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2-Segundo encuentro

Espero que cuando Jung y yo quedemos, podamos llegar a un arreglo y que acepte mi propuesta, sera lo mejor para los dos.

Bajo del coche y entro a mi casa, veo a mi madre que esta en silencio, sentada en el sofa, volteo para ver la sala y no veo a mi hermano.

—¿Y Edg... —no termino de preguntar porque mi hermano me ha gritado casi en el oído.

—¿Qué tanto hacías?¿Por qué tardaste tanto?, no me digas que te casaste ya y no me llevaste —respiro y lo veo serio — Ya, me callo, pero quita esa cara que parece que me quieres matar.

— Intente hablar con la chica, por eso tarde, y no, no me eh casado — me acerco al sofa y beso la mejilla de mi madre, la abrazo y me siento en em sofá individual, si me siento en el otro capaz Edgar se me tira encima para saber mas — Relajate, Edg, quede con ella de que le escribiria y nos pondríamos de acuerdo para hablar de como sera nuestro matrimonio —pienso un poco y me corrijo — Bueno, le dije que tenia que hablar con ella, pero no le dije de que, aunque creo que es obvio, es el único tema que nos une.

Veo a mi madre y le sonrió leve, para que no se sienta mal.

—Tranquila mamá, seguro que lograré que mi futuro matrimonio sea de conveniencia y ninguno de los dos salga lastimado— viendo sus ojos cafes, siempre me ha parecido que en ellos esconde secretos y que pocos lograran comprenderlos.

—Si, si, pero... ¿Es guapa? — veo a mi hermano y niego.

—¿Tu solo piensas en eso? —pregunto y luego respondo levantándome del sofá — es muy atractiva, parece una chica respetuosa y carismática.

Camino a las escaleras y mi hermano me sigue los pasos.

— ¿En verdad? Entonces no pierdes mucho, o sea, se que Dani es muy atractiva, pero si tu dices que una chica es bonita, es porque lo es, tu jamas te has fijado en alguien que no sea Daniela. —escucho lo que dice y me detengo a medias escaleras.

—Que sea atractiva no quiere decir que me gusta, si, dije que parece buena persona, pero no la conozco, asi que no te hagas ideas —respondo y sigo subiendo —¿a que horas sale tu vuelo? Pense que llegaba tarde y no te vería.

Entro a mi recamara y veo todo perfectamente ordenado, sonrió al sentir paz, es el único lugar en casa en el que siento que soy yo.

— Esta bien, hermano, has como si no dije nada, cuando la veas le mandas saludes a "mi cuñada" — ríe y yo niego, con él nunca se puede ser serio —dentro de media hora, ¿estas incinuando que soy una molestia y que no querias verme? —pone su mano en su pecho, haciendo una pose dramática.

—Contigo no se puedo hablar —niego sonriendo —no, solo dije que pense que no llegaria a tiempo. Deberíamos ir de camino, vamos, ve por tus maletas —ordenó cojiendo mi celular, lo veo salir y meto mi mano en la bolsa de mi saco.

Pensaba escribirle, pero sera mejor que lo haga después, seguro esta ocupada.

Me recuesto en la cama y cuando mi hermano me llama salgo de la habitación.

— Vamos, llegaras tarde y no tomarás el avión. —veo a mamá y le sonrió —Vamos, madre.

Mi hermano sale de la casa y me ve fingiendo enojo.

— Pareciera que quieres deshaserte de mi — mi madre sale tras él, cierro la puerta e le ayudo a mi hermano subiendo las malestas al coche — ya no me quieres¿cierto? —rio y lo subo al auto.

—No, solo no quiero que pierdas tu vuelo — enciendo el coche mientras mamá se coloca el cinturón al lado mio — si te quiero, dramático — susurro.

—Está bien, te creeré —se sienta en la parte tracera — si te escuche.

— Coloca tu cinturon, ¿quieres? — lo veo serio.

