Llega el último día, en la tarde el Jet privado estará listo para regresar a Estados Unidos, lo que significa que estaremos llegando en la madrugada a el aeropuerto.
Ella se arregla y viste diferente a como lo ha estado haciendo aquí, vuelve a su ropa fina, cosa que también hago, no podemos estar con ropa casual en nuestro país, somos personas con influencias y muy conocidas, por cualquier cosa salimos en chismes inventados. Fuí al centro a comprar un regalos para mi hermano y madre, al regresar entro a la habitación y las maletas ya estan listas, tanto las suyas como las mías. No pensé que se tomaría tan en serio su papel de esposa, pero lo ha hecho a la perfección. Ella esta maquillándose en frente al espejo, su vestimenta es muy formal y a la vez sexy, no está mal, pero mi pantalón no dice lo mismo. Dejo de verla para no obtener los mismos resultados que los días anteriores, paso más en el baño qué con ella. Bajo las maletas para no hacer subir a al chófer solo por ellas, las dejo frente a la cabaña y le doy la indicación al señor que las suba. Vuelvo a subir y veo a Ji escondiendo un papel en su cartera. Me da mucha curiosidad pero decido ignorarlo. —¿Nos vamos?— Pregunto regresando mi vista a ella. —Si, vamos.— Responde esquivando mi mirada. Sale antes de la habitación ya sigo, mis impulsos hacen que quiera ver su cuerpo, muerdo mi labio suavemente, parpadeo y me doy cuenta de mis pensamientos, niego enfadado conmigo mismo y aparto la mirada de su cuerpo. Al llegar abajo abro la puerta, ella ve por última vez la cabaña y luego sale, sube al coche, hago lo mismo a su lado y veo que después de colocarse los audífonos, ignora mi presencia completamente. Es un tanto incómodo porque se que lo hace por mi actitud, he actuado muy frío y serio con ella. Llegamos al aeropuerto y después de subir al jet ella se encierra en la habitación por dos horas. Sale a la hora de la cena y come un poco de lo que le sirve la azafata. Vuelve a encerrarse pero esta vez yo estoy adentro, al igual que en el coche ignora mi presencia y se acuesta en la cama con el celular. Me acuesto a su lado y tomo mi celular. Veo que no hay señal y frunzo el ceño, volteo a verla con la misma caratula de seriedad. —¿Cómo utilizas el celular si aquí no hay señal?—Pregunto en murmuro. —No estoy usando Internet, estoy viendo las fotos que tome.— Responde y asiento. Apago el celular y cierro los ojos, intento dormir pero ella se queja y abro los ojos rápidamente. —¿Que pasa?— La veo en el piso. —Me lastime, de nuevo.— Susurra avergonzada. Me levanto y la ayudo, la siento en la cama y muevo su tobillo con cuidado, ella no se queja lo que significa esta bien. —Estás bien, tienes que tener más cuidado.—La veo y esta sonriendo. —No fue la gran cosa, solo no me fije. –me pierdo en sus labios y cuando estoy por acercarme se siente un poco de turbulencia. Después de eso solo nos dispusimos a dormir, al igual que antes, ella pasa sus brazos por mi cuerpo al estar dormida. Veo su rostro y acaricio su mejilla con ternura, mis dedos pasan por sus labios conteniendome de probarlos. Estoy pensando que se me hará difícil no tomarla antes de tiempo, y no es que haya una fecha estipulada, solo no quiero hacerlo sin siquiera conocernos, sería incomodo para ella. O es lo que pienso. Bajo del avión, Jung-Li esta pegada a mi brazo con los ojos cerrados del cansancio, suspiro y la cargo. Subo al coche y después de acomodarla tomamos rumbo a casa, es de madrugada, son como la 2:00 de la mañana