CAPÍTULO 28

Sintió un peso en el pecho y lentamente se fue despertando del sueño. Sus párpados pesaban y la luz le fastidió demasiado. La cabeza de Colin estaba sobre uno de sus senos y tenía una pierna cruzada sobre las de ella. Se le hacía muy tierno que fuera así, parecía un gatito indefenso. La actitud del Colin autoritario y severo se quedaba en el trabajo definitivamente.

De repente, Colin se movió y su rostro quedó en dirección al de Gema. Se preguntó cómo podía ser tan hermoso. Su cabello negro estaba desordenado y sus labios de color rosa lucían perfectos en su pálido rostro, el cual había perdido su bronceado. Acarició un poco esas pestañas y cejas arqueadas, la incipiente barba creciendo en su barbilla...

—Siempre supe que me

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