{Museo del Palacio Diamante}El día martes llego y Zoe aún no estaba segura si acudir al museo del Palacio Diamante o no. Solo había pensado a toda hora en como mirar a Julián a la cara y lo que era aún peor, a su abuelo Harrison. Él sabía perfectamente lo que era Julián y si se enteraba de lo sucedido entre los dos no podía saber lo que se atrevería a pensar de ella.Después de buscar en el armario por horas hasta encontrar la ropa adecuada para ver a Julián, Zoe se bañó, arreglo, maquillo y vistió lo más delicado posible. Después salió de su habitación y se encontró con Claudia.- Bien, ¿Cómo me veo?- Muy linda heee, excelente elección.- ¿Crees que a él le guste? – Zoe quería que la viera linda, después de su primera experiencia con aquella pijama. Ya que no sabía que pensaba de ella.- Estoy segura que sí, hasta yo te coquetearía. Así que creo que a él le va a encantar.- De acuerdo, este look será. Pero ahora, ¿cómo los voy a enfrentar? ¡Y al abuelo Harrison, qué horror!- Vamos
- Nada, solo que sigo sin poder quitármelo. Justo quería saber que poderes tenía la Diosa Lluvie, tal vez podría intentar lograr canalizar algo de sus habilidades. – Zoe estaba pensativa.- Perfecto conejita, yo pensé lo mismo. Como tú posees el collar debes poder explotar sus poderes, por lo que me tome la molestia de buscar algunos libros de hechicería y mitología antigua para que los estudies. – Julián señalo a una pila de libros sobre una gran mesa.- ¿Hechicería? – Zoe no podía imaginar que Julián le diera ese tipo de libros.- Claro, por lo que entiendo podrías tener más poderes que incluso las sacerdotisas, ya que el collar no te incinero al momento de ponértelo.- ¿Incinerar?, ¿eso es lo que me pudo pasar? – Zoe estaba aterrada con ese pensamiento.- Sí, pero no lo hizo. – Julián explico tranquilamente.- ¿Y acaso pensabas decírmelo?, dime y ¿si realmente me hubiera matado? – Zoe comenzaba a enojarse.- Pues si tuve la intención, pero ahora sabemos que tú eres la portadora. As
De pronto se escuchó que se abría la puerta y entro un Harrison bastante alegre.- Pequeña Zoe, ¿Cómo estas querida?- Abuelo Harrison, me encuentro bien gracias. Justo estaba revisando estos libros que trajo Julián. – Zoe miro de reojo a Julián que seguía sonriendo coquetamente mientras le brillaban los ojos como si un niño pequeño estuviera pensando en travesuras para realizar.- Quiero que comiences a leerlos y practicarlos cuanto antes. Mientras más pronto perfecciones tus poderes, será mejor para todos.- Está bien, los leeré en mi tiempo libre. - >- Respecto a eso, estaba preguntándome si no preferirías dejar tu trabajo. – Harrison había pensado mucho la forma de abordar este asunto.- ¿Qué?, pero es un excelente trabajo, soy muy buena programadora y estoy en un proyecto bastante grande en este momento.- Si, lo sé, pero me preguntaba si lo dejaras y te vinieras a trabajar aquí al museo con nosotros. Tú eres excelente con las antigüeda
{Casa girasoles} Zoe no podía contener más sus ganas, amaba el sentimiento de tenerlo sobre de ella, de sus manos acariciando su cuerpo, recorriendo su espalda, su cintura, sus piernas... y esa boca que la chupaba y lamia con suavidad… Desde su cuello hasta sus pechos, rodeándolos y saboreándolos, haciendo que su deseo aumentara ferozmente. Cada parte de su cuerpo se deleitaba con ese sentimiento que consumía sus entrañas. A pesar de ser virgen su cuerpo sabía lo que quería, y lo quería a él, quería que la hiciera suya, anhelaba sentirlo tan profundo, tan fuerte y tan rápido, lo necesitaba con todo su ser, quería que tomara cada parte de su piel y apagara ese fuego que la consumía.... De pronto un ruido ensordecedor sonó a lo lejos, haciéndola despertar, eran las 7 am y tenía que prepararse para ir a trabajar... <
