3. Decepción

—Cara, ¿qué haces aquí? —dijo Noah mientras Cara entraba en su departamento sin pedir permiso.

—Vaya, una bebida a tu altura —empezó a decir mientras tomaba un vaso para poner hielo en él para luego servirse un poco de la bebida fina que Noah estaba tomando. Se acercó a él para brindar con el vaso de Noah.

—Cara, sabes que no es correcto que vengas cuando tu hermana no está —dijo Noah al sentir los brazos de Cara alrededor de su cuello.

—Sabes, deja el formalismo a un lado... Siempre me has gustado y tú lo sabías. Además, sé que no puedes dejar de pensar en aquella noche en el hotel ¿te acuerdas?—, dijo ella intentando besarlo. Ella estaba segura de algo, que lo amaba, y que haría todo lo que estuviera a su alcance para borrar el amor de él por su hermana.

—Esa noche fue un error, y lo sabes muy bien—, dijo Noah sacando los brazos de Cara de encima de él para que luego se alejara de ella.

—Mira, mira cómo Clara está haciendo feliz... Dime, ¿aún piensas que te ama? —dijo tajante segura de sí misma Cara, mientras sacaba su teléfono móvil y le mostraba a Noah la grabación de Clara y Heinst en la cama. Noah se quedó sin palabras, su corazón se rompió en mil pedazos al ver a la mujer que amaba con otro hombre. Cara sonrió satisfecha, había logrado su cometido, había destruido la relación de su hermana y Noah.

Noah seguía viendo con atención las imágenes de Clara con otro hombre en el hotel; dejó caer el vaso que sostenía con la mano para que las lágrimas empezaran a brotar en sus ojos sin dejar que rebalen en su rostro.

—No, no puede ser... Ella no me haría eso—, dijo Noah volviendo a mirar las imágenes para lanzar el celular de Cara en el living.

Se acercó a la mesa para tomar la botella y empezar a beber de una manera peculiar, su corazón sangraba, su orgullo fue aplastado por la mujer que amaba. Solo quedaba sumergirse en la bebida para tratar de borrar las imágenes que vio.

—Ves, me rechazaste por ella que al final te traicionó. Yo te amo con locura Noah—, dijo Cara acercándose a él de manera peligrosa. Noah sumido en el dolor, la ira tomó a Cara para atraerla a él y pegarla a su cuerpo.

—¿Entonces qué piensas? Tú borras este dolor y el amor por ella, ¡Inténtalo!—dijo Noah, dejando en claro que ya nada importaba para él. Estaba decidido a pagar la traición de Clara con la misma moneda.

—Dime, ¿Te casarías conmigo? Te ayudaré a vengarte de ella —dijo Cara llevando la escena a otro nivel. Quería abrazarlo. Quería sentir esos fuertes brazos rodeándola, quería escucharlo diciendo su nombre con esa voz ronca y profunda que le recordaba la larga y calurosa noche que una vez ella fue suya por completo.

Noah la alzó en sus fuertes brazos para llevarla a su habitación, en la misma cama que dormía con Clara pero no la tocaba, sabía que ella era virgen, pura y deseaba esperar por ella hasta la noche de su boda. Con ella, la besó con pasión, dejando que sus manos recorrieran cada curva de su cuerpo, sintiendo su piel suave y tersa bajo sus dedos. Cara gemía de placer mientras Noah la hacía suya, olvidándose de Clara y del dolor que le había causado. La noche se volvió una mezcla de susurros, caricias y besos, donde Noah y Cara se entregaron el uno al otro en una noche de pasión y lujuria.

La noche anterior había estado llena de traiciones, deseo y lujuria, y cada uno de los cuatro involucrados había jugado su papel. Clara se despertó en la cama de su hermana, sintiendo un dolor de cabeza intenso y confusa sobre los eventos de la noche anterior. Se dio una ducha fría para despejar su mente y luego se vistió para salir del apartamento de su hermana.

Mientras conducía por la carretera, fragmentos de la noche anterior le venían a la mente, llenándola de pena y vergüenza. ¿Cómo le explicaría a Noah su aventura con un completo desconocido? ¿Cómo lo tomaría él? Estas preguntas se repetían una y otra vez en su mente mientras se dirigía al departamento de Noah.

