{Casa Marina}
A las 5 de la tarde los invitados comenzaban a llegar a la Casa Marina. La cual se encontraba en un lugar muy exclusivo en Punta Diamante. Era una hermosa casa de 3 pisos con sótano, palapa y alberca que tenía unos 1000 metros cuadrados. Si bien no era tan grande como otras de la misma zona, se encontraba lo suficientemente protegida y escondida para que la gente que se intentara asomar no pudiera apreciar su interior correctamente. Esto era algo que resultaba muy adecuado para Julián y Noé quieres a menudo tenían que mantener cosas protegidas que no podían llevar a Mansión Medianoche. De igual forma la casa se encontraba en una zona con entrada exclusiva, lo que hacía que no cualquiera pudiera ingresar deliberadamente.
Si bien no era la única casa de seguridad que tenían distribuida en todo el distrito, si era la única en la que permitían el acceso a gente externa a su grupo. Aquí se reunían con la que tenían que realizar negocios fuera de la empresa, amigos de Francisco, eventos especiales o lugar para llevar a chicas y donantes de sangre.
Francisco podía elegir cualquiera de las propiedades que tenían para poder vivir, pero prefería estar en este lugar ya que se encontraba cerca del trabajo, era animada y muy céntrica.
Francisco le había recordado a Claudia apenas ese día por teléfono de su fiesta y no pudo verla en persona, por lo que dio instrucciones a seguridad para que le permitieran el acceso sin ningún contratiempo. Como la fiesta fue organizada en esta casa que era una zona residencial exclusiva, el acceso a personas sin brazalete no estaba permitida. Para los demás invitados ofrecieron pulseras que se colocaban en la muñeca y daban acceso al recinto.
- Primo, ¿cómo estás? Feliz cumpleaños, mira que bien te sientan los 30's
- Gracias Clau, me alegra que asistieras. Y tu querida Zoe, que bien te ves, mira nada más que sexy luces. Tienes que bailar conmigo para que sea la envidia del lugar.
- Ya eres la envidia Francisco, con ese look y además eres el festejado.
- Ya sé, soy increíble ¿No es así?.
- Jajaja, chico raro. Mira, te trajimos un pequeño obsequio. – Las chicas le extendieron sus presentes a Francisco, el cual los recibió con una gran sonrisa.
Zoe había optado por comprar el reloj inteligente de color negro y Claudia había elegido los audífonos inalámbricos y la correa, y entre las dos eligieron una chamarra de moda.
- Ah me encanta, muchas gracias. Justo este es el modelo que me quería comprar, acaba de llegar a la tienda y no había tenido tiempo de ir por él. No puedo creer que lo eligieran por mí, gracias chicas las amo.
- De nada Francisco, sabes que nos encanta que estés siempre a la moda.
- Lo sé, soy el sueño de toda chica. Bueno preciosas, pueden ir por unas bebidas mientras yo sigo recibiendo a los invitados. Y me pruebo mi nuevo reloj.
Francisco siempre era tan atento, a Zoe le caía bastante bien. Era muy consentidor con las dos por lo que les gustaba salir juntos.
Al anochecer llegaron dos figuras altas e imponentes vestidas con ropa elegante, los cuales no pasaron desapercibidos por todas las personas que se acercaban a querer admirarlos.
Noé estuvo encantado de interactuar con las personas, sin embargo Julián prefería mantenerse alejado y poner su mirada de odio a todos los que intentaban hacerle la plática. Solo se mantenía alerta puesto que nuevamente había tenido esa extraña punzada en el corazón, sin embargo por más que buscaba el rostro que quería no lograba ver a la chica por ningún lado. Estaba comenzando a creer que su cuerpo le estaba jugando una mala pasada.
- Vamos Julián intégrate. Vienes a una fiesta a divertirte, no a querer asesinar a todos los invitados.
- Bien podría asesinarlos, en especial a esa chica que no para de venir a insinuarse y regresar a besar a los demás chicos. Ya estoy cansado de verla. Y no hablemos de esos de allá que no paran de beber. ¿Qué los jóvenes no tienen nada mejor que hacer?
