Mi mundo parece detenerse al verla, intento salir de la ensoñación pero mi rostro sigue serio, mostrando la poca emoción que siento por su presencia, volteo a ver a Jung-Li y su rostro esta opaco, la emoción que se reflejaba en su rostro por la reciente compra ha desaparecido, tomo su mano con suavidad y la apreto levemente.
—Hola, sí, casi 9 meses.—respondo viéndola. —¿Como te trata la vida de casado? —Pregunta y noto un leve tono burlesco. —Mucho mejor de lo que imaginaba, mi esposa es tan afrodisíaca que me es difícil salir de nuestra cabaña.— Respondo con seriedad. Jung-Li esta sonrojada y una leve sonrisa aparece en mi rostro, la cual disimulo rápidamente. Veo el rostro de Daniela cambiar a una mueca, escanea a Jung-Li con la mirada y luego sonríe de forma extraña. —Un placer, soy Daniela Johnson, ex de tu esposo.— Sonríe y Jung-Li parece un poco cohibida. —Igualmente, soy Jung-Li Min. Si no te molesta tenemos que regresar a la cabaña.— Expresa y me ve. —Vamos.—Le doy un asentamiento de en forma despedida a Daniela. Caminamos a el coche y ella se sube sin siquiera verme. —¿Celosa en la luna de miel?– Pregunto al colocarme el cinturon de seguridad. Volteo a ver su rostro y no expresa nada, solo esta sería. —No tengo porqué.— Responde y se recuesta en el asiento. Enciendo el coche y conduzco a la cabaña, en todo el camino estuvo callada, no es raro ya que conversamos muy poco. Tomo la cámara que momentos antes había dejado en la gaveta del coche y se la entregue. —Deja el enojo y disfruta de tu cámara.—murmuro deteniendome al llegar. Bajo y abro su puerta, entramos a la cabaña y camino a la sala. Siento unos brazos abrazar mi cuerpo desde la espalda y bajo la vista, ella me esta abrazando con nerviosismo ya qué su mano tiembla un poco. —Gracias.— Escucho el susurro a mis espaldas y sonrío leve. —¿Por?— Pregunto y me doy una pequeña vuelta quedando de frente a su cuerpo. Ella sigue abrazándome sin poder alejarse, ya que tengo sus manos presionadas a mí. —Por la cámara, prometo pagártelo.— Responde y sonrio. —No tienes que agradecer, y no quiero que me pagues nada.— Respondo. Las ansías por acariciar su rostro me están tentando, pero decido soltar sus manos, las cuales bajan después de segundos y ella se aleja de mí. Su rostro está sonrojado y empiezo a creer que o es muy tímida. O nunca ha tenido contacto con chicos. —Tenemos que hablar de lo que paso ahora.— Digo mientras me siento en el sofa. —Pasaron muchas cosas, ¡Casi me muero ahogada!— disimuló una risa sentándose en el sofa —No exageres, y hablo de lo que paso en la tienda.— Veo su rostro. —Oh, no tengo nada que decir.— Responde pero su rostro está decaído, no sé el porqué ésto le pone triste cuando lo máximo que podría experimentar es enojo por la actitud de Daniela. —Bien, solo quiero aclarar que mientras el matrimonio exista te seré fiel, espero lo mismo de tu parte, no quiero leer en la prensa como mi esposa me es infiel. —cierro los ojos y me recuesto en el sofá. —Jamás lo haría, y estoy de acuerdo contigo.— No puedo verla gracias a mi posición pero su tono suena serio. —Que bueno.— Respondo y siento mi panza rugir por comida. Ella se levanta del sofá y sigo con mi mirada sus siguiendo sus movimientos. —Tengo hambre, ¿Quieres que cocine algo?— Me pregunta y asiento. La veo irse y mi vista está en su cuerpo, caigo en cuenta y niego parpadeando rápido, me golpeo mentalmente al recordar lo que paso después del beso en la playa, cuando digo que ella es afrodisíaca no miento. Aunque no tengo sentimientos por Jung-Li, verdaderamente es sexi y muy atractiva, nunca he experimentado atracción sexual por alguien sin tener sentimientos (por no decir que alguien que no sea Daniela) pero esta chica esta haciendo que mi libido sexual aumente demasiado. Mi mente vuela al encuentro con mi ex, es frustrante volver a verla después de tanto, aunque el sentimiento de ansiedad por su cercanía no estaba, encontrarme con ella fue como terminar de leer un libro que te gustó mucho, se siente un vacío pero sabes que ya todo acabo y aunque lo vuelvas a leer, el final no cambiará. Ella, en verdad fue mi gran amor, y sigo teniéndole cariño aún con todo lo que vivimos, pero he entendido que nuestra historia juntos ha acabado y no puedo cambiar nada. —¡¿Te gusta el tomate?!