del CEO intimidante con una mujer, sin duda el hombre es un monstruo frío y malvado. Al ver a la pobre mujer huir para la cocina después de cruzar algunas palabras con el CEO intimidante, alzó las cejas en cuanto él la miró.―Esto no es conmigo. ―Susurró desviando la mirada y siguiendo su camina. ―Señor intimidante, ese será mi nombre para ti. ―Sonrió solita como una loca.―Nunca imaginé que una persona se podía reír sola. ―Candela alzó la mirada y al ver al hombre de aspecto asiático, se encogió de hombros.―Soy feliz, todas las personas que somos felices reímos solos o acompañados. ―Se limpió las manos con el pañuelo. ―¿Algo que desee, señor no me río solo? ―La seriedad del hombre la hizo negar, verdaderamente en esa fiesta únicamente hay hombres que no saben sonreír ni relajarse.―Dame un vodka sin hielo. ―Esko le sostuvo la mirada, notó la suya de reproche.Yannick estaba sirviendo los postres cuando una mujer entró a la cocina, no le diría nada, su vestimenta, las joyas y todo ella grita que es importante, pero verla llorar le pudo.―¿Está usted bien? ―Sophie miró a la chica y con una sonrisa asintió.―Sí cariño. ―La voz dulce de la mujer sorprendió a Yannick, esas mujeres por lo regular tratan a los demás como si no importaran. ―Intento que mi hijo sea feliz, que ya no esté más solo, pero eso parece que a él le molesta mucho. ―Sollozó. ―Me ha hablado horrible porque le presenté a una chica guapa e inteligente, ¿Por qué no se da la oportunidad? ¡Tiene cuarenta y un años! ―Nick rápidamente le pidió a uno de sus compañeros que le facilitara un vaso de agua.―Tranquila, al parecer los hijos suelen ser así. ―Le sonrió. ―Creemos que nuestros padres nos dicen las cosas por molestarnos y no es hasta cuando es tarde que nos damos cuenta de nuestro error. ―Recordó a su nana, ella siempre le aconsejó que dejara a Jean y ella jamás la escuchó. ―Tenga, tome agua. ―Sophie la miró a la cara, esa niña le hace sentir una tranquilidad única.―Eres muy dulce, cariño. ―Le sonrió. ―Muchas gracias por escucharme y por el vaso de agua. ―Nick no dejó de sonreírle, la mujer parece ser de temperamento fuerte, pero es un algodón de azúcar.―¿Ha visto a una mujer rubia que lleva un vestido negro de noche por aquí? ―Ambas miraron en la misma dirección al escuchar esa voz profunda, Yannick pasó saliva con dificultad y su corazón inició a marchar rápido.―No, esa mujer desapareció de la faz de la tierra debido a su corazón roto. ―La mujer sollozó más alto. ―Su hijo la ha tratado de la peor manera.―Por Dios, mamá… ―Vik se apresuró a acercarse a ella, al llegar al área de lavado paró en seco al ver a su madre con esa chiquilla que huyó de él incluso cuando la ayudó.Yannick deseó desaparecer cuando lo vio frente a ella, ¿Está ella ayudando a la madre de su exjefe? Se tiró del pelo mentalmente, pensando únicamente en huir de esa mirada seria que está sosteniendo en ese momento.―Si no fuera por esta dulce chica. ―Sophie se puso en pie. ―Estuviera llorando sola con el corazón roto y triste porque mi bebé se niega a ser feliz. ―Sorbió sus mocos. ―Muchas gracias, cielo. ―Se centró en Yannick. ―Has sido una dulzura, gracias por escucharme y no tratarme tan mal como mi hijo. ―Yannick no hizo más que una mueca por sonrisa, siente esa mirada quemarla por completo.―Ha sido un placer, señora. ―Nick tomó el vaso en manos.―Soy Sophie. ―La mujer agrandó la sonrisa. ―No me perdonaría ser tan descortés y no saber el nombre de quién amablemente me ayudó. ―Nick sonrió y aceptando la mano de la mujer, respiró profundamente.―Yo soy Yannick, es un placer, señora Sophie. ―La mujer, tras darle dos besos, se despidió de ella y tras darle una mirada altanera a su hij