- Vaya, sí que estas molesto. Nunca te ha importado lo que hagan los demás y mírate ahora. Queriendo mejorar la vida de la gente. ¿Por qué no buscas a una chica linda y platicas un poco?, ¿no hay alguien que te haya interesado?
- A decir verdad...
Justo en ese momento logro ver a la distancia a una hermosa chica con el cabello recogido, un maquillaje ligero y un vestido largo rojo con una abertura en la pierna y de un gran escote, el cual permitía apreciar sus increíbles y grandes pechos. Y esas piernas que sin duda deberían estar alrededor del cuello de Julián mientras él jugaba entre ellas.
<<Es ella, no puedo creerlo. Es esa chica, y en definitiva esta ropa le queda mucho mejor que la anterior. Si hubiera sabido que era tan increíblemente hermosa y seductora, no la habría dejado marchar noche>>
Julián no podía dejar de mirarla, sus ojos tan expresivos, esos labios que deseaban ser besados, y su cuello... De pronto tenía tanta sed... Tantos deseos de hacerle el amor mientras bebía cada gota de su sangre.
Noé notó su mirada y volteo para ver quién era la chica de quien se mostraba tan interesado. Y pudo ver a dos hermosas mujeres. Una de ellas era una muy hermosa y exótica chica con un vestido rojo y la otra era una belleza rubia con vestido verde.
- Vaya excelente elección mi amigo. Creo que hemos ganado la lotería esta noche.
- Calla, ¿ves la chica de rojo que parece una diosa?. Ella es la mujer a quien ayude en el bar.
- ¿En serio, como es que está justo en este lugar?
- No lo sé, pero no puedo entender como Francisco la conoce y nosotros nunca la habíamos visto antes.
Julián decidió acercarse a la joven.
- Hola conejita, ¿me extrañaste?
- ¡Eres tú!- La cara de Zoe comenzó a ponerse de color rojo. - ¿Qué haces aquí?. No me digas, me estas siguiendo? Encima eres un pervertido.
- ¿Qué pasa Zoe?, ¿Quién es este hombre? – Pregunto Claudia
- Él es el hombre del que te hable.
- Ah, así que hablaste de mi he. Mira que buena impresión deje en ti.
- ¿Buena impresión?, tu, malandro pervertido, no te atrevas a tocarme he, ahora traigo gas pimienta.
- Jajaja ¿y el b**e donde lo dejaste conejita?
- Eso no te incumbe, ahora dime, ¿porque me sigues?
- Yo no te seguí, tu eres la que vino.
De pronto Francisco se acercó y pregunto: - Chicos, ¿ya se conocen?
- ¿Tú las conoces? – Preguntó Noé
- Si claro, miren, ella es mi prima Claudia y ella su amiga Zoe. Y chicas ellos son Julián y Noé, mis socios.
- ¿Lo ves conejita? No soy un pervertido, a menos que tú quieras, puedo ser un gran pervertido – Zoe se aterro por esa sugerencia y no sabía cómo reaccionar.
- No muchas gracias, no me gustan los malandros.
- Bueno si cambias de opinión puedo acudir a verte a cualquier hora, tengo una gran resistencia...
- No gracias, ahora voy por una bebida.
Zoe estaba sumamente roja de la vergüenza. No quería verlo porque temía que se delatara y se dieran cuenta la forma en que su corazón latía con tanta rapidez. Ella no tenía idea de que Julián podía fácilmente escuchar el ritmo acelerado de su corazón, podía ver la forma en que fluía su sangre y más importante, podía darse cuenta de todo el deseo tenia Zoe. Él podía percibir eso en una mujer con tanta facilidad que normalmente no le interesaba lo suficiente, pero en este momento, estaba más que encantado de provocar los deseos de esa chica.
