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Min Jung-Li Siento la opresión en mi pecho por su reciente cercanía y el repentino alejamiento. Lavo lo que utilize y subo tras él, entro a la habitación y veo que esta acostado boca abajo en la enorme cama, suspiro y me acerco a él. Me acuesto a su lado sin estar tan cerca, tapo mi cuerpo con la sabana y después intento dormir pero al no poder cojo mi celular de la mesita de noche y veo las redes, encontrandome con muchas notificaciones en las que fuy etiquetada, decido ignorarlas como siempre y voy al chat con Nicoll. Mensajeamos un rato y al recibir su llamada la contesto sin esperar mucho. —¡Hola!— sonrio por su euforia y ella ríe leve.— ¿Como va la luna de miel? ¿Ya procrearon al primogénito Black Min?— mi cara se ruboriza y recuerdo que And esta a mi lado, le hago una seña para que guarde silencio. —Hola.— murmuro bajo para no despertar a Andrew. –Vamos llegando, no hay mucho que contarte. Responde deseando que no haga más comentarios inapropiados. La conversación fluye de buena manera y después de uno hora y minutos me despido de ella y volteo a ver a mi esposo encontrandolo despierto viendo al techo. —¿Te desperté?— Pregunto en susurro. —No, intente dormir pero no pude.—Responde y asiento. Veo por la ventana que ya es de noche y las estrellas se reflejadas en la playa frente a nuestra cabaña. —¿Quieres ir a la playa?— Pregunto sonriendo. —Estaría bien, pero no.— responde serio y se da la vuelta quedando de espaldas a mí. Suspiro y me levanto de la cama, camino descalza fuera de la habitación, salgo de la cabaña y siento el frío congelar mis huesos, me alejo de ahi estando cada vez más cerca de la orrilla de la playa. Al llegar y sentir el agua helada en mis pies sonrió triste, siempre me ha gustado mucho la naturaleza, es una de mis cosas favoritas, pero nunca pensé disfrutarla tan poco por la situación en la que estoy. Me adentro un poco mas, hasta que el agua me llega hasta los muslos, escucho un llamado con mi nombre a mis espaldas y volteo a ver. —¿Que haces? Regresa.— frunzo los labios y suspiro, sonrío de lado y entro todo mi cuerpo al agua, cierro los ojos para que no me lastime la sal del mar. Me quedo adentro del agua por unos pocos segundos hasta que siento que me toman con fuerza del brazo. —Aush.— me quejo de dolor.— Me duele, Andrew... Susurro y él me jala a la orilla de la playa, me deja sentada en la arena y se sienta mi lado suspirando cansado. —¿No escuchaste cuando te llame? ¿Quieres que me quede viudo el día después de la boda?—pregunta con enojo. —Sé nadar, y el mar esta calmado.—Murmuro acariciando el lugar donde me tomo. Se levanta soltando enojo hasta por los ojos, camina a la cabaña y yo paso la vista por sus músculos, muerdo mi labio pero al darme cuenta me sonrojo y tapo mi cara. Me quedo por unos pocos minutos viendo el mar, después de suspirar me levanto con cuidado y siento la ropa pegarse a mi cuerpo. Camino con incomodidad y entro a la cabaña, subo a la recamara ingresando al baño de inmediato, me despojo de la ropa y me doy una larga y caliente ducha. Salgo y después de secar mi cuerpo me pongo una pijama pequeña, me tiro en la cama y tapo mi cuerpo con las sábanas. Escucho la puerta chillar y veo a Andrew ingresar a la recamara y abro los ojos para verlo, ya no parece enojado y va vestido diferente. —Mañana saldremos asi que duermete.—murmura acostandose a mi lado. —Buenas noches, And.— susurro quedándome dormida. —Buenas noches, Ji.— responde en susurro casi inaudible. Al día siguiente despierto con el desayuno en la cama, pero no por parte de And, veo a la mucama salir de la habitación y él aparece acomodándose la camisa, se ve realmente sexy. Aparto la mirada sonrojada y me levanto, voy al baño y después de bañarme y arreglarme salgo. —Come.— ordena en un tono bastante cortante. Me siento a su lado y pruebo un poco de fruta, cierro los ojos disfrutando del sabor. Después de comer, levanto le vista y él ya está viéndome. —¿Pasa algo?