Capítulo Fin Parte dos. Un año y medio después. Tras meses llevando el control, parece que todo ha vuelto a la normalidad. Rosaura y Emmanuel han empezado una nueva vida y, aunque a muchos no les guste, ellos permanecen firmes. Es un imperio en progresó, lo que requiere de mucha ayuda, por ello Vincent se hace cargo de algunos negocios en Inglaterra, dejando al frente a Tamara, a quien vigilan constantemente, ya que para ella ha sido un shock saber la muerte de su madre y luego la de su verdadero padre, simplemente está sola y solo tiene a Emmanuel, aún así ha tenido que batallar con la mentira que su madre mantuvo por años, los engaños, toda una información que simplemente tuvo que procesar, ama a su hermano, pero también le teme, ese vínculo que solían tener se rompió, el amor que tuvieron está en juego, aún así, ella hace todo para que él se sienta orgulloso, y Emmanuel simplemente le da las oportunidades que se merece, mientras la mantiene alejada de su esposa e hijos, jamás
Capítulo 1. Desolación. *Flashback* Meses después. En la habitación de un hospital, Rosaura despierta sintiéndose cansada y muy adolorida. Está desconcertada por lo sucedido mientras observa en silencio a un hombre vendar su pierna y a una mujer insertar medicamentos por una vía en su brazo hinchado. — Está despierta…—exclama la enfermera, llamando la atención de su jefe. — Señora Swift, ¿puede oírme?— Rosaura asiente un poco perturbada. — Señora Rosaura Swift, soy el doctor Alberto Fronx del hospital norte, usted ha sufrido un accidente, ¿puede recordarlo? Rosaura se siente un poco desorientada, pero cae en cuenta de inmediato. — ¿Un accidente? Doctor, ¿mi bebé? ¿Cómo está mi bebé, doctor? El hombre confirma que sabe sobre el embarazo y que no está tan perdida como imaginaba. —Su bebé está fuera de peligro, logramos salvarlos a ambos, usted ha sufrido varias lecciones…—Una enfermera llega para dar una información, interrumpiendo las explicaciones del doct
Capítulo 2. Despedida. Emmanuel la observa en silencio, tiene algunos minutos buscándola e incluso detallándola mientras se juntaba crema. — ¿Qué te dije sobre el seguro de la puerta después de las 12 am?— Su tono calmado pero arrogante la pone nerviosa. — Lo lamento, yo…lo esperaba.— Emmanuel deja caer una caja al suelo y ella de inmediato se mueve hacia él. Obediente recoge la caja y la coloca sobre su mesita, luego vuelve hacia él, lo ayuda a quitar su abrigo y lo cuelga, volviendo a su encuentro para ayudarle a quitar los zapatos, una costumbre que solía hacer con su padre y que ahora lo ejecuta con él. — ¿Ha comido? —¿Desea que le prepare algo de comer?—pregunta mirándolo con esa mirada tierna que la caracteriza. — No, ya cené; en la caja hay un regalo para ti.— Al decir esas palabras, ella levanta su mirada, encontrando la de él, y sonríe ligeramente. — Gracias, yo…No lo esperaba. — No te lo compré yo—exclama moviéndose a su armario. La sonrisa en lo
Capítulo 3. Intuición. De camino al aeropuerto, Emmanuel siente una presión en su pecho; su mundo colapsa ante él y el recuerdo de Rosaura minutos antes de su partida lo tiene tenso. V: ¿Dónde estás, cariño? Está helando, me voy a congelar. V: Emmanuel, cariño, dijeron que habrá una tormenta de nieve; debes darte prisa,cariño, o no podremos viajar. Los mensajes de Vanessa lo detienen; por un instante piensa en su padre y una imagen de una persona en el camino lo hace frenar de golpe, llevándolo a un recuerdo de sus últimos momentos con su padre. *Flashback. — ¡Que vivan los novios! Su padre, quien se sentía feliz y orgulloso de ellos, le aplaudía con emoción, obligando a todos a hacer lo mismo, ya que consideraba que había tomado una muy buena decisión. — Emmanuel, hijo, prométeme que cuidarás de Rosaura; estarás con ella hasta las últimas instancias. — Papá… — Promételo, hijo, por la memoria de este viejo enfermo, si faltó, tú velarás por tu esposa.
