―¿Qué sucede? ―Candela se acostó a su lado. ―¿Un mal despertar? ―Yannick miró el techo, se siente más oscuro, vacía, desmotivada y siente como que todo lo malo de su vida estuviera pasando por su cabeza recordándole todo lo que ha sufrido hasta ese momento. ―Háblame, llevas en cama un ahora y estás por llegar tarde al trabajo. ―Yannick no la miró, no parpadeó, ni se movió un centímetro, realmente siente la necesidad de quedarse en cama todo el día.―Siento que hoy no es mi día. ―Aquella contestación que tardó más de lo que esperó, provocó una sonrisa en Candela, para ella ningún día es bueno. —Hoy todo está más oscuro.―No seas dramática, vamos, ponte en pie, es hora de dar oportunidades, tienes que salvar vidas. ―Yannick giró la cabeza para mirar a su amiga.―Realmente siento que no debo salir de mi cama hoy, siento como si la muerte me estuviera esperando ahí afuera. ―Candela besó su frente y tras ponerse en pie inició a tirar de ella.―Estás desmotivada, quizás estés cansada, pero
Yannick miró a la mujer a su lado, en otro momento hubiera reaccionado con impresión, pero justo en ese instante se siente inútil, impotente y enojada, no debió salir de su cama, ella sabía que era un día gris.―Dudo mucho que sea un día soleado. ―Se sentó en la banca y miró al frente. ―Muchas veces un día gris es más que un día malo. ―Sophie se sentó junto a ella.―A juzgar por la sangre en tu uniforme, sé que ha sido duro. ―Suspiró. ―Creó que no elegí el mejor momento para visitarte. ―Sonrió al mirarla.―No se preocupe, todo el tiempo pasan estas cosas. ―La calmó retomando el control. ―Soy doctora, debo estar acostumbrada.―Ser doctora no te hace una máquina, linda, puedes derrumbarte y sentir algunas veces. ―Yannick miró a la mujer, sus palabras la reconfortan, pero no lo demostró.―¿Está bien? ¿Ha venido a una consulta? Yo puedo pedirle el favor a mis compañeros para que tenga el mejor servicio y…―Oh, no, linda. ―La cortó. ―Esta vieja está en perfecto estado de salud gracias a Dio
Yannick decidió cerrar, limpiar y acondicionar el cuerpo de Emir, ella misma, verlo en esa mesa de cirugía con los ojos cerrados y tan pacífico le rompió el alma. Era solo una cirugía para saber como estaba la infección, era solo eso y ahora está ahí sin vida, sin posibilidades de sonreír, hablar y contagiar esa alegría de la que era dueño.No pudo hacer nada, lo sabía, le quedaba claro todo al repasar cada paso en su cabeza, pero aun así no puede evitar sentir culpa. Es parte de su trabajo perder vidas, es inevitable no fallar en algunas cirugías, pero no lo concibe.Ella debió quedarse en casa, debió quedarse mirando el techo por el resto del día, no debió salir de su casa. Tenía la sensación de que la muerte la estaba esperando, pero al parecer ella es la muerte.Tras mirar a Emir por unos interminables minutos, decidió salir del quirófano, debe enfrentar a Mónica, debe ver a una mujer a los ojos y decirle que su niño, que su hijo, ese que luchaba contra el cáncer, murió en la mesa
Yannick miró por la ventanilla, desde luego debió quedarse en su cama sin hacer nada y reprochándole a la vida lo injusto que es con ella y otras tantas personas. El día ha sido pesado y como cereza del pastel demostró su debilidad a Vikram Loughty, el hombre que la salvó de las garras de su ex maltratador, pero que la dejó ir sin más.―¿Se enojó con su madre por contarme la verdad? ―No lo miró, siguió observando la ciudad a través de la ventanilla del auto.―Un poco. ―Aceptó. ―Creí que te sentirías obligada a pagarme lo que desinteresadamente hice por ti. ―Yannick giró la cabeza para poder mirarlo.―¿Por qué es así conmigo? ―Preguntó un tanto confusa al recordar las palabras de Candela. ―Usted es un hombre serio, frío y desinteresado con los demás, ¿Por qué me salvó? ―Vik miró fijamente el camino, mentiría como siempre, pero ella se abrió a él y es justo que él haga lo mismo.―Las personas conocen y saben de mí lo que yo quiero. ―Lamió sus labios. ―Que los demás digan que soy frío, se
