Ravel observó al alfa sabiendo que no podía decirle que el motivo por el que había hecho entrar a su pareja era porque Wolfang se sentiría atraído por él y luego a la vez calmado cuando él omega se sintiera en peligro y ejerciera el poder que le concedía la luna sobre él.— Verás la familia de la que tú omega procede, tiene una habilidad muy singular, un poder que la luna les concedió mucho tiempo atrás, — empezó a explicar el brujo — él es capaz de calmar a cualquier humano, pero su poder es mucho más efectivo sobre los lobos en especial, en los Wolfang.—¿Un poder especial?— Stefano en ese momento pensó en la señora Olivia, la madre de su Omega y el peculiar poder que parecía tener para controlar los ánimos, sobre todo de los hombres a su alrededor.Aún así, pese a eso, no podía soportar tener que ceder ante la presencia de otro alfa cerca de su luna.—Dime, ¿Cómo es que sabes todo eso? Pero más importante, ¿Cómo fue posible que una humana pudiera engendrar a un lobo? Stefano tenía
Alessia Conti y Lysander Simeone estaban comprometidos desde que eran niños, los Conti y los Simeone eran las dos familias más importantes de la mafia italiana y como tal se relacionaban desde hacía mucho tiempo.La última vez que la unión entre ambas familias se produjo, fue más de un siglo atrás, así que la sangre de los Conti y los Simeone debía mezclarse de nuevo para seguir asegurando su alianza más allá de los negocios, porque si hay algo que un italiano respeta más que la palabra dada, es la sangre y la familia.Era por esa razón que el patriarca Simeone preparaba una fiesta de bienvenida para la bella Alessia, su futura nuera, una fiesta que no solo serviría para darle la bienvenida a la joven, sino también para oficializar un compromiso que no era ningún secreto para nadie, ya que estaba claro que un día los dos herederos se casarían.— Olivia, ya tienes preparado el anillo de mi madre — Dijo Lució Simeone a su mujer durante el desayuno.Ella asintió, en realidad ese anillo h
Stéfano Da Rossa, se encontraba reacio a asistir a esa fiesta que su socio Lucio Simeone lo había invitado, sin embargo, lo estaba haciendo a causa de las palabras de Aurora y los motivos para asistir a dicha fiesta.—Debes ir, que nuestro alfa tenga muy buenas relaciones con los humanos, es importante no solo para ti, sino para toda la manada.—Puedo hacer lo que quiera, por eso soy el alfa.—Como alfa puedes hacer lo que quieras, siempre y cuanto no afecte a la manada, a no ser que quieras convertirte en tu padre — le recordó Aurora, su beta favorita y la de mayor rango en la jerarquía de la manada. Stéfano era el nuevo alfa de la manada de Italia, después de una gran pelea por el poder contra su padre era su deber ver por todos ellos.Todos en la manada le agradecían, ya que Horacio Da Rossa, no era ni la mitad del alfa que lo era su hijo Stéfano. Durante su mandato, la manada de los Da Rossa, había sufrido no solo por la crueldad de su alfa, también por ser temidos y cazados por
— Creí que te gustaban más delicados … — dijo Alessia en un susurro, cada vez que le había conocido un amante a su prometido, esos chicos solían ser bastante delicados y se veían algo más jóvenes que él, por eso siempre asumió que su futuro esposo era el que llevaba el rol activo, pero aquel hombre al que no le sacaba el ojo de encima, además de parecer heterosexual por la mujer que llevaba al lado, se veía bastante masculino.— No es eso… No me gusta, es otra cosa — Lysander era incapaz de explicar del todo lo que sucedía.— ¿Qué otra cosa?— dijo ella tras agradecer al camarero que le sirvió su copa de vino.— Se nota que has estado fuera mucho tiempo, que no sabes los cotilleos del tal Da Rossa — Lysander sonrió, estaba seguro de que a su futura esposa le fascinaría la historia, como siempre se divertían bastante contándose los cotilleos de los que se enteraban.— Pero espero que tú me los cuentes.Lysander también agarró su copa y se alejó un poco de la mesa de bebidas para estar e
