La voz llamándola hace que abra los ojos. Recoge todas sus cosas que había dejado a su lado en el piso mientras escucha cómo pronuncian su nombre una y otra vez por los altavoces. Hasta que al fin logra avanzar y responder.
—¡Lianet Limonta..., Lianet Limonta...! —sigue insistiendo en su llamado la voz del encargado, levanta su mano para que la vea y deje de gritar. —Lianet Limonta por favor, acérquese a la recepción. Lianet Limonta...—¡Aquí, señor! ¡Yo soy Lianet Limonta! —dice acercándose de nuevo al mostrador sin dejar de sentir la mirada del espía posada en ella. —Soy Lianet Limonta, señor.—Tome, este es su apartamento, siga las indicaciones y lo encontrará —le indicó amablemente el encargado.—Muchas gracias. —Al fin se voy a quitar al espía de encima. Piensa, tomando todas sus cosas para marcharse, cuando escucha. —Lianet, espere un momento para darle las asignaturas.— ¡Diantres, todavía tengo que aguantar a ese tipo! —Señorita Lianet, ¿me escuchó? Espere un momento por favor. —Sí, señor, estaré aquí. Se apartó para un lado de la fila donde podía escuchar todo lo que hablaba el descarado que la persigue y la rubia que lo tiene del brazo. “Menos mal que tiene novia, de seguro se olvida de mi existencia”, piensa y suspira aliviada. “Aunque me parece que esa rubia me dará trabajo, me mira de una manera como si me quisiera comer. ¡Menudo karma el mío, venir a estudiar con ellos a la misma universidad!” Por otro lado Lianet está siendo inspeccionada por Cindy que sonríe satisfecha de su inspección en lo que dice:—Ella no va a ser rival para mí — al observar como Nadir no deja de mirar a Lianet— esa sin clase, juro que nunca va a ser rival para mí, se ve que es una muchachita pobre de algún pueblo del extranjero. Nada más de mirarla da pena, debe ser una campesina de sabe dios qué lado del mundo, de esas que se comen los libros y nunca ha disfrutado la vida. Pero de que Nadir será mío, me encargo yo, y por lo que veo ella ni lo mira .—Nadir, ¿qué carrera vas a estudiar? —pregunta Cindy, intentando desviar la atención que le presta a la otra joven. —Yo vine a estudiar diseño gráfico.—Nosotros vamos a estudiar Ingeniería Metalúrgica —responde Ismael al darse cuenta de que su mejor amigo casi hermano, no está prestando atención, ya que está concentrado en mirar a Lianet, quien evita su mirada. —¿Y tú quién eres? ¿Quién te invitó a esta conversación? ¿Quién te crees para meterte en lo que no te importa? Que yo sepa, no te he hablado, y Nadir tampoco. ¡No te metas en conversaciones ajenas! —Cindy lo agrede furiosa, pues no quiere que Nadir piense que ella conoce a alguien más.—Me disculpa, señorita mal carácter —responde Ismael a su agresividad, recorriéndola descaradamente con la mirada y no puede negar que le gusta lo que ve. Cindy en verdad es una rubia de infarto, como las que le gustan. —Pero me tomo el atrevimiento de intervenir en tu monólogo porque soy el hermano de Nadir y me permito responderte por pena, al ver que él no te presta atención. Aclara Ismael mirándola de frente, muy cerca ahora de ella, cosa que le permite ver su hermoso rostro y sus bellos ojos café muy bien, quedando impresionado con su belleza. —Y disculpe usted, mi bella señorita —sigue con una sonrisa en lo que pasa su lengua por los labios como si la saboreara—, ¿cómo se llama si es que se puede saber?—¡¡¡¡No te importa, no estoy conversando contigo!!!! —Vocifera Cindy molesta ante su atrevimiento al tiempo que se aleja de Ismael, quien sonríe sin dejar de mirarla descaradamente.—Disculpe usted, señorita mal carácter —vuelve a decirle sin dejar de observarla descaradamente—. Es una lástima que tal belleza no posea la más mínima educación. Y le da la espalda, alejándose mientras piensa en cómo se iba a sacar a esa hermosa mujer de su mente. A pesar de su carácter de mil demonios, no es precisamente lo que busca, aunque le encantan los retos y ha domado yeguas peores en la finca ja, ja, ja… . Esa potra se puede domar, se dice a sí mismo con una risa. Él está más que dispuesto a intentarlo. Nadir, ajeno a la conversación de Ismael, solo puede enfocarse en los hermosos ojos verdes intensos de Lianet, que ella aparta cada vez que lo mira. —Nadir, ¿cuál es la carrera que vas a estudiar? —vuelve a preguntar Cindy, después de recuperarse de la conversación con Ismael, a quien no le cae bien, sobre todo después de enterarse de que es el hermano de Nadir, su futuro cuñado con quien tendrá que a liar. Toma nuevamente al chico del brazo, haciendo que regrese a la realidad.