Vikram miró la ciudad por el ventanal de su despacho, Yannick no ha salido de su cabeza desde ya hace tiempo y no entiende por qué, está seguro de que ya no se siente interesado por ella, pero de alguna manera verla nuevamente y tan bien como la vio, le obliga a pensarla día y noche.
―¿Qué piensas? ―Oliver entró al despacho de su amigo.―Nada importante. ―Dejó de mirar el panorama y se centró en su amigo. ―¿Qué haces aquí? ―Frunció el ceño.―¿Visitando a mi amigo? ―Alzó las cejas. ―Hoy no he tenido mucho trabajo, los casos están controlados. ―Resopló. ―Me dijeron que te fue bien en la presentación del fin de semana. ―Vik no quería ni siquiera pensar en eso, la verdad debió renunciar ahí mismo y no hacerle caso a su padre.―Sí, pero me sigue faltando una pareja, ¿Por qué debemos tener familia para llevar un país? ―Gruñó molesto.―Es un requisito amigo, al igual que yo, si deseo volverme socio de la firma que quiero, debo estar casado. ―Negó. ―Eso me limita, no pienso casarme. ―Vikram lo entendió a la perfección. ―Pero yo tengo tiempo, en cambio, tú no, ¿Qué harás? ―Vik negó, no puede hacer nada.―Estoy perdido, amigo, voy a renunciar. ―Oliver parpadeó varias veces.―¿Qué? ―Preguntó tras haber comprendido, pero sin querer creer.―No me voy a emparejar con una desconocida. ―Le aclaró. ―¿Qué sucederá si gano y no nos llevamos bien después? No quiero pasar el resto de mi vida con una mujer que no sea de mi agrado y sabes que mientras esté al mando no podría divorciarme. ―Oliver suspiró, es una locura lo que dirá, pero debe hacerlo.―Joe te dio una alternativa. ―Vikram frunció el ceño, ¿Desde cuándo toman las palabras de Joe en serio? ―Piénsalo bien, tienes algunos meses para conseguir a alguien, puedes investigar a la chica y salir con ella lo más que puedas para conocerse lo suficiente...―Aunque considerara esa locura. ―Lo cortó. ―En dos semanas tenemos una fiesta y debo presentar a mi pareja. Se vería demasiado extraño asistir sin mi futura esposa. ―Negó repetidamente. ―Dos semanas no son suficientes.―Vamos hombre. ―Oliver rio incrédulo. ―No me digas que no hay ni una sola chica que te haya interesado en el pasado. ―Al ver el gesto de su amigo se acomodó en su silla. ―Sí, la hay y no trates de mentirme. ―Vik gruñó irritado.―¿Recuerdas a la chica de ojos extraños en mi cumpleaños? ―Oliver hizo un poco de memoria.―¿La camarera bajita y tierna?―Era mi asistente. ―Confesó finalmente. ―Ella me conoce lo suficiente y yo a ella, pero sé que no aceptaría algo como eso.―¿Qué te cuesta intentarlo? ―Lo animó. ―Vamos amigo, es camarera, puedes ofrecerle dinero y estoy seguro de que lo considerará. ―Vik quiso considerar hacerlo, pero algo en él todavía estaba muy resentido por el hecho de que esa mujer no recordó que la ayudó. ―Mira. ―Oliver insistió. ―Dile a Esko que la investigue, vas a su casa o trabajo para que no pueda evitarte, llevas rosas, algunos chocolates y lo das todo por el todo. ―Agrandó la sonrisa. ―Tienes el don de la persuasión, ponlo en práctica.―Es una locura. ―Humedeció sus labios. ―Pero creo que la desesperación me está ganando. ―Tomando el móvil en manos, lo marcó.―¿Estás llamando a Esko? ―Vik negó.―Mi madre conoció a Yannick y le gustó, ella puede ayudarme si hace falta, pero antes debo contarle lo que está pasando. ―Oliver sonrió, su amigo tiene las cosas ganadas.Una vez habló con su madre, se contactó con Esko para que recopilara toda la información referente a Yannick. Es una total locura lo que está por hacer, pero es la única manera de estar dentro del juego y además no es seguro que sea el ganador, así que lo más probable es que deban separarse en poco tiempo.―Está todo listo señor. ―Esko dejó una carpeta sobre el escritorio de su jefe. ―Todo lo que me pidió está detallado, ¿Algo más?―Siéntate, vamos a tomarnos un trago. ―Esko obedeció y aceptó la copa que su jefe le brindó, no está mal relajarse unos minutos. ―¿Recuerdas a Yannick? ―Esko asintió, de no recordarla, ya lo hubiera hecho, con la investigación exhaustiva que hizo de ella. ―¿Crees que podría aceptar ser mi esposa? ―Esko alzó las cejas. ―Estoy pensando hacerle una propuesta, ella se volverá mi esposa y yo le daré mucho dinero a cambio.