8-Sentimientos desconocidos

...

Vea a Jung-Li sonriéndole a el modelo, que para colmo de males, es Francesco Lombardi. El mismo que buscaba coquetearle en nuestra boda.

Mis puños se cierran con fuerza, mis dientes rechinan al estar tan apretados. Intento mantener la cordura cuando el le sonríe coqueto y ella, aún en su ingenuidad parece no notarlo.

Camino hacía ellos con paso firme, llego al lado de mi esposa y ella fija su vista en mí. Me es imposible no mostrar una expresión de triunfo al tener su atención inmediata.

—Hola, mi vida. —murmuro cerca de su rostro.

En estos momentos no sé lo que hago, lo único en lo que puedo pensar en es la poca distancia entre sus labios y los míos. La beso suavemente acariciando su cintura con mis manos. Sus labios tienen un delicioso sabor a frutos rojos, las ganas de hacer el beso más intenso se hacen presente en menos de unos segundos.

Me separo al darme cuenta de que estamos en un lugar público y que mis pensamientos y emociones se están yendo a otros aspectos muy aparte de fingir querernos.

Ella esta sonrojada y un poco confundida, se le puede notar en la mirada.

—Buen día también a ti, Alexander. —expresa con ironía Francesco.

Dejo de ver a Jung-Li y lo veo con seriedad.

—Buen día. —volteo nuevamente a ver a mi esposa. —Ya es tarde, ¿Ya terminaron la sesión de fotos?

Ella relame sus labios y asiente, sonrío leve por el movimiento involuntario de su boca.

—Sí, está era la última toma. —responde en vos baja.

—Una lastima, no nos podremos ver más, linda. —cierro mis manos en su cintura al escuchar como la llamo.

—Supongo que habrán más sesiones en las que serás solicitado. —responde ella, que ha diferencia de a mí, a él le responde en tono alto y claro.

Sonríointernamente por el poco interés que muestra en él. Siento sus dedos acariciar mis nudillos y recuerdo que prácticamente estoy dejándola sin articulación al apretar su cintura tan fuerte.

La suelto con lentitud y tomo su mano. En realidad es la primera vez que tenemos este tipo de contacto desde que empezó a trabajar aquí hace poco menos de dos semanas.

—Con su permiso, tengo que llevar a mi esposa a almorzar. —murmuro serio remarcado la frase <

>.

Salimos del muelle en el que se esta llevando a cabo las sesiones de fotos. Abro la puerta del coche para ella y luego subo a el asiento de conductor.

Emprendo camino a su restaurante favorito, no esta muy lejos así que tardamos menos de 10 minutos en llegar, entramos poco después y ella saluda al chico de seguridad. El cual ya la conoce porque venimos prácticamente todos los días a almorzar aquí.

No se si su forma de ser sea amable o coqueta por naturaleza, pero si me genera un poco de frustración el hecho de que siempre salude a sus compañeros y a mí apenas me dirija la palabra.

Tal vez sea porque soy serio y un tanto frío con ella a diferencia de mi madre y hermano. Pero es solo para no lastimala, me he dado cuenta que ella suele ser muy sensible y gracias a eso puede llegar a enamorarse con rapidez.

Le ayudo con el asiento y luego me acomodo frente a ella. Ordenamos y nos quedamos en silencio por mientras el almuerzo es servido.

—¿Te ha gustado tu trabajo? —pregunto terminado de limpiar mis labios.

—Sí, todos son muy amables. —responde sonriendo.

Y con todos se refiere a sus compañeros que no hacen más que comérsela con la mirada. He pensado seriamente en despedirlos por mirar de esa forma a la esposa de su jefe.

—Demasiado para mi gusto. —susurro dándole un bocado al postre.

—¿Que dijiste? —levanto la vista y niego.

–Nada. —respondo con desinterés.

Terminamos de comer y salimos después de pagar la cuenta. Ella se ve un poco cansada, tomo su mano y la acaricio mientras la otra va en el bolante, puedo apreciar el leve sonrojo en sus mejillas. Sonrio deteniendo el coche y bajando.

