Guillermo
Su esposo le puso su mano en los hombros, acaparó su atención, le dio un beso en los labios… Bebí otro trago de licor. ¿Qué carajos me pasaba? La gente aplaudió, nos levantamos, la quinceañera ingresaba de la mano de su padre y comenzó a sonar el vals.
—Hagan la fila. —llegó Fernanda—. En orden, primero los integrantes de la familia directa, luego los tíos. Tu Santos ve a hacer la fila como uno más de sus hermanos.
—¿Yo? —sonreí, Santos detestaba toda esta parafernalia.
—Sí, tú. —Lo encaró Fernanda, Alejo y David se reían—. A ti te criaron como un hijo, César y Maju te ven como tal. —alzó la ceja, se encaminó dónde se encontraba Julián y Samuel esperando para bailar, a ese primer grupo se unieron los abuelos. Los dos hermanos le cedieron el turno a él como si fuera el hermano mayor.
—¿Y en qué puesto quedo yo? —dije.
—Con el resto de los primos, tú inicias por ser el mayor.
Ni modo de refutarle a la quien apodaban Chuky. Santos se acercó a la cumplimentada y solo pude notar que la quinceañera estaba roja, dieron varias vueltas en la pista, demostrando los buenos bailarines que eran los dos, hasta que Julián la pidió y al parecer la joven pudo respirar.
» Ahora los tíos, ¡anden ustedes dos!, voy a mandar al resto.
Fue el vals más largo de la vida, más largo que el de mi hermana Adara. Al de Gaby no pude asistir, vi que después de los abuelos, comenzaron los tíos de corazón, los cuales eran cinco, también los amigos de cautiverio llegaron hasta que por fin llegó mi turno.
—Estás, preciosa Maco.
—Gracias. —Me regaló una linda sonrisa y esos dos hoyuelos la hicieron ver más linda—. Pero es muy cansón, a mi hija no la voy a someter a tal tortura, ahora me faltan todos mis primos. —volví a reír.
—La fila es bien larga.
—Ni que me lo digas, cuando sea el momento de las fotos no estaré regia sino derretida. —volví a reírme, dimos dos vueltas más y Ernesto solicitó bailar, le entregué su mano al nuevo bailarín. De regreso a la mesa donde nos habíamos sentado vi a Santos hablando con Julián, el menor parecía algo molesto. Me acerqué.
—¡Si quiere te lo demuestro! Es una arpía tu novia.
—No te metas con ella. —¿Ahora Santos, qué hizo?
—Ella es la que te ha faltado al respeto, en media hora te darás cuenta. —Se desafiaban—. Hermano, sin conocerme, me invitó a pasar una velada.
—¿Qué sucede? —Julián, a sus veinticuatro años, era un hombre de la estatura de Santos.
—Él, que se metió con mi novia.
—Tengo poco más de una hora de estar en esta fiesta, y acaba de citarme tu apreciada novia, ¿a tu mamá le gusta?
El menor se quedó en silencio. Santos podría ser una m****a por completo, pero si algo tenía era que respetaba la mujer de sus amigos y más de ellos a quienes consideraba familia.
—En veinte minutos llega a mi habitación y escucha lo que ella dirá.
—No te atrevas a ponerle una mano encima.
—Querido Julián, ella será quien me las ponga a mí. —Se bebió otro trago de whisky y se fue.
—¿Crees que lo haga, Guillermo?
—Santos puede ser una escoria ante temas de mujeres, pero jamás se mete con las mujeres de los amigos a los que él considera y créeme, Julián, tú para él, eres como un hermano menor. No ha de ser buena tu chica.
—¿Me acompañas? —miró su reloj, buscó con la mirada a su novia y no estaba por ninguna parte.
—Espero ella no sea tan importante como lo es mi hermana. —Su mirada casi me acribilla. Y fui salvado por Eros.
—Pobre de Maco, no le van a quedar más ganas de bailar después del vals, que ha resultado ser el más largo de la historia. ¿Pasa algo?
Ellos dos tenían una amistad como la de Santos y yo. Me dio la mano, el médico con ya dos especializaciones y ahora estaba estudiando la homeopatía a sus veintiún años.
—Hola, genio.
—Guille qué alegría verte, ¿cuándo te regresas? —Ya nos dirigíamos los tres al interior de la casa.
—Mañana.
—¿Podemos hablar antes del mediodía? Eres ingeniero mecánico y electrónico, necesito que mi futura clínica tenga la mejor tecnología. Necesito construir ciertos prototipos y requiero de tu conocimiento al respecto.
—Me interesa.
—Hacemos negocios mañana. Por cierto. ¿Qué hacemos?
