Nada como un buen estirón después de un largo tiempo de vuelo. Al salir del aeropuerto sintió en el rostro el viento helado de Londres y admiró las luces navideñas que adornaban todos los lugares. Un año atrás se había marchado con prisa, ni siquiera disfrutó esa época decembrina, pero todo iba a cambiar, porque había vuelto a casa y con las baterías bien puestas.
Ni bien llegó al departamento, tocó el timbre con ansias y esperó impaciente. Peter abrió la puerta, y demostró emoción al ver a su hija frente a él.
—¿Gema? ¡Giselle, Gema está aquí! —gritó a todo pulmón, porque gracias a los tratamientos, se hallaba de maravilla—. ¡Al fin vuelves cariño!
¡Gema! ¡Gema!En medio de los delirios escuchó una voz lejana y sintió que su cuerpo fue sacudido por alguien. Abrió los ojos lentamente y se encontró de frente con el rostro de su madre. La vio preocupada y parecía haber estado llorando.Un poco descolocada, intentó recordar qué fue lo que pasó como para despertar en la cama de un hospital. Solo conseguía acordarse de Colin, fue la última persona que vio antes de perder la consciencia.—¿Qué pasó? ¿Y Colin? Dime que no está muerto. —Casi se le quiebra la voz.Hizo un intento por sentarse, pero su mamá se lo impidió.—Él e
Dejó caer el teléfono, las manos le temblaron y su cuerpo se sofocó. Los transeúntes la vieron de una forma extraña. Hizo un intento por recoger el móvil, pero una punzada de dolor se instaló en su costado. En ese instante se detuvo, con la mirada clavada en el suelo recordó todas las cosas horribles y asquerosas que James le dijo antes de ser apresado.Se recompuso. Tenía que seguir siendo fuerte, no era momento de quebrarse en medio de la calle. Tomó su teléfono, miró hacia ambos lados y reprimió un quejido al caminar, ya que la costilla le dolía. El taxi no tardó mucho en llegar a casa. Se bajó como pudo y subió al departamento enseguida. En un ataque de rabia lanzó los zapatos contra la cómoda de su habitación y el florero cayó al suelo, rompiéndose e
—Jesús, mi corazón va a salir de mi pecho... Más de un año evitando esto. Tantas preguntas sin respuestas... —susurró nerviosa.Se acercó más a ella.—Simplemente no las respondas —murmuró muy cerca de sus labios.La pregunta: ¿Quieres ser mi novia?, estaba impresa en un globo que pendía de un hilo.La observó expectante. Aquella luminosidad de sus ojos se apagaba con cada segundo que pasaba y también con cada segundo que Gema pensaba su respuesta.—¿Qué dices, Gema? —Se acercó a ella de nuevo.<
En dos patrullas los policías subieron a regañadientes a los cuatro hombres y se marcharon de inmediato. Un oficial se quedó junto a Gema y sus padres.—Lastimosamente este tipo de delitos son castigados con multas y si no se consiguen pruebas que los hagan culpables, saldrán libres luego de una hora. Por ahora deben acompañarme.El oficial los observó a todos atentamente y guió hacia la patrulla. Parecía que los tres habían visto un muerto, estaban tan pálidos como un papel. Se dirigieron hacia una estación de policía de Londres para dar declaraciones.—¿Conoce usted a alguno de estos señores? —El oficial interrogó. Sintió un peso en el pecho y lentamente se fue despertando del sueño. Sus párpados pesaban y la luz le fastidió demasiado. La cabeza de Colin estaba sobre uno de sus senos y tenía una pierna cruzada sobre las de ella. Se le hacía muy tierno que fuera así, parecía un gatito indefenso. La actitud del Colin autoritario y severo se quedaba en el trabajo definitivamente.De repente, Colin se movió y su rostro quedó en dirección al de Gema. Se preguntó cómo podía ser tan hermoso. Su cabello negro estaba desordenado y sus labios de color rosa lucían perfectos en su pálido rostro, el cual había perdido su bronceado. Acarició un poco esas pestañas y cejas arqueadas, la incipiente barba creciendo en su barbilla...—Siempre supe que meCAPÍTULO 28
El rostro de Giselle ensombreció de nuevo al mirar las fotografías sobre la mesa.—Gema, cariño… —Intentó acercarse de nuevo—. Puedo explicar las cosas, pero necesito que me des un tiempo…—Explícamelo ya mismo —inquirió.Sin más remedio se vio obligada a decir la verdad, no podía seguir mintiendo tan descaradamente.—Cuando tu padre y yo éramos jóvenes, nosotros… —Tomó una gran bocanada de aire—, nosotros teníamos un pequeño negocio y nos iba muy bien, hasta que tu padre nos hizo perder todo por las apuestas y me abandonó.—¿¡Mi padre!? &mdas
—Eres preciosa. —Acarició la suave mejilla y suspiró.—Creo que hay alguien suspirando de amor por aquí… —Se incorporó canturreando.Sin mediar palabra la besó con pasión y ella soltó una carcajada por la sorpresa, pero al cabo de unos segundos terminó contagiándose de toda esa pasión reprimida y se prendió de su cabello azabache. Se levantaron a tropezones mientras que él guiaba las manos féminas hacia su pecho para sentir las caricias. Se apoderó de su cuello y cintura. Lentamente fue perdiendo la claridad mental y solo pensaba en él. De un jalón la pegó a su cuerpo de nuevo y al sentir su masculinidad, Gema se tensó. ¿Estoy lista para esto?, se preguntó
Se giró para ver de quién se trataba.—Gema, querida...—Katherine... —Su prima se abalanzó sobre ella y le dio un beso muy cariñoso en la mejilla, después saludó a Colin de forma coqueta. Gema se sintió un poco incómoda por ese comportamiento—. ¿Qué te trae por aquí?—Prima, te recuerdo que mis padres, o sea tus tíos, tienen una joyería exitosa. No es extraño que frecuente estos lugares. —Acarició su collar y observó de reojo a Colin, al mismo tiempo que esbozó una sonrisa irónica—. A excepción de ti, que nunca salías de casa.—Cariño, discúlpanos un momento. —Depos