6. Encrucijadas de Pasiones

—No puedo olvidarlo —respondió él, mientras su mano bajaba lentamente por la espalda de Clara, acariciando suavemente su piel expuesta —Esa noche fue inolvidable.

Clara sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y se mordió el labio inferior mientras miraba a Heinst a los ojos. Sabía que no debía estar haciendo esto, pero no podía resistirse al deseo que sentía por él.

—Noah y Cara nos están mirando —dijo ella en un susurro, tratando de recuperar la cordura.

—No me importan ellos —respondió Heinst, mientras su mano se deslizaba por la cintura de Clara, acercándola aún más a él —Solo quiero estar contigo.

Clara sintió cómo su respiración se aceleraba, y su cuerpo anhelaba el contacto de Heinst. Pero sabía que no podía dejarse llevar por el deseo, no después de todo lo que había pasado.

—No puedo —dijo ella, alejándose de él con dificultad —Lo siento, pero no puedo.

Heinst la miró con decepción, pero no insistió. Sabía que Clara tenía razón, y que no podían arriesgarse a ser descubiertos.

—Padre ¿quién es la mujer con quien hoy baile en la pista? —pregunto Heinst, tratando de saber más sobre Clara.

—Ella fue la prometida de Noah, luego no sé qué paso pero resulto que Noah se casó con su gemela —Dijo el señor Conrad.

Heinst se sentía frustrado y enojado por la situación. No podía creer que Clara, la mujer con la que había compartido una noche de pasión, estuviera comprometida con otro hombre. Para él, era una traición imperdonable. Pero a pesar de su enojo, no podía negar la atracción que sentía hacia ella.

Decidió investigar más a fondo la vida de Clara, para entender por qué había actuado de esa manera. Quería saber todo sobre ella, cada detalle de su vida y de la gente que la rodeaba. Y para eso, contaba con la ayuda de Lucas, su mano derecha y confidente.

—Hola, Lucas. Necesito toda la información que puedas conseguir sobre Clara Miller —ordenó Heinst por medio de un mensaje de texto.

Lucas era un joven eficiente y leal, que había pasado más tiempo con Heinst que con su propio padre. Sabía cómo conseguir la información que su jefe necesitaba, y no dudó en ponerse manos a la obra.

Mientras esperaba la información, Heinst se sumergió en un baño relajante. Le encantaba el agua caliente y la sensación de flotar en la tina. Cerró los ojos y se hundió en el agua, aguantando la respiración durante unos segundos antes de emerger de nuevo. Se sentía poseído por el agua, como si ésta tuviera un poder sobrenatural sobre él.

Cuando finalmente salió del baño, se dirigió a su habitación y se acostó en la cama. El sonido de su celular lo sacó de su ensoñación. Era Lucas, quien había conseguido la información que Heinst necesitaba.

—Clara Miller era prometida de Noah Cortes, el hijo del accionista de la empresa donde trabaja tu padre —leía el mensaje de Lucas.

—Pero eso no es todo. También he descubierto que Clara tiene una gemela, Cara, que está celosa de ella, pero corrió un rumor de que Clara Miller paso la noche con un desconocido, algunos decía que solo fue un plan de ella para terminar la relación con Noah —dijo Lucas para luego terminar la conversación.

Heinst se sintió intrigado por la información. Ahora entendía por qué Clara había actuado de esa manera, y también veía una oportunidad de vengarse de ella y de Noah. Pero antes de tomar cualquier decisión, necesitaba más información.

—Gracias, Lucas. Necesito que sigas investigando a Clara y a su gemela. Quiero saber todo lo que hacen, con quién se relacionan y cuáles son sus puntos débiles —ordenó Heinst.

Lucas asintió y se puso manos a la obra. Heinst, por su parte, se sumergió de nuevo en el agua caliente de la tina, pensando en cómo utilizaría la información que había conseguido para conseguir todo lo que quería. Clara Miller no iba a ser una decepción, sino una pieza más en su juego de seducción y venganza.

Los días pasaron, y Clara se centraba en dejar todo listo para dejar su vida en aquella empresa. Estaba decidida en buscar otro futuro en el que ella pudiera seguir adelante. Sin embargo, todo parecía complicarse más.

—Noah, ¿qué haces aquí? —dijo ella al ver al nuevo director ejecutivo cerrando la puerta de su oficina.

Noah no podía seguir ignorando que ella estaba allí en la misma empresa trabajando tan cerca de él.

—Necesitamos hablar... No puedo seguir adelante no sin antes aclarar contigo muchas cosas —dijo Noah. Ignorando que estaba arriesgando mucho al hacer lo que estaba haciendo.

—No hay nada de qué hablar... además estoy muy ocupada —dijo ella tratando de mantener la calma.

—¿Por qué? —dijo Noah mientras la observaba desde donde se encontraba.

Aquella pregunta hizo que Clara dejara de escribir en el teclado de la computadora, sus ojos se clavaron en la pantalla de la computadora como si ella estuviera pensando qué decir.

—¿Por qué? ¿Es en serio? Creo que ambos tuvimos nuestra elección. Tú ahora estás casado con mi hermana y yo... yo seguiré con mi vida —dijo ella tratando de hacer entender a Noah que ya nada sería como antes. Clara caminó hacia la puerta para salir de allí. Pero sus pasos se detuvieron al momento en que Noah la detuvo tomando sus manos. Ambos estaban sufriendo mucho, pero también sabían que ya eran extraños.

—Por favor, no lo hagas. Solo déjame ir... —dijo Clara, pero sus palabras se borrarían al momento en que Noah la estaba besando. No podía dejarla ir. Era como si su vida dependiera de sus besos. Él la guio hacia las paredes de su oficina para acorralarla entre su cuerpo y la pared que ahora eran testigos de la pasión que había entre ellos.

Los labios de Noah recorrieron el cuello de Clara, haciéndola gemir de placer. Sus manos acariciaban su cuerpo, sintiendo cada curva y cada línea de su figura. Clara respondió a sus caricias con pasión, dejándose llevar por el momento.

Noah la levantó en brazos y la llevó hasta su escritorio, donde la recostó suavemente. Sus manos comenzaron a desabrochar su blusa, mientras sus labios seguían recorriendo su cuerpo. Clara se dejó llevar por la pasión, sintiendo cómo su cuerpo ardía en deseo.

Los gemidos de placer de Clara se mezclaban con los jadeos de Noah, mientras sus cuerpos se movían al ritmo de la pasión. Clara sintió cómo Noah al besarla la penetraba la piel, haciéndola gemir de placer, era como si él la estaba marcando para toda la vida. Sus cuerpos se movían en perfecta sincronía, mientras el placer los invadía por completo.  Los besos eran intenso.

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