Sigo preguntando, ¿vamos por más capítulos? ¿Se esperaban lo que sucedió? Leo sus teorías y comentarios.
El día iluminaba toda la ciudad con un resplandor único, pero en esta ocasión, Lina no sintió la emoción de tal cosa. No había ningún lugar al que deseara moverse, ni un mensaje de él recordándole alguna tontería que ella pudiera responder con otra. Todo era una pesadilla de la cual no podía despertar. En su habitación, el aire se sentía pesado, cargado de recuerdos y ausencias. Las paredes, que antes habían sido testigos de risas y conversaciones, ahora parecían cerrarse sobre ella, sofocándola con su silencio. Casi huyendo salió de su habitación yendo al único sitio dónde podía sentir su presencia. El apartamento que habían compartido juntos durante semanas, en las que él despertaba por las noches, buscando su contacto, cómo si lo necesitara más que nada. Lloró aún más en ese lugar mientras abrazaba a su rottweiler, la cuál también parecía haber perdido su energía, porque la colonia de Kael estaba impregnada en cada rincón y aún cuándo antes había sido algo que la hacía suspirar
Mientras Lina intentaba asimilar la información, Darek le proporcionaba detalles sobre Pierce Biotech, incluyendo los laboratorios situados en Durrën. Incluso sus primos no pudieron ocultar su sorpresa al descubrir que Kael era el propietario de dichos laboratorios.—Necesito… pensar —dijo Lina al finalizar la explicación sobre el proceso que debía seguir para recibir lo que Kael había dejado para ella.Sentía una mezcla abrumadora que la carcomía por dentro. La incredulidad y el dolor por la pérdida de Kael aún la consumían, y cada nueva revelación sobre su vida parecía abrir una herida fresca. Pero ahora podía controlar las lágrimas y esos sollozos que se tragaba para poder continuar. La sorpresa de sus primos solo intensificaba su propio desconcierto. Apenas comenzaba a aceptar la muerte de Kael, sin más alternativas, y ahora se veía obligada a retomar su vida sin saber cómo evitar una recaída. Había demasiada información que procesar, y la responsabilidad que recaía sobre sus hom
—Adelante, señorita. Esta parte es exclusivamente para usted—, le dijo el hombre con traje a Lina. Darek movió la cabeza para confirmar, mientras ella tenía el corazón bombeando a una velocidad extrema. —¿Por qué no puede hacerlo alguien más? —Si el ADN de otro entra allí, hay una mezcla de ácido esperando a un intento fallido para desintegrar lo que hay dentro —explicó Darek con paciencia. —Mi sobrino se encargó de hacer que solamente tú tuvieras acceso a ello. Nadie más. El aire no era suficiente en ese lugar. Había llegado un día antes y postergado ese encuentro al querer ver el penthouse que tenía el sello de Kael, pero ahora debía enfrentarse al motivo que la había hecho viajar. Ser decidida en todo no le estaba ayudando mucho en esa ocasión. Observó a Leonardo y este le indicó que no se movería de ese lugar, mientras su tío Joseph estaba atento a lo que pasaba y su abuelo mantenía sus brazos cruzados con ese rostro sin gestos que mostraba el resto del mundo. Eleazar y Pas
Lina limpió su rostro y lanzó el cabello detrás de sus hombros, acomodó su abrigo y masajeó su cuello para dejar de sentir el dolor en esa zona, por haber estado tanto tiempo sentada en el mismo lugar y en la misma posición. Empujó las puertas dobles y salió con la frente en alto y una energía diferente, que incluso los hombres que esperaban lo notaron. —¿Es todo? —cuestionó mirando al sujeto que recibió su mano. —Aún debe firmar algunos documentos por la mañana y recibir algo que preparó para usted, —resaltó mirando a Darek. —Al igual que para usted y el señor Leonardo Crown. Leonardo fijó los ojos en él, perplejo. —Pero me llevará un poco más tener listo todo eso para ustedes, así que agradecería su paciencia. —Igual no nos vamos aún. —dijo Lina finalmente mirando a su padre y Aaron. —Que mi tío se quede contigo. ¿Abuelo podrías acompañarme? —Siempre. —recalcó Aaron dando los pasos hacia ella. Eleazar y Pascal no tuvieron que escuchar nada, cuándo una sola mirada bastó p
