Título original: Te Amo a pesar del Contrato
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Ⓒ 2022 by Sandy Co.
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Nueva York
¿Amarlo?, no, ¡qué va!
Ese hombre que lleva mi sangre solo me ha traído momentos de infelicidad…
Hace poco más de una semana que llegue de Londres, y Angus ya me empezó a controlar, debía regresar para poner en práctica lo que estudie, y solo por el amor que le tengo al recuerdo de mi madre y sus empresas, es que me atrevo a poner un pie en estos que son sus dominios.
—¡Buenos días! ¿Señorita Macpherson? —saluda, a la vez que se asegura que soy a la que enviaron a recoger, ese hombre no deja nada al azar, es su forma de confirmar que asistiré a esta reunión.
Asiento y le agradezco por abrirme la puerta, el pobre chofer no tiene la culpa, él solo sigue órdenes.
Hace años que no visitaba las oficinas principales del imperio Macpherson, al entrar al edificio veo con agrado que todo ha sido remodelado, lo que me agrada, pero no del todo, espero que no haya tenido que ver ese engreído.
Luego de registrarme como cualquier otro visitante, me llevan hasta el piso donde reina Angus, busco a Bea, pero no la encuentro, era su fiel secretaria. Solo veo mujeres jóvenes que habrán remplazado a aquella dulce dama que me obsequiaba chocolates.
Una de ellas me intercepta en mi camino a la oficina, al decirle que me esperan y verificar mi gafete soy escoltada hasta la oficina principal, solo se atreve a abrir la puerta hasta que una voz gruesa nos deja pasar.
—¡Adelante!, — me observa, se ve contento. —No te quedes en la puerta, toma asiento, ¿deseas algo de tomar?, ¿desayunaste?
—Estoy bien, podríamos acortar mi estancia aquí, solo ve al grano —le pido en tono serio y con algo de enfado. Tomo asiento en un sillón, solo lo veo con el rabillo del ojo, no me apetece tenerlo de frente.
—Sia, cariño, ¿tanto te desagrada ver a tu padre?
No respondo a su cuestionamiento, él suspira, toma una carpeta y se levanta, se toma la molestia y me la lleva, la abro para hojearla, descubro que es una lista detallada de los activos, cuentas y negocios que estaban a nombre de mi madre, en un siguiente apartado, están enlistados todos los demás bienes que posee mi padre.
—Supongo que, ya que cumplí lo estipulado en el testamento de mamá, podemos comenzar a realizar el traspaso de esas propiedades y…, —me interrumpe.
—Espera, falta alguien.
Tocan a la puerta y ahí aparece el odioso de Lloyd, que entra como si de su oficina se tratara, hago una mueca de desagrado, tuerzo los ojos y vuelvo a mi lectura.
—Disculpa la demora Angus, espero que sea rápido, dentro de media hora tengo una reunión.
No recibo ni un saludo, y lo agradezco de esa forma, no debo ser hipócrita.
—Sia, con respecto a que recibas tu herencia, existen inconvenientes para llevarlo a cabo en este momento. Verás, los bienes de tu madre han sido utilizados para apalancar al imperio Macpherson, por el momento son indivisibles.
—¡¿Cómo te atreviste?! No tenías derecho a disponer de ellas, sabías que mi madre me las dejo —siento un fuego que me carcome por dentro.
—No es correcto del todo, yo como albacea podía disponer de ellas como mejor me pareciera. Ahora, existe algo más apremiante. Los inversionistas están empezando a retirar los fondos y todo gracias al último escándalo que protagonizaste en Ibiza.
—¿Qué tiene que ver mi vida privada? —le espeto.
—La incertidumbre que genera que la persona que heredara estas empresas es una desgracia, y recuerda que no es la primera vez. Te lo había dicho, están amenazando, se niegan a que te pase el mando.
—¡Esos Imbéciles! Muestrales los títulos que obtuve con honores.
—¡Una m****a! Les interesan tus títulos, ¿sabes cuanto han caído las acciones?, ¡no!, ni idea tienes. Ayer en la junta mensual me dieron este ultimátum, para no retirarse y dejarnos sin nada.
Desde su escritorio me avienta otra carpeta que cae en la mesa frente a mí, en resumen, votaron para que yo no tome la posición de CEO, por lo menos hasta una próxima junta que será en seis meses, cuando se vuelva a tocar el tema.
—¡Aja! Y esta tontería de contrato que viene aquí, ¿qué? ¡Es broma!, ¿no?
—¡No! Es mi solución, si no quieres perder tu herencia.
—¡Ya! ¿Y quién se prestaría a esto? Porque conociéndote, tú no confías en nadie —lo veo voltear a ver a LLoyd que está muy entretenido en la maravillosa vista, pero también sostiene la misma carpeta que yo.