— pregunto limpiando mis labios. —Tenias jalea en los labios.— responde y asiento. Nos levantamos y salimos de la cabaña, caminamos hasta un muelle donde se puede apreciar mejor la vista de este hermoso lugar, hay muchos turistas que vienen a Perú por la reserva nacional de Paracas, es un lugar muy lindo y pintoresco. Siento la mano de Andrew tomar la mía y veo su rostro pero parece haberlo hecho sin notarlo porque esta distraído. Sonrío leve por el contacto de nuestras manos, me lleva hasta un puesto de bazar artesanal, empiezo a ver todo con admiración sin tomarle tanta importancia a que me estoy alejando de Andrew, al darme cuanta intento encontrarlo con la mirada pero no lo encuentro, empiezo a desesperarme pero luego siento que alguien me toma de la cintura y al voltear veo el rostro de mi esposo. —Eres demasiado curiosa, Ji.— murmura sin expresión en su rostro. Sonrío al darme cuenta de el diminutivo que ha utilizado para mi nombre, me guía sin retirar la mano de mi cintura y veo los distintos diseños de collares y accesorios. —Wow... Que lindo, mira.— Le muestro un colgante atrapasueños. —¿Lo quieres?— pregunta y asiento con una sonrisa.— deme ese, por favor. Le pide a la señora con apariencia indu que esta atendiendo el puesto, sonrío cuando me lo entrega y veo que Andrew a pedido también un collar con una piedra natural de color rosado con pequeños tonos rojizos. Seguimos caminando por las calles de la bella Paracas, casi siempre me quedo atrás de Andrew por ir admirando cada pequeña cosa, me estoy empezando a enojar con él por no haberme dicho que veníamos, tan siquiera hubiera traído mi camara, pero ahora no puedo apreciar la vista para tomar mis fotos. Volteo a verlo y él esta viéndome, sonrío leve y él aparta la mirada, suspiro y sigo observando todo. Después de maravillarme por hasta lo más mínimo, Andrew toma mi mano con suavidad y caminamos hasta un puesto de comida. Escoge una mesa y después ayuda con el asiento, llama al mesero al mismo tiempo en que se sienta al frente mío. El mesero llega, se presenta con mucha cordialidad y luego nos da el menú. —Para mi quiero ceviche y un pisco sour, por favor.— le pide al mesero.— ¿Ya sabes que pedirás?— pregunta observandome y recuerdo que no puedo estar viéndolo siempre. Aparto la vista sonrojada y disimulo poniendo mi atención en el menú. —Un arroz con mariscos y un refresco, por favor.— murmuro dejando la carta menú en la mesa. —En un momento se los traeré, con su permiso.— lo veo retirarse con las órdenes después de escribirlas en una libreta pequeña. —¿Te gusta el lugar?— vuelvo la vista a Andrew al escuchar su pregunta. –Sí, siempre me ha gustado la naturaleza, te lo dije la última vez ,¿No?—miro sus ojos intentando no apartar la mirada. Él asiente y vuelve a ver el paisaje, estamos cerca de la playa en un pequeño restaurante al aire libre. –Sí, por eso decidí pasar nuestra luna de miel aquí.— responde sin dejar de ver el paisaje.— solo estaremos una semana, tengo cosas importantes que resolver en la empresa. Sonrío leve y estoy por responderle cuando regresa el mesero con las bebidas y el platillo típico que pidió Andrew, nos dice que para mi platillo todavía falta y le doy las gracias. Al poco rato vuelve con mi orden y me dispongo a comer con tranquilidad, no habló en toda la comida pero no es un silencio incómodo, solo es él comiendo y yo fingiendo hacerlo para que no se de cuenta de mi mirada en su persona. Terminamos y él paga la cuenta, salimos del restauran y caminamos un rato por la playa. Regresamos a la cabaña cuando el atardecer ya se está poniendo, entro y me tiro el sofa cansada. —Ah, que rico.— Sonrío con los ojos cerrados. —Estaré en la oficina, no salgas sin un guardia y no molestes.