Meses después Habíamos salido por un antojo de Margaret, la seguridad se había doblado, pero no había habido ningún contratiempo, excepto cuando mi mujer manifestó estar partiéndose en dos.Iba a morir de la desesperación, ver su dolor era como una agonía en llamas y la peor tortura del mundo, no quería pasar por nada parecido de nuevo. —Juro que voy a desmayarme —sentí que sudaba frío en el auto, ningún guardaespaldas u otro miembro de seguridad podía impedir que estuviera a punto de quedarme petrificado en pleno asiento—. ¿Estás bien? ¿Margaret?—Sólo conduce —habló con dientes apretados, temblando de pies a cabeza.Su respiración era errática, el sudor perlaba su frente y los quejidos (y gritos) que soltaba demasiado a menudo para mi gusto, me tenían a punto de tener un síncope. —Margaret…—AAAAAAAAAAAHH, ¡conduce, maldita sea! —pisé el acelerador, sintiendo mi cuerpo temblar por la expresión asesina que puso en ese momento. "¿A dónde se fue tu hombría, Nikolay Ivanov?", se bur
No conocía bien a los hermanos de Nikolay, pero la última vez que todos aparecieron juntos; había sido divertido, loco y abrumador a la vez.Algo en común que todos los hermanos Petrov tenían en común, era que les encantaba derrochar dinero y sobre todo, discutir entre ellos por cualquier cosa pequeña.Sí bien no habían tenido la oportunidad de viajar aún, los hermanos de Nikolay tenían fotos de Kat y ellos le habían enviado regalos hermosos, aunque me vi obligada a regresar uno que otro.Al parecer, Yarik creía que un collar y pendientes de rubíes eran apropiados para una bebé que no cumplía ni los dos años.Luego de que entendió el mensaje, se dignó a copiarse de los regalos a sus hermanas y enviaba juguetes y ropa. El único hermano que había tenido en brazos a la bebé Kat, era Levy. Nikolay actuó como si no le importara, pero no pudo ocultar del todo la sonrisa de su rostro.Pero mi hija no conocía a sus abuelos todavía y eso me aterraba un poco.Victoria y Alexey Petrov, como sie
NikolayTuve que viajar a Rusia detrás de una importante pista y resolver unos asuntos.Extrañaba muchísimo a mi mujer y a mi hija, así que mandé por ellos cuando me di cuenta que mis asuntos iban a retrasarme más de lo esperado. Luego regresamos una semana más en Nueva York, iba a ver a Margaret cada día cuando tenía un momento libre, ya que el resto del día me encontraba haciendo gestiones y trabajando como un loco para dejar todos mis asuntos resueltos. No quería condenar a mi hija a una mala vida y tampoco a Margaret, aunque aún no le daría esta noticia. En aquellos días no volví a ver a Mike y eso era un alivio. El muy cabrón me había suplicado piedad y aunque no solía dársela a nadie, pensé en Margaret y en lo triste que estaría si acabara con su único hermano, aunque fuera un hijo de puta.No es que me importara en lo más mínimo lo que él pensara, pero tenía que tenerlo vigilado de ahora en adelante, más que nada porque él amaba a Margaret, o eso decía. Además, estaba seguro
Margaret A la mañana siguiente, me cambié de ropa y fui en dirección a la habitación de Katrina. Hacía ya algún tiempo que había instalado su cuna en la habitación de al lado y me sentía muy rara sin mi pequeña cerca. Aunque gracias a ella y a John, Nikolay estaba de nuevo a mi lado, y esta vez no iba a perderlo por nada del mundo. Había quedado con él en Central Park, pero antes tenía que darle de comer a Katrina y asearla.Entré en su cuarto y me acerqué a la cuna con una sonrisa… sonrisa que se congeló en mi rostro al ver la cuna vacía. Intenté no volverme loca, pero era muy difícil. Entonces, recordé la amable conversación que tuve con Mike y algo no encajaba. Jamás había querido hacer daño a una persona, pero supe que si encontraba al que una vez llamé hermano, me sería muy difícil no matarlo por haberse llevado a mi hija.Corrí hacia la sala y llamé a Nikolay, que me contestó al segundo tono. No pude evitar contarle los hechos precipitadamente. Él me pidió que le esperase y
