Kael sintió el pinchazo en su brazo y cerró los ojos con el mareo que lo tomó luego de la dosis que corría por sus venas. —Va a reducir el dolor en un 40% solamente. No se te ocurra correr o lanzarte del primer edificio que tengas frente a tí— le dijo Lina al alejarse. —Su duración es de 20 minutos. —Eso es suficiente —exclamó masajeando su cabeza. Los minutos que tardó en llegar al punto de encuentro el dolor se redujo a algo más tolerable. Pudo caminar sin apoyarse en nadie y no tendría a Lina en riesgo por su culpa. Descendió del helicóptero con más facilidad, aunque su andar aún era lento y el dolor en su costado era una completa molestia. —Cuidaré tu espalda, Mayor— le aseguró la chica que volvió a subir al helicóptero cuándo él lo hizo al vehículo que conducía Brease. —¡Nos están atacando! —avisó Charlie por llamada, viendo como varios autos los seguían y disparaban por la carretera. Debían responder y eso sólo atraía más atención. Estaban a diez minutos del objetivo,
Los muchos heridos llenaron salas, las desoladoras noticias de agentes caídos dejaron a todos conmocionados por leer cada nombre cuándo las placas de sus cuellos revelaban sus nombres. Todo era un caos, Lina también debía esperar, porque pese a saber en manos de quién estaba el Mayor, lo vio esforzarse mucho y sabía que podía haber graves consecuencias. Natalia no estaba en mejor estado, había visto a Denver bañado de sangre con heridas que contaban la historia de su emboscada. Helena veía a sus compañeros ser atendidos y ella con algunas heridas tampoco había quedado exenta de tales ataques. Anthony no se movía del pasillo donde la seguridad era mucho mayor a la de otros bloques de ese edificio, mientras Izan salía sin camisa y con el torso vendado. Su hermano detrás suyo avanzaba con ese gesto descontento por verlo con una herida. Aunque tampoco estaba intacto, su hermano mayor no veía por él, ya que sus heridas no le dificultaban nada. Mateo se acercó a Anthony y dijo algo por l
—Dile a Eleazar que ni se acostumbre a vivir sin mí, y tú tampoco. Cuando nazca mini Pascal seré una sombra para tí— añadió Lina al bajar del auto. —Usted a veces da miedo— exclamó Pascal. —Me llevas veinte centímetros y pareces luchador de las WWE ¿y yo soy la que da miedo? —se apuntó indignada—. Debería darte vergüenza. —No me ofenda. Yo no doy espectáculos— se defendió. —Avery quería contratarte para un streptease cuándo estuvimos en el retiro —le reveló y Pascal arrugó la cara. —Luego tomamos en cuenta eso y descartamos la idea. —Entre usted y ella no se sabe quién está más loca.—Más respeto que soy tu jefa— recalcó Lina. —Por cierto, dile a Naenia que eres rico, no deja de agradecerme por la inversión en Zenith cuando la hizo el padre de su hijo. —Pascal suspiró. —¿No que confiabas en ella?—Lo hago, ya le dije que me dedico a eliminar basura humana y se enojó por dos días conmigo— mencionó. —¿No me digas que ella paga las cuentas? —Por supuesto que no— contestó enseguida
—Es demasiado tarde—, Lina tomó su abrigo y guardó su móvil. —Volveré pronto, no te puedes mover de la cama, recuérdalo, quiero ser novia, no viuda. —Me acabas de aplicar un sedante, ¿Crees que puedo levantarme con esa cosa en las venas? —Kael no estaba nada contento con recibir dosis cada cierto periodo de tiempo, pero era lo indicado para su recuperación. No podía ir contra eso, ya que su deseo por salir de ese sitio lo hacía cumplir con ello. Aunque hacerlo le estaba costando el tener que soportar esas horas con las energías al mínimo por culpa de tantas cosas indicadas por la mujer con bata que la prima de Lina llamaba mamá. Darek y Cameron lo reemplazaron en la ausencia de Lina, quienes con sus comentarios no dejaban de lado la riña que por lo visto no iba a detenerse. Jamás creyó que podría desear dormirse, pero aún con la debilidad y las ganas de noquearse él mismo, no dejó de escucharlos. —¡Podrían cerrar la maldit@ boca! —se exacerbó luego de dos horas. —Hablan cómo put