Cuando finalmente llegó, encontró que Noah había preparado una cena romántica para ellos. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver la escena, sintiendo el peso de su traición hacia él. Pero cuando se dirigió a la habitación que compartían, abrió la puerta para encontrar a Noah en la cama con su propia hermana. Clara dejó caer su bolso al suelo, sintiendo que sus fuerzas se desvanecían por completo.

El dolor y la traición se reflejaban en los ojos de Clara, mientras observaba a su hermana y a Noah juntos en la cama. Sintió como si su corazón se hubiera roto en mil pedazos, y su mente se llenó de pensamientos oscuros y confusos. ¿Cómo pudo haber sido tan ciega? ¿Cómo pudo haber confiado en su hermana después de todo lo que había pasado entre ellas?

Sin decir una palabra, Clara se dio la vuelta y salió del departamento, sintiendo que su mundo se desmoronaba a su alrededor. No sabía a dónde ir o qué hacer, pero sabía que necesitaba alejarse de todo y de todos. Necesitaba tiempo para pensar y tratar de entender cómo había llegado a este punto.

Mientras conducía sin rumbo fijo, las lágrimas caían por sus mejillas y su corazón se sentía vacío y roto. Pero en medio de todo el dolor y la confusión, Clara sintió un extraño sentimiento de liberación. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió libre de las expectativas y las obligaciones que había tenido durante tanto tiempo. Y aunque no sabía qué le depararía el futuro, sabía que tenía que seguir adelante y encontrar su propio camino en la vida.

Durante los últimos siete días, Clara había estado luchando con el dolor de la traición y la vergüenza que sentía después de la noche en que todos habían sido envueltos en un plan bien armado. A pesar de que había estado yendo a la empresa todos los días, su padre, el señor Hal, notó que algo andaba mal con su hija. Clara, que solía ser la persona más alegre y sonriente de la oficina, ahora parecía perdida en sus pensamientos y su semblante era serio.

—Clara, ¿qué sucede? —preguntó Hal a su hija, quien se mantenía de pie frente a él con una postura reacia a decir lo que realmente estaba pasando. Clara estaba decidida a sufrir y llorar en silencio, creyendo que era lo mejor para ella.

Sin embargo, Hal no iba a dejar que su hija sufriera sola. Él la conocía mejor que nadie y sabía que algo la estaba afectando profundamente. Con una voz suave y llena de preocupación, Hal le dijo.

Después de que Clara terminara de hablar, Hal se acercó a ella con una mirada de decepción y enojo en su rostro.

—¿En qué estabas pensando? —gritó Hall, dejando en claro que no toleraba la traición de su hija. El matrimonio que tenía fijado con Noah era algo que Hal ansiaba más que el amor de su hija. Era el trato que habían arreglado ambas familias por pedido del joven Noah Cortes. La familia Cortes era el socio mayoritario de la empresa, y Hal sabía que esto sería un desastre si salía a la luz la traición de Clara.

En ese momento, Cara entró en el despacho de su padre, seguida de cerca por Noah, quien tenía fijos sus ojos en Clara. El brillo que irradiaba era más bien de rabia que de amor hacia ella.

—Señor Hall, ambos sabemos que ninguno de los dos nos conviene... Por ello, deseo casarme con Cara —dijo tajante Noah, tomando la mano de Cara entre la suya. Cara sonreía feliz mientras que Clara cerraba sus ojos mientras escuchaba las decisiones de Noah.

—Clara, tú ya no puedes ser la directora de la empresa. Desde hoy ya no eres mi heredera —dijo Hal de la manera más fría que un padre podía serlo. Clara, desde muy dentro de sí, supo que eso era lo que le esperaba tras su error.

—Padre... aquí tienes mi renuncia —dijo ella, dejando en el escritorio de su padre el telegrama de renuncia que ella misma había redactado. Luego de eso, ella se retiró, pasando al costado de Noah, quien la miraba al rostro.

Noah no pudo evitar sentir una mezcla de rabia y deseo al ver a Clara. Aunque su mente le decía que debía olvidarla, su cuerpo anhelaba estar cerca de ella. La recordaba en la cama con aquel desconocido, gemiendo de placer, y no podía evitar sentir celos. Pero sabía que no podía perdonarla, no después de lo que había hecho.

Clara, por otro lado, se sentía destrozada. Había traicionado al hombre que amaba y había perdido todo lo que había trabajado tan duro para conseguir. Se sentía vacía y sola, sin saber qué hacer con su vida. Pero sabía que tenía que seguir adelante, aunque no supiera cómo.

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