Min Jung-Li
Despierto sola en la cama, me estiro con un poco de pereza, cuando el sueño desaparece voy al baño a lavar mi cara y mi boca. Termino y bajo a la cocina, cómo las mañanas anteriores, la señora Olivia me abraza con cariño, mientras Andrew solo ignora mi presencia. No sé en que se esta basando este matrimonio, pero ya llevo 5 día aquí y apenas y me da las buenas noches, me esfuerzo en hacer cosas que le gustan, sus platillos favoritos, postres, galletas, me encargo de sus cosas, paso pendiente de sus necesidades, de todo, pero nada logra llamar su atención, aveces creo que es porque estoy actuando mas cómo una madre que cómo una esposa. Pero en realidad no se que hacer para que me de aunque sea un poco de su tiempo. —Buenos días, Jung-Li. —responde a mi saludo. —¿Como dormiste, cuñadita? –pregunta Edgar sonriendo. —Bien, gracias. —sonrio leve.—¿Y tu Ed?–lo veo tomando manzana picada para desayunar. —Que bueno. Yo dormí bien, sabes te quería pedir un pequeño favor. –veo su rostro, es muy bueno chantajeando, me he dado cuenta en el poco tiempo que llevo aquí. —Claro, dime. —le sonrío leve mientras como mi manzana. —Tu amiga, con la que saliste la vez pasada, ¿Cómo era que se llamaba? —pregunta con curiosidad en sus ojos. —Nicolle... ¿Pasa algo con ella? –veo a Andrew que ha dejado de hablar con su mamá para prestar atención a nuestra conversación. —Me parece conocerla, es Nicolle Smith, ¿Cierto? —asiento a su pregunta. —Sí, es ella, tal vez la conoces por sus papás, son personas de mucha influencia en el ámbito deportivo, de hecho en la copa mundial de hace dos años su padre fue el entrenador de el equipo futbolistico estadounidense. —su rostro parece iluminarse por mi respuesta. —Sí, seguro es por eso. —responde y sigue con su desayuno, pero noto algo de brillo en sus ojos. —Espera... —volteo a ver a mi esposo al escucharlo hablar. —¿No es la misma chica que estudiaba contigo en la universidad? Veo a los dos con curiosidad, dejo el cubierto de lado. —Entonces ya se conocen, ¿Por qué no me lo dijiste? —pregunto a Edgar con una expresión relajada. —Solo pensé que me estaba equivocando de persona. —responde con leve nerviosismo. —Oh, bueno. –respondo. Seguimos conversando un poco, al terminar me levante, después de recoger lo que ensuciamos y lavarlo, regreso con los demás a la sala. Me siento al lado de Andrew mientras cojo el celular para mandarle mensajes a mis amigas. —¿No iras a trabajar ahora, hijo? —levanto la vista al escuchar la pregunta que hace la señora Olivia. —Iré un rato en la tarde, ahora saldré a revisar los lugares donde tomaremos la sesión de fotos para promocionar el nuevo producto de la empresa. —se levanta y uno idea llega a mi. —¿Puedo ir? Por favor.—me paro frente a él. —¿A qué vendrías tu? —pregunta de forma fría como siempre. Aveces me pregunto si en algún momento me dedicara una de sus sonrisas, es verdad me haría la chica mas feliz del mundo. —Soy fotógrafa, ¿recuerdas? —sonrío leve—.Prometo no molestarte y no interferir en tu trabajo. —Llévala, no te cuesta nada. —murmura Edgar desinteresado. —Umm, bien, vamos. —responde sin ninguna emoción en su rostro. Sonrío y después de agradecer subo a cambiarme, veo mi armario con indecisión, al final opto por un vestido blanco sin mangas y con encaje, con unas converse negras, me maquillo leve y solo cepillo mi cabello. Sonrío al ver el resultado y bajo con una cartera del mismo color. —¿Vas a un funeral? —río por el comentario de Edgar. —Si sigues burlándote el muerto seras tú—responde Andrew dejándonos sorprendidos a todos. Me hace una seña para que lo siga, voy tras él después de despedirme de Edgar y la señora Olivia. Me es difícil decirles cuñado y suegra, no es por ellos, es solo que no quiero acostumbrarme a esto, al final el resultado