En Steel Fortress la situación era muy diferente, pues el hombre en la camilla leía un libro del que pasaba las páginas sin prisas. —¿La biblia? —cuestionó el médico que entró a su celda. —Es la primera vez que veo a alguien leyendo eso aquí. —Es entretenida cuándo no la ves cómo te la quieren vender— dijo cómo si fuera de lo más normal. —¿Sabía que Sansón no era fuerte por su cabello? —¿Cuál era la razón entonces? —le siguió el juego, a la vez que colocaba la dosis de analgésicos requerida. Los guardias en la puerta estaban atentos a cada movimiento, pero al portugués parecía darle igual. Relató la historia desde su punto de vista, mostrando pasajes bíblicos que había marcado, hasta que los mismos guardias se hastiaron de tanta información, dándose la vuelta para dejar de verlo. —Su recuperación va muy bien. En los próximos días puede ponerse de pie— señaló al cubrir las suturas nuevamente. —¿Ha sentido alguna molestia? —Sí, necesito hacer una llamada y según las ley
—No hay archivos que la vinculen a lo sucedido. Ella está limpia— exclamó Kael hacia su tío. —Pero tú debes marcharte a Albania. Como medida preventiva. —Aprecio tu preocupación, sobrino, pero para que el FBI me ligue a tí deben buscar entre cientos de Pierce y Yasemin legalmente no lo fue desde que cumplió doce años— reveló cruzando su pierna sobre la otra. —Puedo matar a ese supervisor cómo regalo de bodas— ofreció exudando tranquilidad. —Si Misac llega a morir, lo reemplazan. El problema no es él, sino la investigación interna— se vio poco afectado por recibir la oferta de la mafia albanesa. Ya no escondía su careta radical. Le interesaba poco la vida de los demás y menos cuándo eran piedras en su camino. No les mostró interés a quiénes lo visitaron días después para hacer un interrogatorio que no tuvo más que respuestas certeras y poco para estudiar, pues no le interesaba ocultar que estaba mejor en ese descanso obligado. —Con Boris Orlov en una prisión uno de mis problemas
—Sólo disfruta tu salida y no pienses en mí. Será algo tranquilo, vendré por la madrugada —Lina se sentó sobre el regazo de Kael, quién estaba sólo con un vaquero encima. —Ahora sólo bésame mientras llegan las chicas. —No sé cómo convenciste a Ryese para ir a esa estupidez—, murmuró. —Yo sólo le di contactos, la encargada fue Avery— se defendió sabiendo que prácticamente fue una emboscada de su prima para las chicas. —Debería atarte a la cama y follarte— subió las manos por sus piernas, alzando de ese modo la tela rosa que dejaba libre sus muslos.—Aún quedan dos días de lo indicado por el médico —alegó ella sin apartarle las manos. —Tómalo cómo una forma de probarnos que no es el sexo lo que nos une. —No tengo nada que probarme— bajó la tela para poder ver un poco más sus senos. —Que me guste follar todo el tiempo a mi mujer, no define nada más que me gusta verla correrse sobre mí. —Has seguido con cada indicación y los resultados son gratificantes, no rompamos eso —se movió sob
Para Avery un día entero no la hacía recuperarse de una jaqueca, pero debía hacerse cargo de sus responsabilidades, tanto como Lina de volver a su proyecto, mientras Kael bebía café en la cocina frente a un computador. Pasaba del medio día y al no poder quedarse en la cama tuvieron que regresar a sus tareas para dejar todo solucionado, pues su boda estaba a sólo días de llegar. —Oleg ocultó una vasta cantidad de rutas que han estado activas en los últimos años— dijo el General Tovar por medio de la llamada—, puedo asegurar que no fue un cargamento el que cruzó por esta zona. —mostró el mapa de parte del territorio brasileño y la costa en la que dedujo podía hacer desembarques. —¿Hay algún patrón? —se acercó viendo a Lina cubrirse más con la frazada, mientras deslizaba los dedos en su propio ordenador. —Dos por mes, fechas imprecisas, pero siempre dos veces al mes hubo mucho flujo de embarcaciones de “turistas” por zonas en las que el resto del mes no suele haberlo— reveló el ho