11 años más tarde, Inglaterra, Londres.
Sin duda los años no fueron fáciles para Yannick Pussett, quizás su adolescencia y juventud fue una constante lucha, pero vivió y logró escapar de las garras de los Piti.La última golpiza que le dio su exnovio aún está reciente en ella, las marcas en su cuerpo es un recordatorio permanente de que la vida le dio otra oportunidad. Costillas rotas, pulmones colapsados, hígado perforado y bazo roto, esas fueron algunas de las consecuencias tras aquella paliza que le hizo entender la suerte que tuvo al no morir en cirugía.No sabe exactamente lo que pasó y como fue que llegó a Inglaterra, pero sí tenía claro quién estaba detrás de esa “ayuda” La familia Piti, es una de las más influyentes de Colombia y por supuesto lo dan y lo hacen todo por su hijo. Al despertar se vio en una mansión y rodeada de sirvientas y personal médico. Estuvo en coma por un mes y su primer pensamiento fue huir de ellos y lo hizo.No se quedó a preguntar, no se quedó a averiguar qué era lo que pasaba ni escuchó nada de lo que quisieron decirle, ella únicamente escapó de los padres de Jean y cruzó medio país casi muerta hasta llegar a Londres, lugar que le dio una nueva oportunidad. Desde el día uno, Dios y el universo le pusieron a Candela en su camino, aquella chica fue su salvación y gracias a ella pudo seguir adelante y superarlo absolutamente todo.Desde que se escapó no ha escuchado nada de la familia Piti, han pasado once años y ella se libró completamente de esa gente, el miedo irracional que le daba el pensar que ellos podrían encontrarla duró años, pero finalmente se convenció de que no la buscarían, ella tenía pruebas suficientes para meterlos a todos a la cárcel. Al hijo por darle una paliza hasta casi matarla y a los padres por sacarla de su país natal sin su consentimiento y mantenerla en una mansión en vez de un hospital cuando estaba en coma.¿Qué si todo el sufrimiento valió la pena? Yannick sabe que lo ha valido todo, ahora es especialista en cirugía de los pequeños humanitos, ama su trabajo, tiene nuevas experiencias y es sumamente feliz al verse donde está.Yannick se sentó en una banca y soltó un largo, pero satisfecho suspiro. Ha salido de cirugía y estuvo de pie por más de cinco horas, ¿Cansancio? Sonrió al pensar en esa palabra, su trabajo le da toda la energía que necesita y a pesar de pasar días en el hospital ella lo daría todo sin importar nada.―Doctora Pussett, el paciente con asma está teniendo un ataque. ―Thomas, uno de los internos que le cedieron para ese día, llegó corriendo a ella.―El café será para después, Matilda. ―Le sonrió a la encargada de la cafetería antes de acelerar el paso. ―¿Cómo están los niveles de flujo espiratorio? ―El chico agitado, la miró sin perderle el paso.―Está en rojo. ―Yannick soltó un jadeo al subir al ascensor. ―Traté de controlarlo con albuterol, pero no le hizo efecto y el ataque fue inevitable. ―Yannick asintió, el paciente ha estado muy complicado el último día.―Quiero que busques al especialista en asma. ―Lo miró. ―No sé como lo harás, pero lo quiero aquí ahora. ―El chico sin cuestionar salió del ascensor en cuanto vio las puertas abiertas.Yannick salió del elevador en su piso y al escuchar su localizador, inició a correr sin detenerse, el pequeño humanito está en crisis y debe llegar cuanto antes. Al entrar a la habitación del niño, las enfermeras y los internos intentan ayudarlo, pero no ve resultados.―Le hemos puesto corticoesteroides inhalatorios, pero no ha funcionado. ―Informó una de las internas. ―Casi no puede respirar. ―Yannick se acercó al pequeño que casi no podía respirar.―Creo que hay que intubarlo. ―Aconsejó el otro interno nervioso.―Hora de actuar como doctores. ―Yannick los miró apartándose del niño después de calmarlo. ―¿Qué padece nuestro paciente? ―Miró al más nervioso. ―¿Doctor Taylor? ―El interno pasó saliva, ¿Cómo puede estar tan tranquila cuando ese niño no deja de toser y ahogarse? ―Muy lento, ¿Doctora Davies?―El paciente padece de asma persistente severa.―¿Síntomas? ―Se centró en el niño para revisarlo y ver lo que está pasando por su propia cuenta.―Dificultad para respirar, sibilancias, tos seca, dolor en el pecho…―Bien, bien. ―La calló. ―Atienda a nuestro paciente. ―Se apartó. ―¿Qué es lo primero que se debe hacer en un ataque de asma?―¡Pruebas! ―Respondió Taylor apresuradamente.