La inquietud de su asistente lo descolocó como siempre, Yannick no llevaba más de cinco meses trabajando para la mejor empresa hotelera que existía a nivel mundial, pero su capacidad, su mente brillante y el ingenio del que es dueña la llevaron a ser la asistente del CEO y heredero de la cadena de hoteles LuxesVista.
Vikram no entendía por qué la chica se comportaba como si todo el mundo fuera un monstruo, tampoco entendía lo inquieta que se ponía al llegar cierta hora. Él no es hombre de prestarle atención a las mujeres que no le interesan, pero ella en lo personal tiene algo que le fascina.En lo general se fija en mujeres inteligentes y quizás sea eso lo que le obliga a prestarle un poco de su atención, aunque su piel bronceada, sus ojos únicos en una mezcla de miel y azul, su cabellera castaña, lisa y extremadamente larga, el perfil de su rostro, sus facciones tan delicadas y su cuerpo el cual parece no explorado por la forma tan recatada en la que se viste, le hace imposible ignorarla.―¿Algo le preocupa, señorita Pussett? ―Esa voz profunda fue pavorosa para ella, escucharla de pronto casi la aterró.―N… no, señor. ―No se atrevió a mirarlo a los ojos, el hombre es realmente frío e imponente. ―Estoy terminando con lo que me pidió. ―Vikram entrecerró los ojos. Al inicio, decidió trabajar con ella porque vio a una mujer insegura y por ello no se lanzaría a él como un regalo, realmente resultó, pero que ni se preocupe por mirarlo no le gusta.―¿Cuál es su edad? ―Lo preguntó, aunque lo sabía, le fascina su tono de voz dulce y aterciopelado, está aburrido de trabajar en papeleos.―Tengo dieciocho, señor. ―Vikram asintió a pesar de que tampoco lo miró esta vez.―¿Está en la universidad? ―Yannick se sintió cada vez más nerviosa, ¿Por qué le pregunta todo eso? ¿Por qué no puede dejar de preguntarle cosas?―Sí, señor, pero no asisto los fines de semana. ―Acomodando los documentos se puso en pie. ―Ya está todo listo, podrá enviar el reporte hoy mismo. ―Miró su reloj de pulso y el corazón le dio un brinco, ella ya tenía que estar en casa.―Muy bien, agradezco que te hayas quedado un par de hora más. ―Vikram no perdió detalles, si no tenía que ir a la universidad, ¿Por qué estaba tan impaciente?―Es un placer. ―Apretó los labios hasta dejarlos en una línea, a espera que su jefe le ordene retirarse.Vikram como nunca antes, fue realmente odioso, solamente se limitó a observarla en silencio. La chica es todo un misterio y es una fascinación para él. Es hermosa, asintió en confirmación a su observación mental.―Puedes retirarte. ―Yannick finalmente respiró, había estado de pie frente a él indeterminados minutos y ya estaba por desmayarse debido a esa mirada intensa de su jefe.―Que descanse, señor. ―Rápidamente, tomó sus cosas y salió del despacho con rapidez, sus pensamientos la distrajeron al punto de ignorar a todos en el piso presidencial.Ella debía estar en casa, debió haber llegado hace dos horas y apenas estaba en el ascensor, ¿Por qué todo le sale mal? Sus ojos se cristalizaron, pero rápidamente se controló, ahora debe llegar cuanto antes y rogar que sea la primera en hacerlo.Vikram inició a buscar el papel donde Yannick amablemente le copió la agenda de la semana, pero no la vio por ningún lado. Molesto por su falta de concentración, se paró de su puesto, no debió incomodarla, ahora el karma se las cobró.―Michelle, ¿Mi asistente te dejó algo para mí? ―Al verla negar resopló, ¡Es un tonto! Jamás se olvida de las cosas, pero claro, tenía que molestar a la chica para su diversión. Se reprendió mentalmente.