—Desenmascarar a mi novia. —dijo Julián.
—Pues ya era hora. —dijo de manera tan desinteresada el genio de la familia.
……***……
Santos
Terminé de tomarme todo el licor que tenía en el vaso. Si algo detestaba en la vida era a las mujeres regaladas, oportunistas, las cuales solo buscaban un interés monetario. —El rostro de Rocío volvió a mí, como siempre me pasaba cada que topaba con una sabandija similar a ella.
«Santos, no todas las mujeres son iguales, no puedes generalizar; ¿tus hermanas lo son?» —A pesar de los años, la voz de Danilo siempre llegaba—. «Maju, Regina, ¿son sabandijas?» —Jamás ellas eran santas, sagradas, al igual que mis hermanas—. «Ahora estás rodeado de familias que a diarios se esfuerzan por ser correctas, mujeres que perdonaron a tus amigos» —Era cierto, estaba en familia y Socorro, Camila, Patricia, Fernanda, Virginia y Blanca, todas ellas eran mujeres correctas.
Cerré mis ojos ante la ola de recuerdos cuando estaba en las sesiones psicológicas con Danilo, algunas veces con Maju y por último terminé de ayudante en jardinería con el padre Castro antes de irme del país. Por petición de Maju, he de reconocerlo, ese señor fue quien más hizo por mí.
Y comencé a agradecer: como el tener a dos mamás; Maju y Regina así me regañen por todo. —continué caminando, comencé a subir las escaleras, el vals por fin terminó. Acepto que existen buenas mujeres, unas más que otras, pero eso no quería decir que yo tendré a una. No quiero tener a una arpía en mi vida, para alejar la posibilidad de esa catástrofe, no permito una relación.
Nunca me acuesto más de cuatro veces con la misma mujer y esa era a la razón por la cual le hice caso a Regina; contratar a una señora de edad para que fuera mi secretaria. Y desde entonces ya tengo más de tres años con doña Lolita; en el contrato dice, a donde me vaya ella viajará, de México pasamos a Canadá y ya le dije que en unos años máximo dos nos radicaremos en Brasil.
En la habitación esperaba la arpía que me dijo tan descaradamente al oído que era demasiado atractivo, y deseaba conocerme más. Mientras su novio estaba bailando con su hermana. Me hirvió la sangre, fue descarada la serpiente. Esa mujer no era buena y no permitiré que venga a joder a Julián, a él lo consideraba mi hermano.
Al llegar al pasillo me esperaba la castaña, no tenía ni idea de cómo se llamaba. Era una m*****a perra. —Le sonreí. La tomé de la cintura y la besé, de manera instantánea, abrió la boca para darle paso a mi lengua. La conduje hasta la que fue mi habitación, las veces cuando visitaba a los Abdala, dejé la puerta entreabierta, le di la vuelta para que la víbora quedara de espalda a ella, así no se percatará si alguien ingresa.
—Nunca te había visto.
—No tenemos casi tiempo. —Mis ojos los dejé abiertos y vi sombras por debajo de la puerta, ya habían llegado—. Tú tienes novio.
—Deja a Julián fuera de esto. Seré honesta contigo, nunca dejo ir a un hombre que me haga mojar con solo verlo.
Esta era de las peores, le sonreí, subí su vestido, mi mano empezó a acariciarla, la descarada cerró los ojos y comenzó a gemir.
—¿Entonces esto es solo una rápida follada y si te vi no me acuerdo? —afirmó—, no te escucho.
—Sí.
—¿Lo has hecho antes?
—Solo con los hombres que me gustan. —seguí acariciándola.
La verdad las mujeres así me daban más asco que ganas de follármelas. La puerta se abrió lentamente, y tres pares de ojos observaron, la descarada ya me tocaba también.
» ¿Quieres que mi boca la endurezca? —puse distancia, con su largo vestido me limpié la mano con mi rostro de asco, ella arrugó su frente—. ¿Pasa algo?
—¿Quieres hacerme una mamada?
Sus ojos brillaron, se arrodilló la muy bandida, espero me perdonen quienes me dieron sermones; Danilo, Maju, César, el padre Castro y todos ellos, pero esta zorrilla saldrá hoy mismo de la vida de un joven que era una gran persona.
» ¿Quieres hacerlo en frente de ellos? —Al girarse gritó.
—¡Julián, me estaba obligando amor a hacerle cosas! —comenzó a tener un ataque de poseída ficticia.
—Las mujeres como tú solo dan asco, —me alejé y estaba roja—. ¿Te quedó claro hermano?