―¿Puede leer el expediente? ―Su petición lo extrañó, pero aun así obedeció y lo primero que vio fue la foto de Yannick con uniforme de doctor. ―Creo que el dinero no es un problema para ella, cirujana pediátrica, es especialista y es una de las mejores cirujanas que ha visto el mundo. La chica es una de las pocas expertas en conectar vasos sanguíneos. ―Vik estaba de boca abierta. ―No ha tenido pareja en once años, vive prácticamente en ese hospital y por alguna razón que usted y yo sabemos, le gusta muchísimo la discreción, al punto de no ser fotografiada ni grabada en las premiaciones porque simplemente no asiste. ―Vikram rascó su barba.―Con más razón la quiero. Ella es la indicada. ―Esko se sorprendió, no esperó una contestación así. ―Espérame abajo, soluciono unas cosas aquí e iremos a darle una vista. ―Sin cuestionar a su jefe, se tomó el trago una vez se puso en pie y se marchó sin mirar atrás.Vikram leyó un poco más el expediente y la mujer realmente le pareció admirable, los primeros años realmente lo pasó mal, fue bailarina, camarera y limpiaba casas para poder sobrevivir y estudiar al mismo tiempo.Decidido a que ella es la indicada, dejó todo resuelto en la oficina y se reunió con Esko, pasará por flores y chocolates, le dará una sorpresa en el hospital y la va a convencer para que acepte su propuesta.***Yannick miró la pantalla y con ello la imagen que muestra la tomografía, el niño tiene el intestino obstruido y está por reventar. Sin nada que esperar también envió radiografías, necesita ver más detalladamente lo que tiene el niño.―No puede ser, ¿Qué son esas cosas? ―Los internos miraron con curiosidad el cuerpo extraño.―¿Esa es una bola? ―Preguntó Fischer.―De hecho, son muchas, y al parecer han crecido. ―Yannick comparó la tomografía y la radiografía. ―¿Están creciendo? Hay que hablar con la madre, el niño debe ser operado de urgencia. ―Se dirigieron a la habitación del niño. ―Señora Collins, su hijo tienen una obstrucción intestinal, al parecer tragó muchas bolitas que crecen cada vez más. ―Al ver a la mujer cerrar los ojos, supo de inmediato que sabía lo que pasaba.―Por Dios, por eso había menos de las que había dejado. ―Inició a llorar. ―Yo dejé algunas perlas de agua sobre la mesa y el teléfono sonó, yo me fui solamente por un minuto, lo juro… creí que las había tirado...―Está bien, señora Collins, tranquilícese. ―Miró a los internos. ―Tenemos que llevarnos al niño de urgencia, pide un quirófano. ―Ordenó a un interno. ―¿Quién me da información de las perlas de agua?―Las perlas de agua tienen productos químicos polímeros superabsorbentes. ―Contestó Fischer. ―También son conocidas como perlas de hidrogel, capsulas gelatinosas y esferas, entre otros.―¿Son tóxicas? ―Preguntó la mujer al punto de desmayarse.―Fischer, ¿Puede contestarle a la señora Collins?―No son tóxicas, pero no dejarán de crecer, por lo que hay que extraerlas cuanto antes.―Doctora Pussett, se le solicita en la central de enfermeras del primer piso. ―Yannick soltó el aire por la boca, estaba siendo un día pesado.―Doctora Fischer, la dejo a cargo, prepare al paciente y los veo en el quirófano en cinco minutos. ―Salió de la habitación directo al ascensor.―¿Día difícil? ―Al ver a su lado sonrió, no había visto a su compañera.―Los pequeños humanitos parecen querer acabar con sus vidas. ―Negó. ―Ser padres es tratar de mantener con vida a esos diminutos seres. ―Roberta carcajeó. ―¿Qué me dices de ti?―Los humanos grandes también suelen ponerse en peligro. ―Bufó. ―¿Quién hace una carrera de bicicleta ilegal solamente por beberse una cerveza al llegar a la meta? ―Rodó los ojos. ―Estoy harta de la gente tonta. ―Ambas bajaron del elevador.―¿Qué tienen para mí? ―Llegó a la central de enfermeras. ―Tengo una cirugía de urgencias en cinco minutos. ―Las enfermeras que estaban observando y cuchicheando algo en particular, la miraron.―Un guapo galán está preguntando por ti. ―Yannick frunció el cejo confundida.―Trajo flores y chocolates, ¿Cuándo pensabas decirnos que tenías novio? ―Nick buscó al hombre en cuestión y al verlo más allá, se agachó con rapidez.