6(2)-En una montaña rusa

Llega el último día, en la tarde el Jet privado estará listo para regresar a Estados Unidos, lo que significa que estaremos llegando en la madrugada a el aeropuerto.

Ella se arregla y viste diferente a como lo ha estado haciendo aquí, vuelve a su ropa fina, cosa que también hago, no podemos estar con ropa casual en nuestro país, somos personas con influencias y muy conocidas, por cualquier cosa salimos en chismes inventados.

Fuí al centro a comprar un regalos para mi hermano y madre, al regresar entro a la habitación y las maletas ya estan listas, tanto las suyas como las mías. No pensé que se tomaría tan en serio su papel de esposa, pero lo ha hecho a la perfección.

Ella esta maquillándose en frente al espejo, su vestimenta es muy formal y a la vez sexy, no está mal, pero mi pantalón no dice lo mismo. Dejo de verla para no obtener los mismos resultados que los días anteriores, paso más en el baño qué con ella.

Bajo las maletas para no hacer subir a al chófer solo por ellas, las dejo frente a la cabaña y le doy la indicación al señor que las suba.

Vuelvo a subir y veo a Ji escondiendo un papel en su cartera. Me da mucha curiosidad pero decido ignorarlo.

—¿Nos vamos?— Pregunto regresando mi vista a ella.

—Si, vamos.— Responde esquivando mi mirada.

Sale antes de la habitación ya sigo, mis impulsos hacen que quiera ver su cuerpo, muerdo mi labio suavemente, parpadeo y me doy cuenta de mis pensamientos, niego enfadado conmigo mismo y aparto la mirada de su cuerpo.

Al llegar abajo abro la puerta, ella ve por última vez la cabaña y luego sale, sube al coche, hago lo mismo a su lado y veo que después de colocarse los audífonos, ignora mi presencia completamente.

Es un tanto incómodo porque se que lo hace por mi actitud, he actuado muy frío y serio con ella.

Llegamos al aeropuerto y después de subir al jet ella se encierra en la habitación por dos horas. Sale a la hora de la cena y come un poco de lo que le sirve la azafata. Vuelve a encerrarse pero esta vez yo estoy adentro, al igual que en el coche ignora mi presencia y se acuesta en la cama con el celular.

Me acuesto a su lado y tomo mi celular. Veo que no hay señal y frunzo el ceño, volteo a verla con la misma caratula de seriedad.

—¿Cómo utilizas el celular si aquí no hay señal?—Pregunto en murmuro.

—No estoy usando Internet, estoy viendo las fotos que tome.— Responde y asiento.

Apago el celular y cierro los ojos, intento dormir pero ella se queja y abro los ojos rápidamente.

—¿Que pasa?— La veo en el piso.

—Me lastime, de nuevo.— Susurra avergonzada.

Me levanto y la ayudo, la siento en la cama y muevo su tobillo con cuidado, ella no se queja lo que significa esta bien.

—Estás bien, tienes que tener más cuidado.—La veo y esta sonriendo.

—No fue la gran cosa, solo no me fije. –me pierdo en sus labios y cuando estoy por acercarme se siente un poco de turbulencia.

Después de eso solo nos dispusimos a dormir, al igual que antes, ella pasa sus brazos por mi cuerpo al estar dormida.

Veo su rostro y acaricio su mejilla con ternura, mis dedos pasan por sus labios conteniendome de probarlos.

Estoy pensando que se me hará difícil no tomarla antes de tiempo, y no es que haya una fecha estipulada, solo no quiero hacerlo sin siquiera conocernos, sería incomodo para ella. O es lo que pienso.

Bajo del avión, Jung-Li esta pegada a mi brazo con los ojos cerrados del cansancio, suspiro y la cargo. Subo al coche y después de acomodarla tomamos rumbo a casa, es de madrugada, son como la 2:00 de la mañana entonces todo esta apagado.

Entro sin hacer ruido y subo las escaleras con ella en brazos, ordeno que dejen las maletas en mi habitación y cuando el chofer se retira, acuesto a mi esposa en la que es nuestra cama.

Suspiro y cierro los ojos a su lado, no he podido dormir en todo el viaje, ¿La razón? La cercanía de Ji y mis preocupaciones por las empresas.

Decido no pensar mucho en eso y me quedo dormido deseando no despertar pronto.

                                      ***

Bajo a la cocina a desayunar, mi madre esta aquí y me abraza con amor.

—Te he extrañado.— Besa mi frente con amor y sonrío.

—Yo también, madre.— Sonrio.

Nos disponemos a desayunar mientras le platico de cómo me fue en la luna de miel y que tal es la relación con mi esposa.

—Ya sus cosas estan acomdodadas en su recamara¿Bajara a desayunar?— La veo y tomo un sorbo de mi café.

—Bien, esta cansada, hay que dejarla dormir.— Eespondo.

Es increíble que siga durmiendo a pesar de haberlo hecho en todo el camino. Escucho un bostezo y lo reconozco al instante.

—Buen día.—La veo, todavía lleva su pijama pero parece haber lavado su cara.

—Buen día, linda.—Mi madre la abraza de la misma forma en que lo hizo conmigo.

Las veo en silencio, cuando se separan Ji hace una reverencia a mi madre.

—Siéntense.—Murmuro volviendo a mi plato.

—¿Como dormiste? –miro a mamá que parece no querer dejar de charlar con Jung-Li.

Ellas se adentran en una conversación, parece que les pagan por hablar.