—Págame. —Le dijo Eros a Julián—. Ahora debes ir por Adara. —Julián se puso rojo.
—¿Explíquenme que tiene que ver mi hermana aquí? —sonreí ante la expresión de Guillermo, llegué ante ellos.
—Julián, he estado con tantas mujeres, y las de ese tipo aléjate, son arpías. El día que encuentre a una mujer la cual se valora, tendré algo serio con ella, pero ahora todas se regalan.
—Es mentira.
—Escuché todo, ahora, vete de mi casa. —El dueño le abrió la puerta. Yo me dirigí al baño para lavarme las manos—. Hermanos los invito a tomar un trago.
—Ya los alcanzo. —salieron de la habitación en la que dormiré hoy.
María ConstanzaSeguía al pie de las escaleras, debatiéndome en sí, armar un escándalo en mi propia fiesta. Una vez se terminó el vals le dije a mamá que necesitaba ir al baño, vine corriendo y al subir las escaleras vi lo que no tenía que ver, luego se encerraron en su habitación y corrí a mi recámara a pasar el enojo con la arpía de novia que ahora tenía Julián.Pero como… ¿Santos como hizo eso? Tan lindo que me pareció ese hombre… Jamás me imaginé verlo y menos con la asquerosa esa, pero en que momento se le ocurrió a Julián terminar con Adara. A mi madre tampoco le agradaba la novia de hace unos cuatro meses. Lo cierto era lo que vi, ¿estarán aún en su habitación?Me da tanta rabia que Julián sea tan terco y… tampoco sé lo que ocurrió entre ellos. Pero meterse con sabandijas interesadas. Si supiera lo mucho que Adara lo amaba. No puedo permitirlo. —al asomarme por la puerta de mi habitación salió Guille, Eros y Julián… ¡Carajos! Me perdí el chisme y tengo que ir al baño.No demoré
SantosEl celular me despertó con la alarma, la puse a las cuatro de la mañana antes de acostarme, para levantarme a las nueve, no podía olvidar el almuerzo en casa de Vladímir. Amaba dormir, pero este fin de semana no podré hacerlo como era de mi agrado, y en el avión no era cómodo descansar. Me levanté cuál sonámbulo con la erección matutina.Después de hacer mis necesidades humanas y regresar a la vida por medio del baño y verme al espejo despierto, ya preparado para un nuevo día. Arreglé la habitación, recogí mis pertenencias y salí con la maleta, ya no regresaba por el resto del día, en la noche me regresaba a Canadá y quién sabe hasta cuando vuelva a la casa de Maju. Espero despedirme de todos.La casa estaba siendo arreglada por varias personas, el evento se prolongó hasta las cuatro, la parranda vallenata a la que nos tienen acostumbrado Alejandro es infaltable. Ahora eran las diez. La señora Carmen supervisaba el trabajo.—Buenos días, joven, ¿ya quiere desayunar?—Se lo agra
NataliaSeguía mirando a la nada a través de la ventana del apartamento, Pablo dormía, habíamos llegado a las dos de la mañana de los quince de Maco, quiso intimar, pero yo no quise. ¿Por qué me afectó tanto volver a ver a Guillermo?, trabajo con una de las mejores amigas de su madre y ya no sentía nada.Él intentó por todos los medios salvar la relación, yo lo amaba, pero no podía retener a alguien que ya no sentía lo mismo porque en alguna parte de nuestra preciosa relación nos perdimos. No tenía remordimiento al respecto, se intentó, y aunque me dolió en el alma, lo dejé libré, mentí esa tarde, le dije lo que él deseaba decirme… que a los dos se nos había acabado el amor.Volví a beber el chocolate que tenía en mi taza, ahora se veía diferente, aunque su esencia seguía igual; siempre tan caballero, tan respetuoso, una copia exacta de su tío en temperamento. Recuerdo lo mucho que me decía que el ser que más admiraba era a su tío, su padre, su amigo y mentor.En fin, no debería de te
Tres años después.SantosSalí del baño después de hacer ejercicio, si algo le agradecía a David era que nos inculcó el estado físico, y la ira que a los veinte desarrollé generándome tantos problemas, hasta el punto de que todos ellos me obligaron a practicar el Boxeo y Taekwondo. El primero fue como castigo por parte de César después de sacarme de la cárcel por haber formado un tropel.Pude haber salido en veinticuatro horas, pero para darme una lección llamaron a mis hermanas y ellas los apoyaron, por eso pasé una semana tras las rejas de esa comisaria.Todas mis hermanas me visitaron en esos días, llevaban comida, Maju y Regina también me visitaron a diario; mientras una daba consejos la otra solo regañaba.Pero ninguna movió un dedo, y aunque no entendí en los primeros tres días, al cuarto cuando el padre Castro fue a visitarme, comprendí cuanto me amaban. Yo era el desadaptado, yo era quien debía de poner un alto a mis desenfrenos o terminaría mal y haciéndole daños a seres que
