Las palabras de Ravel hicieron que Stefano gruñera, soltando a Ravel de golpe, llevándose sus dos manos a la cabeza.—¡Maldita sea! ¡Cómo puedes pedirme que deje que mi luna entre ahí! No podía hacerlo, pero tampoco podía renunciar a su venganza, se lo debía no solo a su hijo y luna muerta, también a toda la manada que había matado en su irá desmedida.— Tienes más de seiscientos años, un Alfa con apenas 200 no debería ser un problema para ti, pero es un Wolfang, la sangre de los primeros cambiantes corre por sus venas, no tienes idea de la fuerza que tiene, te aplastará como una hormiga.— Aseguró Ravel — con esa furia será incontenible y tú Luna ya no podrá calmarlo, no solo moriremos los tres, sino que habremos lanzado un monstruo al mundo.En ese momento la furia de Stefano se incrementó, porque no le importaba si ese alfa era un maldito metamorfo original, por lo que tomo al brujo del cuello apretándolo.—Más le vale a Wolfang no tocar a mi luna de ninguna manera o me importará m
Lo primero que en lo que pensó Bleid al ver entrar al joven, fue en acabar con la vida de su enemigo.No le quedaba duda de eso, esa palidez y esos inconfundibles ojos de color gris plata no era más que un distintivo más de sus enemigos.Los malditos monstruos que lo habían encerrado y torturado durante mucho tiempo tras haber acabado con todo su clan, por lo que no lo pensó mucho e hizo lo que tanto había querido hacer durante ese tiempo encerrado, acabar con sus propios manos con uno de ellos.Por un instante Lysander se quedó bloqueado, era su parte humana la que le instaba a no apartarlo, quizá por la curiosidad de no haber conocido a otro alfa o por el hecho de sentir esa extraña conexión. ¿Tal vez el brujo sabía algo que ellos no y por eso le había hecho entrar?Pese a su furia, Wolfang se dio cuenta de que algo no estaba bien, esa persona no era uno de ellos, era algo más, por lo que llevó su nariz hasta la curvatura de su cuello, para comprobar de quién se trataba y por qué, a
Ravel observó al alfa sabiendo que no podía decirle que el motivo por el que había hecho entrar a su pareja era porque Wolfang se sentiría atraído por él y luego a la vez calmado cuando él omega se sintiera en peligro y ejerciera el poder que le concedía la luna sobre él.— Verás la familia de la que tú omega procede, tiene una habilidad muy singular, un poder que la luna les concedió mucho tiempo atrás, — empezó a explicar el brujo — él es capaz de calmar a cualquier humano, pero su poder es mucho más efectivo sobre los lobos en especial, en los Wolfang.—¿Un poder especial?— Stefano en ese momento pensó en la señora Olivia, la madre de su Omega y el peculiar poder que parecía tener para controlar los ánimos, sobre todo de los hombres a su alrededor.Aún así, pese a eso, no podía soportar tener que ceder ante la presencia de otro alfa cerca de su luna.—Dime, ¿Cómo es que sabes todo eso? Pero más importante, ¿Cómo fue posible que una humana pudiera engendrar a un lobo? Stefano tenía
Alessia Conti y Lysander Simeone estaban comprometidos desde que eran niños, los Conti y los Simeone eran las dos familias más importantes de la mafia italiana y como tal se relacionaban desde hacía mucho tiempo.La última vez que la unión entre ambas familias se produjo, fue más de un siglo atrás, así que la sangre de los Conti y los Simeone debía mezclarse de nuevo para seguir asegurando su alianza más allá de los negocios, porque si hay algo que un italiano respeta más que la palabra dada, es la sangre y la familia.Era por esa razón que el patriarca Simeone preparaba una fiesta de bienvenida para la bella Alessia, su futura nuera, una fiesta que no solo serviría para darle la bienvenida a la joven, sino también para oficializar un compromiso que no era ningún secreto para nadie, ya que estaba claro que un día los dos herederos se casarían.— Olivia, ya tienes preparado el anillo de mi madre — Dijo Lució Simeone a su mujer durante el desayuno.Ella asintió, en realidad ese anillo h
