{Casa girasoles}
Esa noche Zoe nuevamente soñó con él, bajo una luz blanca que emanaba de su pecho, se encontró siendo acariciada por sus manos, sintió como la besaba tan suave, cálida y profundamente, percibió su cuerpo sobre el suyo mientras ella jadeaba y se aferraba a su cintura. De pronto se miraron fijamente, después de tanto tiempo ella podía ver el rostro de aquel hombre, y era igual a aquella bestia que la protegió... Más sucio, mas rudo y más salvaje, pero con esos mismos ojos negros penetrantes que parecía que podían leer a través de ella.
<<Es tan perfecto, tan fuerte y poderoso, me encanta la sensación de estar junto a él... no quisiera alejarme de sus brazos nunca más. Solo deseo que me toque, que me bese, que haga todo lo que quiera con mi cuerpo…>>
En un instante, ese sueño tan maravilloso comenzó a tornarse lúgubre y oscuro mientras el desaparecía lentamente bajo su mirada, y en cambio comenzaban a aparecer rostros de personas que ella no conocía bajo una espesa niebla.
<<¿Que está pasando aquí?, ¿Dónde está mi malandro de ojos negros?, y más importante ¿Quiénes son todos ustedes?, ¿Que quieren de mí?>>
De pronto a través de la niebla que cubría el lugar, una anciana de cabello largo y blanco con ojos grises y un bastón que la ayudaba a caminar, se dirigió a ella, la miro de una manera tan profunda y exclamo:
- ¡La princesa perdida ha regresado, es momento de que asuma su lugar en el trono al lado del rey Lucian, ¡búsquenla y sométanla!
<<¿Qué?, ¿De qué está hablando esta anciana?, ¿Cual princesa?, ¿Qué tiene que ver eso conmigo?>>
Cientos de rostros con ojos rojos, colmillos y miradas penetrantes la rodearon y trataron de sujetarla mientras ella gritaba con desesperación que la dejaran en paz, necesitaba explicarse que no sabía de lo que estaban hablando, que no tenía idea de quienes era y que no quería que la tocaran.
Justo cuando todos estaban encima de ella y comenzaba a ver todo oscuro de la desesperación... Zoe despertó en su cama, con su pijama de conejos sudando y con una respiración acelerada.
<<Fue solo un sueño, eso es lo que paso, un sueño muy raro, todo está bien, todo está bien, todo está bien.>>
A pesar de creer que solo había sido un sueño, no podía quitarse la sensación de desesperación de su pecho.
De pronto Zoe miro a la puerta de la habitación y se dio cuenta que estaba abierta. Bajando la mirada encontró al pequeño Sombra en la entrada el cual tenia una cara de preocupación. En ese instante volteo y miro al celular que tenía en su buró, el cual marcaba las 4 am.
- Sombra, ¿qué haces aquí?, que extraño, no recuerdo haber dejado la puerta abierta. Mmm, bueno creo que hoy podemos dormir juntos en la cama, necesito un guardaespaldas que me defienda de los monstruos. Vamos, sube pequeño.
El pequeño Sombra no lo dudo y subió a la cama con Zoe mientras ella lo abrazaba fuertemente.
- Vamos, descansemos otro poco antes de comenzar el día. Mañana es sábado así que podremos salir a pasear toda la mañana.
El resto de la noche transcurrió en aparente tranquilidad y por la mañana Zoe no paraba de repetirse que en efecto, fue solo un sueño. Ya todo estaba bien.
Después de darse una ducha, arreglarse y desayunar, saco al pequeño Sombra al parque. Mientras estaba bajo los rayos del sol y miraba a los niños jugar y a su pequeño correr por la pelota, sus miedos comenzaban a disiparse cada vez más.
Zoe escucho que su teléfono comenzaba a sonar, así que decidió sentarse en el pasto a tomar la llamada. Al revisar el número se dio cuenta que era su amiga Claudia.
- Clau hola, ¿qué pasa?
- Zoe no me acordaba, por favor, tienes que acompañarme, esta noche es el cumpleaños de mi primo Francisco y sus amigos le van a organizar una fiesta. No quiero ir sola y tú te llevas bien con el.
- No recordaba que ya fuera su cumpleaños, si tengo libre la tarde.
- Excelente, necesito que me acompañes a comprar su regalo.
- Jajajaja si ya me lo imaginaba. Bueno, justo estoy en el parque con el pequeño Sombra, si quieres nos vemos en el centro comercial Punta Plateada para comprarle un regalo y yo aprovecho para revisar algunas cosas que necesito en casa.
- Bien, sirve que buscamos un vestido para ti...
- Ya sabes que no soy de vestido, no insistas.
- No me importa, no te escucho, se está cortando... Nos vemos ahí en 10 minutos.
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{Punta plateada}
Zoe ya se encontraba con Sombra caminando por los grandes almacenes cuando llego Claudia.
- Estuve pensando en el regalo perfecto para comprarle a mi primo, pero no se me ocurre algo interesante - Claudia se mordía el labio mientras fruncía las cejas buscando algo que la convenciera.