—¡Ethan!, ¿comprendes el motivo de esta reunión? Sabes que no te lo pediría si no fuera crucial —le dice mi padre en tono de súplica.
—Jamás accedería, es una locura que me pidas casarme con él —señalo a Ethan Lloyd, porque eso es lo que implica, si se lo está pidiendo, esto es lo más descabellado que mi padre ha intentado.
—Pues no sé si eres tonta Sia, las apuestas están hechas, Ethan es el más elegible a ocupar el puesto que tú deberías tener.
—No, estoy segura de que puedo encontrar otra opción o en últimas a alguien más.
—Adelante, solo tienes una semana para intentarlo.
—¿Tú no dirás nada? ¡Claro!, te conviene seguir obteniendo los beneficios que trae consigo esta estúpida unión — suspira, menea la cabeza.
Me levanto y me voy, necesito planear alguna salida que me ayude a zafarme de este disparatado plan de casarme con el ser que más odio.
Angus Esta es la última oportunidad que tengo para enmendar lo mal que crie a esta hija mía. Las pocas veces que la veo es para recibir quejas, subsanar los líos en los que se mete y en recientes fechas solo en los tabloides, que me muestran lo desenfrenada que está viviendo su vida. Mi querida Maggie debe estar decepcionada, no supe qué hice tan mal. Aún no comprendo cómo siendo la más inteligente y obteniendo las mejores notas no sea capaz de gobernar su vida. —Angus, yo creo que esta vez Sia, tiene razón, déjame buscar otra opción —dice Ethan. —Lo mismo aplica para ti, Ethan, solo una semana. —Pero…, ¿por qué no me comentaste sobre la situación? Quizá pueda convencer a la junta directiva de cambiar de opinión, solo que necesito más que una semana. —Este es el último recurso que tengo, ¿tú consideras que es un problema nuevo? ¡No! Lo he venido retrasando desde hace mucho. Solo que Sía ahora sí provoco la caída estrepitosa. Incluso quieren que la desconozca, no quieren que su
Sia No puedo terminar de asimilar el nuevo disparate que se le ocurrió a Angus, y yo que pensé que por fin podría hacer las paces con él, ahora que me entregaría la herencia de mi madre. No me hace falta nada, por lo menos no me ha cortado mi mensualidad, incluso con la de problemas que vengo arrastrando. Poseo acciones de las distintas empresas, eso me debería dar la oportunidad de pedir una auditoria, para averiguar sobre todo lo que pasa realmente en Macpherson, por ahora con tan poco tiempo esa cuestión deberá aguardar. Necesito pensar, un abogado corporativo, uno civil, ¡maldición! Necesito el bufete completo de abogados. Albert Ross debe ser el cómplice de Angus, ¿quién es su competencia?, necesito que sean capaces y que quieran ponerse al tú por tu contra Macpherson. Una búsqueda infructífera la mía, en el quinto despacho al que acudí en Manhattan para ser rechazada, esto ya tenía pinta de que Angus metió las manos para que no pueda hacer nada. No puedo sucumbir a sus d
Ethan No sabía que me tenía más molesto, la situación en sí ya era suficiente para poner a cualquiera de mal humor. Ver esa escena en donde un idiota besaba y manoseaba a Sia, me hizo perder los estribos, de no ser porque era yo la persona que iba para detener cualquier situación, de otro modo me hubiera gustado por lo menos romperle la cara a ese sujeto. Baje para ir al gimnasio, necesitaba sacar algo de energía o de lo contrario solo me la pasaría dando vueltas en la cama. Encontré a un Angus más cabizbajo de lo normal, — vete a descansar, mañana tendrás otra perspectiva — suspiro muy acongojado. —¿Ahora entiendes por qué mi prisa? —La verdad, ¡no! Yo creo que solo lo empeoras, sabes que me odia, solo le estás añadiendo combustible al fuego. —Pero tú no la odias, yo sé muy bien lo que hago, vi las chispas y eso me basta para apostarlo todo a esto. —Tienes razón, no la odio, pero una persona solo puede aguantar una cantidad y considero que yo ya estoy llegando a mi límite. Qu
Angus El plazo se cumplió y ninguno de los dos fue capaz de hacerse de una solución para evitar cumplir con mi plan. Los espero con paciencia en mi oficina, el primero en aparecer es Ethan, quien en un último intento trata de hacerme ver la precariedad de mi idea, debo admitir que no creo que todo se acomode por arte de magia, sé muy bien que el pobre deberá lidiar con Sia. Cuando al fin Sia entra, luce fantástica, no como hace dos días que estuvo deambulando por la casa sin cambiar de pijama y espantando a todo mundo con su mal humor. — Tomen asiento, me complace tenerlos aquí, sé que por el momento ambos consideran que son caprichos míos, incluso me tacharan de loco. A veces yo mismo lo creo, frente a ustedes están unas carpetas, es un contrato prenupcial, siéntanse libres de leerlo y si tienen dudas díganme. A grandes rasgos dice que deberán mantenerse unidos en matrimonio por un plazo de 24 meses, cohabitar la misma casa, mantener la apariencia de un matrimonio feliz, por lo q