—Disculpa, pero no te escuché —dice Nadir—. Voy a estudiar Ingeniería Metalúrgica.Lo dice alzando mucho la voz, queriendo asegurarse de que Lianet lo escuche. Ella, por su parte, ha captado perfectamente sus palabras y frunce el ceño.—¡Maldición, sí que es el espía de esa bruja! No puede ser que estudie la misma carrera que yo, esto es demasiada coincidencia —maldice Lianet, convencida de que Nadir es un espía enviado por su madrastra para seguir sus pasos. —Esto es demasiado de esa bruja. ¿Cómo pudo averiguar dónde yo iba a estudiar? Le pedí a papá que no se lo dijera a nadie. Eso seguro lo investigó Rosario o el adefesio de mi hermano y por eso él se inscribió aquí. ¿Me dejarán un día en paz? Ya les dije que no me interesa la fortuna de papá ¿Por qué tiene que mandar a alguien a perseguirme? Tiene que haber pagado una fortuna, la novia es muy bella, debe amarla mucho para traerla con él. Si que Rosario es una psicópata, mira que mandar a esos dos a seguirme aquí. Debo cuidarme mucho de ellos, por lo visto son tres, porque el otro que dijo llamarse Ismael su hermano, también debe haber venido a seguirme. Y yo que me hice ilusiones, despierta Lianet, ya ves que es un idiota engreído. Ismael no ha apartado la mirada de Nadir, quien está completamente absorto en la contemplación de la chica. Observa a Lianet discretamente. Ella es una joven de una belleza cautivadora, con unos ojos verdes intensos que resaltan bajo sus largas y espesas pestañas. Su mirada es dulce y encantadora, su nariz respingada y sus labios finos, pero hermosos, dibujan una sonrisa sensual en su rostro. Su cabello rubio y largo lo lleva recogido en dos trenzas. Es alta y delgada, con una figura muy bien proporcionada, piernas esbeltas, glúteos y pecho redondeados. Viste unos jeans y una camisa que no hacen más que resaltar su esbelta y hermosa silueta. Ismael comprende perfectamente el interés de su amigo en ella, ya que Lianet es exactamente el tipo de mujer que le gusta. Sonríe al darse cuenta de que Nadir no puede apartar los ojos de ella. Parado a su lado, Ismael piensa en una manera de propiciar un encuentro entre Nadir y Lianet, a pesar del desafortunado encontronazo que tuvieron en el aeropuerto. Considera que la situación es complicada, pero no imposible. Mientras tanto, escucha a Cindy insistir en entablar una conversación con Nadir. —Nadir, ¿crees que podríamos encontrarnos esta noche para salir a cenar y conocernos un poco más? —pregunta Cindy. —No lo creo —responde Nadir fríamente, provocando una sonrisa en Ismael. Por su tono de voz, sabe que ella no le interesa en lo más mínimo. —No vine de viaje turístico, vine a ser el mejor y eso no incluye salidas nocturnas. —Pero, bueno, una salida ocasional no afectará tu rendimiento académico. Más bien te relajará y evitará que te quemes las neuronas —expresa Cindy, tratando de convencer a Nadir de aceptar la propuesta y así poder decir que son novios. Por su parte, Nadir busca deshacerse de la insistencia de Cindy y finalmente aparta su atención de Lianet. Mientras camina, reflexiona sobre la situación y se pregunta dónde se ha metido Ismael. Siempre se las arregla para hacer de las suyas. Nadir ha dado todos los datos necesarios sobre ambos y ahora Ismael está en su propio mundo. Seguramente está haciendo nuevas amistades, a ver si se pierde en esta enorme universidad. Avanza con la mirada errante, observando todo a su alrededor, hasta que sus ojos vuelven a encontrarse con los verdes de Lianet. Esos ojos tienen un efecto peculiar en él, haciéndole estremecer. Demonios, ¿qué le está pasando con esta chica? Siente la misma intensidad que experimentó durante el temporal en la finca. ¿Será posible que sea la misma joven y el destino los haya cruzado nuevamente? Tal vez tomaron el mismo avión, pero ¿vivirá cerca de la finca? Conoce a todos en esa zona y nunca ha visto a Lianet antes. Quién será ella, se pregunta Nadir intrigado. Lianet no entiende por qué ese joven la mira tanto, a pesar de tener a su novia justo a su lado. Decide apartar la mirada, ya que siente que su cuerpo comienza a temblar. Es innegable que es un hombre hermoso. Sus ojos azules le recuerdan