―Esko, quiero que investigues con la recepcionista de planta baja donde vive mi asistente, me avisas cuando lo hagas. ―El guarda espalda y conductor, se puso en marcha tras recibir la orden de su jefe.Yannick finalmente llegó a su destino, ya la noche había caído y estaba más fría y lúgubre que nunca. Al llegar frente a su casa y ver las luces encendidas, el corazón se detuvo, sus pulmones se cerraron y sus pies no obedecieron la orden de caminar, ella se sentía petrificada y con los pies enterrados en el pavimento.Con manos temblorosas y agitada como si hubiera corrido kilómetros, finalmente llegó a la puerta, algo le decía que no entrara, que huyera de ahí, pero el miedo a lo que podía pasar si le hacía caso a sus pensamientos ganaron, por lo que entró lentamente a la casa.―¿No te basta llegar tarde toda la semana por esa m*****a universidad, como para llegar también tarde el sábado? ―Yannick se sobresaltó al escuchar la voz ronca que provenía del sofá puesto en la pequeña sala.―Me ofrecie… ofrecieron horas extras. ―Tartamudeó muerta de miedo. ―Mira, pasé al supermercado y… y te traje cervezas. ―Le sonrió en un intento por relajarlo, pero verlo ponerse de pie, le hizo pensar lo peor y tuvo razón. El hombre solo hizo llegar hasta ella y la abofeteó tan fuerte que la movió del lugar donde permanecía.―Te amo. ―Le aseguró acariciando el golpe que se tornó rojo casi de inmediato. ―Pero tú al parecer no me amas lo suficiente. ―La miró a los ojos con aires de superioridad. ―Te he tenido paciencia, Yan, pero tiene un límite. ―Yannick vibró por el sollozo. ―Te metiste a la universidad y yo lo acepté, pero ¿También debo aceptar que pases tiempo con un hombre?―Te juro que no le hablo si no es por trabajo. ―Se explicó de inmediato. ―Me visto como tú me pides para que nadie me vea. ―Mintió, no lo hace solamente por él, también para que las marcas en su cuerpo no se noten. ―Sabes que te amo a ti, has sido mi novio de toda la vida. ―Intentó acariciar su mejilla, pero él rápidamente lo evitó.―¿Por qué no puedes ser como las otras mujeres? ―La miró con asco. ―¿Por qué eres una buena para nada? ¡Deberías agradecerme que me fijé en ti! ―Gritó perdiendo el control. ―¡A las dieciséis horas dijiste! ―La tomó con fuerza del pelo.―Jean, por favor… por favor… no me hagas daño. ―Rogó aferrando sus manos en la de él para que no tirase con más fuerza. ―Por favor, prometo no tardar más, lo juro. ―Sus ruegos no hicieron más que alimentar al hombre que la sigue arrastrando por el pelo.―Te amo, pero tú a mí no y eso me desagrada. ―Entrando a la habitación, la tiró con fuerza en la cama. ―Si no sirves para otra cosa, sirve para esto. ―Inició a desnudarla con violencia. ―Lo único bueno que tienes es que solamente yo te he tocado. ―Tiró de ella para que no huyera. ―Pero en lo demás eres un fracaso, ¿Crees que puedes llegar a ser cirujana? ―Se burló de ella. ―No eres más que una patética mujer. ―Liberando su erección, se echó sobre ella. ―No eres nadie Yannick, si yo no me hubiera fijado en ti, nadie más lo hubieras hecho. Das vergüenza y lástima. ―La abrió de piernas. ―Siéntete afortunada porque te amo y todavía me excito con tu asqueroso cuerpo. ―Se hundió en ella con tanta fuerza que la hizo gritar.―Jean, bastante, basta por favor. ―Le imploró. ―Lubrícame antes, te lo suplico. ―La bofetada la calló al instante y el sabor a hierro en su boca le dejó en claro que debía callar.―No es mi culpa que tu asqueroso cuerpo no lubrique. ―Gritó furioso. ―¿Acaso no me deseas? ―Yannick no lo pudo aguantar más, gritó con desesperación por las dolorosas arremetidas. ¿En qué momento ella aceptó todo eso? ¿Por qué no se fue a tiempo? ¿Tan poco vale ella como para seguir con el hombre que la lastima? ―¡Zorra! ―Gritó al verse lejos de ella.