— Si si, vamos que llegaremos tarde.

Conduzco hasta el aeropuerto, en todo el camino mi madre solo se dedico a ver por la ventana y mi hermano a escuchar musica mientras escribe en su celular. Unos 15 minutos después parqueo en el estacionamiento y bajo a abrirle la puerta a mi madre, mientras mi hermano baja sus maletas.

— Bien, cuidate y no te pongas en peligro tu vida — lo abrazo y me separo — regresaras pronto, ¿cierto?

—Me pides lo imposible, sabes que me gusta lo extremo .—rio levemente —Si, no me extrañes mucho, regresare para tu boda.

Niego y veo a mamá triste, se que aunque no lo demuestre, se siente mal por como mi hermano lleva su vida, debería de estar igual, pero verdaderamente Edgar es adulto y sabe lo que hace, lo bueno de esto es que él ha madurado y ya no toma en exceso, ni consume sustancias peligrosas, ya paso esa etapa. Ahora solo persigue el amor por los viajes y el temor al compromiso.

—Cuidate hijo, espero que todo salga bien en tu viaje — mi madre lo abraza y mi hermano suspira leve.

—Tranquila, mamá, sabes que no haria nada que te haga sentir dolor —besa su mejilla y lo veo decir adiós.

Esperamos a que desaparesca de nuestra vista y regresamos al auto. Veo que esta triste y yo no puedo hacer nada para resolverlo, me dedico a conducir a casa y al llegar bajo nuevamente a abrir su puerta.

—Descansa, mi hermano estara bien. —le digo entrando a la mansión.

Se retira a su recamara y yo entro a la mia.

Suspiro y tomo el celular, guardo el número que sale en la tarjeta y al enviarle un mensaje me aparece su foto, la abro y agrando un poco.

Parece ser una chica amable pero con carácter fuerte, no creo que haya sido facil para ella aceptar este matrimonio.

Al recibir respuesta guardo el celular, ya esta, nos veremos mañana en la cafetería cerca de mi empresa. Hable un poco con el señor Min y a dejado que maneje la empresa antes de la boda, creo que al final era mucho trabajo para él hacerse cargo de dos compañías tan grandes al mismo tiempo.

Me levanto de la cama y me doy una ducha, me visto y salgo e reviso en la computadora las acciones de la empresa y el como estaba obrando mi padre. Al parecer todo iba muy bien, eso es bueno, no quisiera que justo cuando me hare cargo de todo lleguen problemas.

* * *

Entro a la cafetería y escojo una mesa algo alejada de las demás. Me siento y espero a que llegue Jung, creo que llegue un poco temprano, todavía falta para la hora acordada. Después de umos minutos la veo llegar, lleva un vestido gris opaco con unas botas altas negras.

— Se ve muy bien. —susurro y levanto mi mano para que ella venga, cuando la veo acercarse me levanto de donde estoy sentado y le ayudo con el asiento.

— Gracias, creo que llegue tarde. —murmura sentándose, vuelvo a mi asiento y niego.

— Yo llegue antes de lo acordado — respondo y llega el mesero para pedir nuestra orden —¿que pediras?

Veo que esta indecisa y luego sonríe, supongo que ya decidió.

—Una ensalada de frutas y un vaso de jugo de manzana sin canela. — le ordena al mesero y le sonrie.

Tomo el menu y después de decidirme se lo entrego al mesero.

—Pedire una limonada y de comer unos panqueques con miel. —le digo al mesero.

Volteo a verla y esta jugeteando con su pulsera, ¿sera que siempre hace eso?

—Si te he pedido hablar ha sido para que nos pongamos de acuerdo con como sera nuestro matrimonio. —le digo y veo como deja de jugar con la dichosa pulsera.

—¿Que propones? —pregunta y se sienta recta en la silla, ya no parece la chica de ase unos segundos.

—Es facil, nos casamos, tendras al bebé y luego nos dividimos. —respondo y veo su cara ponerse pálida.

