Margaret A la mañana siguiente, me cambié de ropa y fui en dirección a la habitación de Katrina. Hacía ya algún tiempo que había instalado su cuna en la habitación de al lado y me sentía muy rara sin mi pequeña cerca. Aunque gracias a ella y a John, Nikolay estaba de nuevo a mi lado, y esta vez no iba a perderlo por nada del mundo. Había quedado con él en Central Park, pero antes tenía que darle de comer a Katrina y asearla.Entré en su cuarto y me acerqué a la cuna con una sonrisa… sonrisa que se congeló en mi rostro al ver la cuna vacía. Intenté no volverme loca, pero era muy difícil. Entonces, recordé la amable conversación que tuve con Mike y algo no encajaba. Jamás había querido hacer daño a una persona, pero supe que si encontraba al que una vez llamé hermano, me sería muy difícil no matarlo por haberse llevado a mi hija.Corrí hacia la sala y llamé a Nikolay, que me contestó al segundo tono. No pude evitar contarle los hechos precipitadamente. Él me pidió que le esperase y
La noche fría y oscura era lo único que me mantenía en pie. Me encontraba sola en mitad de la nada, luchando por avanzar hacia un lugar más cálido donde estuviera a salvo de las garras del frío nocturno y de algo más que oprimía mi pecho. —Está demasiado oscuro —susurré con temor. De repente, una luz golpeó de lleno mi rostro, dejándome sin ver nada más por un momento. Sentí un miedo terrible que se alojaba en mis entrañas hasta robarme el aliento. Cuando volví a abrir mis ojos para adaptarme a la reciente e intensa luz que ahora había en mitad de la noche, vi algo que me dejó más helada de lo que ya estaba: A unos pasos de mí, se encontraba mi hermano Mike, con la ropa sucia y rasgada, un pañuelo tapando su boca y sus ojos verdes de tono esmeralda, reflejaban desesperación. Quise llegar corriendo hasta él, pero una fuerza invisible me retenía. —¡Mike! Grité su nombre con fuerza, para después oír un golpe seco. Enfoqué mi mirada hacia Mike que ya no llevaba la mordaza y
¡Cómo me hubiera gustado poder dormir aquella noche…!Sin embargo, el hecho de saber que mi hermano estaba en peligro en Rusia por un negocio turbio que había hecho… Me tenía completamente en vilo.Sólo si me hubiera entrado antes de sus negocios, hubiera podido aconsejarle que lo dejara, que se buscara otro modo de mantenernos. Mike siempre había trabajado mucho para que pudiéramos vivir igual de bien que cuando estaban nuestros padres y él siempre decía que trabajaba y ahorraba mucho para eso y ahora que descubría el origen de nuestro dinero… si lo hubiera descubierto antes, hubiéramos vendido la casa y nos hubiéramos ido a vivir a otro lugar más pequeño y modesto. Yo no necesitaba vivir rodeada de lujos y comodidades, sólo quería vivir tranquila y de forma honrada. Mi hermano siempre había sido aventurero, pero aquello era pasarse de la raya.—Maldita sea —murmuré con pesar, devanando mis sesos para hallar una solución satisfactoria. Lo peor es que con todo el dinero que había p
Era de imaginar que mi nuevo trabajo empezaría a partir de ese momento. Nikolay y yo teníamos un trato y a cambio, Mike sería libre. Tal vez Nikolay no cumpliría su promesa, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse e intentar escapar, eso era imposible.El hombre paseó junto a mí, mostrándome la gran casa en la que a partir de ahora viviría y la última estancia de nuestra visita fue la habitación en la que desperté. Una habitación amplia, llena de cuadros y tapices y una impresionante cama con doseles de lino. También había una lámpara que Nikolay se encargó de encender. La verdad es que hasta ese momento no había reparado en el frío que tenía con aquel vestido negro y el abrigo rojo que iba a juego.Me acerqué a la chimenea bajo la atenta mirada del hombre, me quité el abrigo, lo dejé sobre un sillón y me calenté las manos. Nikolay se acercó a mí y me volteó para quedar frente a él. Se relamió los labios al observarme y metió sus manos bajo mi vestido hasta acariciar mi trase