Zoe llego al bar, donde varios jóvenes se encontraban sirviendo tragos. Se encontraba sumamente perturbada por ese hombre y esperaba alejar sus pensamientos con la bebida. - Por favor, me da un Martini. - Si claro señorita, aquí esta. – El hombre le acerco la bebida. Mientras Zoe comenzaba a beber con desesperación, Claudia llego corriendo y comenzó a reírse de ella. - Chica no puedo creer que no me contaras lo guapo que es ese hombre. Es tan grande, sexy, rudo, salvaje… - Sí, sí, sí. Es muy guapo, pero eso no le quita lo malandro, así que deja de alagarlo. - Pues yo no veo que sea tan malo, incluso su atuendo es bastante increíble y al ser socio de mi primo seguramente es un hombre bastante adinerado, eso es todo un plus. - Bueno eso no me impresiona… Además el que hoy se vea bien, no significa que no sea mala persona si estaba ese día en el bar. - Yo también estaba y tú también jajajaja. - Bueno si, pero el salió de ahí, y parecía muy confiado, seguro se la pasa ahí buscando
{Museo del Palacio Diamante} Al día siguiente Zoe llego a casa, recogió a Sombra de la casa del vecino y reviso el correo, donde se dio cuenta que había recibido una invitación para un evento dentro del museo del Palacio Diamante, por lo que mando un mensaje con su confirmación y preparo su atuendo para la ocasión. Ese lugar le recordaba tanto a sus padres, ellos consagraron su vida a este mundo desde jóvenes y cuando ella nació, se convirtió en un segundo hogar. Desde muy pequeña aprendió tanto… Paso día y noche entre antigüedades y objetos de gran valor histórico… Amaba investigar, leer y descubrir todo lo que los artefactos representaban. Zoe se especializo en arqueología, lenguas muertas, anticuaria e historia, ya que quería dedicarse a realizar excavaciones, pero después de la muerte de sus padres era tan doloroso seguir en ese lugar, con tantos recuerdos y el sentimiento abrumador del amor de su familia en cada rincón, que se fue a un campo completamente diferente para mitigar
El señor Harrison no sabía cómo reaccionar a eso, desde que fallecieron los padres de Zoe él había sido lo más cercano a una familia para ella. Desde pequeña aunque no tenían lazos de sangre, siempre la considero como una nieta y ella en cambio le decía abuelo. - Bueno, Julián ella es la chica de la que te hable, la cual es excelente con las reliquias, y como ya se conocen esto va a ser más sencillo. - ¿Ah sí, reliquias?, que curioso, creí que eras programadora, no conocía este talento oculto tuyo. - ¿Cómo sabes que soy programadora? – Zoe frunció las cejas. No recordaba haber mencionado a que se dedicaba. - Bueno, solo lo imagine, ya que tus modales con la gente son terribles, y eso solo indica que te la pasas todo el día frente a una computadora – Julián no se había podido contener y revelo por accidente que sabía en que trabajaba. Solo que ella no se lo había mencionado, el mando a espiar a Zoe a través de su asistente para descubrir que trabajaba en una empresa de tecnología, v
Se cree que era tan hermosa y seductora por lo que todas las mujeres le tenían envidia y los hombres le temían. Al pasar de los años, ella añoraba tener un hijo, por lo que una noche bajo a la tierra convertida en humana y eligió un hombre para seducirlo. Desde aquel momento, el quedo perdidamente enamorado y juntos formaron un hogar. En el día con los rayos de sol, su apariencia sobrenatural era visible para las personas… Sus ojos se tornaban rojos, sus colmillos se mostraban, sus uñas crecían y sus enormes alas aparecían. Por lo que solo podía salir de noche. Un día comenzó su trabajo de parto, por lo que no pudo evitar ser vista por los aldeanos que acudieron a su encuentro. En ese momento todos pudieron notar sus diferencias, así que temerosos y llenos de ira, intentaron amarrarla y asesinarla. Gracias a su pareja ella logró escapar, abriendo sus alas y desapareciendo en el cielo. El hombre por otro lado, aprovecho para huir con sus 3 pequeñas recién nacidas y llevarlas al lugar m