al joven que vio durante el temporal en la finca de su padre. Sabe que debe mantenerse alejada de él, ya que está convencida de que Rosario su madrastra lo ha enviado para enamorarla y hacer que abandone sus estudios. Recoge su equipaje y se dirige hacia la habitación que le han asignado para los próximos cinco años, agradecida de finalmente recibir todo lo que le corresponde. Mientras avanza por el largo pasillo en busca de los apartamentos, Lianet se siente emocionada al recibir todas las asignaturas que solicitó. Le parece increíble haber llegado hasta ese punto. Sin embargo, no puede evitar pensar en su madre y lamentar que no haya estado presente en su graduación. Los recuerdos de aquel día la invaden mientras camina.Retrospectiva.El teléfono sonó y Lianet respondió, esperando que fuera su madre para confirmar los detalles de su llegada. Sin embargo, las palabras que escuchó fueron diferentes a las que esperaba. —Linda es mamá —dijo su madre al otro lado de la línea. Lianet sintió un nudo en el estómago. Su madre no podría llegar a tiempo para su graduación, algo que habían acordado previamente.—¿Cuándo llegas? —preguntó Lianet, confundida y decepcionada.—De eso se trata, cariño. No me liberaron y me asignaron una competencia muy importante ese día. ¿Me perdonas? —explicó su madre. Lianet se sintió frustrada y herida. Había confiado en que su madre estaría allí para ella en ese día especial. —¡Mamá me lo había prometido! ¡Seré la única estudiante sola en su graduación! —exclamó Lianet, con lágrimas en los ojos. Su madre primero guardó silencio y luego con un suspiro que no se le escapó a su hija, intentó consolarla.—No, cariño, hablé con tu padre y dijo que iba a ir —dijo su madre, tratan
Me quedo de una pieza viendo como el espía abre justo la puerta del apartamento frente al mío, sin dejar de mirarme sonriendo. Tomo las cosas y entro en el mío furiosa. ¡Esto es demasiado, esa bruja tuvo que averiguar todo! De seguro mi medio hermano entró en mi computadora y le dio todas las informaciones al espía. ¡Dios papá! ¿Por qué tuviste que casarte con esa bruja y no con mi madre? De seguro lo engañó, papá no es malo, solo tuvo mala suerte al casarse con esa mujer del demonio. Manuel Limonta, es el dueño de la finca “El Potrillo''. No tan beneficiada con las riquezas como la finca “Los Figueiro”. Pero tampoco era mala, sin embargo, su dueño, Manuel Limonta, se dedicaba a la cría de ganado, en especial de caballos de pura sangre. En sus primeros tiempos se desarrolló como una finca muy prometedora y relevante en el mundo de los caballos, llegó a ser la mejor del este del país. La abundancia de dinero con el que, de pronto se vio Manuel, lo hizo perder la cabeza. Envuelto e
Rosario lo miró directo a los ojos y se dio cuenta de que esta vez su padre no estaba jugando. Se había cansado de sus locuras, estaba decidido a botarla de la casa si no lo obedecía, por lo que bajó la cabeza y decidió aceptar, no se imaginaba su vida sin dinero y en la calle. Ya se le ocurriría algo de como escapar de eso, pensó.—Si papá, entiendo, haré lo que digas —aceptó sumisamente con la voz muy baja, haciendo que su padre sonriera satisfecho.—Así es como debes comportarte. Ah, una última cosa y muy importante.—¿Qué es?—Tienes que lograr que Manuel Limonta crea, que esa barriga es de él, no sé cómo lo vas a hacer, pero debes hacer que él confíe en ti, aunque en eso te cueste la vida, ¿entendiste?—Sí, papá, entiendo —respondió pensando que ni loca se acostaba con ese borracho. Al salir Rosario del despacho de su papá, dió un fuerte portazo. No quiere casarse con Manuel Limonta, quiere a su capataz, pero no le queda de otra cuando su padre dice algo, hay que cumplir porque
Lianet y Nadir se quedaron mirándose fijamente, sin poder creer que iban a vivir precisamente uno enfrente del otro. En los ojos de ella había sorpresa, confusión y miedo, algo que no pasó desapercibido para Nadir, quien también estaba sorprendido por la coincidencia. Aunque por un lado le desagradaba, en lo más profundo de su ser le gustaba mucho.Una leve sonrisa se formó en sus labios, mientras sin apenas darse cuenta de lo que hacía, se pasó la lengua por los labios mientras recorría a Lianet con la mirada. Al ver esto, ella se apresuró a abrir la puerta, recoger todas sus cosas sin dejar de ser observada atentamente por Nadir. Entró a su habitación cerrando la puerta de un tirón y puso el cerrojo asustada. No, no, no, esto no puede estar pasándome a mí. ¿Qué he hecho de malo en esta vida para merecer esto? Siempre me he esforzado al máximo para no darle dolores de cabeza a mi madre, viendo lo mucho que ella se esfuerza para pagar mis estudios. No podía defraudarla y estudié tant