―Ya no más, por favor. ―Adolorida y sangrando, se paró de la cama. ―Ya no quiero que me lastimes. ―Jean sonrió.―Te estoy dando tu merecido, solamente para esto sirves. ―Carcajeó. ―¿Quién puede quererte, Yan? ¿Qué hombre te aceptaría? ¡No tienes nada! Ni siquiera tus padres te quisieron, tu abuela te crio y era solamente para que la atendieras y le dieras de comer. ¿Qué parte de que soy el único que te aceptará no entiendes? Mírate, das asco. ―La escupió. ―Eres realmente fea, lo único pasable que tienes son tus extraños ojos y aun así ni eso pudiste tener bien. Tu cuerpo… ¿Crees realmente que podrías excitar a otros hombres? Todas esas marcas dan asco. ―Yannick se derrumbó como siempre y supo que ya estaba perdida. Al caer de rodillas al piso, la patada en su costillas derecha la acostó con brusquedad. ―Esto es lo que siempre te has merecido y lo sabes. ―La tomó del pelo y la arrastró por toda la casa. ―No sirves para nada, ¡Nunca valdrás la pena para alguien! ―Yannick no hizo más que recibir cada golpe de su parte, ya casi no escuchaba ni veía por los tantos golpes acertados en su cara, pero era incapaz de defenderse, eso sería peor, ¿No?Vikram miró el vecindario y suspiró, Yannick no pareciera que fuera de esos bajos barrios, desde el inicio pensó que venía de una familia acomodad, pero se equivocó.―¿Qué está pasando? ―Vikram miró al interior de la pequeña casa. ―¿Qué está pateando ese hombre ahí? ―Al mirar cómo el tipo alzó por los aires una pequeña figura, lo supo.―Señor, déjeme a mí. ¡Señor! ―Vikram no lo escuchó, corrió a la casa y tras patear la puerta entró con rapidez.―Yannick. ―Susurró al ver a la chica desnuda y empapada en sangre en el piso.―¡¿Quién eres tú?! ―El puñetazo lo sentó en el piso.―Te atreves a golpear de esa manera a una mujer que no podría defenderte de ti. ―Se acercó furioso. ―No suficiente con golpear la humillas. ―La patada casi noqueó a Jean. ―Eres un miserable. ―Antes de que pudiera lastimarlo más, Esko entró y lo apartó.―No se manche las manos. ―Le pidió parándose frente a él. ―Dígame lo que quiere que haga y lo haré. ―Vikram no lo escuchaba, estaba realmente furioso por lo que ve.―Necesito ayudarla. ―Se apartó de su guarda espalda. ―No sé si está viva…―No toques a mi mujer o te mato. ―Ladró Jean.―Yo me encargaré de ella. ―Vikram miró a Esko. ―Quiero que ese maldito se pudra en la cárcel y que se arrepienta cada día de lo que ha hecho. ―Esko asintió a la orden de su jefe y una vez lo vio salir con la chica en brazos, miró al pobre desgraciado en el piso.―Te irá muy mal. ―Antes de que pudiera responderle, una potente patada en la cara le nubló los sentidos.Vikram aceleró el auto, no sabe cuanto ella resistirá, pero debe llegar con rapidez a un hospital. Su corazón furioso no dejó de martillar en su pecho, ¿Cómo puede haber hombres tan miserables y malos? ¿Por qué ese animal la golpeó tan feo?―Nana… —Yannick deliró.―Tranquila, él ya no te hará daño, prometo sacarte del país y ayudarte para que te recuperes. —Primera vez que decide cometer la imprudencia de visitar la casa de un trabajador, se dejó llevar por el impulso y está agradecido por eso.11 años más tarde, Inglaterra, Londres.Sin duda los años no fueron fáciles para Yannick Pussett, quizás su adolescencia y juventud fue una constante lucha, pero vivió y logró escapar de las garras de los Piti.La última golpiza que le dio su exnovio aún está reciente en ella, las marcas en su cuerpo es un recordatorio permanente de que la vida le dio otra oportunidad. Costillas rotas, pulmones colapsados, hígado perforado y bazo roto, esas fueron algunas de las consecuencias tras aquella paliza que le hizo entender la suerte que tuvo al no morir en cirugía.No sabe exactamente lo que pasó y como fue que llegó a Inglaterra, pero sí tenía claro quién estaba detrás de esa “ayuda” La familia Piti, es una de las más influyentes de Colombia y por supuesto lo dan y lo hacen todo por su hijo. Al despertar se vio en una mansión y rodeada de sirvientas y personal médico. Estuvo en coma por un mes y su primer pensamiento fue huir de ellos y lo hizo.No se quedó a preguntar, no se quedó a averigu