entonces todo esta apagado. Entro sin hacer ruido y subo las escaleras con ella en brazos, ordeno que dejen las maletas en mi habitación y cuando el chofer se retira, acuesto a mi esposa en la que es nuestra cama. Suspiro y cierro los ojos a su lado, no he podido dormir en todo el viaje, ¿La razón? La cercanía de Ji y mis preocupaciones por las empresas. Decido no pensar mucho en eso y me quedo dormido deseando no despertar pronto. *** Bajo a la cocina a desayunar, mi madre esta aquí y me abraza con amor. —Te he extrañado.— Besa mi frente con amor y sonrío. —Yo también, madre.— Sonrio. Nos disponemos a desayunar mientras le platico de cómo me fue en la luna de miel y que tal es la relación con mi esposa. —Ya sus cosas estan acomdodadas en su recamara¿Bajara a desayunar?— La veo y tomo un sorbo de mi café. —Bien, esta cansada, hay que dejarla dormir.— Eespondo. Es increíble que siga durmiendo a pesar de haberlo hecho en todo el camino. Escucho un bostezo y lo reconozco al instante. —Buen día.—La veo, todavía lleva su pijama pero parece haber lavado su cara. —Buen día, linda.—Mi madre la abraza de la misma forma en que lo hizo conmigo. Las veo en silencio, cuando se separan Ji hace una reverencia a mi madre. —Siéntense.—Murmuro volviendo a mi plato. —¿Como dormiste? –miro a mamá que parece no querer dejar de charlar con Jung-Li. Ellas se adentran en una conversación, parece que les pagan por hablar. —Ire a la empresa, regresaré tarde.— Beso la mejilla de mi madre y veo de reojo a Ji. Emprendo camino a la empresa, al llegar me pongo al tanto de todo, gracias a que el señor Min me ha dejado manejar las empresa desde antes de la boda, todo esta perfecto, no hay ningún problema y solo tengo que encargarme de reuniones y firmas. La puerta se abre y levanto la vista, Edgar entra sonriendo. —¡Hermanito!— Sonrie y se sienta en el sofa frente a mí. —Hola, Ed. —estrecho su mano. —¿Cómo estuvo la luna de miel?, ¿Ya viene mi sobrino o sobrina en camino?— Pregunta con una sonrisa pervertida. —No hicimos nada, ya te lo habia dicho. —Vuelvo mi atención a la computadora. —A este paso morirás y no heredaras la empresa.— Murmura con parsinomia. Me enfada lo que ha dicho pero decido ignorarlo, nunca quise casarme y menos para heredar esta empresa. —¡Vi a tu esposa! –Lo veo. –Estaba ayudando a mamá a preparar tu postre favorito. Escondo una sonrisa y veo la computadora fingiendo que no me importa. —¿Tendrá una hermana?— Lo veo rápidamente. —¿De que hablas? –Expreso serio. —Es muy atractiva, solo eso. –niego fastidiado y mi atención recae en él. —Si, lo es.— Murmuro. —¿No te parece que estás muy serio? ¡Acabas de regresar de tu luna de miel! –río leve y él hace lo mismo. —Me encontré a Daniela.— Su rostro cambió por completo. —Te lo dije. Era obvio que se encontrarían. — Parece enojado, cosa muy extraña en él. —Ella quería ir ahí, no cambiaría el lugar, y solo fue en una ocasión.— Suspiro cansado. —Eso no importa, aquí lo importante es..¿Sentiste algo?— Levanta una ceja con seriedad. Mis pensamientos regresan a cuando la vi, se miraba tan linda, recordar todo lo que vivimos era un poco doloroso. Pero ahora que la he visto, no se siente igual, no la he superado del todo, pero ya no quiero volver a tener nada con ella. —Cariño y nostalgia.— Susurro. —¿Amor?— Niego un poco. —Solo... Entendí que ya no es ahí, tengo que superar el pasado y pensar en mi presente, no puedo aferrarme a alguien que no sabe lo que quiere.— respondo bajo. —O tal vez si lo sabe, pero lo que quiere no es a ti.