será el mismo. Me abre la puerta del coche y entro, me coloco el cinturón mientras él entra al auto. —No interrumpas cuando este ocupado, no me llames por mi nombre, dime algún apodo o algo, finge amor y actúa como si fuera la razón de tu existir. —escucho todo con atención. "Si supieras que eres todo eso y más" pienso pero asiento en respuesta. Todo el camino paso escuchando música y tarareando las canciones que suenan en la radio. Llegamos y intento abrir la puerta para bajar pero él me detiene. —Quedate aquí. —baja del coche y abre mi puerta para que baja. Me sorprendió un poco pero recordé que tenemos que fingir amarnos. Él toma mi mano y caminamos a un lugar muy bonito, hay una gran variedad de flores de todo tipo. —Oh, señor Black, pensé que llegaría más tarde. —veo a la señorita que nos atiende, frunzo el ceño leve preguntándome internamente quien es. —Mi esposa quería ayudar a escoger, las mujeres son idecisas así que necesitamos mas tiempo. —responde Andrew indiferente. —Señora Black. —saluda la chica que hasta este momento no se quien es. —Buen día, señorita..? —dejo la pregunta en el aire al no saber si nombre. —Soy Adriana Brown. —responde con una sonrisa un tanto particular. Volteo a ver a Andrew con una expresión de pregunta. —Es mi secretaria, amor. —responde. Mi corazón se acelera a mil por minuto al escucharlo llamarme amor, mis ojos brillan y oculto un sonrisa enamorada y asiento sonrojada. —Vamos, hay que ver si este lugar esta bien para la sección de fotos. —murmura mi esposo y asiento. Pasamos toda la mañana y parte de la tarde viendo lugares y ninguno le convencía, literalmente a mí me pareció perfecto el primero pero el dice que no es lo que busca. Me esta frustrado y tengo hambre, mis piernas duelen, mi cabeza también, estoy a nada de decirle que me regreso a casa en Uber. Me siento en el muelle cansada, el lugar es lindo y sonrío a verlo, Andrew se sienta a mi lado. —¿Estas cansada? —volteo a verlo y asiento. —Un poco, ¿Ya decidiste o seguimos? —pregunto añorando que responda con lo primero. —Creo haberlo hecho. —responde y suelto un suspiro relajando mis hombros. Escucho una risa leve y abro los ojos, creo se ha dado cuenta de mi cansancio, pero eso no importa, lo importante es el sonido de su risa y el hecho de que yo lo provoque. Sonrío viéndolo. —¿Que te parece el primer lugar? —mi cara ha de parecer un poema. Respiro profundo para no responderle una incoherencia, asiento con la cabeza porque si respondo con palabras le podria decir una barbaridad. —Estas enojada. —ríe mas y mi enojo disminuye en segundos. —Ya no. —susurro. El sonríe y acaricia mi mano, un escalofrío recorre mi cuerpo al sentir su contacto, el brillo en mis ojos regresa y muerdo mi mejilla nerviosa. —Es broma, el primer lugar está lindo, pero no es lo que buscamos, me parece mejor éste, el producto se basa en la frescura entonces el mar es perfecto para la sección de fotos. —menciona mientras sigue acariciando mi mano, juega con mi anillo mientras mis ojos estan puestos en sus manos. —Es tu decisión si este te parece bien, la verdad a mi me gusta mucho. —respondo apenas por el nerviosismo. Asiente y caminamos hacía su secretaria, que por cierto no me agrada, no, no son celos, solo que es muy extraña, me sonríe cuando esta Andrew pero cuando no, me gira los ojos y es desagradable. Respiro y me recuerdo que no vivo por los demas, y que sus malas caras no me afectan en lo mas minimo.Subimos al coche después de decirle a la señorita Brown el lugar y que hablara con la empresa que lo renta. —¿Tienes hambre? —pregunta conduciendo a no se donde. —Mucha, podría comerme a Mani. —respondo y me avergüenzo al darme cuenta de lo que dije. —Eso es mucho, perdón por tenerte de un lugar a otro todo el día. —murmuro deteniendose en el