―No le den razones de mí. Hagan lo que sea necesario para que se vaya. ―Sin esperar a más, se marchó del lugar sin que Vik la viera, si se niega a irse, él se cansará y se irá del lugar.Pero ¿Qué hace él buscándola? ¿Por qué llevaba flores? Habían pasado dos semanas desde que se reencontraron, ¿Por qué querer verla? Las preguntas la estaban enloqueciendo, pero rápidamente se centró, debe salvar la vida de un niño.La enfermera no pudo pasar del hombre que ya llevaba más de una hora esperando a la doctora Pussett, observar como mira su reloj y aun así permanecer sentado en esa misma silla, la ablandó, sabe que la doctora no vendrá, así que saliendo de la estación de enfermeras se acercó a él.―Señor Loughty. ―Vik se puso en pie al instante, como si fuera familiar de algún paciente. ―La doctora sigue en cirugía. ―Sonrió. ―¿Por qué no se va a casa y lo intenta después? La cirugía puede tardar hasta cuatro horas, ya lleva aquí casi dos. ―Vik suspiró, nunca pensó que el tiempo de un doctor fuera tan limitado.―La esperaré cuanto deba. ―Decidió no irse, debe verla ese día. ―Por favor, cuando salga, dígale que la esperan. ―A la enfermera se le hizo realmente romántica su decisión.―No todos tenemos esa suerte. ―Vik alzó las cejas. ―Por lo general, nuestras parejas se cansan de esperar y se marchan. ―Dio un paso atrás. ―La cafetería está en este piso, para que sepa. ―Le guiñó y se retiró, la doctora le
Yannick lo miró con incredulidad, ¿Acaso sabia él que no asistiría a esa cena? No está loca para aceptar una propuesta como esa, ¿Por qué aceptaría ser ella esposa de él así sin más? Está realmente loco.Con la cabeza echa un lío, se encaminó a la habitación de su paciente, debe explicar por qué se retrasó la cirugía y calmar a la incubadora de bebés. Intentó dejar de pensarlo, se esforzó por no darle vueltas, pero Vikram Loughty, su exjefe, el único de su pasado que ha visto en su presente, la persona que menos pensó que vería y además de eso el que menos consideró que tratara con ella, le dijo en palabras muy directas que la quiere como su esposa.―¿Cómo está el campeón de pediatría? ―El niño sonrió al verla. ―¿Listo para ir a quirófano a deshacernos de esa vesícula?―¡Sí, muy listo! ―El niño se mostró valiente.―¿Pasó algo doctora? ―La mujer la miró. ―¿Por qué se retrasaron? ¿Acaso salió algo mal en los exámenes? ―Yannick negó de inmediato.―No tiene de que preocuparse, señora Clar
Vikram miró la comida sobre la mesa y suspiró, lo ha arruinado absolutamente todo, ¿Qué hará ahora? ¿Cómo podrá llegar nuevamente a ella? Está seguro de que no deseará volver a verle la cara después de las cosas que dijo. ¿Por qué no pensó mejor sus palabras? Por primera vez en su vida está siendo torpe con lo que quiere.Sin nada más que hacer en ese lugar, pidió que le prepararan la comida para llevar y salió del lugar, al mirar a todos lados no la vio, así que supuso que ella se había marchado a su casa. Caminando solo con la comida en mano, fue hasta el hospital para reunirse con Esko.―Ha regresado muy pronto. ―Vik le entregó la comida a su guardaespaldas. ―Gracias. ―El hombre abrió el paquete y lo primero que sacó fue las papas fritas que Yannick dejó. ―¿Cómo ha ido?―¿Alguna vez me viste fallar estrepitosamente? ―Esko alzó las cejas. ―Tenía la oportunidad, Esko, la tenía ahí, frente a mí y actué como un tonto, ¿Por qué actué de esa manera? ―Negó furioso.―Todavía está enamorado
―Creí que estabas en casa. ―Yannick se sobresaltó al escuchar la voz de Jack tan cerca de ella. ―¿Qué haces aquí, Yannick? Vi cuando salías del hospital hace un par de horas. ―Yannick dejó de mirar al interno que medica al bebé por un shock respiratorio y miró a su jefe.―Jefe, ¿Puede por favor no aparecer de esa manera? ―Volvió a mirar al interno que logró controlar la situación. ―Ese chico me va a odiar. ―Susurró negando.―¿No es el bebé prematuro con síndrome de abstinencia? ―Al verla asentir alzó las cejas. ―¿Qué ha hecho ese chico para que le hicieras esto?―Es muy insensible. ―Apartándose, lo invitó a seguirla. ―Pero es bueno en lo que hace, si tan solo se involucrara un poco más, fuera el mejor interno. ―Lo miró a los ojos. ―El chico es buenísimo en todo, esto lo hará un mejor doctor. ―Jack miró las puertas del ascensor.―¿Estás segura? Tú casi renuncias cuando te lo hice a ti. ―La miró de reojo. ―Fueron casi dos años en los que me hablabas meramente si era respecto al trabajo.