- Justo acabamos de pasar por una tienda de relojes inteligentes, creo que ese es un regalo increíble, no recuerdo que tu primo tenga uno parecido y acaba de llegar el nuevo modelo.
- Excelente, creo que eso puede funcionar.
Después de comprar el regalo y algunos objetos más, las chicas se dirigieron a una tienda de ropa.
- Zoe necesitas un vestido, vamos.
- No, de verdad no soy de vestidos, mi estilo es más informal.
- No insistas, te pondrás un vestido sí o sí. Por favor, hazlo por mí y por mi primo, su fiesta no es tan casual
- Mmm está bien, solo por tu primo, un vestido sencillo.
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{Mansión Medianoche}
Mientras tanto del otro lado de la ciudad Noé le recordaba a Julián que tenían que acudir al cumpleaños de su amigo. Aunque éste se negaba a asistir, sabia lo importante que era para ellos el tener una buena relación con Francisco, después de todo era el hombre que administraba sus negocios y mantenía su identidad en secreto...
Hace unos años, después de una pelea donde Noé se encontraba muy mal herido, Julián busco refugio por todas partes y de casualidad encontró a un joven que fue tan valiente para permitirles pasar la noche en su pequeño apartamento. Los cuido y no hizo muchas preguntas, por lo que consideraron que el seria la persona ideal para mantener sus secretos ocultos. Después de eso se hicieron cercanos y optaron por pagarle una considerable suma de dinero como mensualidad para que los ayudara a mantener sus asuntos con los humanos seguros, dándole total libertad de invertir su dinero, administrar propiedades, cuidar de sus intereses y encargarse de dirigir a sus fuerzas cuando no estaban cerca.
El muchacho estaba más que encantando de encargarse de todo, ya que si bien lo tenían bastante ocupado a menudo, el dinero que le proporcionaban le daba una vida demasiado cómoda en comparación con su familia y la gente que conocía, ya que tenía un asistente personal, chofer, una casa en una zona residencial y un control total de negocios y propiedades. Era custodiado a menudo por guardaespaldas, además sabia secretos que ningún humano se atrevía a imaginar.
- De acuerdo, solo iremos por un par de horas. Llévale un regalo, una reliquia familiar podría funcionar.
{Casa Marina} A las 5 de la tarde los invitados comenzaban a llegar a la Casa Marina. La cual se encontraba en un lugar muy exclusivo en Punta Diamante. Era una hermosa casa de 3 pisos con sótano, palapa y alberca que tenía unos 1000 metros cuadrados. Si bien no era tan grande como otras de la misma zona, se encontraba lo suficientemente protegida y escondida para que la gente que se intentara asomar no pudiera apreciar su interior correctamente. Esto era algo que resultaba muy adecuado para Julián y Noé quieres a menudo tenían que mantener cosas protegidas que no podían llevar a Mansión Medianoche. De igual forma la casa se encontraba en una zona con entrada exclusiva, lo que hacía que no cualquiera pudiera ingresar deliberadamente. Si bien no era la única casa de seguridad que tenían distribuida en todo el distrito, si era la única en la que permitían el acceso a gente externa a su grupo. Aquí se reunían con la que tenían que realizar negocios fuera de la empresa, amigos de Francis
Zoe llego al bar, donde varios jóvenes se encontraban sirviendo tragos. Se encontraba sumamente perturbada por ese hombre y esperaba alejar sus pensamientos con la bebida. - Por favor, me da un Martini. - Si claro señorita, aquí esta. – El hombre le acerco la bebida. Mientras Zoe comenzaba a beber con desesperación, Claudia llego corriendo y comenzó a reírse de ella. - Chica no puedo creer que no me contaras lo guapo que es ese hombre. Es tan grande, sexy, rudo, salvaje… - Sí, sí, sí. Es muy guapo, pero eso no le quita lo malandro, así que deja de alagarlo. - Pues yo no veo que sea tan malo, incluso su atuendo es bastante increíble y al ser socio de mi primo seguramente es un hombre bastante adinerado, eso es todo un plus. - Bueno eso no me impresiona… Además el que hoy se vea bien, no significa que no sea mala persona si estaba ese día en el bar. - Yo también estaba y tú también jajajaja. - Bueno si, pero el salió de ahí, y parecía muy confiado, seguro se la pasa ahí buscando
{Museo del Palacio Diamante} Al día siguiente Zoe llego a casa, recogió a Sombra de la casa del vecino y reviso el correo, donde se dio cuenta que había recibido una invitación para un evento dentro del museo del Palacio Diamante, por lo que mando un mensaje con su confirmación y preparo su atuendo para la ocasión. Ese lugar le recordaba tanto a sus padres, ellos consagraron su vida a este mundo desde jóvenes y cuando ella nació, se convirtió en un segundo hogar. Desde muy pequeña aprendió tanto… Paso día y noche entre antigüedades y objetos de gran valor histórico… Amaba investigar, leer y descubrir todo lo que los artefactos representaban. Zoe se especializo en arqueología, lenguas muertas, anticuaria e historia, ya que quería dedicarse a realizar excavaciones, pero después de la muerte de sus padres era tan doloroso seguir en ese lugar, con tantos recuerdos y el sentimiento abrumador del amor de su familia en cada rincón, que se fue a un campo completamente diferente para mitigar