GuillermoLlegué al aeropuerto, quería llegar a la casa, saludar a mi familia, pero con el retraso que tuvimos no tenía tiempo más que para llegar al hotel donde hice la reservación por la multinacional. Más bien llamo a mamá más tarde, y en la noche o más bien mañana los visito antes de tomar el vuelo de regreso a Canadá, para terminar el empalme con el nuevo gerente de ingenieros.Llegué al hotel, me registré, subí a la habitación, me bañé de rapidez y vestí. Mientras bajaba al salón de la conferencia llamé a mamá.—Hola, cariño.—Hola, mamá. ¿Cómo están todos?—Bien, nada diferente de ayer a hoy.—Estoy en Colombia, no te dije ayer que hablamos, porque quería darles la sorpresa, pero el vuelo tuvo un retraso de cuatro horas. Voy a ingresar a la capacitación de la compañía y no sé a qué horas termina, mañana los visito desde temprano.—¡Qué alegría verte, hijo! Mañana te espero con un delicioso desayuno.—¿Y me haces el almuerzo también?No suelo pensar en que la mujer sea quien coc
NataliaMe tomaron la declaración después de curar mis heridas, según lo que dijeron los paramédicos, Pablo parece tener costillas rotas y varios traumas y contusiones en el rostro. Dicen que no se podía desear el mal a nadie, pero yo sí se lo deseaba a Pablo.Ahora Guillermo estará detenido, quién sabe hasta cuando, por mi culpa. Mi hermano me iba a regañar, no debía reunirme con él. Tapé mi rostro con las manos, ya no aguantaba más.—Naty, —Santos ingresó a la habitación donde me tenían en la jefatura—. Ya llegó David y Carlos. ¿Quieres hablar? —negué y luego afirmé.Él podía ser una mierda con las chicas, pero jamás les mentía, en nuestra juventud, siempre le decía que no entregaba cariño, solo placer por un par de horas. Jamás en toda la universidad tuvo una novia. Solo eran mujeres para tener sexo. Sin embargo, cuando pasas a ser alguien importante en él, cuando él te considera especial, era un ser humano excepcional.Conmigo siempre fue un gran amigo y jamás, jamás me insinuó o
María ConstanzaNo había dejado de pensar en la razón por la cual le dije a mi padre que esta vez deseaba quedarme un año en Brasil. Mi madre volvió a mirarme de esa manera en la que decía: «no me trago ese cuento.» Ya se le había pasado su preocupación por mi interés descomunal por Santos. A tal punto que le averigüé toda la vida con mi mamá y Regina tres años atrás.Mientras pasaba el tiempo y llegaban mis padres me puse a mirar en internet escuelas para inscribirme y aprender sus platos típicos, también para justificar mi tiempo miré información en repostería. No era que me gustaran mucho hacer postres o tortas, pero esto era para un caso extremo.—Entonces pulguita, ¿te vas para Brasil y te quedarás donde Santos?Samuel se lanzó sobre mi cama, él trabajaba en una empresa petrolera en Barrancabermeja, el año pasado se graduó y hace unos seis meses consiguió trabajo; lo hacía de lunes a jueves, el fin de semana lo pasa aquí.—El chisme como corre. Salta aquí sapito.—No jodas, pulga
SantosCené en casa de los Guzmán, César fue por su hija y yo pasé por el hotel a buscar mi maleta y cancelar mi estadía como la de Guillermo. Con las dos maletas me dirigí al aeropuerto. Al llegar al área internacional vi a toda la familia Abdala L’Charme, ellos eran una familia perfecta, con todos los problemas que puedan o pudieron tener, pero se apoyaban.Desde lejos vi cómo César abrazaba a Maju que me pareció, estaba llorando y los dos hermanos abrazaban a una pequeña que… Madre de mi alma, ¿en qué momento se le desarrolló ese trasero a esa niña?, su cabellera castaña le caía hasta el finalizar de su espalda. «Ya no es una niña, ahora es una joven mayor de edad.»—Buenas noches.Los mayores me saludaron, luego le di la mano a Julián, trabaja desde que se graduó con su padre en la constructora.—Qué alegría verte Santos, sobra decirte, si vez algún zarrapastroso interesado en mi preciosa pigmea mandas una foto y su nombre ya sabes para qué. —soltamos una sonora carcajada.—La cui