— ¿Piensas tener al bebé y abandonarlo? — al parecer mis palabras le afectaron, hasta diria que le duelen.

—Nunca dije que lo abandonaría, a él nunca le faltara nada, y estaré pendiente de su bienestar. —respondo sin tanto rodeos, no quiero parecer un patán, pero es mejor que me odie desde ya, a que piense que este matrimonio llegara a algo mas que un contrato.

La veo suspirar y asiente, ahora su semblante a cambiado y parece que quisiera llorar.

—Esta bien, pero la que se quedara con el bebé, sere yo. —responde y en eso llega el mesero — Gracias. —le sonrie, de lejos se nota que no es una sonrisa alegre.

—Se que te estan obligando, pero no te preocupes, no te hare hacer algo que no quieras, solo ayudame a cumplir con el contrato. —empiezo a comer mis panqueques y la veo.

— Bien, cumpliremos con el contrato y podras hacer lo que quieras. —responde y sonrió por haber conseguido lo que tenia en mente.

—La boda sera dentro de dos semanas, ¿no? encárgate de todo, ¿sabes donde sera?—pregunto comiendo y levanto la vista para verla.

— Si, esta bien — deja su ensalada a un lado —sera en mi casa, por lo que mi mamá dijo ayer, la casa es lo suficiente grande para hacerla, y aparte de eso, no ahí muchos invitados —asiento a lo que dice.

—Bien,igual no importa donde sea la boda, ¿No comera? — pregunto viendola.

—Se me quito el apetito¿ tienes algo mas que decir? — pregunta tomando su jugo.

Veo su ensalada y niego.

—Desperdiciaras comida? — le digo —¿donde quieres que sea la luna de miel? — pregunto terminando de comer.

— Lo comeré. —empieza a comer la ensalada y sonrió leve — ¿habra luna de miel? —pregunta limpiando su boca.

—Si, se supone que tenemos que parecer enamorados —respondo — ¿no leíste el contrato?

— Oh, no lo sabía — termina su ensalada y la veo atento —no, mi padre solo me dijo que tenia que casarme contigo, no me dijo en que consistia el contrato, solo me ha dicho lo que escuchaste en su oficina. —la veo y nuevamente siento lastima, pero esta vez es diferente, parece ser una chica que quiere complacer a su padre, creo que los dos hacemos esto por alguien, solo que ella no se esta arriesgando por otra persona, solo esta complaciendo a su padre.

—Umm, esta bien. —murmuró viéndola — bueno, ¿a que lugar te gustaría ir? — pregunto despreocupado.

—Me gusta la naturaleza, me gustaría visitar un país lleno de ella — sonríe y parece feliz por primera vez desde que la vi — ¿que país propones?

—Perú, es muy lindo y tiene mucha naturaleza. —respondo sin tanta emoción, veo que su sonrisa se borra.

— ¿Sabes? Creo que sera mejor no ir de luna de miel, tu tienes que encargarte de tu empresa. —se levanta de la mesa y hace una reverencia — Nos vemos dentro de dos semanas.

—Bien. —respondo no muy seguro, ella parecia alegre con la idea de la luna de miel —Si.

Sale de la cafetería, llamo al mesero, pago lo que comimos y me retiro de ahí.

Subo al coche pensando en la conversación, ella parecia dolida con lo que hablamos, supongo que también pensaba en un futuro diferente, tal vez uno en el que no la obligaran a casarse con un desconocido.

Llego a mi empresa y estacionó el coche, intetare distraer mi mente en el trabajo, no quiero pensar en ninguna de las dos.

De la nada Daniela regresa a mi mente y suspiro, ya debi haberla olvidado, ya pasaron mas de siete meses desde que se fue, pero en verdad desearia que fuera ella la que este en el lugar de la castaña. Entro a mi oficina y le ordenó a mi secretaria que compre los boletos de avión hacia Perú para dentro de dos semanas.

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