semáforo. —No importa, yo quise venir. —respondo con una sonrisa. —Tu sonrisa es bonita. —me sonrojo al escucharlo pero él solo vuelve a tomar el volante cuando el semáforo cambia. —Gracias. —murmuro al no saber que responder. Si le digo "la tuya igual" sonará a que estoy enamorada, ya que mis ojos me delatan, pero aun así no puedo disimular la sonrisa que me genero su comentario. —Vamos, baja. —abre la puerta dándome paso a salir del auto. Bajo y entramos al restaurante tomados de la mano, él no sabe que cada que tiene un mínimo contacto con mi cuerpo, mi corazón sufre de una desesperación increíble, o que mi vientre pa
...Vea a Jung-Li sonriéndole a el modelo, que para colmo de males, es Francesco Lombardi. El mismo que buscaba coquetearle en nuestra boda. Mis puños se cierran con fuerza, mis dientes rechinan al estar tan apretados. Intento mantener la cordura cuando el le sonríe coqueto y ella, aún en su ingenuidad parece no notarlo. Camino hacía ellos con paso firme, llego al lado de mi esposa y ella fija su vista en mí. Me es imposible no mostrar una expresión de triunfo al tener su atención inmediata. —Hola, mi vida. —murmuro cerca de su rostro.En estos momentos no sé lo que hago, lo único en lo que puedo pensar en es la poca distancia entre sus labios y los míos. La beso suavemente acariciando su cintura con mis manos. Sus labios tienen un delicioso sabor a frutos rojos, las ganas de hacer el beso más intenso se hacen presente en menos de unos segundos. Me separo al darme cuenta de que estamos en un lugar público y que mis pensamientos y emociones se están yendo a otros aspectos muy apart
Al despertar siento que alguien me está observando, y el respirar de esa persona en mi rostro, cerca de mis labios, coloco mis manos en su cintura y pego mi cuerpo al suyo, gruño suavemente al sentir algo en mi pijama. Ella se aleja muy rápido y yo lo agradezco internamente. —Perdón, estaba dormida. —noto su mentira rápidamente al ver que mueve su pulsera y su rostro esta sonrojado. —No importa. —respondo y camino al baño serio. Salgo minutos después relajado y con mi cuerpo siendo cubierto solo por una toalla blanca, veo de reojo cómo mi esposa entra sonrojada al baño y río internamente por su reacción. Termino de arreglarme, hoy no iremos a la empresa, antes de la cena, iremos de paseo y la llevaré a visitar a su madre. Se que la relación con su padre no es muy buena, pero ya hace rato no los ve, estoy seguro de los extraña. Ella sale del baño y yo bajo las escaleras para dejar que se arregle. Me siento en el comedor y puedo apreciar todo lo que mamá ha preparado. —Esperemos
...Min Jung-Li Suelto un suspiro al verme en el espejo, Alexander lleva más de 10 minutos esperando por mi en la sala de la mansión y yo no soy capaz de escoger que zapatos utilizar. En mi mente se repite sus palabras al decirme que saldríamos a cenar. Me es imposible no ilusionarme, nos hemos besado en dos ocasiones en este día y aunque no lo hemos hablado, esta bien así, no quiero arruinarlo al preguntar el porqué de su resiente cercania. Me decido por los tacones de punta con un hermoso color rojo, sonrío al verme en el espejo, no suelo utilizar este tipo de ropa, pero me siento bonita. Tomo mi bolsa y bajo las escaleras con un cuidado gigante, no quiero romperme el tobillo por no fijarme dónde pondré el pie. Al llegar abajo, veo que él está sentado en el sofá de espaldas a mi, pensé que estaría hablando con Edgar pero recordé que dijo que saldría de copas. Me acerco a mi esposo y toco su hombro con suavidad. —Estoy lista. —murmuro cuando voltea a verme. Me escanea con la m
