11-Aceptando nuevos sentimientos

...

Muevo mi mano por toda la cama con los ojos cerrados, al no sentir su cuerpo y calor por ningún lado gruño, abro un para ver si tal vez solo estaba lejos, pero no, ella no está en la cama.

Recuerdo que ayer dijo que vendría a dormir aquí después de dejar a sus amigas descansando. Seguramente ellas le insistieron.

Me he dado cuenta de los sentimientos que Ji ha desarrollado por mí, aunque al principio quise negarme a tener algo más que lo estrictamente necesario me ha sido imposible no acostumbrarme a ella. A sus suaves y delicados labios, al calor de su cuerpo, a su presencia, su sonrisa, sus ojos, su extraña forma de comportarse cuando estoy cerca de ella.

He visto el hermoso brillo en sus ojos cuando estoy cerca, aunque siempre hay algo que parece hacer que su rostro se vea triste.

No mentiré al decir que me fue fácil dormirme anoche, me dormí hasta tarde dando vueltas en la cama, extrañe sus brazos alrededor de mi cuerpo. Pensé que tal vez llegaría cuando yo ya durmiera, pero no fue así y ahora tengo un pequeño enojo y no sé si es porque no cumplió con su palabra o porque extraño despertar con sus besos.

Me levanto con pesadez y camino al baño, abro la ducha y al terminar de asear mi cuerpo salgo y voy hacia el enorme armario.

Escucho la puerta abrirse y mi vista viaja hacia ella rápidamente. Ji entra restregando sus ojos con su mano y camina a la cama. Creo que no ha notado mi presencia cerca del armario.

—¿Andrew..?—escucho su susurro al notar que ya me he levantado.

—Aquí—me acerco a ella aún en toalla, ya que no me ha dado tiempo de cambiarme.

Cuando me ve sonríe y me abraza cerrando los ojos en el acto. Acaricio su cabello, beso su frente y ella me abraza mas fuerte.

—¿Dormiste bien?—me alejo un poco y veo sus ojos.

Ella asiente respondiendo una afirmación a mi pregunta, me acerco a su rostro y veo sus labios. Acaricio su mejilla antes de unir nuestros labios en un beso suave, bajo mis manos a su cintura y la pego a mi cuerpo, hago el beso mas intenso y íntimo al meter mi lengua en su boca a la vez que meto mi mano en su pijama.

—Mmh...—escucho el sonido que sale de sus labios y me separo lentamente.

Sus ojos tienen un brillo que solo me hace querer seguir, pero he decidido no tener intimidad hasta que desarrolle sentimientos más fuertes por ella y si eso no pasa, llegar a un arreglo.

No quiero tomarla sin sentir algo verdaderamente fuerte, el deseo es gigante, pero eso no basta para hacer el amor y ella no merece menos. Me he dado cuenta en el tiempo que llevamos de casados, aparte de ser una chica muy inteligente es muy buena, es amable y carismática.

He llegado a pensar que tal vez solo sea que me he acostumbrado a su cercanía, y que el deseo es solo por el tiempo que llevo sin tener relaciones y su cercanía lo hace todavía más fuerte. Pero esa idea ha desaparecido en segundos con solo ver su sonrisa o recordar los besos tiernos que ella me ha brindado en ocasiones.

He intentado tomarla, todos los besos que le di en un principio eran con ese objetivo. Así saldríamos antes de este matrimonio no deseado por ninguno de las dos. Pero siempre me contenía y terminaba alejándome.

También he pensado que la obligo cuando la beso o toco su cuerpo –sin pasar a más que pequeños toques inocentes– pero se que no es así ya que siempre reacciona de muy buena manera a mi cercanía.

—¿Saldrás?—veo sus ojos al escuchar su pregunta y niego.

—Es domingo, pensaba llevarte a algún lugar o hacer lo que tú quieras—respondo después de besar sus labios por segunda vez.

Me alejo de ella y entro nuevamente al armario, escucho que ingresa a el baño. Termino de cambiarme y veo el resultado en el espejo. Playera blanca, pantalón de una tela gruesa color gris oscuro y unos zapatos oxford color negro. Me arreglo el cabello y salgo del armario.

—Oh, pensé que tardarías más en la ducha—murmuro viéndola salir con una bata de baño.

—Es que las chicas siguen abajo, no quiero que se vayan sin despedirme de ellas— responde entrando al armario.

—¿Te espero abajo?—tomo mis llaves, celular y abrigo.

