Chantel corrió en busca de una manta para que Arquímedes pudiera cubrirse y así ella no tuviera más mini infartos.
—¿Cómo es que estas aquí? Termina por preguntar.
—Nunca deje de pensar en ti, has estado metida en mis pensamientos todos los días desde que te fuiste.
—Arquimedes…
—¿Es mi bebé? Sonríe tiernamente. El no deseaba que ella le volviera a decir que no lo quería en su vida.
—Si. Responde posicionando sus manos en el vientre. —¡Es tu bebé! Sonríe.
Hola bellos lectores muchas gracias por llegar al final de esta historia... Espero que les haya gustado tanto como a mí cuando la escribi para ustedes. Me encantaría que dejaran sus comentarios para saber qué les pareció. Feliz lectura besos a todos...
La luna estaba llena esa noche… era tan plateada, con esa aureola alrededor de un color azul intenso… iluminando toda la manada llamada Eclipse... Este pequeño pueblo lleno de una comunidad de lobos se encontraban a muchos kilómetros de la civilización de Alaska, rodeado de altas montañas cubiertas por la nieve y enormes pinos.Dentro de una casa de dos plantas los gritos desgarradores de una mujer se podia oír más allá de los territorios de la manada… una joven y futura madre se disponía a dar a luz a su primer hijo. El hijo del Jefe.La partera ya estaba en casa para prestar sus servicios de ayudar a la novata madre de traer al mundo al hijo del Alfa.
598 años después...Corria lo más rápido que sus diminutas patas le permitian, como extrañaba transformarse en un gigantesco lobo… tenía casi 600 años, eso quería decir que ahora sería más grande e imponente de lo que era cuando tan solo era un chico.Se detuvo un momento para olfatear el aire helado de las montañas de Alaska, esa manaña unos idiotas cazadores le daban caza. Pero jamás lo atraparian, con los años se había vuelto maduro y más astuto. Aprendiendo a valorarse por si solo, era un lobo solitario ni siquiera se tomó la molestia en mezclarse con los lobos comunes.Desde su exhilio decidió emprender su cruzada solo… aún no superaba que su propio padre lo ec
—¡Oh, Chantel! Estaba esperándote ¿En donde te habías metido mujer?La voz chillona de la jefa de Chantel resonó en los oídos de la chica. Pensando que ni siquiera podía tener cinco minutos de paz en el baño de damas. Entendía que era la asistente de la mujer, pero al menos podría respetar su espacio.—Estaba en el baño señora Wons.Chantel trabajaba para una revista importante de la ciudad de Anchorage (Alaska) ubicado en el extremo noroeste de América del norte (EE.UU).Ella era la asistente de una prestigiosa editora, la señora Reina Wons. Escribia artículos sobre la moda y ropa interior. Chant
Al salir el sol algunos rayos de luz se filtraron por la ventanilla de la habitación de Chantel, lo que la impulso a moverse y con eso terminó por despertarse. Se sentó en la cama y al poner un pie en el piso se dio cuenta que había pisado al pobre animal.—¡Oh por dios! ¿Tú qué haces aquí? Brama.Arquímedes levantó la cabeza con sus dos orejas puntiagudas y aquellos hermosos e hignoticos ojos azules.—Eres muy hermoso ¿Lo sabías? Ella le sonríe lo que causa que el mueva la cola. —¡Oh! ¿Te caigo bien? Que bien, porque no deseo que me muerdas.La chica tímidamente y un poco temerosa acaricia una de sus oreja, Arquímedes se deja y si
Esa chica si que tenía una buena imaginación, pero se equivocaba en todo. Nadie lo esperaba, ¿Como le haría para saber el nombre de ella? Hasta ahora no lo había dicho y era frustrante. El lobo volvió a posar el osico sobre sus pies, tenerla así era maravilloso pensó Arquímedes. Su olor lo embriagaba por completo.De pronto comenzó a sentirse extraño, se puso en cuatro patas y corrió hasta la ventana. La noche estaba por caer y con ella la luna aparecería, se convertiría en un humano esa noche ¡Mierda!—Oye lobito ¿Que pasa? Chantel se puso en pie y rasco su oreja. —Voy a darme un baño, no hagas travesuras.Este la vio encerrarse en el baño y el se preocupo, quizás solo tuviera uno
Chantel se ríe a carcajadas después de escucharlo hablar.—¿Hombres lobos? ¿Brujas? ¿500 años? Continua riendo. —Debe ser una broma de mal gusto, quizás esto sea un sueño. O simplemente yo me caí en el baño y...—Chantel. Esto es real.—No… tú no eres real. Lo señala con el dedo poniéndose en pie.—Entonces ¿Como sane de mi herida? ¿Como cerró tan rápido?—Bueno… Ella suspiró. —No lo se, ok no lo sé. Pero nada de esto tiene sentido para mí. Los hombres lobos no existen, ja, y ni hablar de las brujas.
—Escucha yo solo deseo que me conozcas, no soy una persona mala y mis intensiones hacia ti son sinceras.—Necesito irme a descansar. Esto es mucho para procesar.—Mañana no estaré aquí.—¿Te vas? Pregunto sorprendida.—No. Solo que te recuerdo que regresare a mi forma de lobo por la mañana.—Entiendo… bueno yo, lo siento debo intentar dormir y pensar las cosas. Estoy abrumada.—¡Está bien! Responde un tanto triste.—El sofá es cómodo, puedes… bueno allí puedes dormir.
—Me siento… jadeo. —Me siento extraña, yo… necesito. Ella se gira para encararlo. —Necesito más de lo que acaba de pasar, ¿Que me pasa? Susurra contra el pecho desnudo de Arquímedes.—¡Es normal! Sonríe sujetando su cintura contra su erección. —Mi aroma llama tu atención.—¿Tu… tú qué? ¡Joder Arquímedes! Yo no comprendo nada de esto. Ella posa la frente sobre ese pehcho firme y músculoso.—Tengo toda la noche para explicarte lo que quieras.—Si. Eso me parece bien.Luego de una cena un tanto silenciosa, pero de m