―No, sabes que no te lo perdonaría. ―Endureció el gesto. ―Amenos de que hoy en la noche me acompañes a un evento. ―Yannick se detuvo y la miró como si hubiera perdido la razón. ―No me mires así, antes por lo menos me acompañabas por lo menos una vez al mes.―Tengo pacientes en postoperatorio, si llegan a llamarme tendré que marcharme sin mirar atrás.―Eso no pasará. ―Se encogió de hombros. ―Jack ha dicho que apagues tu localizador y que te tomes por lo menos tres días de descanso. Nick… vamos, puedes descansar y después acompañarme, no me dejes sola. ―Ver la súplica en el precioso rostro de su amiga, la convenció.―Está bien, pelirroja, voy a descansar, me despiertas cuando sea la hora de marcharnos. ―Candela gritando como loca la abrazó. ―Sí, si no fuera por ti jamás me divertiría. ―Río divertida.―Y es por eso por lo que haré todo lo que está en mi poder para que puedas salir y divertirte de vez en cuando. ―Tras plantarle un beso en los labios, se marchó feliz, gritando y dando salti
Vikram miró con incredulidad a la chica desaparecer más allá, ¿Qué ha visto? Se cuestionó, sin poder creérselo, ¿Acaso esa niña torpe e introvertida estaba ahí? ¿Cómo es posible que después de once años ella esté en Londres? ¿Acaso no huyó nuevamente a Colombia? Las preguntas invadieron su cabeza sin darle descanso.Él se sintió realmente mal cuando le informaron que la chica había escapado, se sintió hasta molesto por cómo se fue después de ayudarla y por eso decidió seguir con su vida, pero ahora ella está ahí, tan cerca que parece ridículo.―Vik, nos estás asustando. ―Oliver cruzó mirada con sus amigos y después lo miraron a él descolocados. ―¿Puedes dejar de actuar como un loco y responder? ―Gruñó más enojado por su falta de reacción.―Lo siento. ―Vik espabiló al ver a la pelirroja acercarse a ellos. ―Creí ver algo, pero es imposible. ―Sonrió dándole un trago a su copa, es imposible que ella esté ahí, ¿Por qué huir al otro lado del país cuando podía volver a Colombia?―Buenas noch
Yannick deseó desaparecer cuando lo vio frente a ella, ¿Está ella ayudando a la madre de su exjefe? Se tiró del pelo mentalmente, pensando únicamente en huir de esa mirada seria que está sosteniendo en ese momento.―Si no fuera por esta dulce chica. ―Sophie se puso en pie. ―Estuviera llorando sola con el corazón roto y triste porque mi bebé se niega a ser feliz. ―Sorbió sus mocos. ―Muchas gracias, cielo. ―Se centró en Yannick. ―Has sido una dulzura, gracias por escucharme y no tratarme tan mal como mi hijo. ―Yannick no hizo más que una mueca por sonrisa, siente esa mirada quemarla por completo.―Ha sido un placer, señora. ―Nick tomó el vaso en manos.―Soy Sophie. ―La mujer agrandó la sonrisa. ―No me perdonaría ser tan descortés y no saber el nombre de quién amablemente me ayudó. ―Nick sonrió y aceptando la mano de la mujer, respiró profundamente.―Yo soy Yannick, es un placer, señora Sophie. ―La mujer, tras darle dos besos, se despidió de ella y tras darle una mirada altanera a su hij