— Escucho el grito desde la cocina y río. —Si, me gusta.— Respondo desde mi sitio. Escucho un "Ok" como respuesta y sigo hundiéndome en mis pensamientos. Cuando estoy por dormirme el delicioso olor que proviene de la cocina llega a mis fosas nasales, abro los ojos y me levanto. Camino hacia ella y me obligo a no ver el cuerpo de mi esposa al moverse ágilmente por la cocina. —Ten.— Sotengo el plato y como un poco. —Sabe bien, ¿Que es?— Pregunto y sigo comiendo. —Es tteokbokki con salsa de tomate.—Responde haciéndose a mi lado. Sigo comiendo y por momentos siento su mirada en mí, pero la ignoro para no incomodarme o terminar besándola. Termino de comer y labo el plato, ella llega a mi lado en el lavado de manos poco después y me encargo de lavar también su plato. —¿Cuando volvemos a E.E.U.U?— Pregunta a mis espaldas. —¿Ya quieres regresar?— Seco mis manos con el paño de limpieza. —No, pero quiero disfrutar los últimos días aquí.— Responde con una sonrisa. —Volvemos dentro de 3 días, si quieres mañana vamos a la reserva natural que está cerca, es muy bonito y puedes tomar fotos, si quieres.— Respondo con tranquilidad. —Me parece perfecto, gracias.— Sonríe y mis ojos se pierden en sus lindos labios. Después de un rato hablando de lo que le ha parecido Perú, ella sube a la habitación a descansar, minutos después, calculando que ya esté dormida subo y me acuesto a su lado. Me escribo un rato con Edgar y me cuenta de su nueva conquista, reí un poco por sus ocurrencias pero me ayuda a quedar dormido rápidamente al colgar. Siento los brazos –nuevamente– de Jung-Li en mi cintura y abro los ojos, creo que no se da cuenta de que necesita abrazar algo para dormir, ya que siempre me abraza, bueno, desde el día de la boda. Bajo la vista a sus labios, el deseo de volver a probarlos es demasiado, pero no puedo hacerlo, parece una chica muy inocente y en ocasiones vulnerable, no quiero que se ilusione con éste falso matrimonio. No se que me paso en la playa, pero definitivamente no volveré a caer en eso, tengo que tener una distancia prudente para que esto salga bien y ninguno resulte herido. He estado pensando en lo que pasara después del matrimonio, no quiero abandonar a mi hijo o hija, tampoco quiero alejarlo de ella, mi padre me metió en un problema muy grande y me esta siendo difícil salir de él. Suspiro, dejaré ésto para después, no es bueno sobrepensar el futuro, cierro los ojos quedándome dormido. Despierto de un susto al escuchar un grito en el baño. —¡¿Qué paso?!— Pregunto exaltado, entro y veo que Ji esta en el suelo. La ayudo a levantarse rápidamente, y suelto un suspiro. —Me caí.— Responde. —Tienes que tener más cuidado.— Veo su cuerpo y noto que está en ropa interior. Me doy la vuelta rápido, veo como toma la toalla del perchero y suspiro. En verdad tiene un cuerpo muy atractivo. —Perdón, no me fije.— Murmuro. —No importa, gracias por ayudarme. –responde en el mismo tono nervioso que utilize. Salgo de el baño después de asentir leve, mi rostro está rojo y no quiero que lo note. Cuando sale del baño ya trae ropa y me sonríe apenada, escondo una risa y cojo mi ropa para entrar al baño. —Si iremos a la reserva, ¿no?— Escucho desde el baño. —Si, Jung-Li.— Respondo ignorando mi exitacion. *** Veo a mi esposa admirar todo con asombro, ella en verdad gusta de la naturaleza. Fotografía casi todo y ve con asombro los animales de el refugio. Su alegría se siente tan fuerte que pareciera que nunca ha experimentado libertad, veo que se acerca a mi sonriendo. —Todo es demasiado bonito, gracias por traerme.— Me abraza y pega su cuerpo al mío. Me tiene mucha confianza aún sin conocernos, pareciera que ya lo hiciera desde hace mucho. —Con gusto, Ji.— Respondo en un tono serio. Veo que se aleja con tristeza y me arrepiento por haberle hablado tan seco, pero es lo mejor para ambos. Pasamos el resto del día conociendo mejor Paracas, al llegar la tarde la llevo a comer y después vamos a casa, desde mi actitud sería ella ha estado un poco apagada, no muestra la misma euforia de antes. —Ire a dormir.