Pasaron un par de días, en donde todo transcurría con aparente tranquilidad, no se escucharon nuevos casos de víctimas y las calles se sentían un poco más seguras. Sin embargo, Zoe seguía sintiendo que alguien la vigilaba por las noches, aun en su casa la sensación no disminuía y se encontraba bastante ansiosa. Por este motivo, decidió incrementar la seguridad en su casa, compro una protección adicional para sus puertas y ventanas. También decidió no sacar al pequeño Sombra a pasear al parque después de que el sol comenzara a ocultarse. Después de cenar, se dio una ducha y se colocó su pijama favorita, se dio cuenta que eran las 11 de la noche, pero aún no tenía sueño, de hecho siempre había preferido estar despierta en la madrugada y dormir en el día, solo que este trabajo era muy importante, por lo que se obligaba a dormir temprano para no llegar tarde y desvelada, así podría rendir más… Pensando en que podría quedarse dormida más fácilmente con una película, decidió juntar las alm
Julián sintió una especie de opresión en el pecho, una punzada, más que eso, era algo que le carcomía en lo más profundo, era una sensación que jamás había tenido en su vida... No entendía que pasaba pero su instinto cazador se encontraba en modo ataque y buscaba a su presa. > Mirando por todo el lugar, Julián no podía encontrar a la persona responsable de ese sentimiento, por lo que decidió ampliar la búsqueda y abandonar el bar. Salió en el momento exacto que una pequeña y curiosa joven de cabello largo, rizado y enmarañado bajaba de un auto rojo. Julián no entendía porque esa pequeña cosa le causaba una punzada tan rara, y ¡su olor!… A pesar de la distancia podía percibirlo tan claramente. Era fresco y podía percibir unas pequeñas notas de jazmín y lavanda. De pronto se le abrió el apetito. Quería acercarse a ella y oler su cabello. Tenía tanta necesidad de recorrer su cuello con sus
Zoe escucho el grito de su amiga y volteo a la puerta del bar, solo para verla correr a toda velocidad en su dirección. Cuando Claudia llego hasta su lugar se acordó de aquel suceso y al voltear la mirada nuevamente ya no encontró al malandro misterioso. > - Zoe gracias por venir, estaba tan asustada, ¿Te costó mucho trabajo llegar? ¿Porque no me avisaste que ya estabas aquí?. Me preocupe que ya había pasado mucho tiempo así que decidí mirar un poco y alcance a ver tu pijama. Eres inconfundible. - Lo siento mucho, llegue hace unos minutos, pero había unos hombres malos y tenía miedo que si salías te podrían hacer daño. - Qué raro, yo no vi a alguien más, osea, cuando te vi de lejos había como una sombra gigante que no alcance a distinguir, pero no se me figuro un hombre ¿Tu estas bien, te hicieron algo malo? - No me hicier
{Casa girasoles} Esa noche Zoe nuevamente soñó con él, bajo una luz blanca que emanaba de su pecho, se encontró siendo acariciada por sus manos, sintió como la besaba tan suave, cálida y profundamente, percibió su cuerpo sobre el suyo mientras ella jadeaba y se aferraba a su cintura. De pronto se miraron fijamente, después de tanto tiempo ella podía ver el rostro de aquel hombre, y era igual a aquella bestia que la protegió... Más sucio, mas rudo y más salvaje, pero con esos mismos ojos negros penetrantes que parecía que podían leer a través de ella. > En un instante, ese sueño tan maravilloso comenzó a tornarse lúgubre y oscuro mientras el desaparecía lentamente bajo su mirada, y en cambio comenzaban a aparecer rostros de personas que ella no conocía bajo una espesa nie