— escucho lo que dice y no duele tanto como antes. —Tienes razón.— susurro. —Siempre la tengo, apuesto a que terminas amando a tu esposa. —rie y se levanta. —Es un matrimonio por contrato, nos divorciaremos dentro de uno o dos años. –me acomodo en el respaldar del asiento. —Si, claro, y yo soy virgen.— reímos juntos por su sarcasmo. —Ya vete.— sonrio. —Te espero en casa, y tu esposa también. —dice desde la puerta. Niego sonriendo y sigo en mi trabajo. A eso de las 7 de la noche regreso a casa, al entrar el olor de comida de mi madre llena mis fosas nasales y una sonrisa se dibuja en mi rostro. —Hola, hijo.— sonrio y la abrazo. No se si sea mi imaginación o en verdad parece mas feliz que cuando papá vivía. Dejo de lado mis pensamientos y veo a Jung-Li en la esquina de la puerta que da a la cocina. —Hay que comer, solo esperábamos por ti. — nos guiamos a el comedor y veo todos lo que han cocina. Nos disponemos a comer, mi esposa está al lado mío, y mi madre esta frente a ella, mi hermano esta al lado de mamá. —Si siguen cocinando tanto y tan rico me dejarán pobre.— murmuro terminando de limpiar mis labios. —¿Si te ha gustado?— Es la primera vez en toda la cena que Ji me dirije la palabra. —Esta exquisito.— respondo, sus mejillas se tornan un tanto rojizas y me dan la sensación de querer acariciarlas. Volteo al escuchar a mi madre hablar. —Ella ha preparado la mayoría, también cocinamos tu postre favorito.— sonríe y va a la cocina. Regresa con un pastel de vainilla con fresas y jalea. —Se ve delicioso.— murmuro. —Espero que te guste.— Jung-Li sirve a todos y luego se sirve ella. Pruebo el mío y sonrío, sabe muy bien, casi igual al de mamá. Definitivamente es una muy buena esposa. —Gracias, te ha quedado genial.— murmuro terminando. Terminamos y subo a mi habitación, después de ducharme y acostarme reviso algunas cosas de la empresa en la laptop. —... Si, pero mejor mañana.— Ji entra a la habitación hablando por su celular. –Yo también te extraño... Sí, es muy bonito, te encantará. Veo la sonrisa en su rostro al hablar con la persona al otro lado de la llamada y apago la laptop. —Adiós, hasta mañana... Yo también te quiero.— cuelga y entra al baño, creo que no noto mi presencia. —¿Con quién hablabas?— pregunto al estar los dos en la cama. —No importa.— muerdo mi lengua para no protestar. —Bien.— me doy media vuelta quedado de espaldas a ella. Me cuesta un poco conciliar el sueño, cuando estoy por hacerlo siento su cuerpo pegado al mío. Sonrío y acaricio su brazo con lentitud, creo que ya está dormida.Min Jung-LiDespierto sola en la cama, me estiro con un poco de pereza, cuando el sueño desaparece voy al baño a lavar mi cara y mi boca.Termino y bajo a la cocina, cómo las mañanas anteriores, la señora Olivia me abraza con cariño, mientras Andrew solo ignora mi presencia.No sé en que se esta basando este matrimonio, pero ya llevo 5 día aquí y apenas y me da las buenas noches, me esfuerzo en hacer cosas que le gustan, sus platillos favoritos, postres, galletas, me encargo de sus cosas, paso pendiente de sus necesidades, de todo, pero nada logra llamar su atención, aveces creo que es porque estoy actuando mas cómo una madre que cómo una esposa. Pero en realidad no se que hacer para que me de aunque sea un poco de su tiempo. —Buenos días, Jung-Li. —responde a mi saludo.—¿Como dormiste, cuñadita? –pregunta Edgar sonriendo.—Bien, gracias. —sonrio leve.—¿Y tu Ed?–lo veo tomando manzana picada para desayunar.—Que bueno. Yo dormí bien, sabes te quería pedir un pequeño favor. –veo su r