— murmuro serio y desaparece en el pasillo asia las escaleras. Me quedo ahí hasta que me da por levantarme y subir a darme una ducha, al salir seco mi cabello y después me acuesto a dormir un poco.Abro los ojos con pereza y veo que es de día, me asombro un poco pero las ganas de seguir aquí me ganan y me quedo por un rato más, escucho la puerta del baño abrirse y veo a Andrew salir con una toalla en la cadera, finjo dormir y funciona ya que él se empezó a cambiar frente a mi danome la espalda, mi cara esta roja, pero debo aceptar que su cuerpo es demasiado sexy, y de su trasero mejor no digo nada. Voltea y cierro los ojos rápidamente, poco después escucho pasos hacía salida y suspiro, abro los ojos y efectivamente ya no está, me levanto con pesadez y voy al baño me doy una larga y caliente ducha, al salir me coloco una blusa blanca y unos shorts negros, peino mi cabello y después de recibir mi look salgo de la recamara, bajo a la cocina y veo a Andrew cocinando, me acerco quedando a una distancia considerablede él. —Buenos días.— murmuro después de unos segundos observándolo. —Buen día.— responde serio y sigue cocinando.—¿Que tal dormiste?— pregunta abriendo el refrigerador
Mi mundo parece detenerse al verla, intento salir de la ensoñación pero mi rostro sigue serio, mostrando la poca emoción que siento por su presencia, volteo a ver a Jung-Li y su rostro esta opaco, la emoción que se reflejaba en su rostro por la reciente compra ha desaparecido, tomo su mano con suavidad y la apreto levemente. —Hola, sí, casi 9 meses.—respondo viéndola. —¿Como te trata la vida de casado? —Pregunta y noto un leve tono burlesco. —Mucho mejor de lo que imaginaba, mi esposa es tan afrodisíaca que me es difícil salir de nuestra cabaña.— Respondo con seriedad. Jung-Li esta sonrojada y una leve sonrisa aparece en mi rostro, la cual disimulo rápidamente. Veo el rostro de Daniela cambiar a una mueca, escanea a Jung-Li con la mirada y luego sonríe de forma extraña. —Un placer, soy Daniela Johnson, ex de tu esposo.— Sonríe y Jung-Li parece un poco cohibida. —Igualmente, soy Jung-Li Min. Si no te molesta tenemos que regresar a la cabaña.— Expresa y me ve. —Vamos.—Le doy un a
Llega el último día, en la tarde el Jet privado estará listo para regresar a Estados Unidos, lo que significa que estaremos llegando en la madrugada a el aeropuerto. Ella se arregla y viste diferente a como lo ha estado haciendo aquí, vuelve a su ropa fina, cosa que también hago, no podemos estar con ropa casual en nuestro país, somos personas con influencias y muy conocidas, por cualquier cosa salimos en chismes inventados. Fuí al centro a comprar un regalos para mi hermano y madre, al regresar entro a la habitación y las maletas ya estan listas, tanto las suyas como las mías. No pensé que se tomaría tan en serio su papel de esposa, pero lo ha hecho a la perfección. Ella esta maquillándose en frente al espejo, su vestimenta es muy formal y a la vez sexy, no está mal, pero mi pantalón no dice lo mismo. Dejo de verla para no obtener los mismos resultados que los días anteriores, paso más en el baño qué con ella. Bajo las maletas para no hacer subir a al chófer solo por ellas, las d
Min Jung-LiDespierto sola en la cama, me estiro con un poco de pereza, cuando el sueño desaparece voy al baño a lavar mi cara y mi boca.Termino y bajo a la cocina, cómo las mañanas anteriores, la señora Olivia me abraza con cariño, mientras Andrew solo ignora mi presencia.No sé en que se esta basando este matrimonio, pero ya llevo 5 día aquí y apenas y me da las buenas noches, me esfuerzo en hacer cosas que le gustan, sus platillos favoritos, postres, galletas, me encargo de sus cosas, paso pendiente de sus necesidades, de todo, pero nada logra llamar su atención, aveces creo que es porque estoy actuando mas cómo una madre que cómo una esposa. Pero en realidad no se que hacer para que me de aunque sea un poco de su tiempo. —Buenos días, Jung-Li. —responde a mi saludo.—¿Como dormiste, cuñadita? –pregunta Edgar sonriendo.—Bien, gracias. —sonrio leve.—¿Y tu Ed?–lo veo tomando manzana picada para desayunar.—Que bueno. Yo dormí bien, sabes te quería pedir un pequeño favor. –veo su r
