Demanda

Ethan 

No sabía que me tenía más molesto, la situación en sí ya era suficiente para poner a cualquiera de mal humor. 

Ver esa escena en donde un idiota besaba y manoseaba a Sia, me hizo perder los estribos, de no ser porque era yo la persona que iba para detener cualquier situación, de otro modo me hubiera gustado por lo menos romperle la cara a ese sujeto. 

Baje para ir al gimnasio, necesitaba sacar algo de energía o de lo contrario solo me la pasaría dando vueltas en la cama. 

Encontré a un Angus más cabizbajo de lo normal, — vete a descansar, mañana tendrás otra perspectiva — suspiro muy acongojado. 

—¿Ahora entiendes por qué mi prisa? 

—La verdad, ¡no! Yo creo que solo lo empeoras, sabes que me odia, solo le estás añadiendo combustible al fuego. 

—Pero tú no la odias, yo sé muy bien lo que hago, vi las chispas y eso me basta para apostarlo todo a esto. 

—Tienes razón, no la odio, pero una persona solo puede aguantar una cantidad y considero que yo ya estoy llegando a mi límite. Quizá yo me niegue a esa unión que propones. 

—No, Ethan, aunque te amo como a un hijo, ya tengo cubiertas mis bases. Te lo preguntaré una vez, ¡¿tú amas a Sia?!, y no me salgas con tonterías de amor fraternal —eso me dejo frío. 

Según yo, nadie sabía mi secreto, pero, aunque él lo sospechara, no podía decirle la verdad, eso me enviaría a las más lejanas de las subsidiarias, si bien me iba, luego de complacerlo, pues el plazo que las cláusulas señalaban era de un año. 

—No, y la verdad no pienso abandonar mi relación con Kara solo porque a ti te conviene, te ayudo a buscarle otro candidato. 

—Lamento llegar a esto, de ser así correrás un destino peor que Sia, mañana espero tu respuesta luego de que leas la carpeta que deje en tu escritorio. 

Fui directo a la caminadora, corrí por más de una hora, mi cerebro giraba buscando alternativas, conocía a Angus y era un zorro muy astuto, lo admiraba, pero no ahora que esa astucia la usaba en mi contra. 

A la mañana siguiente como de costumbre me levante temprano, tendí mi cama, busque el traje que utilizaría, lo aliste y tome un baño, por alguna razón sentía una tensión terrible, regularmente esa razón se llamaba Sia. 

Bajé listo para desayunar, pero encontré a alguien comiéndose mi desayuno y leyendo documentos que estoy seguro, ella ni nadie debía hojear. 

—Te paso que me dejes sin desayunar, pero no puedes estar leyendo esa información, es confidencial, ¿acaso no lo especifica la carpeta? — solo torció los ojos y cambio de página. 

Me acerqué para quitarle la carpeta y ella la retiro, me saco la lengua, recorrió su silla, pero antes de que se diera a la fuga, di vuelta como si me fuera, vire a último momento y la sujete, me hice con la carpeta, alce la ceja y me cruce de brazos. 

—Devuélvemela, tengo derecho a saber lo que pasa en esa empresa, la mitad de todo es mío. 

— Pues tu padre ya te demostró que te quitara todo si no haces lo que te pide —eso la molesto y arremetió conmigo, me aventó la taza, que por suerte estaba vacía. 

La esquivé, vino hacia mí como toro de lidia, lista para embestir, no sé qué le ocurre, a veces la sigan sus emociones, Tuve que detenerla antes de que se hiciera daño. 

Al sujetar sus muñecas intento darme un rodillazo, que detuve con una mano por lo que la gire, su espalda quedo contra mi pecho y sujete sus manos de forma que ella se abrazaba sola. 

—Ni lo intentes, conozco tus hábitos, creo que no has aprendido nada nuevo —le dije al oído, porque la sostenía muy cerca. Lo que hizo que mi corazón se descontrolara. 

—¡Cof, cof!, es muy temprano para las demostraciones íntimas —nos advirtió Angus. 

Afloje el agarre y Sia lo aprovecho, me dio un pisotón que me alejo de ella, solo que tanto ella como yo quedamos adoloridos, pues ella solo traía pantuflas. La vi marcharse sin poder apoyar bien el pie. 

Mientras que Angus tenía la sonrisa más enigmática y entusiasta que veía desde hace mucho.  

Ese episodio se me borro al estar sentado en mi escritorio leyendo lo que dejo Angus, resumiendo era una muy bonita demanda exigiendo el pago de lo que se me hacía una cuenta ridícula, contemplaba mi sustento desde que llegue a su casa, el pago de estudios, ropa, todo, además de incluir un interés exorbitante. 

Seguido de una carta de despido y la advertencia de no ser bienvenido por lo menos en el continente americano. 

Lo bueno es que me había expresado que me amaba como a un hijo, me reí. No podía esperar menos, ahora entendí el sentir de Sia, me hacía lo mismo que a ella, ¡ah! Suponía que faltaba, pues la amenaza era que me iría peor que a su hija. 

Angus 

Luego de esa escena que presencie, solo ellos pueden seguir negando lo evidente, pelean como el perro y el gato, pero no tienen reparo en su cercanía. 

Para mí una persona que no me cae bien la evito como la peste y ellos a pesar de todo no lo hacen, por lo menos Ethan siempre está para Sia, desde hace mucho que él es quien tomo ese papel, basto con que se lo pidiera una vez para que desde esa ocasión él arregle los desperfectos. 

Por lo que ahora no veo porque deba cambiar, se la estoy entregando con moño, dote y por todas las leyes, porque me encargaré de que sea un matrimonio legal. 

Por ello vino una idea a mí, Albert ya trabaja en un prenupcial para ambos, necesito que esto traspase la chispa, esa que puede ser solo algo meramente sexual, quiero que se den cuenta del amor, por lo menos de parte de Ethan es evidente. 

Confió en que Sia se enamore de él y desarrolle ese afecto y compañerismo necesario para formar una pareja de por vida. 

Cuento los días para que estos dos me den un nieto.

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