―¿Doctora Davies? ―La chica, quien ya estaba arreglando al niño, respondió de inmediato.―Calmar al paciente y no permitir que se recueste, tratar de controlar la crisis a la vez que se le hacen las pruebas. ―Pasó saliva, el niño parecía no empeorar, pero aún así no respira bien. ―Si la crisis persiste, cambiar la medicación o aumentar la dosis.―¿Nuestro paciente está fuera de riesgos? ―La chica miró al niño y dudó. ―Lo hemos medicado con inhaloterapia, lo cual no ha resultado del todo, por lo que ahora deberíamos cambiar la medicación a ipratropia. ¿Para qué sirve la ipratropia y que por qué elegimos esta medicación? Doctor Taylor, lo escucho.―El ipratropio se utiliza a veces como broncodilatador para tratar un ataque de asma grave, especialmente si el albuterol no es completamente efectivo.―Bien, adelante doctores. ―Ambos internos se pusieron manos a la obra, pero el niño parecía complicarse después de estabilizarse, Yannick trató de no maldecir en voz alta, ¿Por qué había empeorado? ―Déjenme a mí, quiero a Walsh aquí de inmediato con el especialista. ―Ordenó a ambos. ―Vamos fortachón, tú puedes, no quiero intubarte, tú puedes. ―Lo animó aumentando la dosis en la medicación.―Si sigue así, será inevitable intubarlo. ―La enfermera la miró. ―Ya no podremos medicarlo más. ―Yannick sabía que debía intubarlo, pero no quería hacerlo, apenas pasó un día sin ese tubo. ―Doctora, hay que hacerlo, los niveles de oxígenos están bajando, podemos tener un shock respiratorio.―Hay Que hacerlo, quiero un tubo endotraqueal, sin balón, ya, ya, ya. ―Los apresuró a todos.Yannick miró al niño mientras le da toda la información reciente al especialista en asma, ambos habían estado ayudando al niño la última semana y todo parecía empeorar, lo peor de esos casos era hablar con las incubadoras de bebés.―¿Por qué está empeorando? Hace apenas un día estaba bien, no lo entiendo. ―La mujer envuelta en llanto y asustada hasta el tuétano la miró. ―Se supone que lo estaban controlando…―En estos casos es mejor hacer estudios más profundos. ―Yannick con su particular tono de voz aterciopelado y suave, le brindó paz y confianza a la mujer. ―Cuando lo trasladaron aquí nosotros volvimos a hacer los mismos estudios que le hicieron en el otro hospital.―Pero… pero su pediatra dijo que solamente era asma severa. ―Yannick asintió, es muy difícil contarles las cosas a los padres.―Quizás haya algo que no vimos antes, pero no tiene que preocuparse, la ayudaremos. ―Después de explicarle que pruebas harían, decidió dejarla sola para que pudiera estar con su hijo.―¿Día difícil? ―Emma, la jefa de enfermería, la miró con una sonrisa en los labios. ―Esa mirada la conozco. ―Yannick resopló.―Creo que el niño tiene neumotórax y es muy probable que tenga que volver a cirugía. ―La mujer negó.―Debería tomarse unas vacaciones, doctora Pussett, se las tiene muy merecidas. ―Yannick rio, no es de tomar vacaciones y menos cuando tiene muchos pacientes a su cargo.Efectivamente, el diagnóstico de Yannick fue correcto y el quirófano tres recibió su visita. La operación no fue complicada, se colocaron tubos que pueden drenar aire de la cavidad pleural para que el pulmón vuelva a expandirse. Durante la cirugía, Yannick también reparó la pared del pulmón para que haya menos probabilidades de que vuelva a colapsar.La operación fue todo un éxito y como siempre, las felicitaciones y la alegría se hizo presente en el quirófano. Cada participante de la operación salió satisfecho por el logro que habían tenido.―Quiero que te vayas a casa ahora. ―Jack O´Neil, director del hospital y mentor de Yannick se cruzó de brazos. ―Has estado más de cuarenta y ocho horas en el hospital, ha tenido dos cirugías y ya puede irse a descansar, doctora.―Pero debo estar al pendiente de mis pacientes en postoperatorio. ―Lo miró incrédula.―Puede delegar, hay otros especialistas y buenos residentes que se pueden hacer cargo de sus pacientes, también están las enfermeras. ―Yannick miró la central de enfermeras y suspiró.―Bien, iré a dar una última ronda y…―No. ―La cortó. ―Te vas a casa ahora o llamaré a Candela. ―El hombre canoso, de piel oscura y alto, miró su reloj de pulso. ―Son las once horas, te quiero fuera de mi hospital en veinte minutos.