Subimos al coche después de decirle a la señorita Brown el lugar y que hablara con la empresa que lo renta. —¿Tienes hambre? —pregunta conduciendo a no se donde. —Mucha, podría comerme a Mani. —respondo y me avergüenzo al darme cuenta de lo que dije. —Eso es mucho, perdón por tenerte de un lugar a otro todo el día. —murmuro deteniendose en el semáforo. —No importa, yo quise venir. —respondo con una sonrisa. —Tu sonrisa es bonita. —me sonrojo al escucharlo pero él solo vuelve a tomar el volante cuando el semáforo cambia. —Gracias. —murmuro al no saber que responder. Si le digo "la tuya igual" sonará a que estoy enamorada, ya que mis ojos me delatan, pero aun así no puedo disimular la sonrisa que me genero su comentario. —Vamos, baja. —abre la puerta dándome paso a salir del auto. Bajo y entramos al restaurante tomados de la mano, él no sabe que cada que tiene un mínimo contacto con mi cuerpo, mi corazón sufre de una desesperación increíble, o que mi vientre pa
...Vea a Jung-Li sonriéndole a el modelo, que para colmo de males, es Francesco Lombardi. El mismo que buscaba coquetearle en nuestra boda. Mis puños se cierran con fuerza, mis dientes rechinan al estar tan apretados. Intento mantener la cordura cuando el le sonríe coqueto y ella, aún en su ingenuidad parece no notarlo. Camino hacía ellos con paso firme, llego al lado de mi esposa y ella fija su vista en mí. Me es imposible no mostrar una expresión de triunfo al tener su atención inmediata. —Hola, mi vida. —murmuro cerca de su rostro.En estos momentos no sé lo que hago, lo único en lo que puedo pensar en es la poca distancia entre sus labios y los míos. La beso suavemente acariciando su cintura con mis manos. Sus labios tienen un delicioso sabor a frutos rojos, las ganas de hacer el beso más intenso se hacen presente en menos de unos segundos. Me separo al darme cuenta de que estamos en un lugar público y que mis pensamientos y emociones se están yendo a otros aspectos muy apart
Al despertar siento que alguien me está observando, y el respirar de esa persona en mi rostro, cerca de mis labios, coloco mis manos en su cintura y pego mi cuerpo al suyo, gruño suavemente al sentir algo en mi pijama. Ella se aleja muy rápido y yo lo agradezco internamente. —Perdón, estaba dormida. —noto su mentira rápidamente al ver que mueve su pulsera y su rostro esta sonrojado. —No importa. —respondo y camino al baño serio. Salgo minutos después relajado y con mi cuerpo siendo cubierto solo por una toalla blanca, veo de reojo cómo mi esposa entra sonrojada al baño y río internamente por su reacción. Termino de arreglarme, hoy no iremos a la empresa, antes de la cena, iremos de paseo y la llevaré a visitar a su madre. Se que la relación con su padre no es muy buena, pero ya hace rato no los ve, estoy seguro de los extraña. Ella sale del baño y yo bajo las escaleras para dejar que se arregle. Me siento en el comedor y puedo apreciar todo lo que mamá ha preparado. —Esperemos
