Nikolay PetrovDesperté con la imagen de mi hermosa esposa a mi lado, su espalda desnuda, suave, con aquellas marcas que deja el embarazo que la hacían ver aún más bella que antes.«¿Qué habré hecho para que un alma tan pura se haya fijado en alguien cómo yo?» pensé de pronto, una sonrisa se formó en mis labios, mi teléfono no paró de vibrar durante toda la mañana, pero no contesté, en cambio, lo silencié, no quiero que este poco tiempo que tenemos solo para nosotros se arruine por nada.Hoy es una nueva realidad, hoy volvemos con nuestros hijos, con nuestra familia, volvemos al hospital dónde se encuentra la madre de Ivonne y será duro… será duro ver que a pesar de que las cosas parecían mejorar, un nuevo problema vuelve a amenazarlos, esta vez uno al que no podemos buscarle una solución y que es la muerte de una de mis suegras.Dios, ¡Tengo dos suegras! La vida me ha premiado con muchas mujeres, pero nunca he sentido la necesidad de protegerlas y cuidarlas cómo con Ivonne, mis hija
Ivonne Petrova Años después. —Feliz cumpleaños mis pequeños traviesos. —mencioné abrazando a mis mellizos, Elián y Vanessa, ya cumplían sus tres primeros años de vida, nuestro hijo, Lukyan tenía cinco, al igual que Irina y luego venía Esperanza con sus perfectos seis años y luego venían los más grandes, Valentín con doce años y Benjamín con diez, nuestras vidas han sido maravillosas. —¡Que mis hijos sean felices por siempre! ¡Que todos nuestros hijos sean felices toda su vida! —mencionó Nikolay en un brindis. Aleric y Bruno brindaron con él, al igual que Andrew y Antoine, las mujeres nos encontrábamos conversando acerca de los niños. La hija de Aleric había nacido pocos meses luego de los mellizos, por lo que pronto cumpliría tres años también, las hijas de Margarita se encontraban jugando con mis hijas, mientras que mis niños se encontraban jugando futbol con Massimo y Andrew, la novia de mi hermano estaba junto a Katherina, y sí, también es parte de la familia, sobre todo después
Ivonne WilsonFrío, demasiado frío, es lo que se siente en este lúgubre y espantoso interno de niñas en el que me habían obligado a permanecer, no era la época para estar aquí y tampoco estaban las condiciones para que este sitio siguiera habilitado, no entendía cómo lograron hacerlo, solo los jóvenes sin hogar se quedaron en sitios como este y no era para nada mi caso, o al menos seguía pensando.Recordaba a mis antiguos amigos, todos estaban pasando este invierno con sus familias, ¿Me recordarán? Después de todo hace casi un año que no los veo, de hecho, me alejaron de ellos, ¿Por qué mi vida se volvió tan complicada luego de la muerte de mamá? ¿Por qué mi padre tuvo que buscar a otra mujer tan rápido? ¿Por qué no pudo ser otra mujer? Y sí, a los pocos meses de que mi madre falleciera su lugar fue ocupado por otra mujer, mi tía.La culpable de mi actual condición, pues, aunque nunca intenté nada en su contra, siempre tratará de ser algo que no era para mí, nunca la aceptaría cómo mi
Tres años después.Pronto cumpliría los veintiún años y podría salir de este lugar, esperaba con ansias ese día, salir de aquí, llevarme a mi amiga conmigo y ser felices, recuperar lo que me dejó mi padre y poner a mi tía en su sitio, aunque fuera una vez en mi vida.Es más, faltaba cerca de una semana para ello, mi amiga estaba igual de entusiasmada que yo, y cómo no estarlo, si al salir yo, también lo haría ella, porque me la llevaría conmigo como dé lugar.Había una carta al hombre que es mi novio, en todo este tiempo escrito no he tenido respuestas de él, pero tal vez ahora que saldré de este encierro pueda tener chance de volver a estar con él, solo espero que siga esperándome.Nikolay PetrovMe expulsaron de Rusia, esas malditas ratas de alcantarillas lo lograron, pero no saben con quién mierda se involucran, el que me hace no solo las paga en vida, sino también en muerte, volveré con mucha más fuerza y mucho más poder que antes y verán de qué soy capaz, con mi apellido y mi f