El señor Harrison no sabía cómo reaccionar a eso, desde que fallecieron los padres de Zoe él había sido lo más cercano a una familia para ella. Desde pequeña aunque no tenían lazos de sangre, siempre la considero como una nieta y ella en cambio le decía abuelo. - Bueno, Julián ella es la chica de la que te hable, la cual es excelente con las reliquias, y como ya se conocen esto va a ser más sencillo. - ¿Ah sí, reliquias?, que curioso, creí que eras programadora, no conocía este talento oculto tuyo. - ¿Cómo sabes que soy programadora? – Zoe frunció las cejas. No recordaba haber mencionado a que se dedicaba. - Bueno, solo lo imagine, ya que tus modales con la gente son terribles, y eso solo indica que te la pasas todo el día frente a una computadora – Julián no se había podido contener y revelo por accidente que sabía en que trabajaba. Solo que ella no se lo había mencionado, el mando a espiar a Zoe a través de su asistente para descubrir que trabajaba en una empresa de tecnología, v
Se cree que era tan hermosa y seductora por lo que todas las mujeres le tenían envidia y los hombres le temían. Al pasar de los años, ella añoraba tener un hijo, por lo que una noche bajo a la tierra convertida en humana y eligió un hombre para seducirlo. Desde aquel momento, el quedo perdidamente enamorado y juntos formaron un hogar. En el día con los rayos de sol, su apariencia sobrenatural era visible para las personas… Sus ojos se tornaban rojos, sus colmillos se mostraban, sus uñas crecían y sus enormes alas aparecían. Por lo que solo podía salir de noche. Un día comenzó su trabajo de parto, por lo que no pudo evitar ser vista por los aldeanos que acudieron a su encuentro. En ese momento todos pudieron notar sus diferencias, así que temerosos y llenos de ira, intentaron amarrarla y asesinarla. Gracias a su pareja ella logró escapar, abriendo sus alas y desapareciendo en el cielo. El hombre por otro lado, aprovecho para huir con sus 3 pequeñas recién nacidas y llevarlas al lugar m
Después de la abrupta huida de Zoe del museo. Julián y el señor Harrison platicaron un poco sobre lo sucedido. No podían creer que la chica fuera la portadora del collar y que incluso mostrara que era la elegida por la Diosa Lluvie para portar los poderes ocultos del objeto tan preciado. - Es normal que este inquieta, no te preocupes, cuando entienda lo que está pasando se calmará y podremos hacerla entrar en razón. – El señor Harrison notaba la cara de tristeza que tenía Julián. Jamás se imaginó que lo podría ver de esa forma. En todos estos años de conocerlo siempre reprimió sus emociones. - Sí, eso creo. Es normal que un humano tema a lo desconocido, ellos no crecieron con el conocimiento de que existen vampiros y seres de la noche. – A Julián aún le dolía, pero sabía que ahora había muchas cosas en juego como para no darse por vencido. No podía dejar que Zoe callera en manos enemigas. - Creo que Zoe necesita protección, no entiendo porque el collar la eligió a ella, pero estoy
{Casa girasoles} En su casa, Zoe no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido esa noche…. Primero los artefactos que parecían tener poderes mágicos, lo cual era increíble, ya que el collar que en este momento tenía en su cuello y que no encontraba la forma de liberarse de él, era una gran prueba de este poder. Era como si sintiera mucha energía recorriendo su cuerpo. Aun no podía canalizarlo, pero sentía que podía realizar cualquier cosa que deseara, por lo que quería explorar un poco más la forma de expandir ese poder. Y Julián… Se había enterado que ese malandro con quien soñaba todas las noches no era otro más que un vampiro… Quizá por eso lo soñaba, porque quería beber su sangre y matarla… Esto era tan confuso. Tenía tanto miedo de lo que era, pero a la vez tenía tantos deseos de estar un poco más cerca de él… Que la besara, que la tocara, quería sentirlo dentro de ella… <
{Mansión Edevane} En la Mansión Edevane, Santiago se encontraba sentado en su despacho mirando fijamente unos papeles que se encontraban en su escritorio. De pronto la puerta se abrió para mostrar a Amanda, una mujer rubia de largas piernas, quien lucía un diminuto vestido blanco. - Querido, ¿sigues preocupado por la profecía de Agata? – “Agata” era una sacerdotisa que se dedicaba a cuidar de los intereses de los linajes reales, en especial de la familia Edevane. Agata era muy respetada entre las familias de los linajes más poderosos ya que sus predicciones siempre se cumplían, así como sus protecciones y hechizos eran los más poderosos que existían. - Sabes perfectamente que nunca se equivoca. Si ella cree que estamos en peligro debemos hacer todo lo posible por defendernos. – Santiago tenía días sin poder dormir. Solo daba vueltas en su despacho intentando pensar en planes para cancelar las predicciones. - Lo sé, no podemos permitir que nos quiten el poder. ¿Cómo van tus hombres?