La pelea era salvaje. Alexander y Heinst rodaban por el suelo, intercambiando golpes como dos bestias salvajes que luchaban por la supervivencia. Las fuerzas de ambos comenzaban a menguar, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. El odio y la historia que los unía los mantenían atados en ese enfrentamiento sin tregua.Mientras tanto, Clara, aún resguardada tras la columna, observaba la escena con el corazón en un puño. Quería intervenir, pero sabía que en ese momento todo dependía de Heinst. Él era el único que podía detener a Alexander. Las balas seguían volando a su alrededor, pero los agentes de Heinst estaban logrando tomar el control de la situación. Poco a poco, los hombres de Alexander caían, uno tras otro.Finalmente, en un último esfuerzo, Heinst logró tomar la delantera. Con un movimiento rápido, logró inmovilizar a Alexander, sujetándolo contra el suelo, su brazo presionando con fuerza sobre su cuello. Alexander forcejeó, pero estaba exhausto, y poco a poco su resi
Un mes había pasado desde aquella noche fatídica en la que Heinst casi perdió a Clara para siempre. Los recuerdos seguían frescos, como una sombra que lo perseguía, y aunque Clara se estaba recuperando, él no podía dejar de pensar en lo cerca que estuvieron de no sobrevivir. Esa experiencia lo había cambiado para siempre, y sabía que no podía seguir esperando para dar el siguiente paso. Cada momento contaba, y no estaba dispuesto a dejar pasar uno más sin luchar por el futuro que quería junto a ella.Una tarde de otoño, mientras el aire fresco llenaba la pequeña casa en la que se habían refugiado, Heinst había tomado una decisión. Había comprado un pequeño regalo para Clara, algo simbólico pero significativo, y lo había envuelto cuidadosamente. Sabía que no sería fácil encontrar el momento perfecto, pero quería hacer algo especial. El sol empezaba a ponerse, pintando el cielo de tonos dorados y naranjas, cuando Heinst decidió que era el momento adecuado.Clara estaba sentada en el por
En el borde de la ciudad, donde las luces se mezclan con las sombras de la noche, Clara Miller siempre había creído en la perfección de su vida. Con un prometido como Noah, cuya devoción y amor eran inquebrantables, y una carrera floreciente en la firma familiar, parecía que nada podría interrumpir su camino hacia la felicidad.Pero las noches tienen su propia magia y sus propios demonios. En una de esas noches, lo que comenzó como una celebración se convirtió en un laberinto de pasiones desatadas y errores irrevocables. Bajo el efecto del alcohol, Clara fue víctima de un plan oscuro tramado por su propia sangre, su gemela Cara, cuya envidia era tan profunda como el océano.Heinst Conrab, un hombre marcado por su propia ambición y deseos, se convirtió sin querer en el eje de una tragedia inesperada. Confundido y embriagado, tomó a Clara por Cara, y en esa confusión, los destinos de tres almas quedaron entrelazados en una red de amor, traición y secretos.Clara se encuentra ahora atrap
Clara Miller asumió como directora ejecutiva de la firma especializada en inversiones a largo plazo "Miller Legacy Capital" Todo parecía indicar que ella y su familia tenían todo lo que podían desear, dinero, poder, amor y felicidad.Era viernes, y Clara estaba reunida con sus compañeros de trabajo, celebrando el haber trabajado duro para cerrar un acuerdo con empresarios que habían apostado por su firma. Clara, a pesar de ser una mujer elegante y bella, se sumergía en su trabajo, lista para llevar en alto el apellido Miller. A una distancia de ella se encontraba su gemela, Cara. Ambas eran idénticas, pero con sentimientos muy opuestos. Clara siempre veía la vida con alegría y esperanza, siempre ofreciendo una cálida amistad a quienes se cruzaban en su camino. Sin embargo, Cara era todo lo contrario a Clara, era callada, egoísta, y hasta se podía decir malvada.Para Cara, la vida era un juego, una vida sin aventuras era aburrida. Pero muy, muy en el fondo de su corazón, ella amaba a u
