Sus manos recorren mi cuerpo sin límite alguno mientras deja besos húmedos en algunas cicatrices, me aferro a su cabello y suelto todo el aire que estoy conteniendo, sabe moverse, los besos se intensifican, ninguno de los dos quiere parar, cargándome me lleva hasta la cama y siento que pierdo la noción de lo que ocurre a mi alrededor ¿Cómo llegamos a este punto? Jadea cuando capturo su labio con mis dientes y me mira con completa fascinación. —¿Te he dicho lo perfecta que luces? —A cada rato —intercambio los papeles colocándome encima de él. Beso su abdomen y bajo sin detenerme. —¡Carol! —suelta mi nombre preso del éxtasis. Eso solo me indica que lo estoy haciendo bien, y pensar que cada día que pasábamos lejos solo incrementaba el deseo que teníamos por estar haciendo esto. Tocan a la puerta, se escucha la voz de una mujer diciendo que viene a hacer el servicio, a estas horas me sorprende que el hotel mande a su gente. —¡Ahora no, lárgate! —espetó. Lo observo divertido y se a
Cuando llego la casa es un caos, vecinos chismosos fuera de sus hogares, la ambulancia y policías. El primero en acercarse a mí es el oficial, me da todos los detalles que puede, según me dice, los vecinos aseguran que era un hombre el que salió corriendo de la casa, pero no lograron ver su rostro, eso solo vuelve cada vez más acertada mi teoría —Ya estamos en investigación ¿Conoce alguna persona que quisiera hacerle daño? —Las únicas personas que querrían hacerle daño están muertas, no hay nadie más. —¿Está segura? —¿Cree que tengo ganas de mentirle? Corrobora mi información, un proceso tedioso, pero necesario, tuve que ir después al hospital para agilizar los trámites, no tuve mucho éxito, mi caso no parece ser tan relevante para nadie en estos momentos. A los Green nos persigue la desgracia. Qué razón tenía Tamara. Ahora lo que me dicen es que debo esperar un mínimo de 24 horas para proceder con lo que falta, siento que me volveré loca. Fui a sentarme al área de espera, cer
En algo tuvo razón, el recorrido con él fue mucho mejor que con Catalina, me iba dando detalles de todo, de la importancia de tener el polígono de tiro para los tratos que se llevarían a cabo aquí, al ser un importante empresario le gusta tener el control de todas las cosas y personas si se puede. —Todo el club es perfecto. —Tardé un poco en pensar qué es lo que quería para este lugar y al final lo conseguí. —Siempre en busca de poder ¿Eh? —Es lo único me motiva no lo olvides. Sigue dándome el recorrido, no puedo evitar sentirme un poco incomoda al notar que durante todo este tiempo un hombre nos ha estado siguiendo, pero esta vez es diferente al de la última vez, esta vez tengo que averiguar lo que pasa, llegamos a lo que Nick llama su área favorita: el casino. Tomamos el elevador y somos los únicos dentro. —Lo siento —su mano toca la piel desnuda de mi espalda y la deja ahí mientras presiona el botón para el segundo piso con la otra. El calor se apodera de todo mi cuerpo en cu
Pensé en muchas cosas, trabajar con Nick podía ser benéfico para mí, de esa forma conseguiría la información que necesito, es por eso que después de darle tantas vueltas, esto aquí de pie frente a él esperando indicaciones y luce asquerosamente feliz por tener donde me quería.—Asumo que tenemos trabajo que hacer.—Es correcto —me indica que tome asiento —pero primero lo primero.No sé a quién le llama, esperamos un rato en silencio y yo finjo que esto no es para nada incómodo, incluso cuándo le pregunto quién vendrá permanece callado, después de un rato tocan la puerta y la chica entra.Ah, genial, esperamos a la perfecta Catalina, lo que me faltaba. Quiere tomar asiento, pero Nick la detiene.—En ningún momento te indique que tomaras asiento. Quería hablar contigo de algo importante.—¿Sobre qué, señor?—Estás despedida.¿Despedida? Creo que este día por fin comienza a mejorar. Ojalá pudiera grabar su reacción. Intento contener las ganas de reír, la pobre chica ni siquiera lo vio ven