...Min Jung-Li Suelto un suspiro al verme en el espejo, Alexander lleva más de 10 minutos esperando por mi en la sala de la mansión y yo no soy capaz de escoger que zapatos utilizar. En mi mente se repite sus palabras al decirme que saldríamos a cenar. Me es imposible no ilusionarme, nos hemos besado en dos ocasiones en este día y aunque no lo hemos hablado, esta bien así, no quiero arruinarlo al preguntar el porqué de su resiente cercania. Me decido por los tacones de punta con un hermoso color rojo, sonrío al verme en el espejo, no suelo utilizar este tipo de ropa, pero me siento bonita. Tomo mi bolsa y bajo las escaleras con un cuidado gigante, no quiero romperme el tobillo por no fijarme dónde pondré el pie. Al llegar abajo, veo que él está sentado en el sofá de espaldas a mi, pensé que estaría hablando con Edgar pero recordé que dijo que saldría de copas. Me acerco a mi esposo y toco su hombro con suavidad. —Estoy lista. —murmuro cuando voltea a verme. Me escanea con la m
Muevo mis manos buscando abrazar mas a Andrew, esta haciendo un poco de frío y creo que las ventanas están abiertas. —Ya despierta, es tarde y debemos ir a el trabajo—escucho que dice con voz tranquila. —No quiero... Solo un poco más, ¿Sí?—lo abrazo mas fuerte. —Está bien, bonita—responde acariciando mi cabello. Se escucho muy lindo lo que dijo, en mi mente solo se reproduce el "bonita". Abro los ojos aun con mi cabeza recostada en su pecho. Quiero levantar la vista para que note que estoy despierta ya, peor algo de mí que me dice que me quede así, sin moverme ni intentar algo mas. —Ya sé que estás despierta—el susurro en mi cabello me sorprende poco pero sonrío. Lo veo sin borrar mi sonrisa. Las caricias en mi cabello no cesan, la sonrisa un tanto peculiar que está en sus labios me perturba, pero lo ignoro. Una de mis manos sube a su pecho y acaricio suave, mis uñas dibujan círculos imaginarios, sin llegar a lastimar ya que no lo hago con fuerza. —¿No qué llegaremos tarde?—mu
..Min Jung-Li Termino de decorar las galletas con colores muy intensos y las dejo reposar en el refrigerador por unos minutos para que no se rompan ni se deshaga la decoración. —Han quedado preciosas—escucho a mis espaldas y sonrio. —Sí, son algunas de las favoritas de mis amigas—respondo volteando mi cuerpo hacia mi suegra. Me dispongo a limpiar lo que he ensuciado con tranquilidad. Ella está preparando un pastel de vainilla con maní y cacahuate. Tres de las cosas que no me gustan, pero ella no lo sabe, y no importa mucho ya que el pastel es para mis amigas, a ellas si les encanta la vainilla y el mani. —¿Vendrá Nicolle?—pregunta Edgar entrando a la cocina. —Uno: no entres a la cocina mientras estamos ocupadas, dos: sí, todas hace poco regresaron de un crucero por el caribe de Costa Rica—respondo lanzandole una mirada matadora—. Algo quieres con Nicolle, ¿qué es? —Nada, solo tengo curiosidad de saber si tú y tu mejor amiga se reunirán después de mes y ¿días...? De tu boda—res
—¡Bienvenidas!—sonrío abrazando a cada una de ellas, siendo correspondida al instante. —Hola, mi niña—escucho hablar a Azul y mis ojos se llenan de lágrimas. La abrazo mucho mas fuerte al verla después de tanto tiempo, ella no estuvo en mi boda ya que estaba trabajando en Australia, lleva mas de un año allá. —Te extrañe, Juli—escucho su susurro y sonrio. —Yo también, Zu—acaricio su mejilla. Terminamos de saludarnos y ellas entran mientras yo espero a que Nicolle termine de estacionar, ya lleva rato, esa niña es más lenta que el caracol que Edgar tiene en su cuarto. —¿Me extrañaste?—pego un pequeño salto, ella nunca se cansa de asustarme. La abrazo y dejo un beso en su mejilla. Ella acaricia mi cabello y bajo su mano a mi mejilla, deja otra caricia en ella y yo instantáneamente cierro los ojos disfrutandola. —Mucho para ser tan molesta y gruñona—tomo su mano y entramos a casa. Ella se junta con las chicas y yo voy por las galletas sin mirar la sala, al llegar veo que no están