―Yo elegiré a quien se quede con sus pacientes. ―Se ofreció la jefa de enfermeras. ―Vaya a descansar, doctora. ―Yannick sin poder hacer nada más, decidió marcharse a casa, la verdad ahora si siente falta de energía.Candela, que ya había recibido la llamada de Jack, esperó pacientemente en la sala y al escuchar el motor del coche acercarse, rápidamente corrió a la puerta para recibirla. No tiene a su mejor amiga mucho tiempo en casa y cuando es así no quiere dejarla en paz.―¡Finalmente, llegaste! ―Chilló abrazándola. ―Te he preparado un desayuno de rechupete, vamos, ve a lavarte para que bajes a comer. ―Yannick soltó un largo suspiro de cansancio, ahora si lo está sintiendo y mucho.―Quiero irme a la cama, no quiero ni siquiera bañarme. ―Soltó el bolso en el sofá. ―¿Me perdonarías si te dejo con la comida servida? ―Candela fue tras ella.―No, sabes que no te lo perdonaría. ―Endureció el gesto. ―Amenos de que hoy en la noche me acompañes a un evento. ―Yannick se detuvo y la miró como si hubiera perdido la razón. ―No me mires así, antes por lo menos me acompañabas por lo menos una vez al mes.―Tengo pacientes en postoperatorio, si llegan a llamarme tendré que marcharme sin mirar atrás.―Eso no pasará. ―Se encogió de hombros. ―Jack ha dicho que apagues tu localizador y que te tomes por lo menos tres días de descanso. Nick… vamos, puedes descansar y después acompañarme, no me dejes sola. ―Ver la súplica en el precioso rostro de su amiga, la convenció.―Está bien, pelirroja, voy a descansar, me despiertas cuando sea la hora de marcharnos. ―Candela gritando como loca la abrazó. ―Sí, si no fuera por ti jamás me divertiría. ―Río divertida.―Y es por eso por lo que haré todo lo que está en mi poder para que puedas salir y divertirte de vez en cuando. ―Tras plantarle un beso en los labios, se marchó feliz, gritando y dando salti
Vikram miró con incredulidad a la chica desaparecer más allá, ¿Qué ha visto? Se cuestionó, sin poder creérselo, ¿Acaso esa niña torpe e introvertida estaba ahí? ¿Cómo es posible que después de once años ella esté en Londres? ¿Acaso no huyó nuevamente a Colombia? Las preguntas invadieron su cabeza sin darle descanso.Él se sintió realmente mal cuando le informaron que la chica había escapado, se sintió hasta molesto por cómo se fue después de ayudarla y por eso decidió seguir con su vida, pero ahora ella está ahí, tan cerca que parece ridículo.―Vik, nos estás asustando. ―Oliver cruzó mirada con sus amigos y después lo miraron a él descolocados. ―¿Puedes dejar de actuar como un loco y responder? ―Gruñó más enojado por su falta de reacción.―Lo siento. ―Vik espabiló al ver a la pelirroja acercarse a ellos. ―Creí ver algo, pero es imposible. ―Sonrió dándole un trago a su copa, es imposible que ella esté ahí, ¿Por qué huir al otro lado del país cuando podía volver a Colombia?―Buenas noch
Yannick deseó desaparecer cuando lo vio frente a ella, ¿Está ella ayudando a la madre de su exjefe? Se tiró del pelo mentalmente, pensando únicamente en huir de esa mirada seria que está sosteniendo en ese momento.―Si no fuera por esta dulce chica. ―Sophie se puso en pie. ―Estuviera llorando sola con el corazón roto y triste porque mi bebé se niega a ser feliz. ―Sorbió sus mocos. ―Muchas gracias, cielo. ―Se centró en Yannick. ―Has sido una dulzura, gracias por escucharme y no tratarme tan mal como mi hijo. ―Yannick no hizo más que una mueca por sonrisa, siente esa mirada quemarla por completo.―Ha sido un placer, señora. ―Nick tomó el vaso en manos.―Soy Sophie. ―La mujer agrandó la sonrisa. ―No me perdonaría ser tan descortés y no saber el nombre de quién amablemente me ayudó. ―Nick sonrió y aceptando la mano de la mujer, respiró profundamente.―Yo soy Yannick, es un placer, señora Sophie. ―La mujer, tras darle dos besos, se despidió de ella y tras darle una mirada altanera a su hij
El encuentro que tuvo con su exjefe la desestabilizó por algunos días, pero su vida continua con normalidad, ya no se cruza en su camino y realmente está totalmente segura de que eso jamás pasará.El trabajo en el Central London Hospital, uno de los mejores hospitales privados de Londres como siempre, es muy demandante y hasta difícil, pero ella ama su trabajo y todo lo que tiene que ver al respecto. Las incubadoras de bebés son bastante intensas y muchas no entienden que para salvar a sus hijos hay que ser muchas veces radicales.El turno de la mañana es el más difícil de todos, levantarte después de dormir solamente cuatro horas tras tener un turno de treinta y seis horas, hacer rondas, ponerse al día con los pacientes que fueron ingresados en la noche, pelear que tus pacientes sean bien atendidos o simplemente pelear porque no te lo atendieron bien o te lo quieren robar sin consultarlo contigo. En fin, el turno matutino es el más problemático de todo y es ahí cuando su sobrenombre l
