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Capítulo 4 - Primer encuentro

Zoe escucho el grito de su amiga y volteo a la puerta del bar, solo para verla correr a toda velocidad en su dirección. Cuando Claudia llego hasta su lugar se acordó de aquel suceso y al voltear la mirada nuevamente ya no encontró al malandro misterioso.

<<¿A dónde se fue ese tipo tan raro y tenebroso y como pudo alejarse tan rápido de este lugar?, Esta oscuro, pero aun así no logro ver qué dirección pudo tomar.>>

- Zoe gracias por venir, estaba tan asustada, ¿Te costó mucho trabajo llegar? ¿Porque no me avisaste que ya estabas aquí?. Me preocupe que ya había pasado mucho tiempo así que decidí mirar un poco y alcance a ver tu pijama. Eres inconfundible.

- Lo siento mucho, llegue hace unos minutos, pero había unos hombres malos y tenía miedo que si salías te podrían hacer daño.

- Qué raro, yo no vi a alguien más, osea, cuando te vi de lejos había como una sombra gigante que no alcance a distinguir, pero no se me figuro un hombre ¿Tu estas bien, te hicieron algo malo?

- No me hicieron algo malo. Pelearon entre ellos. Al parecer el hombre me estaba defendiendo de los otros dos.

- Un hombre, uhm, ¿solo te defendió así porque si?

- Sí, pero no pude saber quién era, fue muy extraño, después comenzó a interrogarme y a decir incoherencias… Después que me gire desapareció.

- Qué raro es eso, pero mira, tuviste suerte de que un hombre misterioso te ayudará. Me pregunto si es soltero.

- Clau, no inventes. <<Esta mujer no puede pensar en algo más que en conseguir una cita.>>

- Bueno, creo que definitivamente necesitas novio y que mejor que un protector.

- Bien, tienes un punto, necesito un novio, pero no creo poder encontrar lo que estoy buscando y menos en un malandro como el. Greñudo, enojón, gritón.

- Es solo porque exiges mucho, bien podrías conformarte con cualquiera de tus pretendientes. Además esa descripción me hace pensar que te llamo la atención heeee…

- Esta loca, no me fijaría en alguien como él. Es un grosero. Mejor búscame otro hombre.

- Excelente, mira está Alejandro es un gran partido, es director, tiene una bonita casa y es divorciado.

- Otro…

- Jajaja, eres muy quisquillosa. Yo no descartaría al “malandro”.

- Estas loca, mejor vámonos, anda, te compraré un café de camino a casa.  <<Espero que el café me ayude a aclarar la mente para dejar de pensar en ese hombre y en ese extraño rayo que siento como recorre cada parte de mi cuerpo.>>

Después de pasar por un café, se apresuró a dejar a Claudia y de ahí se fue directo a casa. A Zoe le encantaba manejar de noche, ya que la relajaba y le hacía aclarar la mente, pero en esta ocasión  no paraba de pensar en aquel hombre y en todo lo ocurrido. Por más que intentaba sacarlo de su mente no lograba enfocarse en otra cosa.

<<Ese malandro mmm, me parece tan familiar, es como si fuera el mismo chico de mis sueños, pero no, eso no puede ser, el hombre de mis sueños solo es una fantasía que debió crear mi subconsciente a falta de sexo, no hay forma de que sea esta bestia que encontré por casualidad en un bar, jamás lo he visto antes, así que ¿Cómo podría ser?>>

Ya en casa decidió no pensar más en el asunto y preparase para dormir. Por alguna cuestión que no entendía sentía la necesidad de ponerse algo más sexy.

<<Ah, es una tontería, el hombre no está aquí cerca y no puede ver que me voy a dormir con mi pijama de conejos, no tengo porque buscar algo que no lo haga burlarse de mí. >>

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{Mansión Medianoche}

Parado frente a la ventana de su despacho, esta noche Julián solo pensaba en aquella chica... No podía sacarla de sus pensamientos ya que desde el momento en que la vio bajo la luz de la luna con su rostro resplandeciente, sus rasgos dulces y su hermosa cabellera rizada, algo había cambiado en él y no lograba identificar la razón... Al igual que sus rasgos se quedaron grabados en su mente. Desde el momento en que se separó de ella comenzó a sentir que algo quemaba dentro de su cuerpo, como si la distancia causara un agujero en su pecho y le impidiera estar tranquilo.

- Oye amigo, no te desanimes, estoy seguro que la volverás a ver, el mundo es muy pequeño y tú y yo lo hemos recorrido tantas veces... Además solo es una chica - Noé su mejor amigo, el cual vivía a su lado en la mansión que había sido herencia familiar, y había escuchado todo el relato, no entendía como alguien a quien había visto por 2 minutos podía afectarle de aquella forma, ya que en todos estos años de conocerlo jamás había demostrado que una mujer le importará lo suficiente, es por eso que quería animarlo a cualquier costa, solo que le faltaba mucho tacto.

- No sé su nombre, su edad, su vida... Sin embargo no puedo dejar este sentimiento de que debo protegerla a toda costa. Además esos vampiros que estaban tras ella. No entiendo que intensiones tenían, ya que ni siquiera conozco de un vampiro quiera robar a una humana por placer de aquella forma.

- Es muy extraño, pero ahora debemos mandar a nuestros hombres para investigar que está sucediendo. Si esta chica tiene algo importante que podamos usar en contra de Amanda y Santiago, será mejor que lo encontremos rápido.

- Si, ya mande al equipo especial para que investiguen que está ocurriendo en el palacio y yo mismo seguiré el rastro de esa joven. - <<Aun tengo que preguntarle porque llevaba esa ropa tan ridícula. Uhm y ahora que lo pienso, como se sentirá rozar sus piernas y deslizar ese pantalón por sus nalgas hasta bajarlo completamente, después quitar el resto y dejarla solamente con ese cabello enmarañado para poder acariciarlo mientras ella juega con esa parte de mi cuerpo que necesita ser acariciada por sus pequeñas y delicadas manos >>

Noé abandono el despacho para irse a realizar sus asuntos, mientras Julián siguió pensando en aquella chica. <<No te vas a escapar de mi conejita. Te encontraré y me desquitaré por tu forma tan ruda de tratarme. El príncipe de las tinieblas no puede ser humillado por una cosa tan chiquita.>>

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