La alargada lengua del lobo lamía la piel expuesta de su mate. Pero de pronto una parte de la cordura surgió dentro de tanta lujuria. Arquímedes comenzó a pensárselo mejor, aquello solo era un arranque sexual. Chantel no estaba enamorada de él, solo se estaba dejando llevar por el instinto.
Estaba por arruinarlo todo…
Tensando todo su cuerpo y frunciendo el ceño el lobo lentamente se separa de su luna. Sinceramente ya no le importaba ser un alfa, lo único que le interesaba era convertirse en un hombre para estar con Chantel.
Siendo un lobo la mayor parte del día no resultaría para mantener una relación con esa mujer. Ahora solo quería deshacerse del hechizo para estar al lado de su
—¿A dónde crees que vas?—¡Sueltame! Chantel gritaba golpeando el brazo de Connor.—Lo pasaremos bien hermosa. Susurra contra su cuello.—Nooooo… Noooo…Éste la arrastró hasta una mullida cama, lanzándola como un saco. Chantel rebotó intento levantarse para escaparse, pero el pesado cuerpo de Connor se acomodo encima de ella.—Nooo.. déjame, por favor… noo. Ya estaba llorando mientras luchaba por liberarse.—No lo hagas má
La pareja se tumbo en la cama deseosos porque aquel ritual se completará. Chantel dejándose llevar por su instinto le saco la camisa a Arquímedes, para luego volver a retomar sus labios con fiereza.Los deseos más oscuros del lobo estaban a un paso de salir a flote. Nuevamente volvía a sentir esa imperiosa necesidad de tomarla, morderla, marcarla y hacerla suya por siempre. Chantel expedía un aroma exquisito, uno que siempre lo volvía loco.Ella se metió en el hueco de su cuello, probando su piel con besos, las uñas se clavaban en su piel como si fuera espuma. Era un dolor exquisito, le gustaba aquella rudeza. Y sinceramente ya no podía detenerse.Así que sus manos por
Henry corría en su forma lubuna por el bosque, ya estaba muy alejado de la manada. Pero el tenue aroma de su hijo lo había llevado a ese lugar, se pregunto ¿Porque se había ido tan lejos?Al llegar a una colina el aroma desapareció… justo lo que sospecho, cuando Connor había nacido la matriarca le dijo que su hijo había heredado un don. Y este era el poder de ocultar su aroma. Volviéndolo un arma de doble filo.El alfa atento y alerta miraba para todos lados. Buscando una pista que le indicará donde estaba su hijo. El viento soplaba muy fuerte creando muchos sonidos fuertes, pero el ruido de una rama quebrarse a sus espaldas lo hizo girar.Todo parecía en calma, y no ha
Lorena entra en su casa preocupada por el paradero de su hijo. Su esposo hacia mucho que había salido a buscarlo pero aún no regresaba, ninguno de los dos.La mujer se disponía a subir a su habitación cuando un aroma familiar llegó a ella… ¿No era posible? Aún era de día, entonces sonrió. Su hijo había regresado a ser un lobo. La reconfortó saber que esa muchacha lo amara ¿Pero que pensaria el consejo sobre ella?Henry era el Alfa, pero existían reglas que debían cumplirse. Unirse a un humano era penado, y más si llegabas a marcar a esa persona. De pronto el aroma de Henry llegó a ella, innundo toda la casa.—¡Hola madre! Básicamente era lo mismo que había vivido en sus sueños… pero ahora se había vuelto realidad. Aquel lobo caminaba hacia ella, con las orejas gachas y mostrándole aquellos enormes y afilados colmillos. Parecía decidido a matarla o lo que sea que pasará por su cabeza.No veía escapatoria alguna, nada más que rezar para que alguien la rescatará. Su mente solo pensó en Arquímedes, deseando que estuviera allí para que la salvara de un horrible ataque.[...]Arquímedes junto con el beta y otros lobos más, fueron en busca de Connor. Aunque sabía que era un caso perdido dado el don de su hermano. Pero al menos podrían seguir el rastro de Henry, ya que lo llevaba impregnado en su cuerpo. LoCapítulo XXVIII Contra el Consejo
Poco a poco abría los ojos, le dolía hacerlo pero era necesario ya que quería saber dónde estaba metida. Lo primero que vio fue el leve oleaje de una cortina blanca medio transparente. Colgaba desde el techo hasta arrastrarse por el suelo. Chantel se quedó así por lo que fueron unos segundos, hasta fijarse en otra cosa.Parecía que estaba nevando… a través de la cortina de chifon pudo notar la ventana semi abierta y ver copos de nieve caer. Con razón sentía muy mucho frío. Se dio la vuelta pillando que se encontraba en una enorme habitación.Intento incorporarse pero un dolor agudo en su muslo se lo impidió.—¡Mierda! Exclama. Por la noche llego a su apartamento, encontrándolo sumamente frío y desolado. En cuanto entraba en calor sintió que sus huesos comenzaban a fortalecerse. Tumbada en la cama mirando hacia el techo se pregunto.—¿Qué voy hacer? Dijo en voz alta. —De seguro ya no tengo empleo, y con mis ahorros sobreviviré un par de meses. Se decía.Pero a pesar de las preocupaciones de su vida mundana, de su cabeza no se salía ese lobo. ¡Dios! Pensó, era tan doloroso estar enamorada de una persona que resulto ser tan inalcanzable. Aunque los padres de este chico habían sido los que la rechazaron y ya no estaban, no significaba que el resto de su gente la aceptará.Lamentablemente no podía cambiCapítulo XXX Nuevo Alfa
Chantel corrió en busca de una manta para que Arquímedes pudiera cubrirse y así ella no tuviera más mini infartos.—¿Cómo es que estas aquí? Termina por preguntar.—Nunca deje de pensar en ti, has estado metida en mis pensamientos todos los días desde que te fuiste.—Arquimedes…—¿Es mi bebé? Sonríe tiernamente. El no deseaba que ella le volviera a decir que no lo quería en su vida.—Si. Responde posicionando sus manos en el vientre. —¡Es tu bebé! Sonríe.