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5-Una luna de miel un tanto amarga

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Min Jung-Li

Siento la opresión en mi pecho por su reciente cercanía y el repentino alejamiento.

Lavo lo que utilize y subo tras él, entro a la habitación y veo que esta acostado boca abajo en la enorme cama, suspiro y me acerco a él.

Me acuesto a su lado sin estar tan cerca, tapo mi cuerpo con la sabana y después intento dormir pero al no poder cojo mi celular de la mesita de noche y veo las redes, encontrandome con muchas notificaciones en las que fuy etiquetada, decido ignorarlas como siempre y voy al chat con Nicoll.

Mensajeamos un rato y al recibir su llamada la contesto sin esperar mucho.

—¡Hola!— sonrio por su euforia y ella ríe leve.— ¿Como va la luna de miel? ¿Ya procrearon al primogénito Black Min?— mi cara se ruboriza y recuerdo que And esta a mi lado, le hago una seña para que guarde silencio.

—Hola.— murmuro bajo para no despertar a Andrew. –Vamos llegando, no hay mucho que contarte.

Responde deseando que no haga más comentarios inapropiados. La conversación fluye de buena manera y después de uno hora y minutos me despido de ella y volteo a ver a mi esposo encontrandolo despierto viendo al techo.

—¿Te desperté?— Pregunto en susurro.

—No, intente dormir pero no pude.—Responde y asiento.

Veo por la ventana que ya es de noche y las estrellas se reflejadas en la playa frente a nuestra cabaña.

—¿Quieres ir a la playa?— Pregunto sonriendo.

—Estaría bien, pero no.— responde serio y se da la vuelta quedando de espaldas a mí.

Suspiro y me levanto de la cama, camino descalza fuera de la habitación, salgo de la cabaña y siento el frío congelar mis huesos, me alejo de ahi estando cada vez más cerca de la orrilla de la playa.

Al llegar y sentir el agua helada en mis pies sonrió triste, siempre me ha gustado mucho la naturaleza, es una de mis cosas favoritas, pero nunca pensé disfrutarla tan poco por la situación en la que estoy.

Me adentro un poco mas, hasta que el agua me llega hasta los muslos, escucho un llamado con mi nombre a mis espaldas y volteo a ver.

—¿Que haces? Regresa.— frunzo los labios y suspiro, sonrío de lado y entro todo mi cuerpo al agua, cierro los ojos para que no me lastime la sal del mar.

Me quedo adentro del agua por unos pocos segundos hasta que siento que me toman con fuerza del brazo.

—Aush.— me quejo de dolor.— Me duele, Andrew...

Susurro y él me jala a la orilla de la playa, me deja sentada en la arena y se sienta mi lado suspirando cansado.

—¿No escuchaste cuando te llame? ¿Quieres que me quede viudo el día después de la boda?—pregunta con enojo.

—Sé nadar, y el mar esta calmado.—Murmuro acariciando el lugar donde me tomo.

Se levanta soltando enojo hasta por los ojos, camina a la cabaña y yo paso la vista por sus músculos, muerdo mi labio pero al darme cuenta me sonrojo y tapo mi cara.

Me quedo por unos pocos minutos viendo el mar, después de suspirar me levanto con cuidado y siento la ropa pegarse a mi cuerpo. Camino con incomodidad y entro a la cabaña, subo a la recamara ingresando al baño de inmediato, me despojo de la ropa y me doy una larga y caliente ducha. Salgo y después de secar mi cuerpo me pongo una pijama pequeña, me tiro en la cama y tapo mi cuerpo con las sábanas.

Escucho la puerta chillar y veo a Andrew ingresar a la recamara y abro los ojos para verlo, ya no parece enojado y va vestido diferente.

—Mañana saldremos asi que duermete.—murmura acostandose a mi lado.

—Buenas noches, And.— susurro quedándome dormida.

—Buenas noches, Ji.— responde en susurro casi inaudible.

Al día siguiente despierto con el desayuno en la cama, pero no por parte de And, veo a la mucama salir de la habitación y él aparece acomodándose la camisa, se ve realmente sexy. Aparto la mirada sonrojada y me levanto, voy al baño y después de bañarme y arreglarme salgo.

—Come.— ordena en un tono bastante cortante.

Me siento a su lado y pruebo un poco de fruta, cierro los ojos disfrutando del sabor. Después de comer, levanto le vista y él ya está viéndome.