Después de la abrupta huida de Zoe del museo. Julián y el señor Harrison platicaron un poco sobre lo sucedido. No podían creer que la chica fuera la portadora del collar y que incluso mostrara que era la elegida por la Diosa Lluvie para portar los poderes ocultos del objeto tan preciado. - Es normal que este inquieta, no te preocupes, cuando entienda lo que está pasando se calmará y podremos hacerla entrar en razón. – El señor Harrison notaba la cara de tristeza que tenía Julián. Jamás se imaginó que lo podría ver de esa forma. En todos estos años de conocerlo siempre reprimió sus emociones. - Sí, eso creo. Es normal que un humano tema a lo desconocido, ellos no crecieron con el conocimiento de que existen vampiros y seres de la noche. – A Julián aún le dolía, pero sabía que ahora había muchas cosas en juego como para no darse por vencido. No podía dejar que Zoe callera en manos enemigas. - Creo que Zoe necesita protección, no entiendo porque el collar la eligió a ella, pero estoy
{Casa girasoles} En su casa, Zoe no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido esa noche…. Primero los artefactos que parecían tener poderes mágicos, lo cual era increíble, ya que el collar que en este momento tenía en su cuello y que no encontraba la forma de liberarse de él, era una gran prueba de este poder. Era como si sintiera mucha energía recorriendo su cuerpo. Aun no podía canalizarlo, pero sentía que podía realizar cualquier cosa que deseara, por lo que quería explorar un poco más la forma de expandir ese poder. Y Julián… Se había enterado que ese malandro con quien soñaba todas las noches no era otro más que un vampiro… Quizá por eso lo soñaba, porque quería beber su sangre y matarla… Esto era tan confuso. Tenía tanto miedo de lo que era, pero a la vez tenía tantos deseos de estar un poco más cerca de él… Que la besara, que la tocara, quería sentirlo dentro de ella… <
{Mansión Edevane} En la Mansión Edevane, Santiago se encontraba sentado en su despacho mirando fijamente unos papeles que se encontraban en su escritorio. De pronto la puerta se abrió para mostrar a Amanda, una mujer rubia de largas piernas, quien lucía un diminuto vestido blanco. - Querido, ¿sigues preocupado por la profecía de Agata? – “Agata” era una sacerdotisa que se dedicaba a cuidar de los intereses de los linajes reales, en especial de la familia Edevane. Agata era muy respetada entre las familias de los linajes más poderosos ya que sus predicciones siempre se cumplían, así como sus protecciones y hechizos eran los más poderosos que existían. - Sabes perfectamente que nunca se equivoca. Si ella cree que estamos en peligro debemos hacer todo lo posible por defendernos. – Santiago tenía días sin poder dormir. Solo daba vueltas en su despacho intentando pensar en planes para cancelar las predicciones. - Lo sé, no podemos permitir que nos quiten el poder. ¿Cómo van tus hombres?
Al ingresar Julián y su equipo comenzaron a golpear a todos los vampiros que se encontraban dentro. 3 de ellos decidieron atacar a Julián al mismo tiempo, pero tomo a uno por los hombres y lo uso para golpear al segundo. Mientras sintió una daga atravesando su espalda, con un grito se giró y rasgo el cuello del tercer vampiro, dejando que se desangrara en el piso. Como la herida que tenía era profunda, un cuarto vampiro decidió aventarse y arañarlo por el lado derecho. Después Julián lo sujeto por el cuello y lo aventó. Al final se había desecho de todos los hombres del lugar y con su instinto activo llegó hasta el cuarto donde tenían atada a Zoe. - ¿Qué haces aquí? – Zoe había escuchado una pelea en la parte de afuera, así que cuando abrieron la puerta, estaba sumamente asustada. - Vine a rescatarte – Julián se acercó a revisar si Zoe no tenía heridas graves. - ¿Tu?, pero como supiste que estaba aquí? - Deja de hacer tantas preguntas y cállate. Una vez que reviso que no tenía her