La noche fría y oscura era lo único que me mantenía en pie. Me encontraba sola en mitad de la nada, luchando por avanzar hacia un lugar más cálido donde estuviera a salvo de las garras del frío nocturno y de algo más que oprimía mi pecho. —Está demasiado oscuro —susurré con temor. De repente, una luz golpeó de lleno mi rostro, dejándome sin ver nada más por un momento. Sentí un miedo terrible que se alojaba en mis entrañas hasta robarme el aliento. Cuando volví a abrir mis ojos para adaptarme a la reciente e intensa luz que ahora había en mitad de la noche, vi algo que me dejó más helada de lo que ya estaba: A unos pasos de mí, se encontraba mi hermano Mike, con la ropa sucia y rasgada, un pañuelo tapando su boca y sus ojos verdes de tono esmeralda, reflejaban desesperación. Quise llegar corriendo hasta él, pero una fuerza invisible me retenía. —¡Mike! Grité su nombre con fuerza, para después oír un golpe seco. Enfoqué mi mirada hacia Mike que ya no llevaba la mordaza y
¡Cómo me hubiera gustado poder dormir aquella noche…!Sin embargo, el hecho de saber que mi hermano estaba en peligro en Rusia por un negocio turbio que había hecho… Me tenía completamente en vilo.Sólo si me hubiera entrado antes de sus negocios, hubiera podido aconsejarle que lo dejara, que se buscara otro modo de mantenernos. Mike siempre había trabajado mucho para que pudiéramos vivir igual de bien que cuando estaban nuestros padres y él siempre decía que trabajaba y ahorraba mucho para eso y ahora que descubría el origen de nuestro dinero… si lo hubiera descubierto antes, hubiéramos vendido la casa y nos hubiéramos ido a vivir a otro lugar más pequeño y modesto. Yo no necesitaba vivir rodeada de lujos y comodidades, sólo quería vivir tranquila y de forma honrada. Mi hermano siempre había sido aventurero, pero aquello era pasarse de la raya.—Maldita sea —murmuré con pesar, devanando mis sesos para hallar una solución satisfactoria. Lo peor es que con todo el dinero que había p
Era de imaginar que mi nuevo trabajo empezaría a partir de ese momento. Nikolay y yo teníamos un trato y a cambio, Mike sería libre. Tal vez Nikolay no cumpliría su promesa, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse e intentar escapar, eso era imposible.El hombre paseó junto a mí, mostrándome la gran casa en la que a partir de ahora viviría y la última estancia de nuestra visita fue la habitación en la que desperté. Una habitación amplia, llena de cuadros y tapices y una impresionante cama con doseles de lino. También había una lámpara que Nikolay se encargó de encender. La verdad es que hasta ese momento no había reparado en el frío que tenía con aquel vestido negro y el abrigo rojo que iba a juego.Me acerqué a la chimenea bajo la atenta mirada del hombre, me quité el abrigo, lo dejé sobre un sillón y me calenté las manos. Nikolay se acercó a mí y me volteó para quedar frente a él. Se relamió los labios al observarme y metió sus manos bajo mi vestido hasta acariciar mi trase
Cuando salimos de la gran mansión de Nikolay, montamos en un vehículo de lujo. No era la típica limusina en la que nos llevaría el chofer, como la última vez que compartimos vehículo, ya que eso implicaba que él pudiera manosearme a su gusto. Supuse que Nikolay quería asegurarse de que cumpliera con el cometido y lo medía todo al milímetro.Por el camino, quise saber en qué consistía mi misión y Nikolay me explicó que tenía que seducir a un político ruso muy importante que estaba metido hasta el cuello en su mundo de drogas, sexo y alcohol, pero que tenía unos documentos que podrían acabar con la mafia Ivanov. Nikolay me dijo que hiciera todo lo necesario, pero me pidió que el sexo fuera la última baza que usara. No lo entendí demasiado bien, aunque después supuse que sería porque él quería probarme primero. Sentí un extraño estremecimiento ante eso.Fuera como fuera, no me apetecía nada estrenarme con un desconocido, por lo que por una vez, le haría caso.Estaba frente a las puer