La luna estaba llena esa noche… era tan plateada, con esa aureola alrededor de un color azul intenso… iluminando toda la manada llamada Eclipse... Este pequeño pueblo lleno de una comunidad de lobos se encontraban a muchos kilómetros de la civilización de Alaska, rodeado de altas montañas cubiertas por la nieve y enormes pinos.
Dentro de una casa de dos plantas los gritos desgarradores de una mujer se podia oír más allá de los territorios de la manada… una joven y futura madre se disponía a dar a luz a su primer hijo. El hijo del Jefe.
La partera ya estaba en casa para prestar sus servicios de ayudar a la novata madre de traer al mundo al hijo del Alfa.
—Puja con fuerza Lorena. Le apremiaba.
Ella gritaba por tanto dolor, traer al mundo a un hijo por primera vez era un trabajo realmente difícil. Pero Lorena era una loba fuerte, terminaría con éxito su trabajo.
Luego de unas largas y tediosas seis horas, al fin la madre escucho el llanto de su pequeño hijo. La matriarca lo sostuvo entre sus manos para terminar acercándolo a la nueva madre.
—¡Oh! Es precioso. Dice.
Pero la anciana mira al recién nacido quien lloraba a cántaros… en la manada se decía que la vieja tenía ciertos poderes, era una especie de (bruja) pero los lobos por respeto y otros por miedo le llamaban la matriarca. Desde luego, está era inofensiva, nunca le hacía daño a nadie. Más bien ayudaba a las madres a traer al mundo a sus cachorros.
Pero esa noche la anciana vio algo en los ojos de aquel niño que acababa de nacer, sabía que sería un dolor de cabeza para la manada… claramente pudo ver toda la vida del chico. No se preocuparía por eso de momento.
—¿Puede decirle al alfa que entre?
—Por supuesto mi señora. Recuerde cuidarse.
—¡Lo haré! Está sonríe con la frente sudorosa. —Gracias matriarca por ayudarme a traer al futuro líder de la manada.
[...]
Diesiocho años después…
—Cuantas veces tengo que decirte que te comportes Arquímedes. No actúes como un infantil, tu serás quien siga como líder después de mi ¿Acaso eso no te importa?
—Padre… yo.
—No. No… tú y esos chicos, que solo son una mala influencia ¿Quieres terminar como un bueno para nada? ¿Eso quieres?
—No. Pero ¿Que quieres que haga? Apenas tengo 18 años. No seré Alfa hasta cumplir los seis cientos años padre, joder no me molestes. Funce el ceño.
Su padre lo mira con ojos severos, Henry Braw era un gran líder… responsable, quien velaba por el bienestar de su gente. Este no toleraba el comportamiento inadecuado de su hijo.
—Hijo, necesito que te concentres. Quiero que seas más responsable.
—¡Lo sé! Este se levanta de la silla donde era sermoneado. —Solo que, me abrumas con tanto entrenamiento y siento mucha presión por esto de ser alfa.
—Para eso naciste Arquímedes. Sentencia su padre. — Y te guste o no, serás el lider.
Henry se marcha dejando a su hijo solo en la cocina de su casa. Este chasquea la lengua en señal que le molestaba el hecho de que su padre le daba muchas responsabilidades. Tan solo él era un joven que apenas descubría su fuerza.
Camino hasta el frigorífico, saco el zumo de naranja bebiendo directamente de la botella.
—Te dije que usarás vaso. Este medio escupe el juego.
—Madre…
—Te merecías el regaño. Tu padre quiere lo mejor para ti, quizás lo que te hace falta es a tu complemento.
—No empieces madre.
Pero quizás si tenía razón, después de convertirse en lobo por primera vez nunca llegó a él ese aroma peculiar que le indicaria quien era su luna… así le llamaban los lobos a su pareja de por vida. Por más que la buscase en toda la manada y sus alrededores nunca llego su olor.
—Ya me voy madre.
—No te metas en problemas Arquímedes.
Salió al exterior transformándose en un enorme lobo negro de ojos azules, perdiéndose por el camino hacia la montaña.
Por la noche Arquímedes se reunió con sus "supuestos amigos" uno de ellos decidio ir a jugarle una broma pesada a la anciana matriarca convidando a los demás, que aceptaron de inmediato.
Pero a mitad de la broma la anciana los pillo pintando las paredes de su pequeña casa que se encontraba situada en el bosque. Todos quedaron sorprendidos en cuanto la vieja los sorprendió haciendo travesuras de cachorros. Entre todos esos jóvenes la anciana enfoco solo a Arquímedes.
Este la miró fijamente y de la nada la vio sonreír… la observó levantar su mano arrugada en dirección hacia él, fruncio el ceño cuando la escucho pronunciar unas palabras en una lengua que no conocía.
—¿Que hace esta vieja? Dice uno de los jóvenes.
De pronto Arquímedes siente una sensación muy extraña recorrer todo su cuerpo, desde la planta de sus pies hasta la cabeza.
—¿Que me pasa? Dice el muchacho paralizado.
—Te he hechizado pequeño cachorro hijo del Alfa.
—¡¿Que?! Vieja bruja ¿Que me hizo?
—Durante el día seras un simple y débil lobo domestico, llevarás la vida de un perro. Y por las noches cuando la luna salga regresaras a tu forma humana.
—No… quiteme este hechizo vieja loca. Mi padre la...
