XVIII

No sabía cuál había sido mi último recuerdo cuando podía ver, ni tampoco lograba recordar nada que no fuera cuando desperté y poco a poco con el tiempo, mis padres me dijeron que Gus había muerto en el accidente y ya había pasado un mes desde aquello.

Pero algo que si recuerdo muchísimo, es la desesperación e impotencia que recorrió mi cuerpo tan frágil y joven cuando me quitaron la venda y solo veía oscuridad. No me quería morir, ni tampoco estaba enojada con el mundo o con Dios. Estaba tan pequeña que jamás se me pasó por la cabeza alguno de esos pensamientos.

Lo único que atravesó mi cabeza fue una frase en letras blancas iluminando la oscuridad en la que viviría hasta el día de mi muerte.

"Jamás podré volver a ver"

Y eso bastó

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