Volvámosla monja

Angus 

Esta es la última oportunidad que tengo para enmendar lo mal que crie a esta hija mía. 

Las pocas veces que la veo es para recibir quejas, subsanar los líos en los que se mete y en recientes fechas solo en los tabloides, que me muestran lo desenfrenada que está viviendo su vida. 

Mi querida Maggie debe estar decepcionada, no supe qué hice tan mal. 

Aún no comprendo cómo siendo la más inteligente y obteniendo las mejores notas no sea capaz de gobernar su vida. 

—Angus, yo creo que esta vez Sia, tiene razón, déjame buscar otra opción —dice Ethan. 

—Lo mismo aplica para ti, Ethan, solo una semana. 

—Pero…, ¿por qué no me comentaste sobre la situación? Quizá pueda convencer a la junta directiva de cambiar de opinión, solo que necesito más que una semana. 

—Este es el último recurso que tengo, ¿tú consideras que es un problema nuevo? ¡No! Lo he venido retrasando desde hace mucho. Solo que Sía ahora sí provoco la caída estrepitosa. Incluso quieren que la desconozca, no quieren que su imagen siga arruinando los negocios. 

—¿Y crees que funcione? —inquiere. 

— Debe de, lo lamento mucho, la idea vino luego de que ellos mismos discutieron, que para el siguiente CEO solo tú serías merecedor de ese puesto, se pusieron a compararlos. 

—Bueno, ya lo hablaremos, ahora debo irme, no puedo retrasar mi agenda —se disculpa y sale con la carpeta que trae el contrato. 

Este es el primer paso, fue difícil ver como Sia se tornaba roja de coraje, a Ethan se me hace cada vez más difícil sondearlo, aprendió a enmascarar sus emociones. 

No existe plan perfecto, espero que conforme avance la situación pueda salvar los obstáculos, confió en que Ethan sea el antídoto que ella necesita o que por lo menos me ayude a controlarla. 

De cierta forma le estoy pasando el problema a él, si no supiera que ahí puede surgir algo buscaría otra alternativa, ojalá que pueda hacer algo. 

Ethan 

Loren me aviso que Angus deseaba verme, no atendí a su llamada por estar ocupado en una videoconferencia con los encargados de las subsidiarias del sur. 

No esperaba verla aquí en las oficinas, hace tanto que no la tenía así de cerca, a pesar de no querer prestarle atención, me fue imposible, sigo siendo el mismo idiota, no logro arrancarla de mi pensamiento, a menudo me pregunto si no seré un ¿masoquista? 

No saludarla, es falta de modales, pero lo prefiero de esa forma para no generar una discusión temprana, de esas que solemos sostener. 

Escucharlos, discutir es como un sentido de familiaridad, esa era mi familia, digámosle peculiar, no compartimos sangre, pero si vivencias, unas un tanto desagradables. 

Angus me señala una carpeta la cual agarro y en vez de tomar asiento, voy frente a los cristales, prefiero no estar en su campo de visión, de por sí ya se siente la hostilidad. 

Al darle un vistazo puedo ver que son las notas y memorándums de la junta directiva, algo dramáticas, si me preguntan, luego un contrato de matrimonio, cláusulas ridículas, que estoy seguro, no contemplan los contratos ordinarios. No sé qué me sorprende, las familias ricas deben tener sus detalles.  

Mientras dialogan, finjo ver el panorama, la realidad es que desde este ángulo veo su reflejo, siempre quiere lucir incorrecta, lo cual no logra, jeans, blusa de vestir, zapatillas. Su juego se le acabará ahora que su padre la case, ¿quién será el que dome a esta rebelde? 

¿Cómo no lo vi venir?, debe estar desesperado si quiere que yo me case con su pequeña fierecilla. 

Francamente, no sé qué sentir, es una idea atroz en sí, ella y yo somos como el agua y el aceite, simplemente me odia, decir que no imagino la razón es jugar y hacerme el tonto. 

A pesar de su comportamiento y las múltiples cosas que me ha hecho a lo largo de los años yo no puedo albergar un mal sentimiento por ella, todo lo contrario, la compadezco y en varias ocasiones intente que lo hablara con un profesional. 

Su padre la consintió de más y ahora estas son las consecuencias, unas que hasta yo deberé pagar. Por un lado, quisiera ayudarla.  

¿Podría negarme a un pedido que me hace este hombre?, él ha fungido como una figura paterna para mí, en todos los sentidos, a veces me apena ver como su relación se deterioraba con su hija y la verdad sentía que yo era responsable de ello. 

No podía prestarle atención a esto, porque me esperaba una reunión para empezar a consolidar una sociedad en otro país. Algo que requería de mi mente y mis capacidades al cien. 

Conocer las perspectivas distintas de negocios y sus innovadoras prácticas en las telecomunicaciones, me generan entusiasmo, existen tantas cosas que podemos adoptar, todo encaminado a la mejora y la competitividad. 

Los reportes que escribo me hacen perderme por horas hasta que Loren me interrumpe para decirme que ya se desocupó Albert, él es el abogado de confianza de Angus, viene en ocasiones a ver lo que hace el departamento legal. Pues posee su propio despacho de abogados. 

Estoy seguro de que él debió escribir este contrato y mejor que nadie sabe que es lo que implica el que yo me someta al firmar dicho documento. 

—Ya te habías tardado, pensé que en cuanto Angus les mostrará el contrato vendrían corriendo conmigo, me equivoqué al parecer —se burla Albert. 

—¿Sabes por qué lleva prisa? Solo me dio de plazo una semana para intentar algo. 

—Como me lo explico a mí, es basado en que cada segundo que esa diablilla anda suelta haciendo de las suyas, termina por afectar la imagen de las empresas, existen varios contratos que se vinieron abajo y desde que cotizan en la bolsa todo se complicó. Tu tarea será mejorar su imagen. 

—Eso suena muy simple, podríamos volver la monja y eso solucionaría el problema —le comento, lo que hace que se carcajee. 

—También está el hecho de que Angus te considera un hijo, su unión sería un descanso para su alma, sabiendo que eres noble, jamás intentarías despojarla de lo que le pertenece. Así como tú eres preciado para él, con ello se asegura de dejarte con una vida acomodada, sin tener que heredarte nada, pues el vínculo matrimonial te haría tan dueño como a ella. 

 

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