—Suéltala. Sólo estamos ayudando. La vas a matar. —replicó la mujer mayor y el agarre se aflojó, cuando la sangre volvió a emanar de sus heridas. Cada una de ella se había abierto con el esfuerzo. Flora comenzó a toser desesperadamente, buscando recuperarse en el suelo, Kael por su parte intentó levantarse, pero no contaba con la condición para hacerlo. Su espalda golpeó la cama nuevamente, cerrando los ojos nuevamente. Esos ojos dorados de nuevo al cerrar los ojos aparecían con una energía que irradiaba lo que quería cerca. Necesitaba eso solamente. Nada más que eso. Nada de lo que lo rodeaba olía a ella, todo a su alrededor era opaco y sin vida, sin colores brillantes, ni ruidos extravagantes. Su voz la escuchaba dentro de su cabeza y destruía cada célula de su cuerpo al no sentirla a ella. Todo le daba vueltas y apenas contenía el aire en sus pulmones al sentir la tela que olía a un rosal, haciendo que se lo quitara enseguida. Odiaba las flores en verdad. Toda cercanía con ella
Pasar por un café antes de comenzar el día era más agotador cuando el sitio se encontraba tan abarrotado. Los clientes no faltaban en una cafetería frente a la agencia, donde hombres y mujeres apenas tenían tiempo para más que eso.Aunque no era lo mejor del mundo para Helena, sí tenía un gran interés en quitarse el dolor de cabeza por haber vuelto tarde y enviar la actualización a quien la relevaría esas horas.Faltaban cinco antes que ella y la hora estaba llegando. Debía estar a tiempo para poder subir al helicóptero con Brease y Walls. Mirando su reloj de nuevo golpeaba brazo envuelto con la campera de cuero marrón que vestía. Aunque de repente un vaso con café le fue puesto frente a ella. —Me sobra uno, ¿lo quieres? —la sonrisa extensa que mostraba la perfecta dentadura fue lo primero que vio. El hombre de camisa azul siguió con la mano extendida. —No lo creo. Me gusta sin…—Los pedí sin azúcar y un poco cargado —excusó Mateo. —Me gusta así. —Llevó prisa, así que dámelo —Hele
Recuperar su energía y poder dar dos pasos sin sentir que necesitaba sostenerse de algo era una completa tortura para el Mayor. La cabeza le daba vueltas como si estuviera en un carrusel interminable. Estaba acostumbrado a una alimentación más rígida y, aunque podía comer lo que le ofrecían, eso no le devolvía ningún nutriente a su cuerpo agotado. Las heridas ya no sangraban y al fin podía darse un baño, pero el frío atroz le calaba hasta los huesos. El sitio, con su rudimentario cuenco de madera para beber agua y dejar caer el líquido cristalino, pero frío sobre su cabeza, lo hizo despreciar aún más ese lugar inhóspito. Cada sorbo era un recordatorio de lo alejado que estaba del mundo. Le recordó su llegada al imperio negro. Días oscuros de invierno en los cuales debía dormir en el exterior, envuelto en una manta raída que apenas lo protegía del viento cortante. Semanas en las que vivía rodeado de los “verdes”, sujetos principiantes que competían ferozmente por un cupo. Pasar desd
Reunir a toda una flota de hombres dispuestos a buscar en cada rincón de la tierra y recorrer el océano entero les llevó horas. Diferentes ciudades. Diferentes grupos, autos, lanchas y lo que pudiera usarse. Incluso las pandillas serían parte de tal búsqueda. Llamados treinta minutos antes para salir en vehículos al punto donde se reunirían, mientras Lina hacía contacto hasta Nueva Rochelle para hablar con Darek, quién apenas iba llegando, luego de haberse encontrado con sujetos que tenían información sobre los canales que Boris usó para entrar un submarino a costas americanas. Llevaba horas buscando sin descanso luego de que Lina le enviara los datos que sacó de quiénes desapareció. Llenó un vaso de licor y lo ingirió de un solo trago, recibiendo el sabor fuerte que le quemó la garganta. Declinó la compañía de una de las mujeres que se acercó, pues el ánimo en ese momento no le daba para eso. Sólo aceptó que le cambiara el vaso, tratando de ser una compañía para él. Observó la fo