— Desaparece de mi vista y suspiro. Parece que lo único que puedo hacer bien es lastimar a los demás. Con mi madre y hermano no es así, porque siempre he mostrado mis emociones y sentimientos sin problema, pero ahora no puedo dejarme llevar por ellos, tengo que esconderlos y no hacer que ella se sienta bien en mi presencia, así no se enamore y no saldrá lastimada. Los últimos días de la luna de miel pasan sin nada extraño, comemos, dormimos, ella va a la playa y en dos ocasiones salió sin mí, solo con el guardaespaldas, no hablamos mucho, solo lo necesario, y con eso me refiero a decirnos "Buenos días" y "Buenas noches".Llega el último día, en la tarde el Jet privado estará listo para regresar a Estados Unidos, lo que significa que estaremos llegando en la madrugada a el aeropuerto. Ella se arregla y viste diferente a como lo ha estado haciendo aquí, vuelve a su ropa fina, cosa que también hago, no podemos estar con ropa casual en nuestro país, somos personas con influencias y muy conocidas, por cualquier cosa salimos en chismes inventados. Fuí al centro a comprar un regalos para mi hermano y madre, al regresar entro a la habitación y las maletas ya estan listas, tanto las suyas como las mías. No pensé que se tomaría tan en serio su papel de esposa, pero lo ha hecho a la perfección. Ella esta maquillándose en frente al espejo, su vestimenta es muy formal y a la vez sexy, no está mal, pero mi pantalón no dice lo mismo. Dejo de verla para no obtener los mismos resultados que los días anteriores, paso más en el baño qué con ella. Bajo las maletas para no hacer subir a al chófer solo por ellas, las d
Min Jung-LiDespierto sola en la cama, me estiro con un poco de pereza, cuando el sueño desaparece voy al baño a lavar mi cara y mi boca.Termino y bajo a la cocina, cómo las mañanas anteriores, la señora Olivia me abraza con cariño, mientras Andrew solo ignora mi presencia.No sé en que se esta basando este matrimonio, pero ya llevo 5 día aquí y apenas y me da las buenas noches, me esfuerzo en hacer cosas que le gustan, sus platillos favoritos, postres, galletas, me encargo de sus cosas, paso pendiente de sus necesidades, de todo, pero nada logra llamar su atención, aveces creo que es porque estoy actuando mas cómo una madre que cómo una esposa. Pero en realidad no se que hacer para que me de aunque sea un poco de su tiempo. —Buenos días, Jung-Li. —responde a mi saludo.—¿Como dormiste, cuñadita? –pregunta Edgar sonriendo.—Bien, gracias. —sonrio leve.—¿Y tu Ed?–lo veo tomando manzana picada para desayunar.—Que bueno. Yo dormí bien, sabes te quería pedir un pequeño favor. –veo su r
Subimos al coche después de decirle a la señorita Brown el lugar y que hablara con la empresa que lo renta. —¿Tienes hambre? —pregunta conduciendo a no se donde. —Mucha, podría comerme a Mani. —respondo y me avergüenzo al darme cuenta de lo que dije. —Eso es mucho, perdón por tenerte de un lugar a otro todo el día. —murmuro deteniendose en el semáforo. —No importa, yo quise venir. —respondo con una sonrisa. —Tu sonrisa es bonita. —me sonrojo al escucharlo pero él solo vuelve a tomar el volante cuando el semáforo cambia. —Gracias. —murmuro al no saber que responder. Si le digo "la tuya igual" sonará a que estoy enamorada, ya que mis ojos me delatan, pero aun así no puedo disimular la sonrisa que me genero su comentario. —Vamos, baja. —abre la puerta dándome paso a salir del auto. Bajo y entramos al restaurante tomados de la mano, él no sabe que cada que tiene un mínimo contacto con mi cuerpo, mi corazón sufre de una desesperación increíble, o que mi vientre pa
...Vea a Jung-Li sonriéndole a el modelo, que para colmo de males, es Francesco Lombardi. El mismo que buscaba coquetearle en nuestra boda. Mis puños se cierran con fuerza, mis dientes rechinan al estar tan apretados. Intento mantener la cordura cuando el le sonríe coqueto y ella, aún en su ingenuidad parece no notarlo. Camino hacía ellos con paso firme, llego al lado de mi esposa y ella fija su vista en mí. Me es imposible no mostrar una expresión de triunfo al tener su atención inmediata. —Hola, mi vida. —murmuro cerca de su rostro.En estos momentos no sé lo que hago, lo único en lo que puedo pensar en es la poca distancia entre sus labios y los míos. La beso suavemente acariciando su cintura con mis manos. Sus labios tienen un delicioso sabor a frutos rojos, las ganas de hacer el beso más intenso se hacen presente en menos de unos segundos. Me separo al darme cuenta de que estamos en un lugar público y que mis pensamientos y emociones se están yendo a otros aspectos muy apart