—¿Pasa algo?— pregunto limpiando mis labios.

—Tenias jalea en los labios.— responde y asiento.

Nos levantamos y salimos de la cabaña, caminamos hasta un muelle donde se puede apreciar mejor la vista de este hermoso lugar, hay muchos turistas que vienen a Perú por la reserva nacional de Paracas, es un lugar muy lindo y pintoresco.

Siento la mano de Andrew tomar la mía y veo su rostro pero parece haberlo hecho sin notarlo porque esta distraído. Sonrío leve por el contacto de nuestras manos, me lleva hasta un puesto de bazar artesanal, empiezo a ver todo con admiración sin tomarle tanta importancia a que me estoy alejando de Andrew, al darme cuanta intento encontrarlo con la mirada pero no lo encuentro, empiezo a desesperarme pero luego siento que alguien me toma de la cintura y al voltear veo el rostro de mi esposo.

—Eres demasiado curiosa, Ji.— murmura sin expresión en su rostro.

Sonrío al darme cuenta de el diminutivo que ha utilizado para mi nombre, me guía sin retirar la mano de mi cintura y veo los distintos diseños de collares y accesorios.

—Wow... Que lindo, mira.— Le muestro un colgante atrapasueños.

—¿Lo quieres?— pregunta y asiento con una sonrisa.— deme ese, por favor.

Le pide a la señora con apariencia indu que esta atendiendo el puesto, sonrío cuando me lo entrega y veo que Andrew a pedido también un collar con una piedra natural de color rosado con pequeños tonos rojizos.

Seguimos caminando por las calles de la bella Paracas, casi siempre me quedo atrás de Andrew por ir admirando cada pequeña cosa, me estoy empezando a enojar con él por no haberme dicho que veníamos, tan siquiera hubiera traído mi camara, pero ahora no puedo apreciar la vista para tomar mis fotos.

Volteo a verlo y él esta viéndome, sonrío leve y él aparta la mirada, suspiro y sigo observando todo.

Después de maravillarme por hasta lo más mínimo, Andrew toma mi mano con suavidad y caminamos hasta un puesto de comida. Escoge una mesa y después ayuda con el asiento, llama al mesero al mismo tiempo en que se sienta al frente mío.

El mesero llega, se presenta con mucha cordialidad y luego nos da el menú.

—Para mi quiero ceviche y un pisco sour, por favor.— le pide al mesero.— ¿Ya sabes que pedirás?— pregunta observandome y recuerdo que no puedo estar viéndolo siempre.

Aparto la vista sonrojada y disimulo poniendo mi atención en el menú.

—Un arroz con mariscos y un refresco, por favor.— murmuro dejando la carta menú en la mesa.

—En un momento se los traeré, con su permiso.— lo veo retirarse con las órdenes después de escribirlas en una libreta pequeña.

—¿Te gusta el lugar?— vuelvo la vista a Andrew al escuchar su pregunta.

–Sí, siempre me ha gustado la naturaleza, te lo dije la última vez ,¿No?—miro sus ojos intentando no apartar la mirada.

Él asiente y vuelve a ver el paisaje, estamos cerca de la playa en un pequeño restaurante al aire libre.

–Sí, por eso decidí pasar nuestra luna de miel aquí.— responde sin dejar de ver el paisaje.— solo estaremos una semana, tengo cosas importantes que resolver en la empresa.

Sonrío leve y estoy por responderle cuando regresa el mesero con las bebidas y el platillo típico que pidió Andrew, nos dice que para mi platillo todavía falta y le doy las gracias.

Al poco rato vuelve con mi orden y me dispongo a comer con tranquilidad, no habló en toda la comida pero no es un silencio incómodo, solo es él comiendo y yo fingiendo hacerlo para que no se de cuenta de mi mirada en su persona.

Terminamos y él paga la cuenta, salimos del restauran y caminamos un rato por la playa. Regresamos a la cabaña cuando el atardecer ya se está poniendo, entro y me tiro el sofa cansada.

—Ah, que rico.— Sonrío con los ojos cerrados.

—Estaré en la oficina, no salgas sin un guardia y no molestes.— murmuro serio y desaparece en el pasillo asia las escaleras.

Me quedo ahí hasta que me da por levantarme y subir a darme una ducha, al salir seco mi cabello y después me acuesto a dormir un poco.

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