Ismael, se queda observando a su amigo por un momento. Nunca antes lo había visto tan descontrolado, lo cual es totalmente opuesto a su personalidad tranquila y calmada. Se da cuenta de que la situación con la chica del aeropuerto ha sacado a Nadir de su zona de confort y está afectando su equilibrio emocional.—Es tu idea, hermano —dice Ismael, quien nunca antes había visto a Nadir de esa manera—. A lo mejor la chica simplemente tiene un malentendido.—¡Eso! Puede ser que tengas razón, ¿sabes por qué? Me dijo que dejara de perseguirla y me preguntó si yo soy un espía —explica Nadir, confundido por la actitud de la chica—. Ella parece creer eso, y me tiene totalmente confundido.—¿Espía? ¿Qué quiere decir con espía? —pregunta interesado en la conversación Ismael —Hermano cálmate, tal vez te está confundiendo con alguien más. Eso sucede bastante a menudo, y con el encuentro tan emocionante que tuvieron... ja, ja, ja... aún más, ja, ja, ja... —responde Ismael, riendo.—¡Deja de reírte!
A la mañana siguiente se despiertan ante el insistente timbre del teléfono de Lianet, miran observando todo a su alrededor todavía medio dormidas. Lianet y Nina se miran una a la otra y entonces se dan cuenta de donde están. Lianet salta de la cama enseguida en lo que apremia a su compañera.—Vamos Nina, apresúrate o llegaremos tarde a nuestro primer día de clases, tenemos que ser las primeras en llegar —habla mientras toma todas sus cosas para dirigirse al baño.—Anda tú, yo dormiré un poco más, yo no soy puntualita —contesta Nina, con voz adormilada y se da la vuelta tapándose de nuevo con la sabana. —¡Ah, no, señorita! —exclama Lianet. —¡Aquí no! ¡Vas a ser puntual conmigo! ¡Levántate! Dijiste que éramos hermanas, y que me enseñarías de la vida. De acuerdo, pero dejarás que te enseñe lo que es ser una buena alumna. Así o te levantas o te levanto con un cubo de agua fría. Si quieres ser mi hermana, tienes que cumplir con todas las reglas de la Universidad — dice Lianet tirando
Le pregunta Nina por lo bajo mirando de hito en hito a los dos jóvenes de atrás, que se han quedado sin saber que hacer o qué decir, y tal parece que le van a contestar a Lianet, pero en ese momento entra el profesor, y ellos se acomodan visiblemente incómodos en sus puesto. —Buenos días, estudiantes, todos a sus puestos — se escucha la voz del director de la Universidad.—Buenos días —responden todos.—Estimados estudiantes, me complace recibirlos en nuestro centro, espero que todos ustedes tengan una provechosa estancia y aprovechen para estudiar, porque esta generación que se graduará dentro de cinco años, va a ser muy privilegiada , porque su graduación coincide con el centenario de esta Universidad. Todos aplauden asombrados de esta noticia de la que nadie tenía idea. Y siguen hablando de todo lo que van a aprender en su carrera, y del futuro brillante que se les abrirá al terminar. En tanto que Nadir no ha podido escuchar una sola palabra de todo, absorto en contemplar a
Nina suelta un grito digno de una película de terror, pero en lugar de encontrarse con un monstruo, se topa con un cuerpo escultural que la salva de caer al suelo. ¡Menudo giro inesperado! Resulta que mientras estaba distraída con Lianet, tropezó con un apuesto joven que apareció de la nada. ¿Quién se iba a imaginar que un simple tropiezo podría llevarla a los brazos de un chico tan guapo? Él, sin perder la compostura, la sujeta por la cintura para evitar una caída épica. Y ahí están, mirándose fijamente a los ojos como si fueran protagonistas de una escena de película romántica. Nina se ruboriza y trata de disimular su emoción con una amplia sonrisa, aunque por dentro está como una montaña rusa emocional.—Perdón, perdón… no te vi, te pido disculpas —balbucea Nina, sin poder apartar la mirada del extraño que ha despertado sensaciones desconcertantes en ella. ¿Quién se creerá este chico para hacerla sentir cosas con solo tocarla?—Ja, ja, ja… tranquila, hermosa. Solo fue un tropiezo