Stéfano Da Rossa, se encontraba reacio a asistir a esa fiesta que su socio Lucio Simeone lo había invitado, sin embargo, lo estaba haciendo a causa de las palabras de Aurora y los motivos para asistir a dicha fiesta.—Debes ir, que nuestro alfa tenga muy buenas relaciones con los humanos, es importante no solo para ti, sino para toda la manada.—Puedo hacer lo que quiera, por eso soy el alfa.—Como alfa puedes hacer lo que quieras, siempre y cuanto no afecte a la manada, a no ser que quieras convertirte en tu padre — le recordó Aurora, su beta favorita y la de mayor rango en la jerarquía de la manada. Stéfano era el nuevo alfa de la manada de Italia, después de una gran pelea por el poder contra su padre era su deber ver por todos ellos.Todos en la manada le agradecían, ya que Horacio Da Rossa, no era ni la mitad del alfa que lo era su hijo Stéfano. Durante su mandato, la manada de los Da Rossa, había sufrido no solo por la crueldad de su alfa, también por ser temidos y cazados por
— Creí que te gustaban más delicados … — dijo Alessia en un susurro, cada vez que le había conocido un amante a su prometido, esos chicos solían ser bastante delicados y se veían algo más jóvenes que él, por eso siempre asumió que su futuro esposo era el que llevaba el rol activo, pero aquel hombre al que no le sacaba el ojo de encima, además de parecer heterosexual por la mujer que llevaba al lado, se veía bastante masculino.— No es eso… No me gusta, es otra cosa — Lysander era incapaz de explicar del todo lo que sucedía.— ¿Qué otra cosa?— dijo ella tras agradecer al camarero que le sirvió su copa de vino.— Se nota que has estado fuera mucho tiempo, que no sabes los cotilleos del tal Da Rossa — Lysander sonrió, estaba seguro de que a su futura esposa le fascinaría la historia, como siempre se divertían bastante contándose los cotilleos de los que se enteraban.— Pero espero que tú me los cuentes.Lysander también agarró su copa y se alejó un poco de la mesa de bebidas para estar e
—Realmente no creo que alguien de esta sala sepa lo que es estar enamorado. Mucho menos usted. Lo único que hacen es engañarse, para no estar solos.Lysander no sabía cómo reaccionar ante la cercanía de ese hombre, apenas lo escuchó hasta que habló de lo frágil y superficial que era el amor, Lysander no podía defenderlo, no sabía lo que era, nunca había estado enamorado, para él no estaba permitido enamorarse porque era obvio que no lo haría de una mujer y no podía permitirse hacerlo de un hombre o tendría graves problemas.— Supongo que el amor es algo incomprensible, en realidad ¿Cómo podría medirse?La mirada del hombre se endureció tras decir eso, volteando al ver al joven.—Ha sido un placer hablar con usted, será mejor que siga su camino y no se vuelva a cruzar conmigo— le amenazó, aunque era una advertencia para él mismo.La mirada de Lysander se oscureció ¿Lo había amenazado? Ciertamente, no entendía muy bien a ese hombre, lo que si le hubiera gustado preguntarle era que colon
Enrico era consciente de cuál era la manada que se había trasladado a las tierras vecinas.No obstante, esperaba no tener que coincidir con ellos, se encontraba feliz estando fuera de las leyes de los clanes. Esa era una de las razones por la que había decidido convertirse en un alfa solitario.El único problema era que pese a que era un alfa errante, conservaba un amor muy profundo por las tierras que lo vieron nacer, por lo que siempre se encontraba cerca, así tuviera que alejarse de todas las manadas que se encontrarán cerca de esas tierras.El aroma del nuevo alfa de la manada que había regresado al territorio se dejó sentir, indicándole que se encontraba demasiado cerca, tanto que su instinto territorial lo hizo acercarse a la casa grande en el instante mismo en el que lo vio aproximarse a esta.Sin embargo, Enrico negó y controló su instinto protector, escondiendo su olor y presencia entre las sombras. Sabía que de no hacerlo pondría en evidencia su presencia al alfa de esa mana