El encuentro que tuvo con su exjefe la desestabilizó por algunos días, pero su vida continua con normalidad, ya no se cruza en su camino y realmente está totalmente segura de que eso jamás pasará.El trabajo en el Central London Hospital, uno de los mejores hospitales privados de Londres como siempre, es muy demandante y hasta difícil, pero ella ama su trabajo y todo lo que tiene que ver al respecto. Las incubadoras de bebés son bastante intensas y muchas no entienden que para salvar a sus hijos hay que ser muchas veces radicales.El turno de la mañana es el más difícil de todos, levantarte después de dormir solamente cuatro horas tras tener un turno de treinta y seis horas, hacer rondas, ponerse al día con los pacientes que fueron ingresados en la noche, pelear que tus pacientes sean bien atendidos o simplemente pelear porque no te lo atendieron bien o te lo quieren robar sin consultarlo contigo. En fin, el turno matutino es el más problemático de todo y es ahí cuando su sobrenombre l
Vikram miró la ciudad por el ventanal de su despacho, Yannick no ha salido de su cabeza desde ya hace tiempo y no entiende por qué, está seguro de que ya no se siente interesado por ella, pero de alguna manera verla nuevamente y tan bien como la vio, le obliga a pensarla día y noche.―¿Qué piensas? ―Oliver entró al despacho de su amigo.―Nada importante. ―Dejó de mirar el panorama y se centró en su amigo. ―¿Qué haces aquí? ―Frunció el ceño.―¿Visitando a mi amigo? ―Alzó las cejas. ―Hoy no he tenido mucho trabajo, los casos están controlados. ―Resopló. ―Me dijeron que te fue bien en la presentación del fin de semana. ―Vik no quería ni siquiera pensar en eso, la verdad debió renunciar ahí mismo y no hacerle caso a su padre.―Sí, pero me sigue faltando una pareja, ¿Por qué debemos tener familia para llevar un país? ―Gruñó molesto.―Es un requisito amigo, al igual que yo, si deseo volverme socio de la firma que quiero, debo estar casado. ―Negó. ―Eso me limita, no pienso casarme. ―Vikram l
La enfermera no pudo pasar del hombre que ya llevaba más de una hora esperando a la doctora Pussett, observar como mira su reloj y aun así permanecer sentado en esa misma silla, la ablandó, sabe que la doctora no vendrá, así que saliendo de la estación de enfermeras se acercó a él.―Señor Loughty. ―Vik se puso en pie al instante, como si fuera familiar de algún paciente. ―La doctora sigue en cirugía. ―Sonrió. ―¿Por qué no se va a casa y lo intenta después? La cirugía puede tardar hasta cuatro horas, ya lleva aquí casi dos. ―Vik suspiró, nunca pensó que el tiempo de un doctor fuera tan limitado.―La esperaré cuanto deba. ―Decidió no irse, debe verla ese día. ―Por favor, cuando salga, dígale que la esperan. ―A la enfermera se le hizo realmente romántica su decisión.―No todos tenemos esa suerte. ―Vik alzó las cejas. ―Por lo general, nuestras parejas se cansan de esperar y se marchan. ―Dio un paso atrás. ―La cafetería está en este piso, para que sepa. ―Le guiñó y se retiró, la doctora le