—Cara, ¿qué haces aquí? —dijo Noah mientras Cara entraba en su departamento sin pedir permiso.—Vaya, una bebida a tu altura —empezó a decir mientras tomaba un vaso para poner hielo en él para luego servirse un poco de la bebida fina que Noah estaba tomando. Se acercó a él para brindar con el vaso de Noah.—Cara, sabes que no es correcto que vengas cuando tu hermana no está —dijo Noah al sentir los brazos de Cara alrededor de su cuello.—Sabes, deja el formalismo a un lado... Siempre me has gustado y tú lo sabías. Además, sé que no puedes dejar de pensar en aquella noche en el hotel ¿te acuerdas?—, dijo ella intentando besarlo. Ella estaba segura de algo, que lo amaba, y que haría todo lo que estuviera a su alcance para borrar el amor de él por su hermana.—Esa noche fue un error, y lo sabes muy bien—, dijo Noah sacando los brazos de Cara de encima de él para que luego se alejara de ella.—Mira, mira cómo Clara está haciendo feliz... Dime, ¿aún piensas que te ama? —dijo tajante segura
Mientras tanto, Cara sonreía satisfecha, saboreando su victoria. Había logrado separar a Clara y Noah y ahora se casaría con el hombre que amaba. Pero lo que no sabía era que el destino aún tenía algunas sorpresas preparadas para ella y para todos los involucrados en aquella noche de traiciones y deseos prohibidos.Noah había decidido su camino por medio de la venganza, los días pasaron y Noah Cortes el único hijo legítimo de la prestigiada familia y socio mayoritario de la firma cada noche estaba pasaba su tormentos y sufrimiento ahogando en un vaso de licor. Cara, como era de costumbre iba por él para sacarlo de allí, odiaba verlo de aquella manera. Sufriendo por Clara hasta perderse en la bebida.El día de la boda de Cara con Noah, había llegado, ella se encontraba en el cuarto de vestir de aquel lujuso hotel esperando el momento de que fuera la hora para salir con su vestido de novia y caminar hacia su felicidad. El salón estaba lleno, Hal y su segunda esposa, estaban esperando c
—Quiero que Noah, mi esposo, sea el presidente de la firma —dijo totalmente segura. El abogado Montero la miró y estuvo de acuerdo en acatar las órdenes de su cliente.Noah se sintió halagado por la confianza de su esposa, pero también se sintió culpable por los sentimientos que aún tenía por Clara. Intentó concentrarse en su trabajo y en su matrimonio, pero no pudo evitar pensar en Clara y en los momentos que habían compartido juntos.Clara, por otro lado, se sintió destrozada al enterarse de que Noah sería el presidente de la firma. Sabía que tendría que verlo todos los días y que sería un recordatorio constante de lo que había perdido. Intentó distraerse con el trabajo y con otras actividades, pero no pudo evitar pensar en Noah y en el amor que aún sentía por él.Un día, mientras trabajaba en su oficina, Clara recibió una invitación para una cena de negocios. Al principio dudó en asistir, pero luego pensó que sería una buena oportunidad para distraerse y conocer gente nueva. Se arr
—No puedo olvidarlo —respondió él, mientras su mano bajaba lentamente por la espalda de Clara, acariciando suavemente su piel expuesta —Esa noche fue inolvidable.Clara sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y se mordió el labio inferior mientras miraba a Heinst a los ojos. Sabía que no debía estar haciendo esto, pero no podía resistirse al deseo que sentía por él.—Noah y Cara nos están mirando —dijo ella en un susurro, tratando de recuperar la cordura.—No me importan ellos —respondió Heinst, mientras su mano se deslizaba por la cintura de Clara, acercándola aún más a él —Solo quiero estar contigo.Clara sintió cómo su respiración se aceleraba, y su cuerpo anhelaba el contacto de Heinst. Pero sabía que no podía dejarse llevar por el deseo, no después de todo lo que había pasado.—No puedo —dijo ella, alejándose de él con dificultad —Lo siento, pero no puedo.Heinst la miró con decepción, pero no insistió. Sabía que Clara tenía razón, y que no podían arriesgarse a ser descubiertos.