Capitulo 4. Negación. Emmanuel intenta mediar con ella de todas las maneras posibles. —Si no me haces caso, te vas a morir, no hay emergencia y no pienso permitir que te mueras, te prohibido morirte de está manera…— Emmanuel nota la herida en su piel, ella tiembla, esta muy fría y su mirada delira débil.— Estas herida, siéntate sin hacer un berrinche, te vas a tomar el té, ¿Me escuchaste?— Él la acomoda para que ella lo mire, esa mirada de sus ojos color miel lo distraen. Rosaura se sienta sin darle respuesta y sujeta la taza con dificultad, lo que lleva a Emmanuel agacharse para ayudarla. Hasta que no se toma hasta la última gota, él no se aleja. Al terminar la cubre con la cobija y la deja en la cama para buscarle ropa abrigada, al revisar la ropa de ella no tiene nada apropiado para el momento, la brisa abrazadora empieza a golpear los vidrios de las ventanas, están cerca de las montañas lejos de la ciudad lo que empeora la situación. Emmanuel saca del armario para suya para
Capitulo 5. Cuidados. Su voz débil y ronca es casi audible ante sus súplicas. Emmanuel la toma entre sus brazos y la apoya del sofá tratando de despertarla. — Abre los ojos Rosaura, despierta.— Él intenta dándole palmadas en la mejilla hasta que logra que reaccione. — No, me lastimes, no me lastimes…— Emmanuel la sujeta fuerte en sus brazos hasta que se calma. — Contrólate, no me des problemas.— La suelta tomando de la mesa el vaso de agua.— Abre la boca, no te portes como una niña, abre.— Ella le voltea la cara un temblorosa.— No me hagas enojar Rosaura, cuento con poca paciencia, abre. Emmanuel al notar que se rehúsa la toma de la mandíbula asustándola, lo que la lleva a obedecer a sus órdenes. — ¿Qué haces?— pregunta débil al notar que la empieza a desvestir. — Te bajo la fiebre. Rosaura se conmociona al sentir como empieza a frotarla, su cuerpo cansado duele por los golpes de la fría brisa que la azotaba, su cuerpo arde y no puede evitar quejarse.
Capitulo 6. Encerrados. Emmanuel sale del baño dejándola con una pequeña chispa de emoción, esa manera en la que la cargo en sus brazos ejecutando su fuerza, la manera en la que la expuso desnuda con cada rodilla a cada costado de sus caderas la hizo sentir inquieta, como la primera vez que estuvieron juntos, no recuerda si tuvo que ver con que él estaba un poco ebrio, o por la manera intensa en la que la hizo suya, lo único en lo que piensa, es en está sensación que él aún causa en ella y creía que había muerto. Ambos toman una ducha en espacios separados. Al terminar, Rosaura sale del baño colocándose una bata y se incorpora nuevamente en la sala donde nota la ausencia de Emmanuel, lo que la motiva a buscarlo, encontrándolo en la otra habitación, dónde se escucha la regadera. Rosaura aprovechando que él no está presente, se cura el pie y se levanta recogiendo el desastre en el lugar, cambia todo por sábanas limpias y mete a lavar las otras, mientras recoge las muchas cajas de so
Capitulo 1. Desolación. *Flashback* Meses después. En la habitación de un hospital, Rosaura despierta sintiéndose cansada y muy adolorida, está desconcertada por lo sucedido mientras observa en silencio a un hombre vendar su pierna y a una mujer insertar medicamentos por una vía en su brazo hinchado. — Está despierta…— Exclama la enfermera llamando la atención de su jefe. — Señora Swift, ¿Puede oírme?— Rosaura asiente un poco perturbada. — Señora Rosaura Swift, soy el doctor Alberto Fronx del hospital norte, usted ha sufrido un accidente, ¿Puede recordarlo? Rosaura se siente un poco desorientada, Pero cae en cuenta de inmediato. — ¿Un accidente? Doctor, ¿Mi bebé?, ¿Cómo está mi bebé doctor? El hombre confirma que sabe sobre el embarazo y que no está tan perdida como imaginaba. —Su bebé está fuera de peligro, logramos salvarlos a ambos, usted ha sufrido varias lecciones…— Un enfermera llega para dar una información interrumpiendo las explicaciones del doctor. — Di
Capitulo 2. Despedida. Emmanuel la observa en silencio, tiene algunos minutos buscándola e incluso detallándola mientras se juntaba crema. —¿Qué te dije sobre el seguro de la puerta después de las 12 am?— Su tono calmado pero arrogante la pone nerviosa. —Lo lamento, yo…lo esperaba.— Emmanuel deja caer una caja al suelo y ella de inmediato se mueve hacia él. Obediente recoge la caja y la coloca sobre su mesita, luego vuelve hacia él, lo ayuda a quitar su abrigo y lo cuelga volviendo a su encuentro para ayudarle a quitar los zapatos, una costumbre que solía hacer con su padre y que ahora lo ejecuta con él. —¿Ha comido? ¿Desea que le prepare algo de comer?— Pregunta mirándolo con esa mirada tierna que la caracteriza. —No, ya cene, en la caja hay un regalo para ti.— Al decir esas palabras, ella levanta su mirada encontrando la de él y sonríe ligeramente. —Gracias, yo…No lo esperaba. —No te lo compre yo.— Exclama moviéndose a su armario. La sonrisa en los labios de Rosaura