Llegamos donde el «coyote», como le gustó que le dijeran, el traficante de armas más grande del mundo, y qué, de casualidad, mi familia hace los mejores tratos con él. Sonreí cuando entré en su casa, cómo siempre, estaba comiendo solo en su comedor, se caracteriza por ser un amargado de mierda, yo lo soy, pero él me supera.—Te dijo que nadie puede entrar aquí. Menos cuando estoy comiendo. —dijo aquel hombre que estaba sentado, yo era igual a él, eran contadas las personas que se sentaban a comer conmigo, no le daba esa libertad a cualquiera, sin contar el hecho de que Antoine toda una vida ha estado a mi lado y solo un par de veces se ha sentado en la mesa conmigo.—No soy ninguna persona. —mencioné apareciéndome en su campo de visión, uso el mismo carácter endemoniado y es que su padre hacía tratos con el suyo, Aleric por otro lado, no era de la clase de persona que solo le interesan negocios, no le importa con quién está tratando, no cambiará su actitud.—A mí no me importa si eres
Corrimos, aunque no sabíamos a dónde íbamos, hace mucho que no andábamos por estas calles y no me iba a ir a meter a mi casa, ella tampoco recordaba la dirección de la suya.Escuchamos otro estruendo, habían forzado la cerradura de la puerta con un disparo, ¿Por qué no se pueden dar vencidos? ¿Qué hice yo para merecer esto? Nada, no hice nada, pero la ambición de mi tía va más allá de los límites legales que le dejó mi padre, por eso hace todo esto, conmigo muerta tendrá todo para ella sola.— ¿¡Dónde carajos estás!? — preguntó un hombre. Se escuchaba bastante enojado, seguro perdería todo el dinero que le ofreció aquella mujer que se hizo llamar, alguna vez, mi familia.— Me ves cara de adivino, imbécil. ¡Tenemos que encontrarla como dé lugar! — apareció el acompañante. De pronto, se me ocurrió un lugar donde escondernos, la casa de Julián podría ser nuestra salvación.— Ann, mírame. — le dije cuando me di cuenta de que estaba tirada en el suelo, a punto de entrar en una crisis de pá
Mi amiga sonrió y luego tomó mi mano, el miedo junto a la vida se iba largando de su cuerpo como si fuera lo más sencillo del mundo, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, no podía creer que mi amiga, la única que había compartido mis momentos más oscuros se encontraron en este estado, dejándome, ¿Dónde quedaron todos esos sueños que prometimos cumplir juntas?—P—por fi—fin so—so—somos lib—libres. —estaba sonriendo mientras una lágrima caía por su mejilla, ¿Por qué no a mí? Ella no tuvo la culpa de acompañarme—. Bus—bus—ca a m—mi—s her—herm—ma—n—nos. —dijo con su último aliento y su cuerpo cayó desvanecido sobre mis piernas.—¡Haz algo, maldita sea, llama un médico, una ambulancia, algo! —grité molesta, porque solo se había quedado mirándome, no había intentado hacer nada por salvarla, cómo si se hubiera quedado en shock o simplemente sabía el destino de mi amiga, de mi querida Ann.—Eso no pasará, ella ya pasará. —apareció como si no le importaba lo que acababan de ver sus ojos
Nikolay PetrovLa tenía enfrente de mí, no podía creerlo, por mucho que he soñado este día nunca pensé que sería de esta forma, ¿Por qué estaba huyendo? ¿Quiénes eran aquellos hombres que la perseguían? ¿Por qué razón parecía ser que era la primera vez que se enfrentaba a una muerte de aquella índole? ¿Por qué de pronto me siento tan confundido al darle cobijo bajo mi casa?Pero, aún con todas mis preguntas, no podía rechazar el hecho de que aquella mujer es mucho más hermosa y joven de lo que alguna vez imaginé, en primera instancia, supuse que había sido que nunca lo mencionó en algunas de las cartas, pero podía intuir que se trataba de una mujer mayor por la manera en que se expresaba, no solo una adolescente.A mis veinticinco años, aunque para muchos se trataba de estar en plena juventud, no corría con la misma suerte, es más, podía decir que a mis años les recorría una infinidad de hechos desastrosos y sangrientos, muchas muertes, demasiadas violaciones a lo que la gente conside