—Realmente no creo que alguien de esta sala sepa lo que es estar enamorado. Mucho menos usted. Lo único que hacen es engañarse, para no estar solos.Lysander no sabía cómo reaccionar ante la cercanía de ese hombre, apenas lo escuchó hasta que habló de lo frágil y superficial que era el amor, Lysander no podía defenderlo, no sabía lo que era, nunca había estado enamorado, para él no estaba permitido enamorarse porque era obvio que no lo haría de una mujer y no podía permitirse hacerlo de un hombre o tendría graves problemas.— Supongo que el amor es algo incomprensible, en realidad ¿Cómo podría medirse?La mirada del hombre se endureció tras decir eso, volteando al ver al joven.—Ha sido un placer hablar con usted, será mejor que siga su camino y no se vuelva a cruzar conmigo— le amenazó, aunque era una advertencia para él mismo.La mirada de Lysander se oscureció ¿Lo había amenazado? Ciertamente, no entendía muy bien a ese hombre, lo que si le hubiera gustado preguntarle era que colon
Enrico era consciente de cuál era la manada que se había trasladado a las tierras vecinas.No obstante, esperaba no tener que coincidir con ellos, se encontraba feliz estando fuera de las leyes de los clanes. Esa era una de las razones por la que había decidido convertirse en un alfa solitario.El único problema era que pese a que era un alfa errante, conservaba un amor muy profundo por las tierras que lo vieron nacer, por lo que siempre se encontraba cerca, así tuviera que alejarse de todas las manadas que se encontrarán cerca de esas tierras.El aroma del nuevo alfa de la manada que había regresado al territorio se dejó sentir, indicándole que se encontraba demasiado cerca, tanto que su instinto territorial lo hizo acercarse a la casa grande en el instante mismo en el que lo vio aproximarse a esta.Sin embargo, Enrico negó y controló su instinto protector, escondiendo su olor y presencia entre las sombras. Sabía que de no hacerlo pondría en evidencia su presencia al alfa de esa mana
Enrico sonrió al escuchar que el alfa se había molestado con él. Era normal ya que conocía a ese alfa y sabía lo orgulloso que era y jamás que aceptaría que le gustaba un ser inferior, como consideraba a los humanos.Aunque si supiera que realmente Lysander no era humano. ¿Se comportaría con él de esa manera?El guardabosques estaba sumido en sus propias divagaciones mientras escuchaba al chico cuando sintió el incremento del aroma de un Omega a punto de entrar en su celo.Lo que lo hizo ponerse en guardia y sobre todo levantarse rápidamente.—Creo que necesitas marcharte— mencionó de pronto. No quería asustar al joven, pero no era seguro que se encontrará con él en ese momento a solas. Tampoco podía darle más de la esencia de acólito sin ponerlo en peligro y por supuesto no podría controlar a su alfa si se veía afectado por el aroma del omega en el hijo de sus patrones, eso sería algo que Enrico jamás se perdonaría.—Necesito que te vayas ¡Ahora!Lysander se comió su tercer bollo mi
Esa noche había luna roja, no era la primera, pero tampoco era la última. Sin embargo, esta era especial, Stefano podía sentir una extraña fragancia embriagante que lo estaba haciendo perder el control de su lobo, algo que lo mantenía ansioso y expectante porque la Luna roja siempre traía sorpresas para sus hijos predilectos.Su luna, por fin, su luna se encontraba cerca. Tenía que ser ella su luna, su hermosa ámbar que perdió siglos atrás, porque de no ser ella no había explicación lógica para que un alfa como él, perdiera el control de su lobo, solo su pareja predestinada podía causar aquello que estaba experimentando.No era un alfa joven, sus más de seiscientos años lo hacían un alfa en completo control, no solo de su parte humana, sino también de su lado salvaje y animal.La fragancia en el aire se intensificó llamándolo del mismo modo que su transformación se iba haciendo cada vez más imposible de contener.El sonido de las campanas de cristal se hicieron presente, haciendo que