Capítulo 4. Negación. Emmanuel intenta mediar con ella de todas las maneras posibles. — Si no me haces caso, te vas a morir, no hay emergencia y no pienso permitir que te mueras, te he prohibido morirte de esta manera…— Emmanuel nota la herida en su piel, ella tiembla, está muy fría y su mirada delira débil.—Estás herida, siéntate sin hacer un berrinche, te vas a tomar el té, ¿me escuchaste?— Él la acomoda para que ella lo mire, esa mirada de sus ojos color miel lo distrae. Rosaura se sienta sin darle respuesta y sujeta la taza con dificultad, lo que lleva a Emmanuel a agacharse para ayudarla. Hasta que no se toma hasta la última gota, él no se aleja. Al terminar, la cubre con la cobija y la deja en la cama para buscarle ropa abrigada. Al revisar la ropa de ella, no tiene nada apropiado para el momento; la brisa abrazadora empieza a golpear los vidrios de las ventanas. Están cerca de las montañas, lejos de la ciudad, lo que empeora la situación. Emmanuel saca del armario
Capítulo 5. Cuidados. Su voz débil y ronca es casi audible ante sus súplicas. Emmanuel la toma entre sus brazos y la apoya en el sofá tratando de despertarla. — Abre los ojos, Rosaura, despierta.— Él intenta dándole palmadas en la mejilla hasta que logra que reaccione. — No, me lastimes, no me lastimes…— Emmanuel la sujeta fuerte en sus brazos hasta que se calma. — Contrólate, no me des problemas.— La suelta tomando de la mesa el vaso de agua.— Abre la boca, no te portes como una niña, abre.— Ella le voltea la cara temblorosa.— No me hagas enojar, Rosaura, cuento con poca paciencia, abre. Emmanuel, al notar que se rehúsa la toma de la mandíbula asustándola, lo que la lleva a obedecer a sus órdenes. — ¿Qué haces?— pregunta débil al notar que la empieza a desvestir. — Te bajo la fiebre. Rosaura se conmociona al sentir cómo empieza a frotarla; su cuerpo cansado duele por los golpes de la fría brisa que la azotaba, su cuerpo arde y no puede evitar quejarse.
Capítulo 6. Encerrados. Emmanuel sale del baño dejándola con una pequeña chispa de emoción. Esa manera en la que la cargo en sus brazos ejecutando su fuerza, la manera en la que la expuso desnuda con cada rodilla a cada costado de sus caderas, la hizo sentir inquieta, como la primera vez que estuvieron juntos. No recuerda si tuvo que ver con que él estaba un poco ebrio o por la manera intensa en la que la hizo suya. Lo único en lo que piensa es en esta sensación que él aún causa en ella y creía que había muerto. Ambos toman una ducha en espacios separados. Al terminar, Rosaura sale del baño colocándose una bata y se incorpora nuevamente en la sala, donde nota la ausencia de Emmanuel, lo que la motiva a buscarlo, encontrándolo en la otra habitación, donde se escucha la regadera. Rosaura, aprovechando que él no está presente, se cura el pie y se levanta recogiendo el desastre en el lugar; cambia todo por sábanas limpias y mete a lavar las otras, mientras recoge las muchas cajas
Capítulo 7. Recuerdos culposos. Exhausta y sin fuerzas, Rosaura descansa desnuda sin cubrirse, sobre el pecho de su esposo, quien detalla su sensual figura, mientras los pensamientos lo hacen sumiso a los recuerdos que lo atormentan. Se supone que no la tocaría, se supone que mantendría su distancia con ella, pero siempre termina cayendo ante sus deseos. Ella se lo pone difícil, incluso aparece en sus sueños invadiendo su paz y su tranquilidad. No entiende cómo, aún después de todo, ella logra hacerlo hacer cosas que en el fondo no desea. Se supone que ella es parte de su desgracia; intenta no sentir empatía por ella, sin embargo, se siente atraído por su dulzura. Realmente le hace pensar que es una buena persona; si no hubiera usado trucos y artimañas para someterlo, quizás fuera más dócil con ella. Los recuerdos de Vanessa, su amor de la infancia, su mejor amiga y compañera con la que hizo un pacto y a la que está aferrado ante el dolor que ambos comparten, lo invade. En