Rosas a Santoro

Es sorprender lo que se puede encontrar con el nombre de cualquier miserable rata de alcantarilla, hubiera disfrutado verlo al cara, verlos aplicar a ese asqueroso hombre lleno de manteca en la barriga y el cerebro, cuando el banco lo despojo de lo que él llamaba departamentos. Tenía deudas hasta el cuello, habia conseguido con

Espero que al menos sus amigos de cierta casa de apuesta le den un buen escarmiento por deudor.

Vendée mi mano para que Callisto no viera las heridas mientras tomamos el desayuno. Su madre tardo en bajar tanto que supuse que no desayunaría con nosotros.

Hasta que percibí su aroma, camino despacio hasta la silla, era hermosa, cada mas hermosa, mas que el día anterior.

Me quede como idiota, conservándola como sise tratara de un ángel con ese vestido blanco.

—Buenos días

—Buenos días, quieres pan tostado, algo de fruta? —le acerque el canasto con las piezas, ella noto mi mano, estaba mal envuelta,

—Quieres que yo lo haga, estoy segura que haré un mejor trabajo. —
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