—Ire a la empresa, regresaré tarde.— Beso la mejilla de mi madre y veo de reojo a Ji.

Emprendo camino a la empresa, al llegar me pongo al tanto de todo, gracias a que el señor Min me ha dejado manejar las empresa desde antes de la boda, todo esta perfecto, no hay ningún problema y solo tengo que encargarme de reuniones y firmas.

La puerta se abre y levanto la vista, Edgar entra sonriendo.

—¡Hermanito!— Sonrie y se sienta en el sofa frente a mí.

—Hola, Ed. —estrecho su mano.

—¿Cómo estuvo la luna de miel?, ¿Ya viene mi sobrino o sobrina en camino?— Pregunta con una sonrisa pervertida.

—No hicimos nada, ya te lo habia dicho. —Vuelvo mi atención a la computadora.

—A este paso morirás y no heredaras la empresa.— Murmura con parsinomia.

Me enfada lo que ha dicho pero decido ignorarlo, nunca quise casarme y menos para heredar esta empresa.

—¡Vi a tu esposa! –Lo veo. –Estaba ayudando a mamá a preparar tu postre favorito.

Escondo una sonrisa y veo la computadora fingiendo que no me importa.

—¿Tendrá una hermana?— Lo veo rápidamente.

—¿De que hablas? –Expreso serio.

—Es muy atractiva, solo eso. –niego fastidiado y mi atención recae en él.

—Si, lo es.— Murmuro.

—¿No te parece que estás muy serio? ¡Acabas de regresar de tu luna de miel! –río leve y él hace lo mismo.

—Me encontré a Daniela.— Su rostro cambió por completo.

—Te lo dije. Era obvio que se encontrarían. — Parece enojado, cosa muy extraña en él.

—Ella quería ir ahí, no cambiaría el lugar, y solo fue en una ocasión.— Suspiro cansado.

—Eso no importa, aquí lo importante es..¿Sentiste algo?— Levanta una ceja con seriedad.

Mis pensamientos regresan a cuando la vi, se miraba tan linda, recordar todo lo que vivimos era un poco doloroso. Pero ahora que la he visto, no se siente igual, no la he superado del todo, pero ya no quiero volver a tener nada con ella.

—Cariño y nostalgia.— Susurro.

—¿Amor?— Niego un poco.

—Solo... Entendí que ya no es ahí, tengo que superar el pasado y pensar en mi presente, no puedo aferrarme a alguien que no sabe lo que quiere.— respondo bajo.

—O tal vez si lo sabe, pero lo que quiere no es a ti.— escucho lo que dice y no duele tanto como antes.

—Tienes razón.— susurro.

—Siempre la tengo, apuesto a que terminas amando a tu esposa. —rie y se levanta.

—Es un matrimonio por contrato, nos divorciaremos dentro de uno o dos años. –me acomodo en el respaldar del asiento.

—Si, claro, y yo soy virgen.— reímos juntos por su sarcasmo.

—Ya vete.— sonrio.

—Te espero en casa, y tu esposa también. —dice desde la puerta.

Niego sonriendo y sigo en mi trabajo. A eso de las 7 de la noche regreso a casa, al entrar el olor de comida de mi madre llena mis fosas nasales y una sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Hola, hijo.— sonrio y la abrazo.

No se si sea mi imaginación o en verdad parece mas feliz que cuando papá vivía. Dejo de lado mis pensamientos y veo a Jung-Li en la esquina de la puerta que da a la cocina.

—Hay que comer, solo esperábamos por ti. — nos guiamos a el comedor y veo todos lo que han cocina.

Nos disponemos a comer, mi esposa está al lado mío, y mi madre esta frente a ella, mi hermano esta al lado de mamá.

—Si siguen cocinando tanto y tan rico me dejarán pobre.— murmuro terminando de limpiar mis labios.

—¿Si te ha gustado?— Es la primera vez en toda la cena que Ji me dirije la palabra.

—Esta exquisito.— respondo, sus mejillas se tornan un tanto rojizas y me dan la sensación de querer acariciarlas.

Volteo al escuchar a mi madre hablar.

—Ella ha preparado la mayoría, también cocinamos tu postre favorito.— sonríe y va a la cocina.

Regresa con un pastel de vainilla con fresas y jalea.

—Se ve delicioso.— murmuro.

—Espero que te guste.— Jung-Li sirve a todos y luego se sirve ella.

Pruebo el mío y sonrío, sabe muy bien, casi igual al de mamá. Definitivamente es una muy buena esposa.

—Gracias, te ha quedado genial.— murmuro terminando.

Terminamos y subo a mi habitación, después de ducharme y acostarme reviso algunas cosas de la empresa en la laptop.

—... Si, pero mejor mañana.— Ji entra a la habitación hablando por su celular. –Yo también te extraño... Sí, es muy bonito, te encantará.

Veo la sonrisa en su rostro al hablar con la persona al otro lado de la llamada y apago la laptop.

—Adiós, hasta mañana... Yo también te quiero.— cuelga y entra al baño, creo que no noto mi presencia.

—¿Con quién hablabas?— pregunto al estar los dos en la cama.

—No importa.— muerdo mi lengua para no protestar.

—Bien.— me doy media vuelta quedado de espaldas a ella.

Me cuesta un poco conciliar el sueño, cuando estoy por hacerlo siento su cuerpo pegado al mío. Sonrío y acaricio su brazo con lentitud, creo que ya está dormida.

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