―¿Qué sucede? ―Candela se acostó a su lado. ―¿Un mal despertar? ―Yannick miró el techo, se siente más oscuro, vacía, desmotivada y siente como que todo lo malo de su vida estuviera pasando por su cabeza recordándole todo lo que ha sufrido hasta ese momento. ―Háblame, llevas en cama un ahora y estás por llegar tarde al trabajo. ―Yannick no la miró, no parpadeó, ni se movió un centímetro, realmente siente la necesidad de quedarse en cama todo el día.―Siento que hoy no es mi día. ―Aquella contestación que tardó más de lo que esperó, provocó una sonrisa en Candela, para ella ningún día es bueno. —Hoy todo está más oscuro.―No seas dramática, vamos, ponte en pie, es hora de dar oportunidades, tienes que salvar vidas. ―Yannick giró la cabeza para mirar a su amiga.―Realmente siento que no debo salir de mi cama hoy, siento como si la muerte me estuviera esperando ahí afuera. ―Candela besó su frente y tras ponerse en pie inició a tirar de ella.―Estás desmotivada, quizás estés cansada, pero
Yannick miró a la mujer a su lado, en otro momento hubiera reaccionado con impresión, pero justo en ese instante se siente inútil, impotente y enojada, no debió salir de su cama, ella sabía que era un día gris.―Dudo mucho que sea un día soleado. ―Se sentó en la banca y miró al frente. ―Muchas veces un día gris es más que un día malo. ―Sophie se sentó junto a ella.―A juzgar por la sangre en tu uniforme, sé que ha sido duro. ―Suspiró. ―Creó que no elegí el mejor momento para visitarte. ―Sonrió al mirarla.―No se preocupe, todo el tiempo pasan estas cosas. ―La calmó retomando el control. ―Soy doctora, debo estar acostumbrada.―Ser doctora no te hace una máquina, linda, puedes derrumbarte y sentir algunas veces. ―Yannick miró a la mujer, sus palabras la reconfortan, pero no lo demostró.―¿Está bien? ¿Ha venido a una consulta? Yo puedo pedirle el favor a mis compañeros para que tenga el mejor servicio y…―Oh, no, linda. ―La cortó. ―Esta vieja está en perfecto estado de salud gracias a Dio
Yannick decidió cerrar, limpiar y acondicionar el cuerpo de Emir, ella misma, verlo en esa mesa de cirugía con los ojos cerrados y tan pacífico le rompió el alma. Era solo una cirugía para saber como estaba la infección, era solo eso y ahora está ahí sin vida, sin posibilidades de sonreír, hablar y contagiar esa alegría de la que era dueño.No pudo hacer nada, lo sabía, le quedaba claro todo al repasar cada paso en su cabeza, pero aun así no puede evitar sentir culpa. Es parte de su trabajo perder vidas, es inevitable no fallar en algunas cirugías, pero no lo concibe.Ella debió quedarse en casa, debió quedarse mirando el techo por el resto del día, no debió salir de su casa. Tenía la sensación de que la muerte la estaba esperando, pero al parecer ella es la muerte.Tras mirar a Emir por unos interminables minutos, decidió salir del quirófano, debe enfrentar a Mónica, debe ver a una mujer a los ojos y decirle que su niño, que su hijo, ese que luchaba contra el cáncer, murió en la mesa
Yannick miró por la ventanilla, desde luego debió quedarse en su cama sin hacer nada y reprochándole a la vida lo injusto que es con ella y otras tantas personas. El día ha sido pesado y como cereza del pastel demostró su debilidad a Vikram Loughty, el hombre que la salvó de las garras de su ex maltratador, pero que la dejó ir sin más.―¿Se enojó con su madre por contarme la verdad? ―No lo miró, siguió observando la ciudad a través de la ventanilla del auto.―Un poco. ―Aceptó. ―Creí que te sentirías obligada a pagarme lo que desinteresadamente hice por ti. ―Yannick giró la cabeza para poder mirarlo.―¿Por qué es así conmigo? ―Preguntó un tanto confusa al recordar las palabras de Candela. ―Usted es un hombre serio, frío y desinteresado con los demás, ¿Por qué me salvó? ―Vik miró fijamente el camino, mentiría como siempre, pero ella se abrió a él y es justo que él haga lo mismo.―Las personas conocen y saben de mí lo que yo quiero. ―Lamió sus labios. ―Que los demás digan que soy frío, se