Al despertar siento que alguien me está observando, y el respirar de esa persona en mi rostro, cerca de mis labios, coloco mis manos en su cintura y pego mi cuerpo al suyo, gruño suavemente al sentir algo en mi pijama. Ella se aleja muy rápido y yo lo agradezco internamente. —Perdón, estaba dormida. —noto su mentira rápidamente al ver que mueve su pulsera y su rostro esta sonrojado. —No importa. —respondo y camino al baño serio. Salgo minutos después relajado y con mi cuerpo siendo cubierto solo por una toalla blanca, veo de reojo cómo mi esposa entra sonrojada al baño y río internamente por su reacción. Termino de arreglarme, hoy no iremos a la empresa, antes de la cena, iremos de paseo y la llevaré a visitar a su madre. Se que la relación con su padre no es muy buena, pero ya hace rato no los ve, estoy seguro de los extraña. Ella sale del baño y yo bajo las escaleras para dejar que se arregle. Me siento en el comedor y puedo apreciar todo lo que mamá ha preparado. —Esperemos
...Min Jung-Li Suelto un suspiro al verme en el espejo, Alexander lleva más de 10 minutos esperando por mi en la sala de la mansión y yo no soy capaz de escoger que zapatos utilizar. En mi mente se repite sus palabras al decirme que saldríamos a cenar. Me es imposible no ilusionarme, nos hemos besado en dos ocasiones en este día y aunque no lo hemos hablado, esta bien así, no quiero arruinarlo al preguntar el porqué de su resiente cercania. Me decido por los tacones de punta con un hermoso color rojo, sonrío al verme en el espejo, no suelo utilizar este tipo de ropa, pero me siento bonita. Tomo mi bolsa y bajo las escaleras con un cuidado gigante, no quiero romperme el tobillo por no fijarme dónde pondré el pie. Al llegar abajo, veo que él está sentado en el sofá de espaldas a mi, pensé que estaría hablando con Edgar pero recordé que dijo que saldría de copas. Me acerco a mi esposo y toco su hombro con suavidad. —Estoy lista. —murmuro cuando voltea a verme. Me escanea con la m
Muevo mis manos buscando abrazar mas a Andrew, esta haciendo un poco de frío y creo que las ventanas están abiertas. —Ya despierta, es tarde y debemos ir a el trabajo—escucho que dice con voz tranquila. —No quiero... Solo un poco más, ¿Sí?—lo abrazo mas fuerte. —Está bien, bonita—responde acariciando mi cabello. Se escucho muy lindo lo que dijo, en mi mente solo se reproduce el "bonita". Abro los ojos aun con mi cabeza recostada en su pecho. Quiero levantar la vista para que note que estoy despierta ya, peor algo de mí que me dice que me quede así, sin moverme ni intentar algo mas. —Ya sé que estás despierta—el susurro en mi cabello me sorprende poco pero sonrío. Lo veo sin borrar mi sonrisa. Las caricias en mi cabello no cesan, la sonrisa un tanto peculiar que está en sus labios me perturba, pero lo ignoro. Una de mis manos sube a su pecho y acaricio suave, mis uñas dibujan círculos imaginarios, sin llegar a lastimar ya que no lo hago con fuerza. —¿No qué llegaremos tarde?—mu
..Min Jung-Li Termino de decorar las galletas con colores muy intensos y las dejo reposar en el refrigerador por unos minutos para que no se rompan ni se deshaga la decoración. —Han quedado preciosas—escucho a mis espaldas y sonrio. —Sí, son algunas de las favoritas de mis amigas—respondo volteando mi cuerpo hacia mi suegra. Me dispongo a limpiar lo que he ensuciado con tranquilidad. Ella está preparando un pastel de vainilla con maní y cacahuate. Tres de las cosas que no me gustan, pero ella no lo sabe, y no importa mucho ya que el pastel es para mis amigas, a ellas si les encanta la vainilla y el mani. —¿Vendrá Nicolle?—pregunta Edgar entrando a la cocina. —Uno: no entres a la cocina mientras estamos ocupadas, dos: sí, todas hace poco regresaron de un crucero por el caribe de Costa Rica—respondo lanzandole una mirada matadora—. Algo quieres con Nicolle, ¿qué es? —Nada, solo tengo curiosidad de saber si tú y tu mejor amiga se reunirán después de mes y ¿días...? De tu boda—res