Ethan Por el afecto que sentía y agradecimiento, sobre todo, es que acepte el disparate de unirme a Sia, ya había pensado en ser el mejor elemento que Angus tuviera en su corporativo, esto me parecía que era una extensión de ese objetivo. Sia poseía una belleza que heredó de su madre, compartía rasgos con Angus, pero eran los menos, lo que más resaltaba era ese azul grisáceo de su mirada. La vi crecer y cada etapa me parecía que ella adquiría una singularidad y más porte. Al dejarse ver por aquella puerta, no pude evitar apreciar lo mucho que se parecía a las fotos que Angus atesora en su estudio en casa. Este era el día que Angus me pasaba por completo la responsabilidad de su hija, porque ese era el plan, mejorar su imagen, aparentar que se volvería una mujer nueva al casarse con alguien tan apretado como yo, así me consideraba ella. Un evento express que parecía ya tenía orquestado antes de hacernos firmar ese dichoso acuerdo. Y que sirvió para que la prensa empezará a constru
Sia Un ruido, ¿qué?, no podía ser, aún no se nota la luz que entra por la ventana, de nuevo. Siento las mantas deslizarse, automáticamente me aferro a ellas. —¡Despierta! —al escuchar esa voz, salto como resorte fuera de la cama. —¡¿Tú?!, ¿cómo? —abro los ojos y lo veo, parece entretenido y tiene un ligero sonrojo en las mejillas. —¡Hmm!, podrías estar más al pendiente de tu persona —levanto una ceja, se aproxima, veo que extiende una mano y yo me cubro, pero solo alza uno de los tirantes del pijama. Me cercioro y veo que se me ve más piel de la que debería, la acomodo enseguida y caigo en cuenta que me vio. —¡Largo!, nunca vuelvas a entrar en mi habitación sin mi consentimiento —se me queda viendo y niega con la cabeza. —Yo toqué, pero no respondiste, además debes alistarte, recuerda que no tendremos más ingresos que los que ganemos, me tome la libertad de buscarte un puesto en las oficinas —se da la vuelta y sale. Parpadeo un par de veces, tratando de digerir la información q
Ethan No, por supuesto que no me considero una mala persona, pero debía empezar a darle algunas lecciones a Sia, unas que su padre debió darle desde hace mucho, mientras ella siga viviendo en su burbuja color rosa, jamás comprenderá o verá la vida tal y como es. La mejor forma que tengo de hacerlo será hacer que experimente las distintas circunstancias de la vida, me apegaré a lo que dice el dicho: “nadie experimenta en cabeza ajena”. Mi plan es quitarle cualquier privilegio del que su padre la ha dotado, así que desde su primer día le pedí a Angus que no contestara a los llamados de su hija, el chofer que le había dejado para que la trasladaran a las oficinas lo mande a que realizara otro tipo de actividades. Lo hablé con su padre y me explico que no le debo pedir permiso o contarle el cómo planeo reformar a su hija, él confía plenamente en mi buen juicio, además me advirtió que Sia es lo más preciado que él posee en este mundo. Completa confianza..., con una amenaza velada, ¿q
Sia Estaba francamente ilusionada con lo del trabajo, así que por la noche escogí el atuendo que usaría, incluso programe mi alarma para levantarme a tiempo. Esta ocasión, bajé mi bolso, mi blazer y ya toda lista solo para desayunar, todo para encontrar solo el servicio en mi lugar, era más temprano que ayer, así que supuse Lloyd aún no se despertaba, pero al preguntarle a July, quien ayudaba en la cocina, me informo que él tenía rato que se había ido. Me señalo, el otro lado de la mesa, donde pude encontrar una tarjeta y un post it: “Ya que te gusta llegar por tus medios, solo te puedo ayudar con esto”. Era una “MetroCard”, para el trasporte público, estaba visto que ni él me quería ver, y yo levantándome temprano para qué me llevará, esperaba que tuviera suficiente crédito y que durara hasta que recibiera mi primer sueldo. Luego de un día entero de inducción, por fin me presentaron el área y a las personas con las que estaría trabajando, lo que no habían especificado era que pu