Dejó caer el teléfono, las manos le temblaron y su cuerpo se sofocó. Los transeúntes la vieron de una forma extraña. Hizo un intento por recoger el móvil, pero una punzada de dolor se instaló en su costado. En ese instante se detuvo, con la mirada clavada en el suelo recordó todas las cosas horribles y asquerosas que James le dijo antes de ser apresado.
Se recompuso. Tenía que seguir siendo fuerte, no era momento de quebrarse en medio de la calle. Tomó su teléfono, miró hacia ambos lados y reprimió un quejido al caminar, ya que la costilla le dolía. El taxi no tardó mucho en llegar a casa. Se bajó como pudo y subió al departamento enseguida. En un ataque de rabia lanzó los zapatos contra la cómoda de su habitación y el florero cayó al suelo, rompiéndose e
—Jesús, mi corazón va a salir de mi pecho... Más de un año evitando esto. Tantas preguntas sin respuestas... —susurró nerviosa.Se acercó más a ella.—Simplemente no las respondas —murmuró muy cerca de sus labios.La pregunta: ¿Quieres ser mi novia?, estaba impresa en un globo que pendía de un hilo.La observó expectante. Aquella luminosidad de sus ojos se apagaba con cada segundo que pasaba y también con cada segundo que Gema pensaba su respuesta.—¿Qué dices, Gema? —Se acercó a ella de nuevo.<
En dos patrullas los policías subieron a regañadientes a los cuatro hombres y se marcharon de inmediato. Un oficial se quedó junto a Gema y sus padres.—Lastimosamente este tipo de delitos son castigados con multas y si no se consiguen pruebas que los hagan culpables, saldrán libres luego de una hora. Por ahora deben acompañarme.El oficial los observó a todos atentamente y guió hacia la patrulla. Parecía que los tres habían visto un muerto, estaban tan pálidos como un papel. Se dirigieron hacia una estación de policía de Londres para dar declaraciones.—¿Conoce usted a alguno de estos señores? —El oficial interrogó. Sintió un peso en el pecho y lentamente se fue despertando del sueño. Sus párpados pesaban y la luz le fastidió demasiado. La cabeza de Colin estaba sobre uno de sus senos y tenía una pierna cruzada sobre las de ella. Se le hacía muy tierno que fuera así, parecía un gatito indefenso. La actitud del Colin autoritario y severo se quedaba en el trabajo definitivamente.De repente, Colin se movió y su rostro quedó en dirección al de Gema. Se preguntó cómo podía ser tan hermoso. Su cabello negro estaba desordenado y sus labios de color rosa lucían perfectos en su pálido rostro, el cual había perdido su bronceado. Acarició un poco esas pestañas y cejas arqueadas, la incipiente barba creciendo en su barbilla...—Siempre supe que meCAPÍTULO 28
El rostro de Giselle ensombreció de nuevo al mirar las fotografías sobre la mesa.—Gema, cariño… —Intentó acercarse de nuevo—. Puedo explicar las cosas, pero necesito que me des un tiempo…—Explícamelo ya mismo —inquirió.Sin más remedio se vio obligada a decir la verdad, no podía seguir mintiendo tan descaradamente.—Cuando tu padre y yo éramos jóvenes, nosotros… —Tomó una gran bocanada de aire—, nosotros teníamos un pequeño negocio y nos iba muy bien, hasta que tu padre nos hizo perder todo por las apuestas y me abandonó.—¿¡Mi padre!? &mdas
—Eres preciosa. —Acarició la suave mejilla y suspiró.—Creo que hay alguien suspirando de amor por aquí… —Se incorporó canturreando.Sin mediar palabra la besó con pasión y ella soltó una carcajada por la sorpresa, pero al cabo de unos segundos terminó contagiándose de toda esa pasión reprimida y se prendió de su cabello azabache. Se levantaron a tropezones mientras que él guiaba las manos féminas hacia su pecho para sentir las caricias. Se apoderó de su cuello y cintura. Lentamente fue perdiendo la claridad mental y solo pensaba en él. De un jalón la pegó a su cuerpo de nuevo y al sentir su masculinidad, Gema se tensó. ¿Estoy lista para esto?, se preguntó
Se giró para ver de quién se trataba.—Gema, querida...—Katherine... —Su prima se abalanzó sobre ella y le dio un beso muy cariñoso en la mejilla, después saludó a Colin de forma coqueta. Gema se sintió un poco incómoda por ese comportamiento—. ¿Qué te trae por aquí?—Prima, te recuerdo que mis padres, o sea tus tíos, tienen una joyería exitosa. No es extraño que frecuente estos lugares. —Acarició su collar y observó de reojo a Colin, al mismo tiempo que esbozó una sonrisa irónica—. A excepción de ti, que nunca salías de casa.—Cariño, discúlpanos un momento. —Depos
Vieron la majestuosa puesta de sol y fue simplemente mágico. Quisieron que esa fuera la primera de muchas veces más estando juntos y siendo tan felices. —Ya que el sol se ha ido, ¿te parece bien ir a cenar? —Observó a Colin muy concentrado en el agua, y como no le prestó atención de nuevo movió su brazo. —Está bien linda, vamos a cenar, pequeña tragona —susurró juguetón. —¡Oye! —gritó indignada y se lanzó sobre su ancha espalda. —Tan pequeña... —Acarició su cabeza desde lo alto, ya que era un gigante delante de ella. Refunfuñó algo molesta. No lo vio venir, cuando reaccionó Colin ya la había levantado y puesto sobre su hombro cual costal de papas. Suspiró rendida y cerró los ojos dejándose llevar.
Suspiró al llegar a una casa bastante peculiar. Era un poco modesta por fuera, pero por dentro se notaban los lujos. Tocó el timbre y su tía abrió la puerta, al ver a Gema sonrió espléndidamente. Helen era la hermana menor de Giselle.—¡Sobrina! ¡Qué bien que has venido a visitarnos!—¡Hola tía! ¿Cómo estás?—Estoy muy bien, ¿y tú? Pero pasa, pasa… —La llevó hacia la sala de estar.Tomaron asiento en el gran sofá blanco.—Estoy bien, tía. Y, ¿Katherine dónde está? La última vez que la vi me pareció que andaba alterada.