Yannick lo miró con incredulidad, ¿Acaso sabia él que no asistiría a esa cena? No está loca para aceptar una propuesta como esa, ¿Por qué aceptaría ser ella esposa de él así sin más? Está realmente loco.Con la cabeza echa un lío, se encaminó a la habitación de su paciente, debe explicar por qué se retrasó la cirugía y calmar a la incubadora de bebés. Intentó dejar de pensarlo, se esforzó por no darle vueltas, pero Vikram Loughty, su exjefe, el único de su pasado que ha visto en su presente, la persona que menos pensó que vería y además de eso el que menos consideró que tratara con ella, le dijo en palabras muy directas que la quiere como su esposa.―¿Cómo está el campeón de pediatría? ―El niño sonrió al verla. ―¿Listo para ir a quirófano a deshacernos de esa vesícula?―¡Sí, muy listo! ―El niño se mostró valiente.―¿Pasó algo doctora? ―La mujer la miró. ―¿Por qué se retrasaron? ¿Acaso salió algo mal en los exámenes? ―Yannick negó de inmediato.―No tiene de que preocuparse, señora Clar
Vikram miró la comida sobre la mesa y suspiró, lo ha arruinado absolutamente todo, ¿Qué hará ahora? ¿Cómo podrá llegar nuevamente a ella? Está seguro de que no deseará volver a verle la cara después de las cosas que dijo. ¿Por qué no pensó mejor sus palabras? Por primera vez en su vida está siendo torpe con lo que quiere.Sin nada más que hacer en ese lugar, pidió que le prepararan la comida para llevar y salió del lugar, al mirar a todos lados no la vio, así que supuso que ella se había marchado a su casa. Caminando solo con la comida en mano, fue hasta el hospital para reunirse con Esko.―Ha regresado muy pronto. ―Vik le entregó la comida a su guardaespaldas. ―Gracias. ―El hombre abrió el paquete y lo primero que sacó fue las papas fritas que Yannick dejó. ―¿Cómo ha ido?―¿Alguna vez me viste fallar estrepitosamente? ―Esko alzó las cejas. ―Tenía la oportunidad, Esko, la tenía ahí, frente a mí y actué como un tonto, ¿Por qué actué de esa manera? ―Negó furioso.―Todavía está enamorado
―Creí que estabas en casa. ―Yannick se sobresaltó al escuchar la voz de Jack tan cerca de ella. ―¿Qué haces aquí, Yannick? Vi cuando salías del hospital hace un par de horas. ―Yannick dejó de mirar al interno que medica al bebé por un shock respiratorio y miró a su jefe.―Jefe, ¿Puede por favor no aparecer de esa manera? ―Volvió a mirar al interno que logró controlar la situación. ―Ese chico me va a odiar. ―Susurró negando.―¿No es el bebé prematuro con síndrome de abstinencia? ―Al verla asentir alzó las cejas. ―¿Qué ha hecho ese chico para que le hicieras esto?―Es muy insensible. ―Apartándose, lo invitó a seguirla. ―Pero es bueno en lo que hace, si tan solo se involucrara un poco más, fuera el mejor interno. ―Lo miró a los ojos. ―El chico es buenísimo en todo, esto lo hará un mejor doctor. ―Jack miró las puertas del ascensor.―¿Estás segura? Tú casi renuncias cuando te lo hice a ti. ―La miró de reojo. ―Fueron casi dos años en los que me hablabas meramente si era respecto al trabajo.
―¿Qué sucede? ―Candela se acostó a su lado. ―¿Un mal despertar? ―Yannick miró el techo, se siente más oscuro, vacía, desmotivada y siente como que todo lo malo de su vida estuviera pasando por su cabeza recordándole todo lo que ha sufrido hasta ese momento. ―Háblame, llevas en cama un ahora y estás por llegar tarde al trabajo. ―Yannick no la miró, no parpadeó, ni se movió un centímetro, realmente siente la necesidad de quedarse en cama todo el día.―Siento que hoy no es mi día. ―Aquella contestación que tardó más de lo que esperó, provocó una sonrisa en Candela, para ella ningún día es bueno. —Hoy todo está más oscuro.―No seas dramática, vamos, ponte en pie, es hora de dar oportunidades, tienes que salvar vidas. ―Yannick giró la cabeza para mirar a su amiga.―Realmente siento que no debo salir de mi cama hoy, siento como si la muerte me estuviera esperando ahí afuera. ―Candela besó su frente y tras ponerse en pie inició a tirar de ella.―Estás desmotivada, quizás estés cansada, pero