Entramos a la empresa subiendo al elevador. Mi secretaria entra con nosotros y se puede sentir el ambiente tenso. Jung-Li se pega a mi cuerpo creando una sonrisa en mi rostro instantáneamente.

Beso su mejilla al llegar al piso donde trabaja. Ella sonríe y se despide con una <

>en susurro, mientras su rostro esta de un lindo color carmesi.

                                      ***

Son las 8:37 de la noche cuando mi secretaria anuncia la llegada de mi esposa. Dejo lo que estaba haciendo y levanto la mirada, veo a Jung-Li acercarse a mi escritorio, parece muy cansada.

—¿Nos vamos? Por favor. —mis ojos se llenan de ternura al notar el puchero en sus deliciosos labios.

—Vamos, si gustas esperame en el coche. —murmuro terminando de guardar los archivos en la computadora.

—No, me da miedo bajar sola. —la veo rápidamente al escucharla.

Supongo que es un miedo cualquiera, como cuando le temes a la oscuridad, pero me da un poco de curiosidad su temor.

Minutos después me levante de mi asiento y cargo su cuerpo, ya que minutos antes se quedo dormida, supongo que estaba muy cansada.

Salgo de la empresa y la acomodo en el asiento de copiloto después de recostarlo para que no vaya incomoda.

Conduzco a casa, al llegar la saco del coche con un cuidado gigante, no quiero molestarla y que se despierte. Entro a nuestra habitación y la dejo en la cama con mucho cuidado. Quito sus zapatillas dejándola solo con la ropa, la veo por última vez y me golpeó mentalmente cuando mis anhelos por probar sus labios y tocar su cuerpo aumentan.

Suspiro y niego, ella está dormida y prácticamente me estaría aprovechando de su estado.

Acaricio su mejilla con dulzura sin notarlo, dejando de lado su gran atractivo, me gusta su forma de ser. No voy de la mano con los comentarios machistas qué dicen que las chicas tienen que ser sumisa y estar dispuestas a los hombres. Más sin embargo, me gusta como ella busca mi atención y el brillo en sus ojos al verme o siquiera intercambiar unas oraciones tan simples como un "buen día" o "duerme bien".

Y eso aunque no lo quiero aceptar, es machista, me esta molestando el simple hecho de que hable con sus compañeros. No quiero cometer los mismos errores de mi papá en mi matrimonio.

Me doy cuenta de lo que he pensado inconscientemente, y mi rostro cambió a uno de confusión. Este matrimonio no es real y tengo que metermelo en la cabeza.

Ya una vez salí lastimado por culpa del amor y esa experiencia no se repetirá.

Me doy una ducha y me acomodo a su lado, ella pocos minutos después pasa sus manos por mi cuerpo y sonrio instantáneamente.

Es imposible resistirse a su forma de ser.

He notado su comportamiento con sus amigas y con mi hermano, a diferencia de cómo es conmigo. Con ellos es carismática, amable y no para de hablar, parece que es imposible que se este callada.

El fin de semana pasado me di cuenta, sus amigas vinieron a casa y después de mirar todo como si nunca hubieran estado en una casa tan moderna, se quedaron en la sala, vieron una que otra película y luego hicieron algo de karaoke. Todo eso lo vi por las cámaras de seguridad, no es que la tenga vigilada ni nada de eso, es solo que una de sus amigas me dió ciertas vibras extrañas.

Al retirarse ellas quedo hablando y riendo con mi hermano, parece que su amistad sera muy fuerte, ellos suelen tener conversaciones extensas a la hora del desayuno y la cena.

Conmigo es completamente diferente, es callada, tímida, parece buscar mi atención de manera silenciosa.

Cumpliremos un mes de esposos mañana y aunque no quiero ilusionarla, la llevaré a una cena romántica. Tenemos que mantener una imagen que por muy molesto que me parezca, ayudará a nuestro futuro, más al de ella, ya que nos divorciaremos en buenos términos y dejando una buena impresión de ambos.

Me quedo dormido después de besar su frente.

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