—Me encanta como sabe tu boca —balbucea Samuel intentando seguir el beso y le aparto.Su mujer está mirándonos, tan tranquila con un hombro contra la jamba de la puerta y el móvil en la mano.—¡Samuel! —intento quitármelo en encima pero me da la vuelta y se pone detrás de mi tratando de retenerme, él no la ve.—Tranquila, querida —espeta con sorna Sheyla y entra dejando la puerta abierta —. Mi esposo y yo somos muy buenos compañeros, lo compartimos todo. No tienes que estar nerviosa. Sé que follar, sabe hacerlo tan bien que no podrías resistirte mucho. Lo hablamos en nuestra cama el día que te conocimos.—¡Cállate Sheyla! —él brama y me alejo —.¿Qué coño quieres? —Tú sabes bien lo quiero —ella responde y ambos se miran.—Yo me largo —mascullo dolida.Me siento más utilizada que antes. Está claro que los dos tienen una especie de pacto que parece que no está pero es indisoluble y he sido una idiota al pensar que entre nosotros había algo más. Ella se ha encargado de hacerme saber que
La primera noche con Ian fue de lo más tranquila, sorprendiéndome gratamente. No estuvo en la casa en toda la noche y a pesar de que me dejó en claro que debía dormir en su cama, no tuve que hacerlo con él al menos. Eso me resultó tranquilizador y conseguí dormir un poco más de lo que esperaba.Estábamos cenando aparentemente tranquilos cuando de repente se levantó y se fue, sin más. Me estuvo mirando un poco intenso y sencillamente desapareció luego de dejar un beso en mis labios y ordenar en mi oído que su cama es mi sitio para dormir cuando esté aquí.No sé como he acabado así, ni en esta situación pero me sobrepasa pensarlo demasiado así que simplemente me dedico a lo importante y deambulo por la casa, descalza y con un vestido de lino blanco que arrastra el suelo mientras pienso cuando conoceré la verdadera mansión de ese hombre aquí, para poder recabar información definitiva. Necesito que esto dure lo menos posible. —¿Eres consciente de la belleza que te gastas?La voz de acen
—No me dijiste que era él, el anfitrión —reclamo mientras nos adentramos en el sitio.Es como un loft lleno de cuadros enormes en todas las paredes. La decoración minimalista, todo blanco y gris y desde fuera parece gente elegante de copas por una fiesta benéfica. —No es el anfitrión pero debe haber visto que llegamos y quiere asustarte —explica ofreciéndome una copa —. No le hagas la tarea fácil. Déjalo que sufra por verte en mis brazos.—Eso puede alimentar tu ego pero a mi me pone en apuros —bebo colgada de su brazo —. Cuando tu mes se acabe, vendrá a por mí y no es un tipo fácil de manejar.—No te adelantes —me besa la comisura —. Y dime, ¿qué hizo que una mujer como tú estuviera al lado de un tipo así que ni siquiera te valora?—La juventud, mi sumisión en la cama y la inexperiencia me puso a sus pies y me volvió su enferma obsesión, ahora solo queda un repugnante recuerdo de la mujer que fui con él. Y el miedo a la que sería si me veo de regreso a sus manos.Suspiro y bebo. E
¡Dios...Dios!Me recogen del suelo en un temblor y veo la sangre corriendo a mis pies. Alessio está herido en un brazo y Hillary muerta. No respira y yo no paro de temblar llorando.—Estás muerto, ruso de mierda —mi ex amenaza y el guardia le apunta a la cabeza —. Dispara ahora porque te aseguro que los dos van a morir a mis propias manos y tú —me mira con odio —..., tú vas a ser degollada mientras te follo. —Sal ahora mismo de aquí, Moskav —el señor de antes, dulce y amable se hace con la situación —. Deja que yo resuelva esto.—No hay nada que resolver —refuta Alessio mirando su herida y el cadáver de su chica —. Él se está acostando con mi mujer, ha matado a mi socio y me ha declarado la guerra. Esto acaba con uno de los dos muertos y garantizo que el cadáver será ruso.—Nikky es mía ahora, y si te acercas a ella. Si la vuelves a tocar, si solo le envías un maldito telegrama pondré un misil apuntando a tu maldito corazón. Aléjate de ella, y lo demás podrá seguir como siempre. Cons