Cuando salimos de la gran mansión de Nikolay, montamos en un vehículo de lujo. No era la típica limusina en la que nos llevaría el chofer, como la última vez que compartimos vehículo, ya que eso implicaba que él pudiera manosearme a su gusto. Supuse que Nikolay quería asegurarse de que cumpliera con el cometido y lo medía todo al milímetro.Por el camino, quise saber en qué consistía mi misión y Nikolay me explicó que tenía que seducir a un político ruso muy importante que estaba metido hasta el cuello en su mundo de drogas, sexo y alcohol, pero que tenía unos documentos que podrían acabar con la mafia Ivanov. Nikolay me dijo que hiciera todo lo necesario, pero me pidió que el sexo fuera la última baza que usara. No lo entendí demasiado bien, aunque después supuse que sería porque él quería probarme primero. Sentí un extraño estremecimiento ante eso.Fuera como fuera, no me apetecía nada estrenarme con un desconocido, por lo que por una vez, le haría caso.Estaba frente a las puer
No lo podía creer. Se suponía que estaba en Rusia porque tenía que trabajar para Nikolay y no solo trabajar, se suponía que tenía que hacer todo lo que él quería y me había dejado bastante evidente su deseo hacia mí.Si estaba aquí en contra de mis deseos y haciendo cosas incorrectas era por Mike, mi hermano y su liberación eran lo único que me importaban. Y ahora, después de casi haber rozado el placer con ese cretino, él deja de estar conmigo por ser virgen y me acaba de dejar humillada.Esto no quedaría así, porque mi mayor defecto era el orgullo y la soberbia. Rebusqué en el suelo mi ropa y me vestí rápidamente. Me recogí el cabello en un moño, ya que si lo dejaba suelto se veía horrible y salí en busca de Nikolay.Lo encontré hablando con un hombre de piel bronceada, ojos azules y cabello oscuro, su acento me hizo sospechar que era latino. Corrí hasta ellos, dándome cuenta de que estaba descalza y que había provocado que los hombres de Nikolay me siguieran muy de cerca, pero me
Cuando desperté a la mañana siguiente, actué por inercia. Me vestí con aquel vestido de seda oscura que Nikolay había preparado para mí, a juego con lencería oscura y sugerente, y unos zapatos de tacón para no variar. Me sorprendió seguir estando sola en la habitación o eso pensaba, porque cuando entré al baño, vi a Nikolay con una toalla en su cintura, secándose el pelo con otra toalla. El agua caía por su fuerte espalda y un temblor me recorrió. Me alejé antes de que él me descubriera y me senté en el tocador. Tenía que tranquilizarme y dedicar mis pensamientos a otras cosas. Sí, eso es.Me dispuse a maquillarme y peinarme y entonces, Nikolay salió del aseo, por suerte, ya vestido. Suspiré aliviada de verle con traje y me causo gracia ver como luchaba con la corbata.—Parece que ya estás mejor —parecía algo nervioso—. Insisto en que lamento el golpe de ayer…—Olvídalo, Nikolay —respondí rápidamente y de manera fría. —No volverá a ocurrir —prometió.Pensé que lo mejor por ahora e
Tras un silencioso camino en el vehículo de Nikolay, un precioso Ferrari descapotable de color negro, llegamos a la casa donde comenzó mi nueva vida. Intentaba no pensar demasiado en lo que había ocurrido con aquel hombre asiático y también intentaba no pensar en lo que había pasado en esa pequeña y modesta casa. Tenía la certeza de que algo debía haber pasado en la vida de Nikolay para que pasara a ser el mayor narco de Europa.—Nikolay, necesito ver a Mike —exigí. —¿Por qué? —me miró receloso.—Es mi hermano y quiero verlo —alcé la barbilla, ya que comenzaba a acercarse lentamente a mí. —Eso no entra en el trato —dijo con actitud amedrentadora.—Hago todo lo que me pides. Lo mínimo que puedes hacer…—Lo mínimo que podrías hacer tú sería dejar de quejarte a cada encargo que tienes que hacer y dejar de exigir, no estás en condiciones de hacerlo —habló seco.—¿Quejarme? ¡Disculpa si me saca de los nervios el hecho de que mates a gente y te quedes tan ancho! —me alteré rápidamente.