Muevo mis manos buscando abrazar mas a Andrew, esta haciendo un poco de frío y creo que las ventanas están abiertas. —Ya despierta, es tarde y debemos ir a el trabajo—escucho que dice con voz tranquila. —No quiero... Solo un poco más, ¿Sí?—lo abrazo mas fuerte. —Está bien, bonita—responde acariciando mi cabello. Se escucho muy lindo lo que dijo, en mi mente solo se reproduce el "bonita". Abro los ojos aun con mi cabeza recostada en su pecho. Quiero levantar la vista para que note que estoy despierta ya, peor algo de mí que me dice que me quede así, sin moverme ni intentar algo mas. —Ya sé que estás despierta—el susurro en mi cabello me sorprende poco pero sonrío. Lo veo sin borrar mi sonrisa. Las caricias en mi cabello no cesan, la sonrisa un tanto peculiar que está en sus labios me perturba, pero lo ignoro. Una de mis manos sube a su pecho y acaricio suave, mis uñas dibujan círculos imaginarios, sin llegar a lastimar ya que no lo hago con fuerza. —¿No qué llegaremos tarde?—mu
..Min Jung-Li Termino de decorar las galletas con colores muy intensos y las dejo reposar en el refrigerador por unos minutos para que no se rompan ni se deshaga la decoración. —Han quedado preciosas—escucho a mis espaldas y sonrio. —Sí, son algunas de las favoritas de mis amigas—respondo volteando mi cuerpo hacia mi suegra. Me dispongo a limpiar lo que he ensuciado con tranquilidad. Ella está preparando un pastel de vainilla con maní y cacahuate. Tres de las cosas que no me gustan, pero ella no lo sabe, y no importa mucho ya que el pastel es para mis amigas, a ellas si les encanta la vainilla y el mani. —¿Vendrá Nicolle?—pregunta Edgar entrando a la cocina. —Uno: no entres a la cocina mientras estamos ocupadas, dos: sí, todas hace poco regresaron de un crucero por el caribe de Costa Rica—respondo lanzandole una mirada matadora—. Algo quieres con Nicolle, ¿qué es? —Nada, solo tengo curiosidad de saber si tú y tu mejor amiga se reunirán después de mes y ¿días...? De tu boda—res
—¡Bienvenidas!—sonrío abrazando a cada una de ellas, siendo correspondida al instante. —Hola, mi niña—escucho hablar a Azul y mis ojos se llenan de lágrimas. La abrazo mucho mas fuerte al verla después de tanto tiempo, ella no estuvo en mi boda ya que estaba trabajando en Australia, lleva mas de un año allá. —Te extrañe, Juli—escucho su susurro y sonrio. —Yo también, Zu—acaricio su mejilla. Terminamos de saludarnos y ellas entran mientras yo espero a que Nicolle termine de estacionar, ya lleva rato, esa niña es más lenta que el caracol que Edgar tiene en su cuarto. —¿Me extrañaste?—pego un pequeño salto, ella nunca se cansa de asustarme. La abrazo y dejo un beso en su mejilla. Ella acaricia mi cabello y bajo su mano a mi mejilla, deja otra caricia en ella y yo instantáneamente cierro los ojos disfrutandola. —Mucho para ser tan molesta y gruñona—tomo su mano y entramos a casa. Ella se junta con las chicas y yo voy por las galletas sin mirar la sala, al llegar veo que no están
...Muevo mi mano por toda la cama con los ojos cerrados, al no sentir su cuerpo y calor por ningún lado gruño, abro un para ver si tal vez solo estaba lejos, pero no, ella no está en la cama.Recuerdo que ayer dijo que vendría a dormir aquí después de dejar a sus amigas descansando. Seguramente ellas le insistieron.Me he dado cuenta de los sentimientos que Ji ha desarrollado por mí, aunque al principio quise negarme a tener algo más que lo estrictamente necesario me ha sido imposible no acostumbrarme a ella. A sus suaves y delicados labios, al calor de su cuerpo, a su presencia, su sonrisa, sus ojos, su extraña forma de comportarse cuando estoy cerca de ella. He visto el hermoso brillo en sus ojos cuando estoy cerca, aunque siempre hay algo que parece hacer que su rostro se vea triste.No mentiré al decir que me fue fácil dormirme anoche, me dormí hasta tarde dando vueltas en la cama, extrañe sus brazos alrededor de mi cuerpo. Pensé que tal vez llegaría cuando yo ya durmiera, pero