Vikram tuvo que viajar por trabajo justo después de la fiesta, aquello no le dio tiempo para hablar bien las cosas con Yannick y, por tanto, está un poco nervioso ahora que la volverá a ver. Se siente aliviado por su aceptación, pero que se besaran, que coquetearan y actuaran como una pareja de verdad lo tiene un poco desconcertado.¿Cómo es posible que se pueda tener tanta química? No tiene respuesta a esa pregunta, o quizás sí, ella sabe cómo hacer su trabajo y lo dejó bien en claro. Se siente satisfecho al saber que todos creyeron su historia y nadie lo cuestionó, al contrario, lo felicitaron por tener una prometida como ella, por supuesto el tema del anillo de compromiso salió a la luz, pero Yannick resolvió y le demostró una vez más que lo tiene todo para ser su esposa.Las cosas en Colombia no habían estado bien, algunos de los hoteles estaban dando problemas y se vio obligado a extender su estadía a una semana, ya lo estaba solucionando todo, pero aun así quería estar seguro de
Yannick llegó al hospital y verlo todo tranquilo le gustó, de vez en cuando es bueno no tener niños con heridas graves que necesiten cirugías, o madres que necesiten cesaría, o niños accidentados que también necesiten cirugías. De vez en cuando le encanta visitar a los ya internados y recorrer los demás pisos.―Sí, señores, aquí viene la futura señora Loughty. ―Yannick sonrió al ver a Roberta.―Solamente vengo a tu piso a visitar, no para que me ataques. ―Las enfermeras sonrieron.―¿Es cierto que está saliendo con Vikram Loughty? ―Uno de los internos de Roberta se metió en la conversación.―¿Qué hacen ustedes aquí escuchando lo que no les importa? ―Los miró con ojos grandes. ―Largo de aquí, vayan a salvar vidas, hagan algo productivo. ―Los internos se movilizaron al instante.―Es un buen partido, doctora Pussett. ―La jefa de enfermería de piso le sonrió. ―Yo que usted lo gritaría a los cuatro vientos, después de todo está recibiendo ayuda de los medios. ―Yannick negó e inició a camina
―Den espacio doctores. ―Jack los apartó. ―Déjenla respirar, vamos. ―Miró a Vikram. ―Llévela a mi oficina, iré una vez la situación esté controlada. ―Vik no perdió ni un segundo y se alejó de las miradas curiosas.―¿Por dónde es? ―Miró a su alrededor, no tiene idea de a donde ir. ―Yannick, necesito que me digas por donde es. ―Yannick entre temblores por los sollozos le señaló el camino.―Yo debí irme. ―Sollozó nuevamente al entrar al despacho. ―Yo debí irme a casa. ―Lo miró todavía en shock. ―Hoy era un buen día… yo jamás tengo buenos días, pero hoy era uno. ―Se limpió las lágrimas.―Todo pasó, estás bien. ―Le tendió un pañuelo. ―Se están haciendo cargo, todo acabará. ―Yannick asintió varias veces tratando de retomar el control de sus emociones.―Sí, tienes razón, todo está bien. ―Sorbió los mocos. ―Estoy bien, estoy aquí, no me hizo daño. ―Volvió a asentir un par de veces. ―¿Cómo es que te enteraste de lo que pasó? ―Lo miró interrogante, ha llegado demasiado rápido.―Estaba de camino a
―Perdón. ―Yannick pasó saliva con dificultad. ―No quise reaccionar así, es solo que. ―Se echó a reír con nerviosismo. —Nunca me imaginé tener relaciones sexuales con un hombre bajo un contrato. ―Miró a Vik sin parar de reír. ―Además, fue mi jefe, ¡Mi jefe! ―Oliver miró a su amigo divertido, con esa chica jamás se aburrirá, lo sabe bien. ―Puede continuar, yo lo siento. ―Oliver le tendió unas páginas.―Ya redacté lo que sería un ejemplo del contrato, pueden leerlo y agregar o eliminar lo que no les guste. ―Vik con el corazón latiendo descontrolado, ojeó las páginas, pero no podía concentrarse, él solamente podía mirar a esa chica de ojos extraños frente a él.―El compromiso se dará de manera instantánea. ―Nick inició a leer en voz alta. ―¿O sea que yo no sabré cuando pasará? ―Los miró.―Si lo quieres, podemos planearlo ambos. ―Ofreció Vik.―Aunque eso le quitaría autenticidad. ―Oliver se negó. ―Es mejor que todo se dé de manera natural, como si la relación fuera real. De eso se trata, ¿