—Sí, ahorita bajo—escucho y asiento aunque ella no me ve.

Salgo al pasillo y bajo las escaleras mientras reviso mi teléfono, llego al comedor y veo a sus amigas hablando como si no existiera mañana.

—Buen día—saludo y me siento en mi lugar.

—Hola, cuñado—levanto la vista y la fijo en la que creo que es Maya.

—Hola— respondo sin ninguna expresión.

—¿Ya baja Juli?—pregunta Azul.

La veo y alzo una ceja al no saber a quien se refiere pero rápidamente me doy cuenta que habla de Jung-Li.

—Sí, dijo que no tardaría—me sirvo de la comida que hay en la mesa.

Poco después Jung-Li baja sonriendo, sus ojos brillan al abrazar a sus amigas. Decido ignorar su interacción y sigo comiendo, le sirvo en su plato luego de que se sienta a mi lado y tomo jugo sirviéndole lo suficiente para que su desayuno sea ameno.

Levanto la vista y me esta sonriendo. Cada día me parece más una persona sin maldad, que solo conoce lo bueno y no ha experimentado el dolor en la vida, ya que siempre sonríe y es agradable. En ocasiones—casi siempre—pone a los demás antes que a ella misma, se arriesga por ayudar a otros y se esfuerza en hacer las cosas bien.

No hemos hablado mucho de su miedo a quedarse sola, he decidido dejar a que ella me lo cuente sin presionarla ni hacerla sentir incomoda con mi presencia. Al final es a mi a la única persona que tiene, su padre es un nefasto que prácticamente la vendió.

Y digo lo último porque he revisado los ingresos de la empresa y hay muchos contratos con el señor Byung-Lee que serán llevados a cabo cuando el matrimonio termine, pero de las inversiones que ha hecho en mi empresa ya ha obtenido muchos ingresos. Estoy seguro que esto lo planearon con mi padre sin que yo lo notará.

Siempre lleve las finanzas de la empresa de forma perfecta hasta la muerte de mi padre, pero nunca me di cuenta de ninguno de esos contratos. Aunque ya me parecía extraño que casara a su hija sin obtener nada a cambio, porque claramente iba a obligarla a contraer matrimonio con el mejor partido, supongo que papá le ofreció los contratos sin pensarlo ya que la familia Min tiene muy buenos tratos con personas de todo el mundo.

—¿Y Edgar, mamá?—pregunto con curiosidad, ya qué no está en la mesa y el nunca se pierde ninguna comida.

—Supongo que ya bajará, tranquilo—responde sin preocupación y sigue desayunando.

—Me ha dicho que saldrá, seguro esta arreglándose— volteo rápidamente a Ji al escucharla hablar—. Pero no desayunara, así que no te preocupes.

—Está bien—termino de desayunar y tomo mi café.

Siento como toma mi mano bajo la mesa y me apreta sin mucha fuerza. Le sonrío y ella baja la cabeza sonrojada. Me gusta cuando hago que sus mejillas se tornen en un hermoso color carmesí.

Al terminar de desayunar sale de la casa a despedirse de sus amigas, mientras yo solo la espero en la sala mientras reviso algunas cosas de la empresa en el móvil.

—¡Regrese! —.expresa entrando a la sala.

Levanto la cabeza y apago el celular para luego dejar el sofá y caminar hacia ella.

—Vamos, ¿Te gustaría ir a un lago que está aquí cerca?—tomo su mano para salir de casa.

—Sí, sí Amo los lagos—responde sonriendo y me detiene abruptamente—. Espera, iré por mi cámara.

Sube corriendo sin darme tiempo a objetar ni murmurar una respuesta. La espero paciente y después de unos dos minutos baja con una cámara y un pequeño bolso del mismo color de mi camisa.

—Ahora sí, vamos—vuelve a tomar mi mano y salimos.

Le abro la puerta del coche y subo al lado del piloto. Después de asegurar nuestros cinturones enciendo el coche emprendiendo camino al lago.

Mi trabajo últimamente ha consumido todo, ya no puedo siquiera salir o quedarme descansando porque la empresa está necesitando muchísima atención con los nuevos proyectos.

Detengo el coche en un semáforo y tomo la mano de Ji para apretarla levemente.

—Ya casi llegamos, linda—beso sus nudillos y bajo mi mano a su muslo.

Ella asiente sonrojada y mi sonrisa se amplia y en un movimiento rápido, beso su mejilla. Vuelvo a mi asiento y retomo el camino cuando el semáforo cambia a verde.

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