Después de comprar el vestido volvimos al Golden y me encontré con Ximena quien corrió para abrazarme. No dejaba de decirme lo preciosa que me veía con el vestido.—Cuñado tienes un muy buen gusto en los vestidos.—Cuñado —repitió feliz —me agrada el término.—Pues no te emociones.—Ya es tarde, cariño, les daré espacio para que puedan charlar, seguro hay mucho que contar, necesito verte en mi oficina cuando termines.—No tardaré.—Tómate tu tiempo.Lo observamos alejarse y mi amiga me jaló hacía uno de los sillones cerca de recepción, estaba ansiosa por escuchar todos los detalles, en realidad no sé cómo empezar, sigo sin creer que estoy metida en todo este lío. —Le dije que asumía la responsabilidad que implica trabajar con él, me sitúe en los peores escenarios, nunca imaginé en lo que me estaba involucrando.—Es grave ¿Cierto?—Sí, cuando me llevó al cuarto rojo había un par de hombres ahí, es prácticamente otro casino igual de espacioso, pero en un lugar secreto y solo algunos pue
Entramos al cuarto rojo y lo siento tenso. Ya lo sabe. —Bienvenidos —el guardia abre la puerta —lo están esperando señor Lancaster.Caminamos y todas las miradas se centran en nosotros y en nuestras manos entrelazadas, todos se muestran intrigados.Nos acercamos a una mesa del rincón, hay varios hombres ahí que se levantan en cuanto nos ven, esos trajes lucen costosos, no tengo idea de quienes sean, pero asumo que son parte de la asamblea.—Nick —estira su mano uno de ellos y la estrechan.—Buenas noches, caballeros.—Carol —se dirige a mí y besa mi mano.—¿Nos conocemos?El hombre se echa a reír, no comprendo qué le causa tanta gracia.—Tienes una chica con un buen sentido del humor, soy Key, nos vimos esta mañana.—Ah, por supuesto.—Caballeros, ella es Carol mi mano derecha.Los saludo a todos, siento que me miran como si fuera un juguete nuevo, algo me dice que si no pongo limites desde ahora querrán aprovecharse de esto, menos mal que soy una Green, puedo encargarme de cualquier
Me levanto ignorando lo que ha pasado, ¿Qué color de sostén puedo usar? ¿Morado? ¿Negro? ¿Rojo? Ni siquiera es algo en lo que debería estar pensando. —Cualquiera que escojas te quedará bien —comenta recargándose en el marco de la puerta. Me apresuro para tomar una blusa cualquiera y cubrirme. ¿Dónde queda mi privacidad? —Oye, toqué la puerta, pero estabas tan concentrada observando la ropa que casi estoy seguro que no me oíste, descuida, me gusta lo veo —relame sus labios. Y juro que no puede haber un hombre más apuesto que él, agh, malditas hormonas. —Sí, bueno por si no lo has notado no tengo sostén ni blusa y sería mejor que te fueras. —Pero si es precisamente por eso que me quedo, cariño. —¿Cariño? —¿Prefieres “amor”? —Divina diosa me gusta más. Tengo el impulso de preguntarle dónde estaba o qué es lo que estaba haciendo, pero sería raro, tampoco es como que deba explicaciones. ¿Quiere espectáculo? Espectáculo tendrá. Quito la blusa que me cubre y vuelvo a centrarme en
Nick Quisiera no pensar demasiado en lo que ocurrió ayer, le disparé al malnacido que nos estaba siguiendo, pero logró escapar. Ya estábamos terminando de alistar las cosas, podía escuchar a la perfección la charla que Carol tenía con Ximena, ella en serio me odio. —No, no pasa nada. —Es la primera vez que te veo tan alterada por…, ni siquiera sé exactamente qué te preocupa, pero sé que hay más ¿Qué pasa? De momento creí que querían tener privacidad, quizá ella quería hablar con su amiga y no podía hacerlo libremente porque el “enemigo” se encontraba con ellas. —Puedo irme si quieren —mencioné. —No —tomó su bolsa de la silla y la acomodó sobre su hombro —hablaré con ella cuando vuelvan del viaje —se acercó para abrazarla. Como si fuera una despedida, susurró algo en su oído que me fue imposible escuchar, solo miré que Carol asintió y Ximena salió más tranquila —¿Qué te ha dicho? —pregunté cuando estuvo afuera. —Que tuviera mucho cuidado contigo. Todo iba bien, me sentía tran