Desarrollando una habilidad mental para improvisar bajo presión impresionante, le hago una señal a Samuel para que me siga el juego consciente de que sabe que llevo micrófono. Vamos, que lo pongo en alto para que lo vea. Por si quedaba duda de lo que estaba sucediendo.—Tú te has confundido por lo que pasó esa noche y como fuiste lo suficientemente cabrón como para grabarlo, estás obsesionado de vernos una y otra vez —miento a medias y él me hace gestos de plegaria, juntando mas manos como si rezara —. Yo jamás tendría nada contigo y tú solo estás alimentando esa pasión. Hijo de la gran puta. Eres un tío casado, echamos un buen polvo y eso es todo. No me vengas ahora con fantasías de romances para echarme el siguiente.Le hago seña con las manos para que entre a trapo y de repente me brama con cara de pena...—Eres una calientapollas y ese ruso si es listo te mandará a tomar por culo. Está usando la oportunidad para dejarle un mensaje subliminal a Ian. Quiere hacerle ver que no debe
Hace una semana estoy aquí, en la isla de Santorini y me siento como si estuviera en el cielo. He perdido la perspectiva de todo y nadie se ha puesto en contacto conmigo, no sé por qué pero tampoco me atrevo a salir de la habitación. A pesar de la frialdad con que vi como Ian Moskav asesinaba a Hillary, no puedo sentir falta de seguridad ahora que él no está. Hay algo en ese hombre, algo extraño que me hace querer estar a su lado. Algo turbio, oscuro y siniestro rozando la enfermedad que me hace sentir protección, seguridad y aplomo y él me asiste.Ahora me he quedado a la deriva. En el instante en que me dejó ir, todo dejó de tener ese sentido del deber, la posibilidad de sobrevivir escapó cuando me dejó. Paradójicamente, así es. Paso del alivio de su ausencia a la impresionante necesidad de su presencia. Con Samuel es otra cosa, no sabría definirlo. Aunque creo que me sentí en España con la ilusa idea ferviente de tener algo con alguien que por primera vez me hacía sentie; pero c
Después de eso no para, se aferra a mi cintura y percute en mi interior sin parar. Duro, fuerte y sin piedad.Me enloquece y grito sin poder evitar sentir que jamas he sido follada de forma tan salvaje.—Ahora eres mi mujer —ruge en un bramido mientras me tira del pelo hacia atrás —. Mía y de nadie más.Me da la vuelta, me carga y echando las caderas hacia atrás, coge impulso y sale despedido hacia adelante otra vez y me penetra. Él dispone todo y me obliga a ser una muñeca en sus manos. Me anula las decisiones y le dejo que me tenga, encima de eso me gusta.—Ian...quiero más —jadeo poseída por la lujuria. Mi boca se entre abre y él observa como dejo caer ma cabeza hacia atrás entre embestida y embestida. Tengo las manos abiertas como un cristo y siento que el placer va a matarme.Simplemente me entrego dejando que me embista violentamente hasta que el orgasmo me sorprende y él me sigue. Se corre slvajemente dentro de mi sin preguntar si quiera si tomo la píldora. Es una fiera reclama
—Me encanta la línea de tu cintura —susurra sobre ese espacio de piel y me besa, suave...disfrutando y haciéndome estremecer.No voy a mentir diciendo que no me siento a gusto bajo su dominante forma de hacerme suya, el problema está en lo que pasará cuando salgamos de esta cama.—Eres un amante increíble. Muy potente —me doy la vuelta en la piscina y me levanta hasta acomodarme en su cintura y entra en mí. Fácil, resbalando en mi interior —. Uno que no parece tener suficiente del sexo.—Y no lo tengo —confirma clavándose en mi interior —. Quiero mucho más de lo que me has dado.—Se me acaba el cuerpo para que conquistes —me uno a su lento movimiento y tiro de su pelo cuando me asalta la boca vehementemente. —Hay más que sexo entre tú y yo y no parece que te enteres —me lleva hasta el muro y me sienta, abre mis piernas y hunde la lengua en mis pliegues hinchados de tantas veces que lo hemos hecho —. Estoy reclamando a la mujer, Nikky. El cuerpo ya lo tengo. He pagado por él —me incli