El encuentro que tuvo con su exjefe la desestabilizó por algunos días, pero su vida continua con normalidad, ya no se cruza en su camino y realmente está totalmente segura de que eso jamás pasará.El trabajo en el Central London Hospital, uno de los mejores hospitales privados de Londres como siempre, es muy demandante y hasta difícil, pero ella ama su trabajo y todo lo que tiene que ver al respecto. Las incubadoras de bebés son bastante intensas y muchas no entienden que para salvar a sus hijos hay que ser muchas veces radicales.El turno de la mañana es el más difícil de todos, levantarte después de dormir solamente cuatro horas tras tener un turno de treinta y seis horas, hacer rondas, ponerse al día con los pacientes que fueron ingresados en la noche, pelear que tus pacientes sean bien atendidos o simplemente pelear porque no te lo atendieron bien o te lo quieren robar sin consultarlo contigo. En fin, el turno matutino es el más problemático de todo y es ahí cuando su sobrenombre l
Vikram miró la ciudad por el ventanal de su despacho, Yannick no ha salido de su cabeza desde ya hace tiempo y no entiende por qué, está seguro de que ya no se siente interesado por ella, pero de alguna manera verla nuevamente y tan bien como la vio, le obliga a pensarla día y noche.―¿Qué piensas? ―Oliver entró al despacho de su amigo.―Nada importante. ―Dejó de mirar el panorama y se centró en su amigo. ―¿Qué haces aquí? ―Frunció el ceño.―¿Visitando a mi amigo? ―Alzó las cejas. ―Hoy no he tenido mucho trabajo, los casos están controlados. ―Resopló. ―Me dijeron que te fue bien en la presentación del fin de semana. ―Vik no quería ni siquiera pensar en eso, la verdad debió renunciar ahí mismo y no hacerle caso a su padre.―Sí, pero me sigue faltando una pareja, ¿Por qué debemos tener familia para llevar un país? ―Gruñó molesto.―Es un requisito amigo, al igual que yo, si deseo volverme socio de la firma que quiero, debo estar casado. ―Negó. ―Eso me limita, no pienso casarme. ―Vikram l
La enfermera no pudo pasar del hombre que ya llevaba más de una hora esperando a la doctora Pussett, observar como mira su reloj y aun así permanecer sentado en esa misma silla, la ablandó, sabe que la doctora no vendrá, así que saliendo de la estación de enfermeras se acercó a él.―Señor Loughty. ―Vik se puso en pie al instante, como si fuera familiar de algún paciente. ―La doctora sigue en cirugía. ―Sonrió. ―¿Por qué no se va a casa y lo intenta después? La cirugía puede tardar hasta cuatro horas, ya lleva aquí casi dos. ―Vik suspiró, nunca pensó que el tiempo de un doctor fuera tan limitado.―La esperaré cuanto deba. ―Decidió no irse, debe verla ese día. ―Por favor, cuando salga, dígale que la esperan. ―A la enfermera se le hizo realmente romántica su decisión.―No todos tenemos esa suerte. ―Vik alzó las cejas. ―Por lo general, nuestras parejas se cansan de esperar y se marchan. ―Dio un paso atrás. ―La cafetería está en este piso, para que sepa. ―Le guiñó y se retiró, la doctora le
Yannick lo miró con incredulidad, ¿Acaso sabia él que no asistiría a esa cena? No está loca para aceptar una propuesta como esa, ¿Por qué aceptaría ser ella esposa de él así sin más? Está realmente loco.Con la cabeza echa un lío, se encaminó a la habitación de su paciente, debe explicar por qué se retrasó la cirugía y calmar a la incubadora de bebés. Intentó dejar de pensarlo, se esforzó por no darle vueltas, pero Vikram Loughty, su exjefe, el único de su pasado que ha visto en su presente, la persona que menos pensó que vería y además de eso el que menos consideró que tratara con ella, le dijo en palabras muy directas que la quiere como su esposa.―¿Cómo está el campeón de pediatría? ―El niño sonrió al verla. ―¿Listo para ir a quirófano a deshacernos de esa vesícula?―¡Sí, muy listo! ―El niño se mostró valiente.―¿Pasó algo doctora? ―La mujer la miró. ―¿Por qué se retrasaron? ¿Acaso salió algo mal en los exámenes? ―Yannick negó de inmediato.―No tiene de que preocuparse, señora Clar