—Solo podrás deshacerte de el cuando encuentres a tu luna… una pura, y ella debe entregarse a tí en cuerpo y alma, ella debe enamorarse de corazón. En cuanto completen el ritual tu hechizo desaparecerá volviendo a ser un lobo. De lo contrario vagaras llevando ese hechizo contigo por toda la eternidad.
Y dichas aquellas ultimas palabras el joven lobo cae al suelo completamente inconsciente...
598 años después...Corria lo más rápido que sus diminutas patas le permitian, como extrañaba transformarse en un gigantesco lobo… tenía casi 600 años, eso quería decir que ahora sería más grande e imponente de lo que era cuando tan solo era un chico.Se detuvo un momento para olfatear el aire helado de las montañas de Alaska, esa manaña unos idiotas cazadores le daban caza. Pero jamás lo atraparian, con los años se había vuelto maduro y más astuto. Aprendiendo a valorarse por si solo, era un lobo solitario ni siquiera se tomó la molestia en mezclarse con los lobos comunes.Desde su exhilio decidió emprender su cruzada solo… aún no superaba que su propio padre lo ec
—¡Oh, Chantel! Estaba esperándote ¿En donde te habías metido mujer?La voz chillona de la jefa de Chantel resonó en los oídos de la chica. Pensando que ni siquiera podía tener cinco minutos de paz en el baño de damas. Entendía que era la asistente de la mujer, pero al menos podría respetar su espacio.—Estaba en el baño señora Wons.Chantel trabajaba para una revista importante de la ciudad de Anchorage (Alaska) ubicado en el extremo noroeste de América del norte (EE.UU).Ella era la asistente de una prestigiosa editora, la señora Reina Wons. Escribia artículos sobre la moda y ropa interior. Chant
Al salir el sol algunos rayos de luz se filtraron por la ventanilla de la habitación de Chantel, lo que la impulso a moverse y con eso terminó por despertarse. Se sentó en la cama y al poner un pie en el piso se dio cuenta que había pisado al pobre animal.—¡Oh por dios! ¿Tú qué haces aquí? Brama.Arquímedes levantó la cabeza con sus dos orejas puntiagudas y aquellos hermosos e hignoticos ojos azules.—Eres muy hermoso ¿Lo sabías? Ella le sonríe lo que causa que el mueva la cola. —¡Oh! ¿Te caigo bien? Que bien, porque no deseo que me muerdas.La chica tímidamente y un poco temerosa acaricia una de sus oreja, Arquímedes se deja y si
Esa chica si que tenía una buena imaginación, pero se equivocaba en todo. Nadie lo esperaba, ¿Como le haría para saber el nombre de ella? Hasta ahora no lo había dicho y era frustrante. El lobo volvió a posar el osico sobre sus pies, tenerla así era maravilloso pensó Arquímedes. Su olor lo embriagaba por completo.De pronto comenzó a sentirse extraño, se puso en cuatro patas y corrió hasta la ventana. La noche estaba por caer y con ella la luna aparecería, se convertiría en un humano esa noche ¡Mierda!—Oye lobito ¿Que pasa? Chantel se puso en pie y rasco su oreja. —Voy a darme un baño, no hagas travesuras.Este la vio encerrarse en el baño y el se preocupo, quizás solo tuviera uno
Chantel se ríe a carcajadas después de escucharlo hablar.—¿Hombres lobos? ¿Brujas? ¿500 años? Continua riendo. —Debe ser una broma de mal gusto, quizás esto sea un sueño. O simplemente yo me caí en el baño y...—Chantel. Esto es real.—No… tú no eres real. Lo señala con el dedo poniéndose en pie.—Entonces ¿Como sane de mi herida? ¿Como cerró tan rápido?—Bueno… Ella suspiró. —No lo se, ok no lo sé. Pero nada de esto tiene sentido para mí. Los hombres lobos no existen, ja, y ni hablar de las brujas.
—Escucha yo solo deseo que me conozcas, no soy una persona mala y mis intensiones hacia ti son sinceras.—Necesito irme a descansar. Esto es mucho para procesar.—Mañana no estaré aquí.—¿Te vas? Pregunto sorprendida.—No. Solo que te recuerdo que regresare a mi forma de lobo por la mañana.—Entiendo… bueno yo, lo siento debo intentar dormir y pensar las cosas. Estoy abrumada.—¡Está bien! Responde un tanto triste.—El sofá es cómodo, puedes… bueno allí puedes dormir.
—Me siento… jadeo. —Me siento extraña, yo… necesito. Ella se gira para encararlo. —Necesito más de lo que acaba de pasar, ¿Que me pasa? Susurra contra el pecho desnudo de Arquímedes.—¡Es normal! Sonríe sujetando su cintura contra su erección. —Mi aroma llama tu atención.—¿Tu… tú qué? ¡Joder Arquímedes! Yo no comprendo nada de esto. Ella posa la frente sobre ese pehcho firme y músculoso.—Tengo toda la noche para explicarte lo que quieras.—Si. Eso me parece bien.Luego de una cena un tanto silenciosa, pero de m
Lentamente la acostó en el sofá acomodando ese frágil cuerpo virginal, como pudo acomodo su enorme cuerpo musculoso sobre el de ella. Realmente era muy grande para ella, pero eso no importaba.—Chantel. Susurra con la carne de su boca.—¡Oh! Dime… gimió contra sus labios, estaba completamente excitada.—No puedo llegar muy lejos contigo.—¿Porque? Está se quejo aferrandose del cuello.—No puedo. Responde como reprimiendo sus ganas.—Q