Vikram miró la ciudad por el ventanal de su despacho, Yannick no ha salido de su cabeza desde ya hace tiempo y no entiende por qué, está seguro de que ya no se siente interesado por ella, pero de alguna manera verla nuevamente y tan bien como la vio, le obliga a pensarla día y noche.―¿Qué piensas? ―Oliver entró al despacho de su amigo.―Nada importante. ―Dejó de mirar el panorama y se centró en su amigo. ―¿Qué haces aquí? ―Frunció el ceño.―¿Visitando a mi amigo? ―Alzó las cejas. ―Hoy no he tenido mucho trabajo, los casos están controlados. ―Resopló. ―Me dijeron que te fue bien en la presentación del fin de semana. ―Vik no quería ni siquiera pensar en eso, la verdad debió renunciar ahí mismo y no hacerle caso a su padre.―Sí, pero me sigue faltando una pareja, ¿Por qué debemos tener familia para llevar un país? ―Gruñó molesto.―Es un requisito amigo, al igual que yo, si deseo volverme socio de la firma que quiero, debo estar casado. ―Negó. ―Eso me limita, no pienso casarme. ―Vikram l
La enfermera no pudo pasar del hombre que ya llevaba más de una hora esperando a la doctora Pussett, observar como mira su reloj y aun así permanecer sentado en esa misma silla, la ablandó, sabe que la doctora no vendrá, así que saliendo de la estación de enfermeras se acercó a él.―Señor Loughty. ―Vik se puso en pie al instante, como si fuera familiar de algún paciente. ―La doctora sigue en cirugía. ―Sonrió. ―¿Por qué no se va a casa y lo intenta después? La cirugía puede tardar hasta cuatro horas, ya lleva aquí casi dos. ―Vik suspiró, nunca pensó que el tiempo de un doctor fuera tan limitado.―La esperaré cuanto deba. ―Decidió no irse, debe verla ese día. ―Por favor, cuando salga, dígale que la esperan. ―A la enfermera se le hizo realmente romántica su decisión.―No todos tenemos esa suerte. ―Vik alzó las cejas. ―Por lo general, nuestras parejas se cansan de esperar y se marchan. ―Dio un paso atrás. ―La cafetería está en este piso, para que sepa. ―Le guiñó y se retiró, la doctora le
Yannick lo miró con incredulidad, ¿Acaso sabia él que no asistiría a esa cena? No está loca para aceptar una propuesta como esa, ¿Por qué aceptaría ser ella esposa de él así sin más? Está realmente loco.Con la cabeza echa un lío, se encaminó a la habitación de su paciente, debe explicar por qué se retrasó la cirugía y calmar a la incubadora de bebés. Intentó dejar de pensarlo, se esforzó por no darle vueltas, pero Vikram Loughty, su exjefe, el único de su pasado que ha visto en su presente, la persona que menos pensó que vería y además de eso el que menos consideró que tratara con ella, le dijo en palabras muy directas que la quiere como su esposa.―¿Cómo está el campeón de pediatría? ―El niño sonrió al verla. ―¿Listo para ir a quirófano a deshacernos de esa vesícula?―¡Sí, muy listo! ―El niño se mostró valiente.―¿Pasó algo doctora? ―La mujer la miró. ―¿Por qué se retrasaron? ¿Acaso salió algo mal en los exámenes? ―Yannick negó de inmediato.―No tiene de que preocuparse, señora Clar
Vikram miró la comida sobre la mesa y suspiró, lo ha arruinado absolutamente todo, ¿Qué hará ahora? ¿Cómo podrá llegar nuevamente a ella? Está seguro de que no deseará volver a verle la cara después de las cosas que dijo. ¿Por qué no pensó mejor sus palabras? Por primera vez en su vida está siendo torpe con lo que quiere.Sin nada más que hacer en ese lugar, pidió que le prepararan la comida para llevar y salió del lugar, al mirar a todos lados no la vio, así que supuso que ella se había marchado a su casa. Caminando solo con la comida en mano, fue hasta el hospital para reunirse con Esko.―Ha regresado muy pronto. ―Vik le entregó la comida a su guardaespaldas. ―Gracias. ―El hombre abrió el paquete y lo primero que sacó fue las papas fritas que Yannick dejó. ―¿Cómo ha ido?―¿Alguna vez me viste fallar estrepitosamente? ―Esko alzó las cejas. ―Tenía la oportunidad, Esko, la tenía ahí, frente a mí y actué como un tonto, ¿Por qué actué de esa manera? ―Negó furioso.―Todavía está enamorado