Capítulo 204.
El auto se detuvo bruscamente, y el silencio que siguió sólo les permitió escuchar ese ruido en sus oídos que los hizo apretar los ojos. Lina sintió un dolor agudo en la cabeza, y el sabor metálico de la sangre llenó su boca. El olor a gasolina y humo invadió sus fosas nasales, mezclándose con el polvo levantado por el accidente. Su abuelo estaba aturdido, con un hilo de sangre corriendo por su frente, y trataba de recuperar la compostura. Ambos sabían que no tenían tiempo que perder.

—¡Abuelo, despierta! —Lina lo sacudió ligeramente. Él parpadeó, tratando de enfocar su vista. Los cazadores se acercaban rápidamente, y Lina pudo ver las sombras moviéndose a través del humo y el fuego. El sonido de sus pasos sobre la grava era cada vez más fuerte, y el crujido de las rocas aplastadas bajo sus pies resonaba en el aire.

—Tenemos que salir de aquí, —murmuró Aaron, su voz firme a pesar del dolor. Lina ya tenía entre sus manos la pistola que había sacado de la guantera. El frío metal del ar
Nelsy Díaz

¡Esto se descontroló! ¿Tienen teorías? Leo sus comentarios.

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