Subimos al coche después de decirle a la señorita Brown el lugar y que hablara con la empresa que lo renta. —¿Tienes hambre? —pregunta conduciendo a no se donde. —Mucha, podría comerme a Mani. —respondo y me avergüenzo al darme cuenta de lo que dije. —Eso es mucho, perdón por tenerte de un lugar a otro todo el día. —murmuro deteniendose en el semáforo. —No importa, yo quise venir. —respondo con una sonrisa. —Tu sonrisa es bonita. —me sonrojo al escucharlo pero él solo vuelve a tomar el volante cuando el semáforo cambia. —Gracias. —murmuro al no saber que responder. Si le digo "la tuya igual" sonará a que estoy enamorada, ya que mis ojos me delatan, pero aun así no puedo disimular la sonrisa que me genero su comentario. —Vamos, baja. —abre la puerta dándome paso a salir del auto. Bajo y entramos al restaurante tomados de la mano, él no sabe que cada que tiene un mínimo contacto con mi cuerpo, mi corazón sufre de una desesperación increíble, o que mi vientre pa
...Vea a Jung-Li sonriéndole a el modelo, que para colmo de males, es Francesco Lombardi. El mismo que buscaba coquetearle en nuestra boda. Mis puños se cierran con fuerza, mis dientes rechinan al estar tan apretados. Intento mantener la cordura cuando el le sonríe coqueto y ella, aún en su ingenuidad parece no notarlo. Camino hacía ellos con paso firme, llego al lado de mi esposa y ella fija su vista en mí. Me es imposible no mostrar una expresión de triunfo al tener su atención inmediata. —Hola, mi vida. —murmuro cerca de su rostro.En estos momentos no sé lo que hago, lo único en lo que puedo pensar en es la poca distancia entre sus labios y los míos. La beso suavemente acariciando su cintura con mis manos. Sus labios tienen un delicioso sabor a frutos rojos, las ganas de hacer el beso más intenso se hacen presente en menos de unos segundos. Me separo al darme cuenta de que estamos en un lugar público y que mis pensamientos y emociones se están yendo a otros aspectos muy apart
Al despertar siento que alguien me está observando, y el respirar de esa persona en mi rostro, cerca de mis labios, coloco mis manos en su cintura y pego mi cuerpo al suyo, gruño suavemente al sentir algo en mi pijama. Ella se aleja muy rápido y yo lo agradezco internamente. —Perdón, estaba dormida. —noto su mentira rápidamente al ver que mueve su pulsera y su rostro esta sonrojado. —No importa. —respondo y camino al baño serio. Salgo minutos después relajado y con mi cuerpo siendo cubierto solo por una toalla blanca, veo de reojo cómo mi esposa entra sonrojada al baño y río internamente por su reacción. Termino de arreglarme, hoy no iremos a la empresa, antes de la cena, iremos de paseo y la llevaré a visitar a su madre. Se que la relación con su padre no es muy buena, pero ya hace rato no los ve, estoy seguro de los extraña. Ella sale del baño y yo bajo las escaleras para dejar que se arregle. Me siento en el comedor y puedo apreciar todo lo que mamá ha preparado. —Esperemos
...Min Jung-Li Suelto un suspiro al verme en el espejo, Alexander lleva más de 10 minutos esperando por mi en la sala de la mansión y yo no soy capaz de escoger que zapatos utilizar. En mi mente se repite sus palabras al decirme que saldríamos a cenar. Me es imposible no ilusionarme, nos hemos besado en dos ocasiones en este día y aunque no lo hemos hablado, esta bien así, no quiero arruinarlo al preguntar el porqué de su resiente cercania. Me decido por los tacones de punta con un hermoso color rojo, sonrío al verme en el espejo, no suelo utilizar este tipo de ropa, pero me siento bonita. Tomo mi bolsa y bajo las escaleras con un cuidado gigante, no quiero romperme el tobillo por no fijarme dónde pondré el pie. Al llegar abajo, veo que él está sentado en el sofá de espaldas a mi, pensé que estaría hablando con Edgar pero recordé que dijo que saldría de copas. Me acerco a mi esposo y toco su hombro con suavidad. —Estoy lista. —murmuro cuando voltea a verme. Me escanea con la m