Capítulo 58.

—Sí vas a espiar a alguien, asegúrate de no llevar una prenda de color blanco encima. —dijo Lina comiendo sin ver a otro lado más que al frente.

Kael giró los ojos al verse descubierto. Aunque las mujeres ahí no dudaron en bajar la mirada al ver de quién se trataba.

—¿Qué es lo que te gusta de este sitio? —preguntó a la chiquilla con un moño semi suelto. —Porque vamos, no eres del tipo de mujer que corre por un tipo como el.

—Soy su esposa. —dijo Lina. —Mi deber es estar aquí.

—¿Desde cuándo decir eso es un orgullo para tí?

—Desde hoy, Hércules. —Tomó la tarta de melón y su jugo para volver a la mesa. —Preguntas todo. ¿No te cansas? O mejor deberías pensar en ser periodista. Eso de preguntar se te da muy bien.

Comenzó a comer su tarta, mirando al frente y no a él. Si lo hacía podría delatarse más.

—Retírense. —demandó hacia las chicas que optaron por obedecer, sintiendo lástima por la chica dulce que se quedaría con un hombre tan poco llevable como él.

Ellas le temían. De seg
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